domingo, 3 de abril de 2016

LO DE HOLLANDE UN SERIO AVISO




La popularidad del Presidente de la República francesa François Hollande está por los suelos a partir del momento en que cedió a las presiones de la derecha europea, metiéndose de lleno, un socialista, en la doctrina neoliberal más absoluta, como la que se viene practicando en el viejo continente estos últimos años. Tan solo unos días después de los criminales atentados del 13 de noviembre pasado, pareció resurgir un cierto apoyo de la ciudadanía hacia su persona, hasta que cometió un nuevo y ahora parece que definitivo error, al asumir como lucha antiterrorista los postulados de la extrema derecha francesa que capitanea Marine Lepen, consistentes en enviar bombarderos a Síria, en cerrar las puertas del país a los refugiados y fomentar la discriminación a sus ciudadanos de origen o religión musulmana.

Hoy después de los nuevos atentados islamistas en Bélgica, cuando el pueblo francés ha podido comprobar la inutilidad de las medidas tomadas que para nada han servido; en lugar de buscar la creación de un organismo a nivel europeo de inteligencia, que asumiera la lucha antiterrorista, y darle un carácter global, como en realidad es el problema que nos ocupa, la popularidad del primer mandatario francés ha caído más bajo si cabe que antes, hasta el punto que los sondeos le auguran el desastre de  no pasar a la segunda vuelta, si las elecciones se celebraran ahora.

Volviendo a la cuestión económica, el Partido Socialista francés, aplicando la doctrina neoliberal de recortes y austeridad que tiene a Ángela Merkel como adalid en el viejo continente, no ha conseguido en todos estos años, sacar adelante el país, como tampoco lo han conseguido España, ni Italia, y mucho menos Grecia. Se trata de un fracaso absoluto, que sin embargo ha beneficiado a los países más ricos como son los del norte, con industrias potentes que han mantenido entre los límites de lo razonable las tasas de desempleo y una alta capacidad financiera, que les ha proporcionado suculentos beneficios, a costa de la elevada deuda pública de los países meridionales de la propia UE.

¿Porqué se empeñan, los actuales líderes de la UE, independientemente de su ideología, en buscar soluciones nacionales a problemas de índole global? ¿No es una crisis de carácter planetario la que estamos sufriendo desde el año 2007? ¿No ha conseguido el Islamismo Radical, globalizar una guerra, sin prácticamente un territorio que les sirva de base, considerando el planeta entero como campo de batalla? ¿Porqué los líderes mundiales siguen empeñados en luchar cada uno por su lado, defendiendo su propio territorio, en lugar de ponerse de acuerdo y cambiar la estrategia por una de global poniéndose a la misma altura que sus enemigos?

La respuesta a estas preguntas podríamos concretarla en el egoísmo de unas élites que temen perder sus privilegios, si cambiamos el concepto competitividad por el de solidaridad; si los humanos en lugar de competir entre nosotros, nos ayudamos mutuamente en pro de una igualdad entre los más desfavorecidos y los más afortunados, que abandonemos el miedo al que es diferente y respetando las diferencias culturales, nos dedicamos a construir un mundo en el que todos podamos vivir mejor, estructurando entre todos una nueva cultura nacida de las aportaciones de lo mejor de cada una de las que hoy consideramos antagónicas. En fin que abandonemos de una vez por todas, la vieja y cerrada idea de pertenencia a una tribu, clan, nación etc y la abramos al concepto más amplio de considerar nuestra patria a la raza humana.

Pero, ¿Dónde encontraremos los líderes capaces de llevar a cabo esta revolución planetaria, si resulta que los que deberían hacerlo acaban cayendo en los tópicos de siempre? Con toda la humildad creo que la respuesta a esta última pregunta no es otra que en mundo del trabajo, entre las clases medias y bajas de nuestra sociedad occidental, es de donde deben salir los nuevos líderes que con una visión totalmente transversal, sean capaces de invitarnos a todos a asumir nuevas responsabilidades, en una nueva sociedad que está naciendo en este siglo XXI. ¿Porqué, no hay un constante dialogo entre las formaciones sindicales de los países miembros de la UE?

François Hollande, se equivocó y pagará por ello, lo malo es que va a ser el Partido Socialista francés en primer lugar quien va a pagar las consecuencias de sus errores y de rebote la socialdemocracia europea, que ya anda tocada desde hace un tiempo. Creo que ya va siendo hora, la socialdemocracia europea, se una y trascienda de la cuestión puramente nacional, pues al fin y al cabo no hay diferencia alguna entre las clases populares de los países que componen la UE, los intereses de las cuales están llamados a defender; por lo que tomemos nota socialistas europeos, no caigamos en el mismo error, quizás la caída de Hollande sea el último aviso, para evitar el desastre de una nueva y más justa forma de organizar el mundo en el siglo XXI.