lunes, 22 de febrero de 2010

ESPAÑA NO ES GRECIA PERO TAMPOCO ITALIA


Parece que desde la derecha, más recalcitrante de Europa y sus medios de comunicación, en estos últimos tiempos, han redoblado sus ataques para conseguir el desprestigio del gobierno socialista español, presidido por José Luis Rodriguez Zapatero. No les importa siquiera que la marca España, acabe perjudicada gravemente, con tal que el PSOE, no pueda apuntarse la medalla, de haber sabido conducir la nave, en un momento de temporal y salir airoso, con pocos daños, en su tripulación y en la estructura de la nave.

No han dudado ni un solo momento en aliarse, con los grandes especuladores trasatlánticos, altamente interesados en hundir el Euro, para aprovechar la debilidad de uno de los miembros de la comunidad, y meter España en el mismo saco, consiguiendo perturbar, durante unos días, solo uno o dos días, el mercado nacional de la bolsa. Ha bastado tan solo, una visita de Ana Salgado al Reino Unido, y dar cuatro explicaciones de lo que ya era evidente al Financial Times, para que todo vuelva a la normalidad más absoluta.

Que la situación de la economía española no tiene nada que ver con la griega, lo ve hasta un miope de 100 dioptrías, sin gafas ni lentes de contacto, aquí nos sacudimos la derecha del poder unos cuantos años antes del gran crack del 2008, en Wall Street, y su tiempo de mandato fue mucho menor que el que ha tenido en el país heleno. Donde instauraron la corrupción y la economía sumergida, como base fundamental. Aquí por fortuna el favor a la gran especulación inmobiliaria, que promovió el PP, pudo ser atajado a tiempo en cuanto el PSOE, llegó al poder y aunque no se estuvo a tiempo a arreglarlo de manera suave, si podemos decir que de entrada no fue a más

No se me olvidará en la vida las caras de enorme satisfacción de Don Mariano y su camarilla, los días en que el Ibex-35, caía con inusitada rapidez, como consecuencia del pánico ficticio sobre la solvencia de la deuda pública española. Seguro que ya se veía camino de la Moncloa, después que se hubieran convocado elecciones anticipadas, como reconocimiento a la imposibilidad de Rodriguez Zapatero, de comandar la salida de la crisis económica. Fue un claro ejemplo de su política, “Cuanto Peor Mejor”, que tan buen resultado dio a su antecesor en 1996, aunque resultó claramente nefasta para los intereses de los ciudadanos españoles.

Ahora, le ha tocado el turno al inefable Josemari, que emulando a su íntimo amigo Berlusconi, tiene la desfachatez de enviar un gesto obsceno a los estudiantes que le abucheaban, no insultaban, llamándole fascista. Digo que Aznar no se puede considerar insultado, por el hecho que de sus artículos, y manifestaciones públicas, en muchísimas ocasiones, es fácilmente deducible sus enorme simpatías, por esta causa del “fascio”, en la además militó en su juventud, cuando se encuadraba en la filas de Falange Española.

Nadie del Partido Popular, se ha atrevido a recriminarle su gesto, algunos hasta lo han justificado, lo que viene a representar una aprobación de los cuadros de la derecha española, hacia, esta política populista, muy alejada de la seriedad que debería imperar en la clase política en unos momentos, donde las dificultades económicas de muchos de los ciudadanos, están a la orden del día.

Por lo que se ve, Aznar no se da cuenta que España, tampoco es Italia, donde el prestigio y consideración de la izquierda está por los suelos y el populismo de un títere, sospechoso de relaciones con el submundo de la mafia, ha adquirido un gran predicamento, más por no tener contrincante que otra cosa. En nuestro país, el discurso de la izquierda que encarna el PSOE, con sus errores y sus aciertos, ha calado profundamente en la sociedad, que a pesar del desgaste que gobernar en tiempos de dificultades comporta, sigue manteniendo un notabilísimo apoyo de los ciudadanos, según reflejan todas las encuestas. El gesto chulesco de Aznar, jaleado seguramente por los descerebrados de la ultra derecha, va a tener graves consecuencias para la derecha española, pues la aleja de la moderación y la seriedad que en unos momentos, le acabaron dando el poder.

Estamos a un paso de empezar un lento pero seguro remonte de nuestra economía; y esto pone nerviosos a Rajoy y sus muchachos, que temen perder buena parte de los apoyos, si antes del 2012, se consolida la recuperación, con Zapatero i el equipo del PSOE, en el timón de la nave; cuestión que les hace dar palos de ciego, buscando lo que nunca van a conseguir la caída del gobierno Zapatero, lo más pronto posible.

lunes, 15 de febrero de 2010

¿ESTÁ PERDIENDO EUROPA SU GRAN OPORTUNIDAD?


Los datos económicos de Europa y de Estados Unidos, no son tan alentadores como muchos expertos, generalmente neoliberales, pronosticaron, al comentar los datos del tercer trimestre del 2009, cuando los principales países de la Unión, ofrecieron datos de crecimiento positivos después de permanecer una larga temporada en los números rojos; si no que tan solo un trimestre más tarde, nos muestran un total estancamiento en Alemania, y pequeñísimos índices positivos en Francia.

El gobierno Zapatero, uno de los pocos verdaderamente de izquierdas en el actual mapa político Europeo, ha debido soportar durante tres meses, las más feroces críticas a su manera de gobernar el timón en el marasmo de la crisis económica, una manera que ha sido calificada de inútil, ineficaz, y otras lindezas por el estilo, provinentes de la derecha reaccionaria interna y del exterior, sobre todo del Reino Unido. Llegándose incluso a provocar un ataque en toda regla de los grandes especuladores mundiales, contra nuestro sistema financiero y la deuda pública. La situación se ha normalizado en el exterior, después de las oportunas explicaciones de nuestra ministra de Hacienda, en la fuente del problema; y aunque se hayan disipado los principales temores en el exterior, aquí se han encendido aun más si cabe los ánimos de los Rajoy Boys and Girls, que se han puesto a desbarrar con planteamientos y ultimátum del todo inaceptables, en cualquier proyecto serio sobre el tema.

Volviendo a Europa y en concreto a su motor principal Alemania, veremos que la coalición liberal demócrata-cristiana, en el poder desde el año pasado, que hizo bandera electoral de la bajada de impuestos, no solo no ha conseguido, mantener el atisbo de crecimiento, que con las últimas políticas de la anterior coalición de gobierno donde la socialdemocracia tuvo un papel preponderante, habían conseguido, si no que han hecho un paso atrás, situándose en un crecimiento cero, con posibilidad de volver a la recesión. Ello es una prueba más que patente, que esta profunda crisis económica en la que buena parte del planeta está inmerso, no va ha encontrar la solución en las clásicas recetas de los neoliberales, si no todo lo contrario, debe encontrar en profundos cambios en el sistema, el camino para una nueva era de crecimiento.

El control de las instituciones democráticas sobre todos los escalafones del funcionamiento económico incluido el financiero, debe priorizar-se, y las estructuras supra estatales, fortalecer-se, otorgando-les las cuotas de poder necesarias para que puedan desarrollar su labor y no como en estos momentos la Unión Europea, donde los lastres de unos nacionalismos trasnochados, están bloqueando su toma de decisiones, en forma de un Tratado de Lisboa, que a todas luces está resultando insuficiente, para gobernar una superestructura con una sola moneda.

Temo en gran manera, que la Unión Europea, esté perdiendo la oportunidad de oro para consolidarse como potencia, con voz y voto en el mundo del siglo XXI, que le ha brindado la actual crisis económica. Me preocupa que el egoísmo de unos pocos poderosos, quieran impedir el progreso de una mayoría del género humano, como ya ha sucedido en otras épocas de la historia, con funestas consecuencias.

Recuerden amigos, que sucedió después de crac de la bolsa de 1929 y de la consecuente recesión, cuando en Europa, los grandes potentados, responsables en cierta manera de la catástrofe, temerosos que los cambios que se apuntaban de socialismo y socialdemocracia, les desbancaran de su posición de privilegio, no dudaron en situarse en las posiciones más retrógradas, como los nazismos Alemán, Japonés Británico, y Estadounidense o los fascismos en Italia, Francia y España, que con más o menos intensidad acabaron salpicando a todos los países del orbe, y nos condujeron a una inevitable conflagración, después que la miseria, y la desprotección social de los ciudadanos, les condujera a elevar democráticamente en algunos casos o por la fuerza con el colaboracionismo activo o pasivo de una buena parte de la sociedad, estas fuerzas al poder, en Alemania, Francia, España e Italia, como la gran solución para sacarles del pozo.

Veo con espanto, el resurgir de los grupos fascistas y neonazis en Europa, tiemblo cada vez que actos y expresiones de carácter racista y xenófobo, se escuchan con más asiduidad en nuestras ciudades y pueblos. Me embarga un enorme sentimiento de preocupación, cuando compruebo que una buena parte de la izquierda europea ha hecho dejadez de sus principios y se han abandonado a posiciones que rayan el ostracismo

No se puede poner trabas al progreso, quien lo hace y predique soluciones anacrónicas a los problemas actuales, nos está engañando vilmente y solo persigue alargar un tiempo más los privilegios de unos pocos. No perdamos la oportunidad.

lunes, 8 de febrero de 2010

LAS VERDADERAS MEDIDAS PARA SALIR DE LA CRISIS


Todas las grandes crisis que ha sufrido el mundo capitalista a lo largo de la historia se han solucionado en base a una sola cosa, trabajar.

Los gobiernos han podido hacer más o menos para facilitar las cosas, empleando políticas, más o menos acertadas, para crear las condiciones más óptimas, para que la sociedad desarrolle sus capacidades, pero al fin y al cabo, es esta la que debe reaccionar y saber encontrar el camino adecuado.

Hoy nadie duda que la crisis que estamos pasando, sea una verdadera revolución, en el sentido más literal de cambio. Cambio en los sistemas productivos, en las formas de vida, e incluso de la organización social.

Los viejos sistemas del trabajo en grades fábricas, parecen haber pasado a la historia. Cada vez se hace más y más necesario, avanzar hacia el modelo de pequeñas factorías, altamente especializadas, más fáciles de gestionar. Los modelos productivos también están cambiando, dejando obsoletos los trabajos en cadena, substituidos por máquinas robotizadas. La propiedad de las empresas también ha experimentado un giro de 180º, pasando de la antigua empresa familiar de los orígenes del capitalismo, a las sociedades anónimas, con un capital tan repartido que las personas como propietarias de una empresa han dejado de tener significación alguna. Sin embargo, este giro ha provocado el nacimiento de una nueva clase social, mal denominada empresariado, que no forzosamente debe coincidir con los propietarios de las empresas, si no que están formados por altos ejecutivos, muy bien retribuidos económicamente, la mayor parte de las veces son los que se agencian la parte del león de los beneficios de las empresas y son los primeros en abandonar el barco, cuando les cosas se tuercen. Por último no debemos quitar importancia, al tema medioambiental que ha empezado a calar hondo, cuando nos damos cuenta que nuestros sistemas productivos clásicos, llevan como consecuencia, una degradación de nuestro planeta, que puede conducirnos en un plazo medio de tiempo a legar un mundo inhabitable a nuestros descendientes.

Una reflexión sobre todo ello y una mirada retrospectiva a la historia, nos permite afirmar que nos encontramos inmersos en un gran periodo revolucionario, solamente comparable a la gran revolución industrial, que empezó a finales del siglo XVIII y se alargó durante el siglo XIX, hasta la mitad del pasado siglo XX, cuando las clases sociales, empezaron a quedar bien definidas y la necesidad de reducir las diferencias entre ellas, dio paso a la socialdemocracia, como fórmula política más adecuada.

La nueva tecnología que impuso la máquina de vapor, inventada por James Watt, significó el fin de una era y de una estructura laboral basada en pequeñas i domésticas unidades de producción, pasando a la concentración en grandes fabricas donde se multiplicaba la producción rebajando los costes, por la generación de más i más excedentes. Además de significar el nacimiento de una nueva clase social, “el proletariado” el gran cambio tiene lugar en la propia esencia de la estructura social, la familia, que se reduce notablemente en número al pasar de convivir bajo un mismo techo y trabajar en la misma unidad de producción, padres, tíos, hijos, sobrinos y nietos, a vivir en viviendas aparte, el matrimonio con los hijos, que al alcanzar la mayoría de edad se independizan y fundan nuevos núcleos.

Hoy la estructura familiar también experimenta cambios profundos debido a las nuevas formas de trabajo, cambios a los que, como entonces, hay grandes estructuras que son contrarias, por el temor a perder poder, como las principales religiones, incluida la Iglesia Católica.

Pero, no hay quien pueda detener el progreso y al final quien lo pretende acaba siendo atropellado por los acontecimientos; por ello es necesario que ya mismo, los españoles nos pongamos a trabajar, que busquemos fórmulas para financiar a los nuevos emprendedores, que los hay, que encontremos nuevas estructuras empresariales de propiedad compartida, lo que en unos momentos se llamó economía social, que apostemos fuertemente por la formación, como el gran camino a la generación de beneficios. Todo ello sin olvidar ni un ápice de la protección social y los derechos que la clase obrera de nuestro país le ha costado tanto tiempo conquistar.

Estoy convencido que solo aquellos que verdaderamente hagan apuesta de futuro, saldrán de la crisis y España, será uno de ellos siempre y cuando no nos dejemos engañar, por los cantos de sirena de una clase empresarial que debe girar 180º su mentalidad conservadora i anacrónicamente periclitada, si no quiere perder el tren del futuro, ni verse desbordada por los acontecimientos.

No temamos, a los cambios, y pensemos muy seriamente en las palabras que un gran español, Francisco Pi y Margall, pronunció hace 150 años. La Revolución es la paz y la Reacción es la guerra.

lunes, 1 de febrero de 2010

EL NECESARIO CAMBIO QUE NO LLEGA


Las grandes compañías norteamericanas, responsables en gran parte de la caótica situación económica, en la que se halla inmerso la mayor parte del orbe terrestre, han conseguido en base a invertir grandes cantidades, que el sueño del gran cambio que Obama, anunciaba en su campaña electoral, haya quedado en solo eso, un sueño; cuando ya se ha hecho pública la desactivación total de la reforma sanitaria en USA, y la puesta en práctica de medidas de claro corte neoliberal, para sacar el país de la crisis. A pesar del reciente grito de Obama, como advertencia a la banca: “Si quieren guerra la tendrán”

Parece ser que la pérdida del escaño del fallecido Edward Kennedy, en el estado de Massachusetts ha sido el elemento determinante en este cambio, cuando todos los asesores del presidente, le han indicado la necesidad de un golpe de timón a su política, si pretende que el partido demócrata, siga ganando elecciones.

¿Que ha pasado para que en menos de un año se haya producido este giro tan radical en el pueblo estadounidense, de un apoyo incondicional al primer presidente negro, a un rechazo descomunal a su política?

Sencillamente pienso que ha sido cuando los más grandes poderes del país, petroleros, aseguradores, bancos, etc, han visto peligrar la oportunidad de volver a los niveles de grandes beneficios, en base a la especulación pura y dura, y para ello no han dudado en emplear toda su capacidad de influencia en medios de comunicación, para montar una campaña de desprestigio al gran cambio que se pretendía poner en marcha, campaña que parece ser ha calado en la opinión pública norteamericana que acaba dando la espalda a este, necesario e imprescindible cambio, que la economía mundial del siglo XXI precisa.

Por otra parte, creo que nadie en este planeta ha sido capaz de decir la verdad, en el sentido que los grandes cambios, en las estructuras económicas, siempre requieren de grandes sacrificios, y que si en verdad pretendemos un mundo con más justicia social y con igualdad de oportunidades para todos debemos empezar controlando al sector financiero, impidiéndole asumir riesgos excesivos, así como favorezcan la especulación sin control ninguno, que ha llegado a considerarse, como un valor esencial del capitalismo.

Ya se que no resulta popular, ni favorece ganar elecciones, el eslogan “Churchilliano” “Sangre Sudor y lágrimas”; y también que el valor del sacrificio, ha dejado de tener consideración en la moderna y opulenta sociedad denominada occidental, pero créanme amigos, la historia va a ocuparse de demostrar que únicamente, los que habrán sido capaces de luchar denodadamente contra la adversidad y con claridad de ideas avanzar hacia el progreso solidario, huyendo de la falsa promesa de una rápida recuperación, que al final resulta es solo para unos pocos, alcanzaran la meta de una sociedad más justa, donde todos vivamos mejor.

Obama a cedido, y su “Yes We Can” se ha desinflado, con la aquiescencia de una buena parte del pueblo estadounidense, que se ha dejado seducir por los cantos de sirena de los más importantes lobbies, que como se está demostrando, siguen repartiendo pingües ganancias, entre una selecta minoría de altos ejecutivos, a pesar que para obtenerlas haya sido preciso exprimir el bolsillo de los contribuyentes, siguiendo la máxima neoliberal de socializar las pérdidas, y privatizar los beneficios. La cesión de Obama, ha condenado al pueblo estadounidense, y como no vigilemos al resto del planeta, a vivir durante unos años más la agonía de un sistema, una agonía, que resulta más y más dolorosa, a medida que el tiempo avanza, y las antiguas estructuras se desmoronan víctimas de la insolidaridad y el egoísmo, de un tercio de la humanidad, que explota hasta la saciedad a los dos tercios restantes, desde el siglo XVIII, cuando el capitalismo inició su andadura.