sábado, 25 de abril de 2020

DEMOCRÁCIA Y GLOBALIZACIÓN


Aunque en los años 90, del pasado siglo XX, y a primeros del XXI, la extrema izquierda se llamaba antiglobalización, situando a este fenómeno como un perverso invento capitalista; hoy deberíamos admitir sin género de duda, que la globalización en si no es de derechas ni de izquierdas si no, consecuencia directa del avance de la tecnología que nos permite abordar de forma colectiva, una serie de problemas que trascienden en mucho del ámbito nacional, como es por ejemplo la emergencia climática, o las nuevas epidemias como la del corona virus, además de otros muchos, como por ejemplo los graves conflictos armados que asolan buena parte del planeta y que se evitarían con un mundo globalizado de verdad, económica y políticamente hablando, estructurado en un sistema federal, donde el diálogo, la negociación y el pacto, fueran los principios básicos de la organización social.

Es cierto sin embargo, que la socialdemocracia entró en crisis a partir del momento, en que no supo entender la globalización como fenómeno evolutivo hacía una sociedad moderna y se anquilosó en la vieja idea de un mundo divido en clases sociales, donde una élites muy poderosas dominan y explotan a sus inferiores, en lugar de buscar su papel en la construcción de este nuevo mundo; todo ello acompañado de un aburguesamiento de sus dirigentes les llevó a perder toda posición de poder en Europa en beneficio del neoliberalismo, al no poder afrontar desde posiciones izquierdistas la grave crisis económica que empezó el 2007.

Hoy afortunadamente para las clases medias y bajas, las tornas han cambiado y la socialdemocracia recupera sus principios fundamentales, nuevos y jóvenes dirigentes, devuelven la ilusión a votantes y militantes desde análisis correctos de la realidad social y buscando nuevas soluciones dentro de los principios básicos, Libertad, Igualdad y Solidaridad. Todo empezó en Portugal, cuando los Socialistas, pactando con Comunistas e Izquierda Radical, consiguieron arrebatarle el gobierno a la derecha y aplicando políticas de izquierda lograron ajustar sus parámetros económicos a las exigencias de Bruselas, sin recortes de servicios sociales y aumentando los ingresos en base a más impuestos para las clases pudientes. Le siguió España, donde los poderes fácticos lo intentaron todo para cargarse a Pedro Sánchez cuando se olieron que el líder socialista emularía a sus vecinos portugueses e intentaría pactar con Podemos e Izquierda Unida para aplicar políticas de izquierda y mirar de salir de la crisis. La militancia socialista resultó decisiva, para mantener a Pedro Sánchez en la secretaría general del PSOE, elevándolo a la presidencia del gobierno a la menor oportunidad. Hoy el PSOE en coalición con PODEMOS gobierna España aplicando políticas de izquierda del Siglo XXI, esta que ya no es antiglobalización si no que intenta adaptarla en beneficio de toda la sociedad y no solo de unos cuantos privilegiados.

Ello nos está conduciendo a una gran consideración del Presidente del Gobierno y de todo su equipo en todos los ámbitos de la UE, siendo incluso admirado y tomado como referente por parte de la izquierda Alemana e Italiana, por cuanto intuyen que han sabido encontrar el camino de futuro para una nueva sociedad dentro de los cánones de la justicia social.
Todo parece indicar que la socialdemocracia, que entró en profunda crisis en Europa, hoy vuelve a emerger y situarse en el primer plano de la política, una socialdemocracia que ha superado sus miedos, sus dudas y sus contradicciones,  adaptando su discurso a la nueva realidad social. Además de España y Portugal, en otros países de Europa se percibe este renacimiento, como en Dinamarca, Suecia y Finlandia, como en Alemania e Italia.

El discurso antiglobalización, ha sido desplazado de todos los escenarios, observen Vd. amigos que a los grupos extremistas que antes se les llamó antiglobalización, hoy se les denomina anti sistema, porqué incluso ellos aceptan a la globalización como algo imparable y con lo que van a tener que aprender a convivir. Ello sin embargo no significa que se acabe con el discurso nacionalista si no que algunos, en particular la extrema derecha, siguen interesados en la división social en base a naciones y a ser posible enfrentadas entre sí, e incapaces de alcanzar el tamaño suficiente como para combatir a las grandes corporaciones industriales, de servicios  y financieras, que acaban dominando el mundo fuera de cualquier principio democrático, pues a ellos no los elige nadie y los políticos, sean del bando que sean, acaban estando a su servicio rindiéndoles incluso pleitesía, como estamos comprobando particularmente en España, con Felipe González, a sueldo del multimillonario Carlos Slim, y algunos barones socialistas, o José Maria Aznar y  un gran sector del PP, a sueldo de Murdoch el gran magnate de los medios de comunicación

Ya lo dice el profesor de economía estadounidense Dani Rodrik, al plantear su famoso trilema, La globalización económica en un mundo dividido en Naciones Estado es solo gobernable mediante lo que se viene en llamar dictadura de los mercados. Por el contrario, si pretendemos defender el sistema democrático en un mundo globalizado, solo nos queda caminar hacía la globalización política en el mundo entero basándola en un sistema federal. Para iniciar el camino a esta democracia plena deberíamos primero avanzar hacia grandes estructuras federales capaces de tener el suficiente poder económico que supere con creces el de cualquier corporación de las que antes mencionamos; Una UE estructurada como los Estados Unidos de Europa, estaría en condiciones de plantar cara a cualquier multinacional que se precie e imponer sus condiciones en beneficio de toda la sociedad que representa frente a los intereses de unos pocos accionistas de cualquier multinacional.

Acuérdense amigos  del refrán “El que paga manda

sábado, 18 de abril de 2020

LOS NUEVOS PACTOS DE LA MONCLOA PARA LA RECONSTRUCCIÓN


¿Qué vamos a salir de la pandemia más pronto que tarde? Nadie ni los más cuadriculados lo dudan ni por un momento, lo malo van a ser las consecuencias que nos va a dejar, la lucha que hemos tenido que llevar a cabo  con el fin de vencerla. Unos gastos extraordinarios en la sanidad, muy diezmada por los recortes del Partido Popular a nivel de toda España a los que hay que añadir recortes y privatizaciones de Artur Más y Boi Ruiz en Cataluña, los gobiernos del PP en las comunidades de Madrid, Galicia, Murcia, y un largo etc. y que ha sido imprescindible poner al día con una celeridad asombrosa para evitar que  a muchos infectados no se les pudieran dar las debidas atenciones por el colapso que se habría producido. También el gobierno se ha visto obligado a disponer de una partida de más de 100.000 millones de euros con el fin de establecer una serie de medidas sociales para paliar en lo posible las consecuencias en las clases asalariadas de este país, del parón de la economía que se han visto obligados a decretar para evitar males mayores.

No debemos olvidar tampoco la carga que debemos soportar entre todos de las retribuciones a más de 300.000 parados en el mes de marzo y una cifra parecida en el mes de abril, consecuencia directa del parón en el sector de la hostelería y turismo que ha dejado prácticamente a cero la campaña de primavera y verano de este año, al haber infectado el virus también a  países  como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, que son la base de nuestra industria turística.

En lo que se refiere a la forma de financiar estos enormes gastos, una de las fuentes en las que confiábamos como es la UE, la posición cerrada de Alemania y Holanda, no auguran una solución en el sentido que sería deseable, por lo que lo más probable es que los españoles debamos asumir con muy pocas ayudas desinteresadas la reconstrucción de nuestra economía y en consecuencia de nuestro estado del bienestar.

Hay quien dice, (Pablo Casado el primero),  que ahora solo hay que pensar en los problemas inmediatos y dejar para otro momento lo que se refiere pensar en el plan de reconstrucción de la maltrecha economía. Me huelo muy mala fe en quienes hacen tal afirmación, pues creo que pretenden que el final de la pandemia pille al gobierno en bragas y sin los deberes hechos debiendo entonces improvisar y adoptar medidas que otros, (la UE, por ejemplo), hayan diseñado y no precisamente a favor de los intereses de los españoles, como nos sucedió en la crisis del 2008.

Plantear un acuerdo o pacto a nivel nacional al estilo de los pactos de la Moncloa, con el fin de aunar esfuerzos, es indudablemente una buenísima idea, pues va a permitir que todos los estamentos del país, se coordinen para remar juntos y en la misma dirección para salir con rapidez del marasmo con el mínimo de daños colaterales. Un acuerdo que según lo manifestado por el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, va a englobar a Patronal y Sindicatos además de las fuerzas políticas del espectro nacional, a excepción de algunas que voluntariamente han decidido de antemano quedarse fuera como VOX y la CUP. Es sin duda esta propuesta de gran relevancia, pues son precisamente las organizaciones Sindicales y patronal, quienes a la hora de la verdad tienen el principal papel en el diseño del camino a seguir en el campo de la economía en el futuro próximo; porque amigos que nadie lo dude, de la pandemia que estamos sufriendo estos días, va a surgir un mundo completamente nuevo, donde todo va a ser distinto de lo que hemos conocido hasta hoy. Una nueva forma de organización social de la que todos y cada uno de nosotros deberemos colaborar en diseñar a fin que nuestros intereses de clase no se vean perjudicados como otras veces nos ha sucedido.

Por lo que se refiere al Partido Popular que en el momento de escribir estas líneas amenaza con situarse al lado de VOX y no participar de estos acuerdos, entiendo que a última hora va a cambiar de opinión y se integrará a los Pactos, pues de lo contrario, tanto CEOE como PYMEC o cualquier otra organización patronal les retiraría su apoyo y veríamos como en pocos días las encuestas empezarían a señalar una enorme subida de Ciudadanos, en detrimento del Partido de la calle Génova 13 de la capital de España. Porqué amigos, hay que entender y parece que en el PP no quieren ni oír hablar de ello, que después de la pandemia, pocas cosas van a seguir igual que antes en todo el mundo y una de ellas es que los antiguos métodos pseudo-imperialistas que la derecha española ha venido practicando, es lo primero que va a desaparecer.

Que vayan tomando nota, Pablo Casado Donald Trump, Victor Orban, Yasip Erdogan y un larguísimo etc. que la democracia se acabará imponiendo como ya lo hizo después de la II Guerra Mundial, y que nadie olvide que las características esenciales de la democracia son el Dialogo, la Negociación y el Pacto; pues el Covid 19 ha demostrado incluso a las grandes élites del planeta que la solidaridad es valor indispensable para afrontar los nuevos retos globales que nos va a plantear este siglo XXI que acabamos de empezar.

sábado, 11 de abril de 2020

FAKE NEWS, EL ARMA DEL FASCISMO



Fue Joseph Goebbels, el jefe de la propaganda nazi quien en los años treinta del pasado siglo XX  dijo aquello tan manido de que una mentira dicha mil veces se convierte verdad y el régimen que él representaba, no dudó nunca en emplear la táctica de la mentira para conseguir sus perversos objetivos.

Responsabilizar a toda una etnia, como la judía, de los males que sufrían los alemanes de la época, de su falta de trabajo y de la tremenda inflación que debieron soportar, fue lo que hoy llamaríamos una fake news de marca mayor que les permitió desviar la atención del verdadero problema, como fue la incapacidad de negociar del gobierno de la república de Weimar unas condiciones menos draconianas que las que se les impusieron en el tratado de Versalles, que puso fin a la I Guerra Mundial.

Hoy en día y después de una grave crisis económica mundial que se ha ensañado especialmente con Europa, fruto del fracaso de la revolución neocon de los años 80 y 90 del pasado siglo, impulsada por Ronald Reegan y Margaret Tatcher y cuando ello obliga a repensar el capitalismo para evitar la desigualdad entre ciudadanos de un mismo planeta; surgen de nuevo en Europa movimientos ultranacionalistas de extrema derecha que al igual que sus ancestros utilizan la mentira en los medios de comunicación de masas, aprovechando que la incultura de muchos ciudadanos no les va a permitir distinguir lo que es verdad de lo que es falso, alimentando con ello el miedo a perder lo conseguido y así conseguir situarse en el poder y evitar que la sociedad unida, acabe con los privilegios de las élites, a través de un reparto justo de la riqueza generada.

En España, VOX, la formación que representa el ultranacionalismo español, de hecho el máximo representante del estado nacional católico del tiempo de la dictadura franquista, utiliza sin vergüenza alguna la mentira, en su discurso político, por aquello de: calumnia que algo queda, consiguió el pasado 10 de noviembre de 2019 convencer a 3.640.063 electores para que le dieran su voto consiguiendo así 54 escaños en el congreso lo que le situó como tercera fuerza política del país, aunque al menos a mi me sorprende la capacidad de Vox para atraer a sus filas a tanta gente de la que se ha venido en llamar la generación mejor preparada de toda la historia de España, debemos reconocer que es la pura y simple realidad. ¿Es que quizás han sabido perfeccionar en grado sumo el arte del engaño? No lo parece, pues tratar de imponer la barbaridad del PIN parental, diciendo que a los niños en las escuelas se les enseñan prácticas sexuales como el sexo anal, o se les incita a la homosexualidad, resulta del todo inverosímil para cualquier persona con dos dedos de frente. Pienso que quizás el error está en dar el carácter de universal a la generación mejor preparada de la historia, cuando en realidad es una minoría la que ha conseguido un alto nivel educativo y la gran mayoría sigue inmersa en la suma ignorancia..
Lo importante sin embargo,  no son las estrategias que los diferentes partidos de extrema derecha utilizan para conseguir el fin propuesto, sino el propio fin, de este modo deberíamos pensar que solo desde el conocimiento profundo del fin que se proponen, estaremos en condiciones de elaborar las estrategias, más convenientes para combatirles a favor de la justicia social.

Si atendemos al retrato de la realidad actual que planteó el profesor de Harward Dani Rodrik, en su famoso trilema, donde de los tres conceptos, Estado-Nación, Democracia y Globalización, solo  es posible que funcionen dos de ellos en detrimento del tercero, como ya he explicado en otros artículos de este mismo blog. Entiendo, que las grandes élites mundiales, temerosas de perder sus privilegios han apostado, por el mantenimiento de los Estados Nación y una globalización que ellos han contribuido a diseñar, lo que desemboca en un debilitamiento de la democracia o sea que desean la implantación de una dictadura.
Observen Vds. que el trasfondo del discurso de VOX va en este sentido; Fortalecimiento del Estado Español, anulando las autonomías, rescatando competencias que vuelvan a ser del estado, o sea acabar con ellas. Defensa de un régimen autoritario centralizado, como en su tiempo fue el del General Franco, con la excusa de conseguir una mayor seguridad ciudadana, aunque sea con la restricción de libertades. De hecho VOX, persigue los mismos fines que Donald Trump en EEUU, Marine Lepen en Francia, la AFD en Alemania, Victor Orban en Hungría, etc.

Vean Vds. las estrategias de Donald Trump. America First, Estados Unidos por encima de todo, la industria estadounidense debe ser protegida, frente a los demás países del orbe. No se le pueden gravar con impuestos, en otros países aunque saquen de ellos grandes rendimientos, como por ejemplo la tasa Google, con la que amenaza castigar con aranceles al aceite de oliva en el caso que España la aplique. Lucha contra la Unión Europea con el fin que no devenga un serio competidor para la economía USA. Apoyando hasta el último momento el Bréxit, como estrategia de este combate. Guerra comercial con China, con el fin de mantener la supremacía USA en todo el mundo. Boicot a cualquier acuerdo internacional, que implique cesión por su parte. Mantener a toda costa la globalización de sus grandes corporaciones multinacionales, como símbolo de su poderío.

Analicemos ahora el objetivo del centro izquierda en Europa y Latino América. Del trilema antes dicho, el centro izquierda opta por mantener la democracia en un mundo globalizado, por lo que significa un detrimento de los estados nación. Es por ello que se defiende profundizar en la Unión Europea hasta conseguir un régimen federal, como sistema para competir de igual a igual, con las grandes corporaciones como EUU, y China.

En España, el PSOE opta también por la solución federal como solución al conflicto territorial interno, como el único sistema de gobernanza en igualdad de derechos de los ciudadanos, desde el respeto a la diversidad, cultural lingüística etc. Solo el federalismo es el camino para conseguir acrecentar la democracia en una economía globalizada.

De momento las grandes élites planetarias, para evitar tener que compartir su gran parte del pastel intentan engañar a las grandes mayorías, de asalariados, mediante el miedo a una nueva organización totalmente desconocida. Pero las grandes mayorías de asalariados, no debemos dejar que nos engañen y darnos cuenta que solo nosotros vamos a defender nuestros derechos, adelante pues no nos dejemos enredar..

sábado, 4 de abril de 2020

ORIGEN, GLORIA Y DECADENCIA DE LA NACIÓN

Aunque los nacionalistas españoles por excelencia, nos digan que la nación española se remonta a la boda de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, y los más recalcitrantes se remonten al encuentro entre iberos y celtas, en la meseta central de la península ibérica; los expertos aseguran que no es hasta finales del siglo XVIII, y principios del XIX, cuando como consecuencia de la industrialización de la economía, se opta por una nueva estructura territorial en el mundo, basada en lo que venimos llamando el estado nación, que permitía regular mediante pactos entre las élites, el comercio y las relaciones entre ellos.
No es hasta la segunda mitad del siglo XIX que el concepto democracia, se generaliza en el mundo occidental y los derechos humanos empiezan a tener carta de naturaleza en la organización social.

Acabando la II Guerra Mundial y con los acuerdos Bretton Woods, en 1944 por los que se crea el Banco Mundial  y el Fondo Monetario Internacional, como mecanismos reguladores de las relaciones económicas internacionales y canalizadores de la solidaridad de los más fuertes hacia los más débiles evitando así las enormes desigualdades, que habían conducido a los desastres de 1914 a 1918 y de 1939 a 1945, se consigue ligar el estado nación con la democracia, hasta el punto que con el paso del tiempo no se ha considerado un estado nación con pleno reconocimiento internacional, si no contaba con un régimen democrático en su gobernanza.

En España todo este proceso nos llegó mucho más tarde y no es hasta 1978 en que se nos considera, a nivel internacional, plenamente un estado de derecho, aunque gracias al empuje y a la especial idiosincrasia de los españoles que se recupera el tiempo perdido en apenas 40 años. Porqué aunque las cortes en Cádiz, proclamasen la primera constitución liberal, en 1812 las veleidades absolutistas del monarca Fernando VII, y el conservadurismo de una influyente iglesia católica  no permitieron que la democracia se consolidara de forma estable. El desastroso reinado de Isabel II, donde la corrupción llegó a límites nunca vistos, y la inestabilidad después de su destronamiento, con el breve reinado de Amadeo de Saboya y de la efímera 1ª Republica Española, no consiguieron que la democracia se asentara y se ligara para siempre al concepto de nación española. En el período llamado de la restauración, tampoco la democracia en España fue ejemplar, pues, el caciquismo que comportó la alternancia en el poder de dos grandes partidos, el Liberal y el Conservador, con la corrupción que llevó asociada y la poca visión de los nuevos tiempos que se acercaban con la irrupción de nuevas fuerzas de carácter revolucionario, defendiendo los derechos de la nueva clase social, el proletariado, desembocó en la dictadura de Primo de Rivera, que a su vez llevó a la II de República, abortada por el golpe de estado de 1936 y la consecuente guerra civil que abrió paso a la dictadura de Franco.

Las nuevas tecnologías, y el avance de la sociedad en general en todo el mundo civilizado, trae consigo la introducción de un nuevo elemento llamado globalización, que viene a desbaratar por completo el orden hasta ahora establecido con los antes mencionados acuerdos de Bretton Woods  Pues ya no es posible afrontar desde un prisma de estado nación una serie de problemas planteados, como el cambio climático o la desigualdad creciente entre norte y sur, y muchos otros, pues hay que afrontarlos desde un punto de vista planetario si en verdad se pretende solventar. Porqué amigos es indudable que la globalización ha venido para quedarse.

Ello nos induce a plantear la necesidad de una nueva organización territorial que supera las limitaciones del viejo estado nación, con la creación de estructuras supranacionales, como debería ser la Unión Europea, en detrimento claro está del poder y soberanía del que hasta hoy han gozado los estados nación; con capacidad para competir o acordar directamente con las grandes estructuras como los USA, China, etc. y capaz de frenar las ambiciones desmedidas de las granses corporaciones; ello va a conllevar además un nuevo tipo de relaciones internacionales que superan con creces la capacidad de los acuerdo Bretton Woods y un sistema de gobierno capaz de gestionar una nueva realidad donde la diversidad, cultural, religiosa, e incluso de raza, etc. Si como sería lógico, queremos que estas nuevas estructuras, se rijan desde los principios de la democracia, solo existe un camino, el de la estructura federal, el único sistema que se demostrado capaz de gestionar con eficacia la diversidad dentro de la igualdad de derechos.

Todo lo que no sea este camino, nos va a conducir a un dominio de las grandes élites mundiales sobre la mayoría de ciudadanos, o sea y dicho con palabras bien claras a la dictadura de unos pocos sobre las grandes mayorías, esto que algunos expertos vienen a llamar la dictadura de los mercados.