domingo, 30 de enero de 2011

LA NECESARIA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA IZQUIERDA


Hoy más que nunca es necesario, poner sobre la mesa la vocación internacionalista de la izquierda mundial, como contraposición al nefasto y separador nacionalismo de la derecha, que está abocando al mundo a una nueva catástrofe por el enfrentamiento de unos con otros, para conseguir arrebatar una mayor parte del pastel, aunque sea a costa de dejar sin ni siquiera las miajas a muchos otros.

Observen Vds. amigos lectores, que desde el momento en que el capitalismo, juzga conveniente a sus intereses internacionalizar la economía, abandonando el proteccionismo que hasta entonces había defendido a capa y espada, y desde una Europa, estructurada en una clara posición socialdemócrata, se avanza desde lo económico hacia una unión política, además de una internacional socialdemócrata en auge, suena en el interior del conservadurismo internacional una gran señal de alerta que advierte del peligro a corto y medio plazo de perder su hegemonía, cuando por lo demás el desprestigio de su causa, les empieza a llegar en forma de la demostración cada vez más palpable de su implicación en los regímenes autoritarios de Latinoamèrica, en las décadas de los 70 i 80 del pasado siglo.

La mal llamada revolución neocón, (digo mal llamada pues siempre he creído que el término más adecuado, debería ser reacción en lugar de revolución), no lo debemos considerar como un movimiento improvisado ni surgido al azar, si no que fue cuidadosamente planificado, para desmontar la estructura de una izquierda, que poco a poco abandonaba sus posiciones extremas y consolidaba en su posición más moderada, como la que representaba la socialdemocracia.

¿Pero como se puede desmontar un estado del bienestar y unos valores altamente consolidados en la sociedad? Pues sencillamente apelando y prostituyendo un concepto tan noble y antiguo como es el de la libertad. Empezaron por sacralizar el concepto de libertad individual confrontándolo con los valores colectivos, siguiendo por encumbrar el concepto de propiedad hasta el punto más alto de la escala de valores, y como consecuencia excluir al que nada posee de la condición social. Se educa también en base a una competitividad sin normas y así resulta que el gran valor es la posesión, sin importar lo más mínimo la manera como se ha conseguido. No importa el como se consigue dinero lo único que cuenta es conseguirlo, aunque para ello, uno vaya dejando cadáveres en su camino en forma de excluidos sociales.

La izquierda entró en horas bajas a partir de la caída del muro de Berlin, de hecho fue como si el descubrimiento de las miserias que había en el otro lado, significara un estigma para todos los valores esenciales que tradicionalmente el socialismo había defendido; de repente pareció que los pensadores de izquierda se avergonzaran de su ideología, como si el proclamar la idea de repartir la riqueza generada por el trabajo de todos, fuera una especie de anatema o principio diabólico. En la Unión Europea, un producto nacido de los principios internacionalistas de la socialdemocracia, los partidos socialistas se retrotraen a sus cuarteles, cada uno el suyo, mientras que el ultranacionalismo derechista, empieza a campar a sus anchas, desmontando todo aquello que qué de común entre varios países se había construido, dejado el solar europeo, en una mera cuestión económica y de mercado, donde los grandes depredadores, puedan campar a sus anchas.

En América Latina, si bien el proceso que se sigue es bien distinto y según parece el izquierdismo va ganado posiciones, sin embargo adolece de un defecto que le puede llevar a su destrucción, como es el populismo de algunos de sus líderes, a los que bien poco interesados se les ve en la construcción económica potente de sus países, limitándose a repartir una riqueza proveniente de los productos no renovables que se extraen del subsuelo, cuestión que en cierta forma les obliga a abandonar también el principio internacionalista, elemento fundamental de la izquierda.

Para finalizar, dejarles a su consideración amigos lectores, una realidad que está sucediendo hoy en el mundo, como es la nula respuesta de toda la izquierda mundial, ante las revoluciones que están sucediendo en el Magreb y Egipto; cuestión que está dejando libre camino a los grandes poderes reaccionarios, de USA, Israel, etc. para reconducir la situación. Y no lo duden que por mucho que se diga, estos, solo miran a su provecho.

domingo, 23 de enero de 2011

PRENDIENDO MECHAS


Hay personas que no tienen remedio, y por mucho que se esfuercen no abandonaran nunca su condición de impresentables, además de poco dotados en el don de la oportunidad; como es el caso de nuestro inefable expresidente del gobierno y uno de los máximos representantes de la derecha cavernícola europea, Don José María Aznar López.

La política de desviar la atención del principal problema, que de siempre ha venido practicando, le lleva en estos últimos días a aprovechar el malestar de muchos ciudadanos por una crisis económica de la que sin ser mínimamente responsables, se ven abocados a pagar todas sus consecuencias, soportando unos recortes sociales sin precedentes y una situación de precariedad laboral, o de puro y duro desempleo, para responsabilizar como culpable de todo ello, a la estructura semifederal del estado como es el llamado Estado de las Autonomías.

No me extraña lo más mínimo que Don José María, utilice éste recurso para tapar las responsabilidades, suyas directamente y de su formación política, por sus decisiones en los años en que ostentó el gobierno de España, sobre todo por la aprobación de la ley del suelo, desatando la más enorme burbuja inmobiliaria que en nuestro país se había conocido, y cuyo pinchazo nos ha llevado a la actual situación económica y de desconfianza en nuestras instituciones bancarias, que a pesar del férreo control que sobre ellas ha mantenido históricamente el Banco de España, no consiguen el beneplácito de estos entes llamados mercados, al existir unas más que razonables dudas sobre el valor de sus activos patrimoniales, procedentes en su mayoría de operaciones inmobiliarias. O sea dicho en palabras simples y llanas, que si se pusieran a vender los pisos que poseen, obtenidos por la realización de los créditos fallidos a promotores, constructores o particulares, deberían hacerlo, por un treinta o treinta y cinco por ciento menos del valor contable que figura en su activo.

Don José María además, se permite el lujo de engañar al personal con la falsedad que en la España autonómica existen 17 gobiernos haciendo las mismas cosas, insinuando que esto tiene un coste 17 veces mayor que si solo hubiera uno; cuando la realidad es que las competencias que asumen las Comunidades Autónomas, deja de realizarlas el estado, traspasando este inclusos las estructuras, fundamentalmente las de personal a los gobiernos regionales. Terminó diciendo que si el PP vuelve a gobernar, le va a poner el cascabel al gato, disolviendo el estado autonómico; o sea regresando al unitarismo que fue bandera en los cuarenta años de franquismo. Dios nos libre!

¿No cree el preclaro profesor de Georgetown, que la economía de esta España semifederal que tenemos, funcionaria muchísimo mejor, sin unos avispados gobernantes enriquecidos de forma totalmente irregular a través de una trama semi mafiosa, conocida con el nombre de Gürtel? ¿No piensa el alto ejecutivo asesor de Endesa, que si cuando ocupó el poder se hubiera preocupado de renovar, promover y consolidar el sector industrial de nuestro país, en lugar de elevar a los especuladores como modelo empresarial, otro gallo nos cantaría? ¿No se da cuenta, el asalariado de Murdoch, que fue él, con mentiras quien nos metió en una carísima guerra como la de Irak, cuyos costos para nuestro país, y no me refiero solo a los económicos, aun hoy siete años después todavía los estamos arrastrando?

La democracia en nuestro país se fundamentó, desde sus inicios en la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado, en el reconocimiento constitucional de una España como país plural, con unas diferencias que lejos de separar, nos unen a todos enriqueciéndonos, y este es un valor que no debemos perder de ninguna de las maneras, si los españoles pretendemos seguir por la senda del progreso, como lo demuestra el antecedente más inmediato, como fue el de la II República Española, que consiguió en muy poco tiempo, poner a la retrasada España a la altura de las grandes naciones europeas; sin embargo su caída y con ella el advenimiento del unitarismo franquista, nos situó de nuevo en la cola de las naciones europeas, económica, social y culturalmente.

El involucionista Aznar, al igual que su admirado José Antonio Primo de Rivera, está convencido de la necesidad imperiosa de enfrentar a los españoles entre si, para poder sacar provecho, recuperar el poder para el PP y así extender los especulativos y corruptos negocios de sus íntimos amigos, y para ello no duda en prender mechas, contra todo aquello que nos une, como ha sido el establecimiento del Estado de las Autonomías.

domingo, 16 de enero de 2011

LAS BARBAS DEL VECINO


La perdida de las elecciones catalanas por parte del Partido Socialista, está desencadenando una serie de movimientos, que a mi corto entender resultan preocupantes, pues ponen en peligro la consideración de fuerza de izquierda más relevante que hasta ahora ha representado el PSC en Cataluña, además de la única capaz de aglutinar en su seno distintas sensibilidades, en cuanto a la configuración del estado, con la elevación del federalismo como meta suprema, garante de la solidaridad entre Cataluña y los otros pueblos de España.

Hoy el sector denominado catalanista del PSC se muestra especialmente crítico, no solo con el gobierno tripartito del que ellos han formado parte de forma relevante, si no que también con el aparato del partido al que acusan de seguidísimo del PSOE, e insisten en la reclamación de volver al grupo parlamentario propio en el Congreso de los diputados. Por otra parte, uno de los miembros más destacados de este grupo, Ferran Mascarell, ha causado baja en la formación socialista para acudir presto a la llamada del nuevo Presidente de la Generalitat, el convergente Artur Mas, que ha visto en ello una gran ocasión para clavar una nueva puya al acérrimo rival político, instando a su desunión e incrementando su debilidad.

Por otra parte, algunos militantes y ex militantes, presos de un curioso furor ácrata, se lanzan a la yugular del aparato del partido desde plataformas de Internet, proclamando unas reformas que se me antojan de cariz asambleario e instando a la revolución interna, particularizando en el PSC, auque para disimular generalicen en todas las formaciones políticas.

Mientras tanto desde la derecha en el gobierno, se está procediendo al desmontaje de todo aquello que ha funcionado del anterior ejecutivo izquierdista, con el fin seguramente que dentro de poco se olvide que un día, la sanidad, la enseñanza, y algunos aspectos de la movilidad, funcionaron correctamente en nuestro país. Con la excusa de la crisis económica, no se va a construir ni un solo hospital público más en nuestra comunidad, cuestión que no será óbice para que se impulsen conciertos con los hospitales privados; ello provocará sin ningún lugar a dudas, un deterioro de la sanidad pública, que será aprovechado por las mutuas privadas para vender sus pólizas, resultando al final una privatización del sector, por el deterioro del sector público.

En la enseñanza va a suceder tres cuartos de lo mismo, desde el nuevo gobierno, se está proclamando la insostenibilidad económica del sistema público de enseñanza, que en los últimos siete años de gobierno de izquierdas ha progresado enormemente, con la puesta en servicio de nuevos centros y la reestructuración de calendarios y normativas, para mejorar la calidad de la enseñanza pública, hechos que han sido recompensados, en el último informe PISA, con una más que buena calificación. Pero la Sra. Irene Rigau, flamante consejera de educación, ya ha anunciado, la supresión de la sexta hora, el nuevo calendario escolar, y una serie de recortes presupuestarios que impedirán no solo la construcción de nuevos centros, sino gran parte de la dotación en equipamientos de los centros ya existentes; eso si, para compensar no pone reparo alguno en ampliar los conciertos con la enseñanza privada incluso la de carácter confesional, abriendo la puerta de la subvención a las escuelas que segregan a los alumnos por sexo.

De hecho no nos tiene que extrañar, ni tampoco podemos decir que nos hayan engañado, pues el personal de CiU, desde el final de sus veintitrés años de su anterior mandato, y durante la campaña electoral de las recientes elecciones, no ha hecho otra cosa que proclamar su ultraliberalismo, y si una mayoría de catalanes les han votado, será porque piensan que de esta forma sacaran más provecho; aunque todos aquellos que tenemos arraigados en nuestro fuero interno, los valores de la solidaridad, el compartir y de transformación de la sociedad, actuando codo con codo los unos con los otros, o sea los valores del socialismo, nos preocupa la marcha atrás que ello representa y ya estamos haciendo cábalas para ver de paliar, desde nuestra posición, los daños al estado del bienestar que los próximos años se van a producir en nuestro país.

Es de vital importancia, para España y para Cataluña, que en las próximas elecciones municipales y autonómicas, se contenga el avance del neoliberalismo, pues por duras que parezcan las medidas que se adoptan desde la izquierda, más lo son las de la derecha como en Cataluña tenemos la ocasión de comprobar.

¿Se acuerdan Vds. aquello de las barbas del vecino? Pues en Cataluña ya nos las están afeitando y con inusitada celeridad.

lunes, 10 de enero de 2011

CINCO AÑOS DE REFORMAS, NO ÉS UN BUEN RECLAMO ELECTORAL


El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, desde el púlpito del Congreso de los Diputados, los días previos a la Navidad, nos mandó una suerte de amarga felicitación a todos los españoles, pronosticando la necesidad ineludible de promover reformas, en los próximos cinco años, con el fin de aumentar la productividad de nuestra economía, hasta adaptarla a la media de los países más avanzados de la UE.

No hace falta decir que a muchos, el miedo que desde ya hace unos años tenemos metido en el cuerpo, se revolvió reavivándose, pues por suerte o por desgracia, la palabra Reforma, en boca de según quien, nos llega a causar, incluso pavor; pues no en vano la experiencia nos ha enseñado, que siempre se acaba, perjudicando los ya exiguos ingresos de una mayoría de ciudadanos españoles, clasificados en lo que se denominan clases medias bajas.

Es muy curioso esto de la productividad y de la competitividad de la economía de un país, que para los grandes expertos al servicio del poder, siempre consiste en reducir los costes directos, como salarios, y servicios sociales, sin tocar ni mellar en lo mas mínimo las llamadas ortodoxamente rentas del capital, y que vulgarmente todos conocemos como especulación pura y dura.

Digo que resulta curioso, cuando nos intentan convencer y según parece lo están consiguiendo que es absolutamente necesario, que un campesino, por poner un ejemplo, deba reducir, el salario de sus empleados, y incluso su propio beneficio, además de aumentar su producción con los mismos costes en pro de conseguir que la verdura que produce, sea más barata en el mercado, a fin que pueda competir en precio con otra proveniente de Marruecos, un país donde un peón agrícola, cobra la mitad que uno de aquí y que además no goza prácticamente de beneficios sociales, como asistencia sanitaria, o derecho a prestaciones de invalidez ni jubilación; cuando todos sabemos que la verdura que el campesino español vende a 1 €, en el mercado el consumidor paga 10€. ¿Por qué los expertos, nunca se preocupan de incidir sobre estos nueve euros de diferencia, en lugar de buscar una rebaja del uno?

Quizás es que estos son otros tiempos, pero recuerdo haber leído en un libro, sobre el estado de Israel, que en sus orígenes la comercialización de la producción agrícola del país, se canalizaba a través de una sola empresa de rango público, que solo añadía al producto exclusivamente sus costes, sin margen alguno de beneficio. Esto les permitió introducir su producción de naranjas en Europa, a unos precios más baratos que las que se producían en Valencia; cuestión altamente sorprendente, por cuanto cultivar naranjos en un suelo semiárido donde el agua es un bien escasísimo y por lo tanto muy caro, además de tener que contribuir a un enorme gasto de defensa, por los continuos conflictos con los países árabes vecinos.

Claro que por aquel entonces, incluso los judíos tenían muy claro la cultura del esfuerzo y que el verdadero valor, estaba en todo aquello por lo que luchabas y conseguías, arrancar de la tierra o transformar, y que el sector financiero, siempre necesario, se consideraba como un servicio a la producción siempre a ella supeditado, sin tener nunca entidad propia. Eran aquellos tiempos en que las grandes fortunas las ostentaban empresarios muy ligados a la producción y que los banqueros, eran gente prácticamente anónima encerrados en sus despachos, siempre vigilantes de la liquidez de sus entidades. Parecía que todo el mundo había aprendido la gran lección del crack de 1929 y la consiguiente segunda guerra mundial y que para siempre la política democrática, predominaría y controlaría la economía, evitando que unos especuladores sin ningún escrúpulo en nombre de la libertad, acabaran por esclavizar una buena parte de la humanidad.

Al día siguiente del discurso del primer mandatario español, en un periódico de ámbito nacional, se publicaba una encuesta en la que se preveía una victoria por mayoría absoluta, del Partido Popular y una gran debacle del PSOE, es entonces que empecé a pensar y atendiendo a la máxima que el pueblo siempre acaba teniendo razón; que Zapatero, ha acabado por dar la imagen de obligado o no, ha optado por la soluciones de la derecha más reaccionaria, y la reacción de los españoles, acaba siendo que para políticas de derecha quien mejor las hace es la derecha y francamente en esto también el pueblo acaba teniendo razón.

Aun estamos a tiempo de variar el discurso y retomar el camino de la izquierda para la solución de la crisis económica en nuestro país, un camino que va ser también de espinas, que nadie lo dude, pero que al menos al final encontremos un campo de rosas, que tampoco lo dude nadie.