miércoles, 31 de julio de 2013

DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS




No sé si estarán Vds. de acuerdo, amigos lectores, que las responsabilidades políticas y las responsabilidades penales, no deben confundirse de ninguna de las maneras, pues conlleva el riesgo de judicializar el sistema a la vez que se deteriora la democracia en sí, al atribuir a uno de los tres poderes que configuran el estado de derecho un valor sobre los demás, cuando la gracia está en el perfecto equilibrio entre los tres sin que ninguno asuma funciones que no le corresponden.

De hecho seria lo que perfectamente define el proverbio, "la mujer del Cesar no solo debe ser honrada sino que debe aparentarlo" o sea que si la mujer del César cometía adulterio, podía ser penalizada judicialmente, aparte de asumir las consecuencias de su acción; pero si no hubiese cometido falta ninguna, pero hubiera dejado entender que si la había cometido, o que podía cometerla, no podría ser perseguida penalmente pero si debería asumir las consecuencias de no poder seguir ostentando el cargo, pues las sospechas que recaerían sobre ella, dañarían firmemente la institución pública que representa.

Cuando estoy escribiendo estas líneas, el miércoles día 31 de julio de 2013, el presidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas, ha asestado un golpe terrible a la credibilidad del gobierno autonómico, en su comparecencia parlamentaria sobre el llamado caso Palau, al trasladar la asunción de responsabilidades políticas por el caso de la financiación ilegal del partido Convergencia Democrática de Cataluña, a la resolución judicial del proceso que se va a iniciar próximamente, además de constreñirlas al cargo de tesorero, después que el juez instructor haya concluido que existen graves indicios de donaciones irregulares, a través de la Fundación Palau de la Música y la Fundación Trias Fargas (hoy Catdem), procedentes de grandes empresas constructoras que obtenían suculentos contratos de obras públicas de la Generalitat de Cataluña.

Porque amigos, aquí no se trata de la figura de la imputación, que los convergentes y peperos estos últimos tiempos se han dedicado a devaluar ante la opinión pública, si no que tras cuatro años de exhaustiva instrucción, por parte de un juez, se ha llegado a la conclusión de que es procedente una acusación formal y en toda regla, por financiación irregular de CDC.

Es cierto que aquí no se ha demostrado fehacientemente aún que la mujer del César se haya acostado con otro, pero sí que hay serias y fundamentadas dudas que su comportamiento no haya sido honesto. Sería por tanto el momento de actuar y que los responsables del partido, sanearan sus filas, quitando de en medio todos los sospechosos no solo de haber metido mano en la caja si no de haberlo consentido; y cuando digo quitar de en medio no me refiero solo a las responsabilidades internas si no a las institucionales si fuera conveniente.

La justicia en nuestro país es lenta, quizás demasiado y ello debería ser motivo para que la asunción de responsabilidades políticas, fuera mucho más diligente de lo que está siendo con esta calaña de políticos que nos gobierna.

Observen amigos, las diferencias entre unos y otros partidos, mientras en la UDC, de Duran i Lleida, después de una sentencia de culpabilidad en firme, eso sí pactada para evitar la cárcel, y en CDC en la espera de esta misma sentencia definitiva, se sigue amparando a los responsables de la corrupción, sin asumir las responsabilidades políticas en el PSOE, Pepiño Blanco, anunciaba el cese de todos sus cargos si se abría un juicio oral, como hoy se hace en CDC; y Griñan sin ni siquiera estar imputado en el caso de los ERES, deja el cargo de Presidente andaluz, en favor de una renovación total del gobierno, que deje fuera a cualquiera con alguna sombra de imputación. Eso si amigos es asumir responsabilidades políticas, y luchar por el prestigio de las instituciones democráticas.

Mañana día 1 de Agosto, comparecerá en el Parlamento, obligado por las presiones internas y externas, aunque él diga que es a petición propia, Don Mariano Rajoy Brey, por el caso de corrupción más grande que se ha visto en nuestro país, desde los tiempos autárquicos de Franco; y mucho nos tememos que se pretenda saldar igual que la comparecencia de Artur Mas, tirando balones fuera, cuestión que sería del todo lamentable y altamente peligrosa en una ciudadanía, crispada y harta de engaños, mentiras e incumplimientos de programa, que los dos años del gobierno de la derecha ultraconservadora, nos ha deparado, conduciéndonos sin lugar a dudas a un desastre de lo más absoluto. Es del todo necesario que este hombre de la cara sin falsedad de ningún tipo que deje de buscar subterfugios ni practicar la técnica del avestruz y que después, presente su dimisión irrevocable y abra un proceso electoral para que la renovación y el saneamiento puedan entrar definitivamente en nuestra democrácia.