domingo, 30 de septiembre de 2018

LA ESTRATEGIA DEL INDULTO


 
Todo empezó con Miquel Iceta, y algunos incluso de su propio partido el PSC, se rasgaron las vestiduras,cuando en una reflexión personal, el líder catalán dijo que en caso de condena a los político presos, sería conveniente que les fuera concedido el indulto, previa "solicitud de los condenados".

Estos días la ministra de interior i la delegada del Gobierno en Cataluña, se han manifestado en el mismo sentido y de nuevo han saltado, en primer lugar la derecha rancia de nuestro país y algunos militantes del propio partido socialista, que no han sabido adivinar que detrás de esta medida lo único que se pretende es empezar una reconciliación social que va a durar más de una generación hasta que se vean los resultados tangibles.

Si partimos de la realidad innegable de una profunda fractura social en Cataluña, por causa del denominado proceso independentista y que las dos partes en conflicto, el nacionalismo catalán por un lado y el nacionalismo español por otro, no pretenden solución amistosa que recomponga la deteriorada situación, sino el enfrentamiento puro y duro del que salga un vencedor y un derrotado. Aunque en realidad y a sabiendas que de este choque el perdedor sería el más débil, seguramente el nacionalismo catalán, a lo mejor después de ser humillados esperan conseguir la compasión de una parte al menos de la comunidad internacional, que pudiera como mínimo mitigar la venganza del vencedor sobre el vencido. Si aceptamos que una parte de las formaciones políticas en Catalunya, encuadradas en la opción federalista, (PSC y Comuns), andan buscando una solución no traumática y de buscar salida a través del Dialogo la Negociación y el Pacto; deberíamos entender que la propuesta del indulto a los actualmente encarcelados, y fugados “siempre que ellos lo soliciten”, podría ser una buena base de partida para la obtención de clima necesario para que una negociación tuviera lugar en condiciones.

En primer lugar, si después de la sentencia que habrá de promulgarse más temprano que tarde, posterior al juicio que ya se ha anunciado oficialmente va a tener lugar en Enero del próximo año, por los hechos del 1-O de 2017 y la posterior media declaración de independencia que se produjo el 27-O, y digo media, porque de hecho no llegó a consumarse, al no ser arriada en ningún momento la bandera española, en los sitios oficiales, ni los estamentos de Catalunya tomaron posesión de las instituciones regidas por el estado, Gobierno Militar, Estaciones de Ferrocarril, Puertos y Aeropuertos, de hecho no fue más que una declaración simbólica como todo lo que rodea a este proceso independentista, que nunca acaba por materializar nada de verdad, y con el fin de echar el freno en la escalada de confrontación y empezar un proceso de reconciliación social, sería bueno a mi entender, crear un clima de sosiego y favorable al entendimiento, evitando al máximo, penas de privación de libertad. De todos modos, la solicitud de indulto sería una buena manera por parte los independentistas hoy presos o fugados al extranjero, reconocieran, por primera vez, que se equivocaron planteando la unilateralidad y el pretender conseguir una cuestión que requiere amplios consensos, desde la imposición por parte de una minoría; error que les llevo a infringir la ley democrática reconocida internacionalmente como es la Constitución Española y la desobediencia al Tribunal Constitucional encargado de velar por su cumplimiento.

Estas son las razones que me inducen a pedir fervientemente a la ciudadanía, en general y a la de izquierda en particular que no caigan en la trampa que la derecha española, de confundir la justicia con la venganza, buscando la solución de este conflicto en el enfrentamiento puro y duro con el adversario, tiende cada día y a través de los medios que le son afines, desprestigiando a todo aquel que osa proponer caminos de concordia y de evitar el agravamiento del conflicto, y que se resuelva con vencedores y vencidos, donde vamos a perder la mayoría de catalanes y el resto de españoles, pues ya saben Vds. que después de una batalla, lo que queda son cadáveres de uno y otro bando, más unos daños materiales y espirituales, muy difíciles de resolver y que precisan de larguísimos tiempos para subsanarse.

Estoy segurísimo que la mayoría de españoles, estamos por el entendimiento y que el tema de poner estigma a un colectivo como es el catalán, como en otros momentos lo fue del pueblo vasco, no es aceptado por la gente de buena fe. Nuestro actual presidente Pedro Sánchez, nos marca el camino, ofreciendo posibilidad de diálogo para corregir errores anteriores sobre el autogobierno en las comunidades autónomas y en particular la de Cataluña, tengamos amplitud de miras y no critiquemos a todos aquellos que buscan el entendimiento como és el caso de los líderes del PSC, no juzguemos a la ligera sus estrategias, y busquemos lo de positivo que de ellas se pueda deducir.

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