domingo, 29 de diciembre de 2019

EN LA ENTRADA DE UN NUEVO AÑO


La entrada de un nuevo año, acostumbra a ser el momento en que todos nos deseamos ser más y mejor que el pasado y que todo lo malo quede olvidado y en el futuro todo sean venturas.

En España hemos sobrevivido, este 2019, a una repetición electoral y quizás a la más grave crisis política del siglo XXI, con un desafío separatista en Cataluña y una izquierda que se autoproclama pura y que boicotea sistemáticamente a la izquierda mayoritaria de este país.

El 2019, ha sido el año en que los españoles se han demostrado mayoritariamente, amantes de la paz y la concordia, que huyen de los extremismos de derecha y de izquierda y que confían en el socialismo democrático, como gran solución de futuro, para encarrilar el país de nuevo en la senda del progreso y la justicia social. También ha sido el año, en que los españoles hemos empezado de verdad a dar carpetazo al franquismo, reafirmando nuestra voluntad democrática y con la exhumación de Franco de Cuelgamuros, se ha iniciado un camino sin vuelta atrás de abominación de los fascismos y dictaduras de todo tipo; aunque el éxito sin precedentes de la extrema derecha de Vox en las elecciones del 10 de noviembre, pueda simular lo contrario, estoy más que seguro que va a ser flor de un día y que en sucesivos comicios la formación ultraderechista va a quedar donde no debería de haber salido o sea la irrelevancia.

2020, se presenta como un nuevo año cargado de ilusión, dentro de una UE, que después de sus horas más bajas en 2019, con el tema del Bréxit, se muestra dispuesta a remontar y profundizar en su avance hacia una Unión más fuerte en base al federalismo. Cambios de caras en su staff, coincidiendo con el resultado de las elecciones del pasado mes de Abril, van a dar nuevos aires i un gran impulso a esta organización supra estatal que en poco tiempo evolucionará hacia los Estados Unidos de Europa, abominando del nacionalismo disgregador que por dos veces en el pasado siglo XX la condujo al desastre más absoluto.
En América Latina, donde la desigualdad ha campado a sus anchas, fruto de las políticas económicas neoconservadoras que Donald Trump desde los USA ha venido impulsando, han empezado a estallar las protestas, en particular en un país como Chile donde después de una victoria electoral de las derechas, los más desfavorecidos, se han hartado y no han encontrado otra solución que las protestas violentas y el enfrentamiento como salida a sus reivindicaciones.

En Argentina, la violencia se ha contenido de momento, después que el peronismo y la izquierda consiguieran imponerse en los últimos comicios y aunque la situación de bajos salarios e inflación galopante sigue depauperando a las clases trabajadoras, un atisbo de esperanza en una correcta gestión ha contenido el estallido de las masas. El Peronismo se la juega si siguen con la política practicada anteriormente, abocarán el país al desastre más absoluto.

Si a esto le añadimos las protestas en Francia, también de carácter violento, en contra de las políticas neoliberales que intenta practicar Emanuel Macrón, nos daremos cuenta que las clases populares de nuestro planeta, no están dispuestas a quedar al margen de los beneficios del nuevo sistema económico que la Revolución Digital está creando. No quieren seguir esclavos del capitalismo salvaje que la Revolución Industrial, impuso en el siglo XIX, y lo están dejando claro a todo el mundo y en especial a los poderosos del planeta.
En el nuevo sistema económico y como ya hemos apuntado en otros artículos de este mismo blog, el capital económico y el capital humano deben ser equiparables en cuanto se refiere a la participación en la riqueza que se genera. Hay que acabar con la desigualdad social y las causas que la generan y esto deben entenderlo todos estos que a través del capital financiero y especulando sin control alguno, están quedándose con la mayoría de beneficios.

Bien amigos, pasado mañana es uno de Enero y mi deseo para todos es que sea el año, donde en todos los países del orbe las clases populares consigan sentar las bases de un futuro donde sean bandera la justicia social y el reparto justo de la riqueza que entre todos generamos.

Feliz 2020 a todos, amigos

domingo, 22 de diciembre de 2019

LA UE COMO POTENCIA MUNDIAL NO PUEDE ESPERAR



Por mucho que algunos desde la extrema derecha y la extrema izquierda se empeñen, la Globalización va a persistir, por lo que debemos de aprender a convivir con ella.

Aunque un ultraderechista como Donald Trump desde la cúspide de la primera potencia mundial, pretenda la regresión al proteccionismo económico, a la reinstauración de aranceles con las consecuentes guerras comerciales, no está consiguiendo ningún resultado positivo si no todo lo contrario, y ya son muchos los economistas que auguran graves males en la economía norteamericana si la guerra comercial con China no acaba pronto.

Por otro lado y desde la izquierda más extrema, quizás alentado por los dirigentes de la que fue potencia mundial equilibradora en el pasado siglo veinte como fue Rusia, intentan regresar al reparto del mundo en áreas de influencia, como antes, lo que les permitía unos mercados bajo su control garantizándose la colocación de sus productos sin competencia ninguna.

El 22 de julio se cumplieron 75 años de la firma de los acuerdos de Bretton Woods, que trazaron una línea librecambista entre las grandes potencias mundiales, que ya llevaban el camino de la victoria en la segunda guerra mundial, y que había de regular las transacciones en el llamado mundo libre, respetando los estados nación y la democracia y donde se crearon los organismo reguladores como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional

La introducción de un elemento diferenciador en los años 80 y 90 del pasado siglo veinte como fue la globalización, vino a perturbar lo que hasta entonces había funcionado casi como un reloj, tal y como demostró el profesor de Harvard, Dani Rodrik en 2011, con su famoso trilema donde se demuestra que en una economía globalizada, solo se podía mantener la democracia en base a una gobernanza global que respetara las diferencias culturales, (léase federalismo), con la consecuente debilidad de lo que hoy conocemos como estados nación, pues la otra opción como la que proponen los movimientos ultranacionalistas en Europa, como es el mantenimiento de los estados nación en una economía global, solo es posible con la disminución de la democracia y el establecimiento de la dictadura de los mercados, como forma de gobernanza generalizada, o bien la otra alternativa, que también la ultraderecha está dispuesta aceptar, como es volver atrás y dejar de lado la globalización para seguir manteniendo los acuerdos Bretton Woods, en fin lo que predica Donald Trump, resulta totalmente irrisorio, por cuanto las grandes corporaciones multinacionales, ya llevan tiempo trabajando con una mentalidad global y adquiriendo un poder de tal dimensión que les permite superar el control de la democracia atomizada en pequeños estados nación.

El final de la segunda guerra mundial, con una Europa destrozada no solo física sino moralmente y unos Estados Unidos, con una potencia industrial en pleno apogeo y una URSS con volumen de habitantes y capacidad de rápida regeneración, tras los acuerdos de Yalta, se repartieron la áreas de influencia y empezaron a funcionar bajo los acuerdos Bretton Wodds.

Pero la tecnología avanza y las comunicaciones empequeñecen el mundo. El capitalismo pasa el poder del sector productivo al sector financiero y la globalización se introduce en nuestras vidas de una forma imparable, Cae el telón de acero y de un mundo bipolar pasamos a uno que pretende ser unipolar, pero ya no dominado desde la política si no directamente desde las grandes corporaciones financieras.

Los USA empiezan a ver a la UE como un serio competidor que le va a disputar su supremacía mundial, en cuanto termine de consolidarse. Inmediatamente ponen en marcha un plan de destrucción, promueven el Bréxit en gran Bretaña y la extrema derecha en Francia Italia, Alemania y en Centro Europa. Los acuerdo Bertton Woods, saltan por los aires y un nuevo orden mundial se hace necesario. Las clases pudientes intentan el nuevo orden en base a la dictadura de los mercados, mientras que la socialdemocracia lo busca en una gobernanza a nivel federal, de una potencia europea, capaz de competir en igualdad de condiciones con Estados Unidos Rusia y China en un mundo multi polar, hasta que se evolucione hacia una gobernanza global.

La respuesta a la terrible agresión que la UE ha sufrido con el Bréxit y con el ascenso de la extrema derecha en algunos de sus países debe ser culminar con toda la rapidez posible el sueño de los fundadores de unos Estados Unidos de Europa, bajo un régimen federal, donde se preserve y fortalezca la democracia, aunque sea a costa de perder la soberanía de los estados nación.

La legislatura del parlamento Europeo que acaba de comenzar debe ser la legislatura que ponga en marcha el proceso definitivo a la culminación de una UE plena y consolidada a la que nadie ose toser. No podemos dejar pasar la oportunidad si queremos garantizar a nuestros descendientes un futuro en democracia, libertad y justicia social.

domingo, 15 de diciembre de 2019

REVOLUCIONES EN EL SIGLO XXI


Dicen que la sociedad avanza de revolución en revolución y es la pura verdad si repasamos la historia: La Revolución Francesa de 1789, abrió la puerta a la abolición de las monarquías absolutistas, para abrir paso al constitucionalismo y aunque con sus avances y retrocesos, contribuyó a adaptar el mundo a una nueva era que se abría con la industrialización. La Revolución Rusa en 1917, abrió la puerta del poder político a la clase proletaria y aunque también con sus altibajos consolidó en el pasado siglo XX, aún dentro del capitalismo, que el proletariado y sus organizaciones existan, deben ser tenidos en cuenta y dejarles ser parte activa en la administración social. Ambos hechos coinciden en una cosa, el uso de la violencia y la eliminación física del adversario, como método para la consecución de los objetivos propuestos.

La Revolución Francesa condujo a la guillotina, más o menos a unas 15.000 personas. La Revolución Rusa, que a raíz de un atentado a Lenin se implantó el llamado terror Rojo, los historiadores le atribuyen una cifra de 50.000 ejecuciones aunque esta cifra se duplica con la represión de las revueltas campesinas en contra del bolchevismo. Los revolucionarios en el siglo XVIII y el XX, vieron como única salida a la consolidación de sus objetivos el terror y parece ser que es lo común que tienen los procesos revolucionarios, para controlar a las masas que los ideólogos han procurado descontrolar.

Pero amigos, hemos entrado en un nuevo siglo, el XXI, donde el recuerdo de los horrores vividos en el siglo XX, siguen presentes en la memoria de muchos ciudadanos y es por ello que creo los procesos revolucionarios actuales deberán ser muy distintos en sus formas a los de los siglos anteriores, demostrando que la sociedad actual ha avanzado lo suficiente para seguir la senda del progreso desde el convencimiento y no de la imposición de los valores y estrategias que lo hacen posible.

Observen amigos, a título de muestra, que a nadie en su sano juicio se le ocurre hablar, actualmente, de un gobierno socialista desde la “dictadura del proletariado” Ni tan solo los partidos y formaciones herederas del comunismo se les ocurre defender semejante idea, hasta el punto que han quitado de sus nombres la palabra comunista, para que nadie se le ocurra identificarlos con esta idea. Solo el socialismo de corte democrático, tiene cabida en la sociedad actual y su organización interna se adapta día a día a esta realidad, con los procesos de primarias, en los que participa toda su militancia, para la elección de sus candidatos y dirigentes internos.

De hecho la nueva revolución en el siglo XXI, no va a venir de asaltar los cielos del poder, si no que el acceso al poder político, y por tanto a la posibilidad que desde el gobierno se pueda transformar la realidad, vendrá por la voluntad de los electores manifestada a través de las urnas, y en este camino no hay que buscar atajos, que no existen ni pretender avanzar más rápido campo a través, porqué solo, como hemos dicho antes, a través del convencimiento, conseguiremos la voluntad de los ciudadanos, a los que les pediremos sigan colaborando con los dirigentes, y controlándolos para que no se desvíen de la senda trazada y no pierdan de vista los objetivos.

En este siglo XXI, la sociedad ha evolucionado muchísimo, la tecnología ha permitido a los poderes fácticos, un control muy exhaustivo de de todos aquellos elementos que consideran sus enemigos, además de un control casi absoluto de los medios de comunicación, redes sociales incluidas, que les permite en muy poco tiempo neutralizar y desprestigiar si se requiere, cualquier idea, llamamiento o proclama que ellos puedan considerar peligroso para sus intereses. Ello nos hace evidente, que procesos revolucionarios al estilo de la Revolución Francesa, o la Revolución Rusa a los que antes hemos hecho referencia, hoy en día resultan imposibles. Sirva para muestra el fracaso de los movimientos insurreccionales en latino América o en el mundo árabe.

La gran revolución social en una sociedad digitalizada, vendrá de la mano de la socialdemocracia, en cuanto las formaciones políticas que la representan, alcancen el poder político en las grandes superpotencias mundiales, UE Rusia, USA y China, junto con sus áreas de influencia, y desde allí consigan convencer a las mayorías de que un reparto justo y equitativo de la riqueza generada, es la única forma posible de supervivencia de la especie humana. Se impulsen los cambios necesarios tanto en organización territorial, donde el federalismo parece lo más adecuado para gestionar con justicia entidades de complejidad acusada como son las de culturas, idiomas y tradiciones distintos y garantizar una perfecta convivencia; también en lo que se refiere a la organización laboral, donde hay que equiparar los rendimientos del capital económico a los del bien llamado capital humano.

Desde la violencia y la confrontación nada se consigue, pues siempre, el que resulta el más fuerte y a corto plazo el vencedor, es el que va en contra de los intereses de los más débiles, en beneficio propio. Además que la historia nos ha demostrado, que todos aquellos, que han emprendido grandes confrontaciones para favorecer los intereses de los más desfavorecidos; en cuanto han llegado al poder se han convertido en dictadores más sanguinarios aún que aquellos a los que se enfrentaron; valga como ejemplo el del recientemente fallecido Robert Mugabe Solo el convencimiento de amplias capas de la población y unos dirigentes con claridad de ideas, fundamentadas en los principios humanísticos de Libertad, Igualdad y Solidaridad, conseguirán promover los cambios necesarios para encarrilar definitivamente la humanidad en la senda del progreso.

No olvidemos la sabias palabras de Francisco Pi Margall, el que fué segundo presidente de la I República Española. "La Revolución es la paz, La reacción es la guerra"


domingo, 8 de diciembre de 2019

GRITERIO INSOPORTABLE


¡Cuál gritan estos malditos!, pero, ¡mal rayo me parta si en concluyendo esta carta, no pagan caros sus gritos!

Es la expresión que se me viene a la cabeza cada vez que estos días, enciendo el televisor, o se me ocurre abrir algún periódico en el intento de ponerme al día de lo que acontece en la piel de toro. Desde el pasado día 11 de noviembre, cuando se supo de la debacle de Ciudadanos, la crecida del Partido Popular y VOX, y el práctico mantenimiento de posiciones del PSOE junto con el descenso de PODEMOS y en particular cuando tres o cuatro días después los líderes de la dos formaciones de izquierda firmaban un acuerdo para formar el primer gobierno de coalición de la historia de nuestra democracia; el griterío en la derecha de nuestro país se ha vuelto ensordecedor y el nivel de sandeces que se oyen por parte de políticos y tertulianos acólitos, está llegando a un grado de insoportabilidad récord.

Oí anteayer a Luis Garricano de Ciudadanos, suplicar de rodillas a Pedro Sánchez que abandone el diálogo con ERC y rompa el acuerdo ya firmado con PODEMOS, pero se le olvidó decir que los 10 diputados de su formación a cambió le votarían a favor en la investidura. Para no movernos de ciudadanos oigo a Inés Arrimadas a promover una reunión del PSOE con el PP y ellos, para dar una salida al tema, mientras que Esperanza Aguirre propone que 56 de los diputados de los 88 que dispone el Partido Popular, voten a favor de la investidura de Sánchez,  a cambio que este forme un gobierno en solitario, con un planteamiento económico dentro de la más “pura ortodoxia” imaginen Vds. lo que habrá querido decir la Duquesa. Ambas proposiciones, unas horas más tarde ha sido rechazada categóricamente por Pablo Casado que ha manifestado no estar dispuesto a renunciar a ser la alternativa al PSOE en el panorama político español.

En medio de todo este guirigay, surge cual muerta resucitada Rosa Diez, la ex socialista fundadora de UPYD y hoy  a punto de formar en las filas del PP, pidiendo defender la Constitución en las calles; y los discípulos del preso Junqueras para más INRI van diciendo que ellos no tienen ninguna prisa para alcanzar un acuerdo. Aparentando no enterarse que los españoles ya empezamos a estar hasta el moño de esta situación, sin un gobierno en condiciones y sin políticas claras para gestionar una situación económica que si bien ningún experto califica de crisis a mí se me antoja de moderada inestabilidad cuestión que nos impide un adecuado progreso en positivo.

A los señores de ERC, me gustaría decirles que analicen bien la situación actual y comprendan que según como se desenvuelvan las cosas ellos pueden sufrir unos perjuicios añadidos a los que sufriríamos todos los españoles si no llegan a entenderse con el PSOE y hay que ir a nuevas elecciones o a este no le queda más remedio que tener que aceptar los votos de la derecha para ser investido y como gobierno tuviera que hacer concesiones, no pudiendo por tanto conseguir en esta legislatura iniciar la profunda transformación de la economía de nuestro país a un sistema más justo en el reparto de la riqueza generada y la disminución progresiva de la enorme desigualdad que estamos padeciendo.

A doña Inés Arrimadas, le diría que si de verdad quiere que su formación no acabe desapareciendo debe situarse de nuevo en la centralidad liberal que es para lo que fueron creados, abandonando la apuesta exclusiva por el ultra conservadurismo de su antecesor Albert Rivera y dando sus votos incondicionalmente al único que hoy tiene la posibilidad de formar gobierno como es Pedro Sánchez, evitándole a este de entrada tener que depender de un partido independentista como ERC.

A Don Pablo Casado, casi no le digo nada, sino que siga apoyándose en VOX y contaminándose de su extremismo para ver cómo le reciben en Europa los que el pretenden sean sus homólogos, cuando ellos aíslan a la extrema derecha en sus respectivos parlamentos y él hace exactamente lo contrario.

Estas consideraciones las hago, solo en el sentido de ver si se acaba el griterío en los medios, y los españoles podemos volver a la calma, tranquilidad y sosiego, necesarios para trabajar y emprender nuevos retos en pos del progreso social, desde la serenidad y una buena y sana administración, que solo el PSOE que lidera  Pedro Sánchez está hoy en condiciones de procurar.

domingo, 1 de diciembre de 2019

DE LA DERECHA Y DE LA IZQUIERDA


Desde el pasado siglo XIX, cuando la democracia, tal y como hoy la conocemos tomó carta de naturaleza, dos cuestiones han devenido sus fundamentos, en primer lugar el sistema de partidos políticos y en segundo lugar, los conceptos derecha e izquierda, para definir los dos grandes bloques ideológicos.

Desde entonces hasta nuestros días, muchos han intentado, superar estos dos  conceptos, tentativa que siempre ha resultado fallida por cuanto ha derivado en una aniquilación de la democracia substituida por una dictadura. El líder fundador de Falange Española Don José Antonio Primo de Rivera, definió a su formación no como un partido político si no como un movimiento, que además no se encuadraba ni en la derecha ni en la izquierda del espectro político; aunque vale decir que abjuraba de la democracia, como queda de manifiesto en este párrafo del discurso fundacional en el teatro de la Comedia de Madrid en 1933: “De ahí vino el sistema democrático, que es, en primer lugar, el más ruinoso sistema de derroche de energías. Un hombre dotado para la altísima función de gobernar, que es tal vez la más noble de las funciones humanas, tenía que dedicar el ochenta, el noventa o el noventa y cinco por ciento de su energía a sustanciar reclamaciones formularías, a hacer propaganda electoral, a dormitar en los escaños del Congreso, a adular a los electores, a aguantar sus impertinencias, porque de los electores iba a recibir el Poder; a soportar humillaciones y vejámenes de los que, precisamente por la función casi divina de gobernar, estaban llamados a obedecerle; y si, después de todo eso, le quedaba un sobrante de algunas horas en la madrugada, o de algunos minutos robados a un descanso intranquilo, en ese mínimo sobrante es cuando el hombre dotado para gobernar podía pensar seriamente en las funciones sustantivas de Gobierno

 Como es bien sabido, esta idea, conllevó a los españoles 40 años de feroz y cruel dictadura, hasta que en 1978, tres años después de la muerte del dictador, el pueblo español consiguió una nueva constitución que restituía la democracia con su sistema de partidos y el debate ideológico entre la derecha y la izquierda.

Cuando en 1978 con la aprobación y refrendo popular de una nueva constitución, España se convierte en un estado de derecho y el debate derecha izquierda se materializa en  cuatro formaciones políticas, dos a la derecha Alianza Popular (AP) y Unión de Centro Democrático (UCD) y por la Izquierda el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Comunista de España (PCE). Pronto desaparece UCD tomando el relevo Alianza Popular y el PCE como otros partidos comunistas europeos acusa la caída del muro de Berlin, a pesar de intentar mantenerse a flote cambiando el nombre con que se presenta a los comicios por el de Izquierda Unida, no consigue superar a PSOE quien se convierta en el líder por excelencia de la izquierda en España, Estableciéndose de hecho en nuestro país, el bipartidismo como materialización del debate ideológico derecha izquierda.

Con el tiempo el PSOE, después de 13 años en el Poder, empieza a mostrar signos de debilidad y su clase dirigente de un cierto aburguesamiento, cuestión que se acentúa, cuando en 1996, pierde las elecciones frente al Partido Popular que lidera José María Aznar, que se ofrece como la opción del cambio y la regeneración.

En 2004, sucede el trágico 11M en la Estación de Atocha de Madrid, y la nefasta gestión que el PP hace del mismo, le hace perder las elecciones, a favor de un PSOE, que aún no ha hecho su revolución interna y el mismo aparato, aburguesado y desprestigiado sigue mandando, 7 años más tarde y con una crisis económica galopante encima, el PSOE pierde de nuevos las elecciones, siendo substituido por un debilísimo Mariano Rajoy que rápidamente se muestra totalmente incapaz de gestionar el no solo el País sino el propio partido que se hunde un día tras otro en el lodo de la corrupción. Sucede también en aquellos días la irrupción en las calles del movimiento de los indignados conocido como el 15 M y un tiempo más tarde el nacimiento de dos nuevas fuerzas políticas una a la derecha (CIUDADANOS) y otra a la izquierda (PODEMOS), que dicen venir a acabar con el bipartidismo en España, y vendiéndose como que no son de derechas ni de izquierdas, cuestión que a mí me trajo el recuerdo de del discurso Joseantoniano. El tempo ha demostrado que estas dos fuerzas no venían a acabar con el bipartidismo si no a substituir a los que hasta entonces lo conformaban aprovechando sus debilidades, porque hasta incluso los propios poderes fácticos saben de la imposibilidad de acabar con el debate derecha izquierda y mucho menos cuando el neoliberalismo a nivel mundial se ha soltado la melena y pretende seguir con el dominio de la clase alta sobre el sometimiento de las clases medias y bajas.

Las bases del PSOE, reaccionan y buscan en un nuevo líder casi desconocido, como Pedro Sánchez, la revolución interna que permita recuperar los ideales primigenios adaptados a la nueva realidad; el aparato reacciona con virulencia y consigue hacer saltar a Pedro Sánchez de la Secretaria General, pero las bases no están dispuestas a dar su brazo a torcer por lo que completan su revolución sentando de nuevo a Pedro en la Secretaría General y apartando de la primera línea al antiguo aparato. Cuestión que les permite el 28 de abril de 2019 ganar las elecciones generales con una mayoría de 123 escaños.

Estos días asistimos a la decadencia de los partidos autodenominados de la nueva política, C’s i Podemos los que su indefinición ideológica y el egocentrismo de sus líderes les está llevando al desastre más absoluto, por cuanto todas sus acciones que pretenden en defensa de sus intereses acaban por dar el poder a la derecha más reaccionaria.

El debate derecha izquierda y la consecuente lucha de clases no tiene fin, aunque algunos se empeñen en negarlo, pues si se considera acabada, querrá decir que los trabajadores y clases medias han perdido a favor de los poderosos y que a partir de ahora, les espera una esclavitud, si derechos ninguno hasta el fin de la humanidad y que dejen de soñar con recuperar el poder para transformar la realidad que nos pretenden imponer, es ya imposible del todo.

No nos dejemos engañar más, ni por la derecha ni por falsas izquierdas. Todos aquellos que vivimos de una salario, o pensión, debemos seguir luchando para conseguir el poder y administrarlo de acuerdo con los principios básicos del socialismo, Libertad, Igualdad y Solidaridad y esto en España hoy por hoy solo el PSOE está en condiciones de garantizarlo.