lunes, 28 de enero de 2013

¿DONDE RESIDE EL PODER HOY DÍA?


Llevo un montón de días intentando adivinar donde reside realmente el poder, en esta sociedad que vivimos, ya en pleno siglo XXI. Desde una óptica simple y sencilla, y sin buscar los tres pies al gato, cualquiera que nos topemos por la calle, nos contestará simple y llanamente: “en los mercados”, pues a ellos achacan, desde nuestros políticos a los grandes hombres de negocios de nuestro país, las medidas que están tomando, destinadas parece tan solo a calmar sus iras; o sea que los mercados, son como una especie de ogro o dragón medieval que se alimenta, no de tiernas doncellas, como los de antaño, si no de todo aquel pobre que no tiene donde caerse muerto, y que por culpa de los socialistas, ha tenido la desfachatez de creerse, con derecho a una sanidad y educación públicas, costeadas con los impuestos que ellos mismos pagan y que los ricos tratan de eludir, la mayoría de veces con éxito.
 
Ironías aparte y echando la vista atrás, nos daremos cuenta que antaño y desde las formaciones políticas de izquierdas, se consideraba elemental hacerse con los medios de producción con el fin que siendo de propiedad pública, o sea de todos, los trabajadores habrían conseguido hacerse con el poder y estar en perfectas condiciones para repartir la riqueza que se generaba. Hoy en día y en algunas partes, quizás este presupuesto siga siendo válido,  si nos atenemos  a que la producción de riqueza está concentrada en un determinado sector y por su envergadura poco diversificado; por ejemplo Venezuela y la explotación de sus recursos petrolíferos, cuya nacionalización permitió al presidente Hugo Chavez, controlar la mayor parte de la generación de riqueza del país, y así proceder a un reparto más justo, en forma de inversiones que pretenden y consiguen disminuir la pobreza que ya se consideraba endémica en el país caribeño.
 
Sin embargo estas condiciones de concentración de los órganos generadores de riqueza, sucede en muy pocos países, en particular a los que ya no explotan recursos naturales, por no disponer de ellos, y que se dedican a la transformación, pues la realidad es que en la mayoría de ellos, no están solo altamente diversificados, si no que su atomización los hace prácticamente imposibles de unificar. El propio sistema capitalista se las ingenió, hace ya unos cuantos años, para ejercer el control sobre estos elementos, a través del sistema crediticio, después de haber conseguido que la industria, y el comercio, fuera dependiente del crédito para poder subsistir y seguir generando trabajo, crédito, la concesión del cual, al final resulta estar en manos de unos pocos privilegiados en nuestro planeta.
 
Si lo expuesto hasta aquí, resulta cierto, es lógico, suponer que la preservación de la democracia, o sea del poder del pueblo a través de sus representantes electos, ya no reside solo en el control público de los medios de producción  si no del sistema financiero, hasta su cúspide más alta; cuestión que algunos expertos actuales remiten al reestablecimiento de controles por parte del poder político, sobre los grandes especuladores mundiales. Sin embargo se me antoja de momento imposible por cuanto el poder político sigue anclado en unas estructuras de estado nación, mientras que el sistema económico, traspasa fronteras con la globalización.
 
De todo ello deduzco, que el resultado de la gran revolución que ya estamos viviendo, y que debe marcar el funcionamiento de la sociedad planetaria del siglo XXI, pasa necesariamente por unas nuevas formas totalmente diferentes de las usadas en anteriores revoluciones, a fin que los ciudadanos recuperen el poder y puedan ejercer un democrático control evitando que unos pocos aprovechados con el dominio de la situación, ejerzan la explotación del hombre por el hombre en su beneficio particular. Nuevas formas revolucionarias que deben partir de una concepción global de la sociedad, y no de visiones localistas totalmente periclitadas hoy en día. Las formaciones de izquierda, así como los sindicatos, deberían estar en permanente contacto y debate con sus homólogos europeos, con el fin de elaborar las estrategias, no solo de mantenimiento del llamado estado del bienestar, si no de ampliarlo convenientemente, en aras a un reparto equitativo de la riqueza generada.
 
Espero y deseo fervientemente esto sea así, pues de otro modo, de seguir con la visión localista y la estrechez de miras actual, mucho me temo el poder siga estando en las manos de los pocos privilegiados del planeta, que en su beneficio son incluso capaces de conducirnos a verdaderos holocaustos, como en otras ocasiones a lo largo de la historia.

lunes, 21 de enero de 2013

BARCENAS, LA GOTA QUE COLMA EL VASO


Saber que Barcenas, un tesorero del Partido Popular formación que se considera el máximo representante y aglutinante de la derecha española, disponía de cuentas en Suiza por importe de 22 millones de Euros, dinero por cierto que hoy no sabemos donde está, pues las mismas fuentes que pusieron sobre el tapete la existencia de estas cuentas, informan que hoy ya no tienen este saldo, es si me permiten Vds la expresión del todo irregular y altamente sospechoso de extraños tejemanejes que nos conducen directamente al choriceo. Cuestión a todas luces impresentable en un Partido que está dirigiendo los destinos del país, en una época especialmente difícil económicamente hablando, y más cuando se pone al descubierto, los pagos de sobresueldos con dinero negro de procedencia ignota.
 
Contribuyen aun más si cabe, a la confusión y opacidad, las declaraciones de los máximos dirigentes peperos, con las expresiones de “No me consta”, “Si me entero no me va a temblar la mano”, “Que cada palo aguante su vela” y otras parecidas, pues nos deja entender o bien que los responsables con Rajoy y Cospedal a la cabeza, son una especie de inútiles que no se enteran de lo que pasa delante de sus ojos, o que se trata de unos implicados que no pretenden hacer otra cosa que esconder sus responsabilidades buscando en la ignorancia de los ciudadanos, y en una supuesta “omertá” de la oposición, dando por supuesto que también ellos ejercían las mismas o parecidas practicas.
 
Se habla de guerra interna en el Partido Popular y que distintas facciones pugnan por derribar la actual cúpula para situarse en primera fila; se dice que Doña Esperanza Aguirre, aprovecha las circunstancias para cargar las tintas sobre Don Mariano, con la perversa intención de removerlo del pedestal. Otros que la mandamás regional de Castilla la Mancha, y Secretaria General del Partido Popular, en una afán regenerador digno de encomio, es quien ha puesto fin a estas  prácticas ilegales; se ve acosada hoy por los corruptos que reaccionan con virulencia al sentirse desamparados por parte de un partido que hasta hoy les había cubierto sus espaldas
 
Sea como sea, el caso es que las circunstancias en España, ya no son lo mismo que hace unos años; en primer lugar, los ciudadanos ya tenemos suficiente cultura democrática para no dejarnos engañar por un quítame allá estas pajas; en segundo lugar el primer partido de la oposición el PSOE, que en un tiempo tuvo también sus cuitas con la justicia por problemas de financiación, no puede ni debe tolerar la mínima sospecha sobre sus actividades actuales, por lo que sin miedo alguno liderará la necesaria campaña de la regeneración de la democracia en España; y en tercer lugar que los españoles ya no estamos dispuestos a tolerar más casos de corruptelas, ni que sus responsables se esconden tras aquello de tu más.
 
Lo de Barcenas, para mi es la gota que colma el vaso; si España fuera un país normal, el presidente del gobierno y máximo responsable de su partido, ya hubiera presentado su dimisión, disuelto el parlamento y convocadas nuevas elecciones después que sus enemigos internos pretendan presentarlo como un colaborador en las corruptelas del tesorero y sus amigos, como un inútil que no se entera de lo que pasa ante sus ojos. Pero España, aun no es un país normal y los de la derecha que además de no querer abandonar el poder de ninguna de las maneras, están demostrando importarles un bledo el buen nombre de nuestro país.
 
Rubalcaba de momento ha sabido estar a la altura, las primeras declaraciones y su intención de movilizar la justicia, para esclarecer los hechos hasta las últimas consecuencias, le valoran en sobremanera, pues ya empezaba a ser hora que desde la propia clase política, se busque la limpieza y honestidad democráticas.
 
Espero y deseo que el PSOE, no nos decepcione, en este momento crucial de nuestra historia, y como es su obligación, lidere el malestar ciudadano y sea adalid de la regeneración democrática de España, que como he dicho antes debe empezar por obligar a dimitir a Rajoy y su camarilla.
 
Espero de este asunto, no volver a escuchar el manido, todos los políticos son iguales pues se está demostrando que algunos aprendieron la lección y hoy en día ningún corrupto permanece mucho tiempo en el PSOE.

viernes, 11 de enero de 2013

RECONSTRUYENDO EL SOCIALISMO



En estos tiempos de crisis, vengo oyendo desde personas con inquietudes y reflexivas de la situación actual, clamores para que el socialismo en España y en Europa vuelva a sus orígenes, como la gran solución al creciente poder de la derecha, y freno a la reacción que está acabando con uno de los logros sociales más notables de los últimos 80 años, como ha sido el llamado Estado del Bienestar.
 
Si partimos de la premisa de reconocer que lo que estamos viviendo es una gran revolución social, de parecidas características a la revolución industrial de finales del siglo XVIII que comportó entre otros grandes cambios, el nacimiento del proletariado como clase social y que la actual crisis económica no es otra cosa que la constatación efectiva del fracaso de los antiguos sistemas en una nueva realidad que la evolución tecnológica y de pensamiento ha implantado, deberíamos desterrar de nuestro pensamiento, cualquier idea que nos induzca a buscar en el pasado las soluciones del futuro.
 
No quiero decir con esto que se deba renunciar a los grandes principios humanistas de libertad igualdad y solidaridad que definen el pensamiento socialista, si no que a las estrategias que hasta hoy hemos empleado para conseguirlos debemos darles un giro, para encontrar el ángulo correcto que nos ponga en la dirección adecuada a la nueva sociedad del siglo XXI.
 
Del mismo modo que el socialismo no democrático, el de la dictadura del proletariado, fracasó estrepitosamente en la  década de los 80 del pasado siglo XX. Hoy el capitalismo salvaje que Ronald Reegan y Margaret Tatcher, pusieron en marcha, en la misma década del siglo anterior, se nos muestra como totalmente incapaz de garantizar una convivencia en términos de una justicia y una dignidad social. Es pues en la socialdemocracia donde hay que buscar el camino adecuado y en los grandes valores humanistas de libertad, igualdad y fraternidad, donde basar cualquier forma de estructurar la nueva sociedad el siglo XXI.
 
Hoy vivimos en un mundo económicamente globalizado, donde los conceptos de arancel y proteccionismo, tan propios de las doctrinas nacionalistas del siglo XIX y principios del XX han perdido todo el sentido; incluso el propio concepto de nación o de estado, ya no significan lo mismo que antaño, desde el momento que su poder e incluso la libertad de acción de sus gobernantes democráticamente elegidos, es condicionada por elementos ajenos al propio sistema político.
 
A modo de ejemplo, les invito amigos a pensar sobre el sentido actual de uno de las grandes metas del socialismo en el siglo XIX, como era alcanzar el poder para ejercer el control de los medios de producción de bienes y servicios. ¿De que nos va a servir ejercer el control público de unas fábricas o comercios, cuando resulta que en realidad estos dependen de una cadena de crédito, el final de la cual se puede encontrar a miles de kilómetros de distancia y repartido en un marasmo de intereses distintos, entre los cuales a lo mejor figuran los ahorros de unos futuros pensionistas del otro lado del mundo?
 
Los izquierdistas del siglo XXI debemos ser lo suficientemente imaginativos, para olvidarnos de las cuestiones puramente locales, retomar el internacionalismo, como uno de los grandes valores, y acordar  con nuestros hermanos ideológicos todas las estrategias a llevar a cabo para recuperar el liderazgo de la sociedad en esta nueva era.
 
Yo invito a los compañeros socialistas de toda España, con conocimientos de economía y ciencias empresariales a iniciar un gran y público debate, de ámbito europeo si es possible, donde se apunten nuevas estrategias para una nueva sociedad del siglo XXI, más justa, más solidaria y más libre.

lunes, 7 de enero de 2013

DE PATRIOTAS Y PATRIOTEROS


Bien, ya hemos pasado la Navidad, superado la fatídica fecha del 21 de diciembre, de 2012, donde los Mayas nos anunciaban el fin de los tiempos, y entrado en el 2013, un año que los profetas actuales nos anuncian de grandes penurias, recortes; donde todo lo que podemos esperar es dolor y crujir de dientes. Pero todos seguimos ahí y esto es lo importante y con moral de victoria, pues es bien seguro que todos los que hasta hoy nos han venido diciendo, que no hay otro remedio, que los pobres no tenemos derechos si no obligaciones, que si queremos que los ricos salgan de la crisis que ellos mismos han creado y les ha representado una pequeña merma en sus suculentos beneficios, vuelvan a nadar en la abundancia, nosotros debemos renunciar a una sanidad y educación, publicas e incluso a unas pensiones dignas para los que ya estamos en la llamada tercera edad. De nada valen ya los esfuerzos colectivos, y solo el individualismo, con la competitividad más salvaje, van a ser el motor del progreso de unos pocos privilegiados que van a seguir cuidando muy bien de sus privilegios.
 
Todo en nombre de un nacionalismo extremista que parece estar extendiéndose por todo el orbe, salvo raras excepciones. Despedimos el pasado año, con la noticia de que en Japón y en buena parte de los países denominados tigres asiáticos, la extrema derecha identitaria, ocupa posiciones de poder, luego de haber sido votado democráticamente, como si de golpe y porrazo en estos lares se hubiera despertado un atávico sentimiento tribal que les induce a pensar en solucionar sus cuitas, combatiendo al vecino.
 
En todas partes vuelven a sonar los discursos patrióticos, donde se ensalzan las virtudes locales y se denuestan la de los vecinos; donde quien los pronuncia ensalza a los suyos, y culpa al de fuera de todos sus males, mandando al cuerno en poco tiempo los esfuerzos de tantos y tantos, que a lo largo de más de 80 años, han luchado por superar las diferencias, invitando a los pueblos distintos a compartir esfuerzos para superar las dificultades. Cuestión a todas luces muy comprometida para los que nos consideramos de izquierdas y que esto de la cuestión nacional lo tenemos superado por principios y no nos consideramos pertenecientes a ninguna tribu, si no a la humanidad entera.
 
Pido fervientemente a todos, que cerremos los oídos a estos discursos que más que patrióticos yo los califico de patrioteros, que en verdad, como podemos contemplar en diversas etapas de la historia, nunca nos han conducido al bienestar general, si no a graves confrontaciones, donde unos pocos espabilados, han hecho suculentos negocios a costa de las desgracias de muchos.
 
Como muchos de Vds. saben yo he nacido y vivo en Cataluña, un lugar en el noreste de la península Ibérica, donde un derecha nacionalista, hasta hoy pretendidamente moderada, necesita esconder el fracaso en su gestión de la crisis y nos lanza a una confrontación con nuestros hermanos del resto de España, a quienes acusa de expoliadores y vividores sin escrúpulos. Cuenta para ello con un aliado impagable, como un Gobierno de carácter ultranacionalista español en la poltrona de la Moncloa, al que le viene como anillo al dedo, desviar la atención de la gente con confrontaciones de carácter nacionalista, que oculten la privatización y desmontaje de todos los servicios públicos, que desde 1982, se habían construido bajo el genérico nombre de Estado del Bienestar, que sibilinamente y con la excusa de una dicen imprescindible austeridad están llevando a cabo.
 
Temo muy mucho, que bajo estas premisas y con los patrioteros discursos que se oyen hoy día por la calle, todo acabe a garrotazos, pues según parece a los políticos nacionalistas, bien poco les importa el bienestar de sus ciudadanos, con tal que estos no metan sus narices en sus tejemanejes de corte neoliberal.
 
Confío en gran manera en el PSC, el Partido de los Socialistas de Cataluña, que si bien empieza el año en horas bajas i después de haber tenido el pasado noviembre su peor resultado histórico en unas elecciones autonómicas; creo sigue siendo la única fuerza capaz de enderezar la situación desde la sensatez, y la búsqueda de la armonía, con el conjunto de los españoles, mediante una más que imprescindible reforma constitucional para avanzar hacia una España de carácter federal, donde los diferentes pueblos y culturas que la constituyen puedan encontrar su perfecto encaje, sin necesidad de anacrónicos patrioterismos.