sábado, 22 de febrero de 2014

EL TIRO POR LA CULATA


El 11 de setiembre de 2012, en la magna manifestación de Barcelona, bajo el lema de “Catalunya un nou estat d’Europa”, aunque el grito más coreado fue el de “Independencia”, acto al que Mas no asistió por cierto, aunque si le sirvió como excusa para venderse como Mesías conductor del pueblo Catalán, cosechando el primer fracaso, al perder en las urnas una buena parte de sus diputados; se insistía por parte de todos los soberanistas declarados que la permanencia en la UE era cuestión clave y fundamental en el proceso de una Cataluña independiente, con la clara intención de atraer hacia sus posiciones al colectivo empresarial y económico del país, siempre temeroso ante los grandes cambios.

Si bien al cabo de un año, en el 2013, la Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural entidades aglutinantes de la sociedad civil independentista, obviaron cualquier referencia a la UE, e incluso al llamado derecho a decidir, para centrarse solamente en la independencia en la Gran Cadena Humana que atravesó de Norte a Sur todo el territorio, cuestión que provoco entra otras consecuencias, la completa retirada del PSC de todo el proceso, al percatarse esta formación que lo único que se perseguía era su enfrentamiento con el PSOE, se siguió utilizando el tema de la UE, como garantía a un amparo económico, imprescindible en un país arruinado como es el caso.

Debemos reconocer que no se regatearon ni se regatean, esfuerzos en intentar lo imposible, enviando cartas a todos los líderes europeos, mandando emisarios a Bruselas y solicitando entrevistas al más alto nivel. Hasta el último momento, desde los medios de comunicación oficiales y subvencionados, se insiste hasta la saciedad que un organismo democrático por excelencia, como es la UE, por mucho que diga, no excluirá un país que obtiene su independencia, no por métodos violentos si no a través de las urnas.

La falacia de la premisa anterior, se ha puesto en evidencia en la reuniones que el president de la Generalitat ha mantenido esta semana con las organizaciones que representan el alto empresariado catalán, donde estos le han notificado, que sus gestiones ante las altas instancia europeas no han servido para nada y que ante la perspectiva más que cierta de una Catalunya independiente fuera de la UE, recomendaban al muy honorable prudencia en los planteamientos y abandona de la radicalidad de la que ha hecho gala hasta ahora.

Fijada una fecha y una pregunta, mejor dicho dos preguntas encadenadas, para el referéndum de marras, sin acuerdo con el gobierno del Estado Español, y con todos los canales de dialogo cerrados, por un lado y por el otro, cada vez es más evidente la imposibilidad de cumplir el otro acuerdo que se alcanzó hace un tiempo en Catalunya, al que se sumaron incluso el PSC, de apoyar una consulta legal y acordada con el gobierno español, por lo que un nuevo fracaso en la gestión del tema, de Don Artur, se ha hecho patente.

Si debemos reconocer sin embargo que Artur Mas ha sido hábil para esconder una nefasta gestión, ultraneoliberal por otra parte, que ha desposeído a los catalanes de una sanidad pública de alta calidad, como la que gozábamos, a menguado la educación pública a niveles de treinta años atrás, ha eliminado servicios sociales básicos, como las becas de comedor, y ha apoyado leyes estatales tan injustas como la reforma laboral, causante en buena parte de la alta tasa de desempleo en nuestro país. Hoy nadie habla de ello, y las manifestaciones en este sentido, a diferencia de otras regiones de España, donde las diversas mareas tiene presencia notoria en las calles, aquí vivimos en una aparente indiferencia absoluta, tal si hubiéramos sido anestesiados, parece que solo nos preocupa si seremos o no un nuevo estado en el mundo.

Si bien con lo hasta aquí expuesto, a don Artur Mas, le han salido ya tres o cuatro tiros por la culata, mucho me temo que a finales de este año le salga el último y definitivo, es el que le va a estallar la escopeta en toda la cara, cuando lo echen por unas elecciones plebiscitarias, o bien obligado a dimitir, por desprestigio personal; en cuanto la tormenta independentista amaine un poco, al finalizar los fastos del tricentenario.

domingo, 16 de febrero de 2014

LA UNIÓN EUROPEA, ¿ECHARÁ EL CIERRE?


¿Qué movió a los europeos en los años cincuenta del pasado siglo XX, a sentar las bases de lo que en el tiempo ha llegado a ser lo que hoy conocemos como Unión Europea? La respuesta es bien simple y todo el mundo más o menos enterado de la histórica de los últimos cien años se manifiesta de acuerdo, en que fue la idea de evitar en un futuro una nueva confrontación mundial, que todos vaticinaban como una especie de Armagedón extinguidor de la especie humana, viendo las terribles consecuencias, que tanto la primera como la segunda guerra mundial habían ocasionado y que en aquella época estaban muy presente en las memorias de los ciudadanos del mundo civilizado..

Si bien la  primera Gran Guerra, de la que en julio vamos a conmemorar el centenario de su inicio, trajo como consecuencia que la izquierda alcanzara posiciones de poder, después de la caída del modelo imperialista, 1917 la revolución Rusa, y 1921 la constitución del Partido Comunista Chino, no es hasta el final de la segunda, en que se configura en verdad un nuevo orden mundial, que tiene como eje dos grandes potencias, los Estados Unidos de Norte América (USA) y la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas (URSS), que se reparten Europa, y buena parte del mundo mediante tratados por los que se determinan las respectivas zonas de influencia.

En 1992, con la caída del Muro de Berlín, se pone de manifiesto la obsolescencia de la fórmula empleada hasta entonces, pues el mundo se encuentra ante una nueva dimensión tecnológica que al igual que la revolución industrial en el siglo XIX, hace cambiar incluso el modo de vida de las personas. El capitalismo en su fase imperialista ha vencido al gran oponente, el comunismo, y la estructura mundial en base a dos potencias enfrentadas ha llegado a su fin. Solo China por un lado, y la Unión Europea por el otro, parecen tener el peso suficiente, para establecer una multipolaridad, en un nuevo orden mundial, sin embargo el gran y moderno imperio, no ya de los USA, si no el que desde la sombra parece dirigir el mundo y que hoy conocemos como los mercados, no están dispuestos a perder su hegemonía, y ni cortos ni perezosos, se lanzan a excitar de nuevo los ánimos nacionalistas, con el fin de hacer fracasar, el sistema económico, que permitió la reconstrucción europea después de la 2ª guerra mundial y que conocemos con el nombre de Estado del Bienestar.

Hoy la Unión Europea, después de unos años de avances substanciales, cuando todo apuntaba a que acabaría convirtiéndose en una potencia equilibradora de la creación y reparto equitativo de la riqueza generada en el mundo, se ve envuelta en la más grave crisis económica, que nunca había conocido y sus valores fundacionales incluido el de parachoques que evite una tercera guerra mundial en grave entredicho, cuando la derecha mayoritariamente demócrata cristiana, empieza a claudicar, ante el populismo de una extrema derecha totalmente euroescéptica, y económicamente abandona los principios socialdemócratas, que hasta hace bien poco representaron el progreso y consolidación de la UE.

La izquierda socialdemócrata, que ha sido salvajemente atacada, por unos medios de comunicación al servicio de los más poderosos del planeta, mantiene sin embargo en esencia el discurso de los valores humanistas de Libertad, Igualdad y Solidaridad, además de permanecer lejos del nacionalismo disgregador, desde su férrea posición internacionalista, aunque a veces, sobretodo últimamente, haya cometido numerosos errores en el sentido de abandonar las políticas del Estado del Bienestar siguiendo los perversos consejos que se emanan desde este poder en el lado oscuro, que venimos en llamar mercados, bajo la excusa que “no hay otro remedio”.

El 25 de Mayo, tendremos quizás la última oportunidad de intentar dar un giro de 180º a las mayorías que componen el actual Parlamento de Estrasburgo, y como consecuencia en todos los órganos de gobierno de la UE, La comisión, el BCE, e incluso del FMI. Si conseguimos que la socialdemocracia que representan las izquierdas europeas, sean mayoritarias en los escaños de Estrasburgo, la UE y el mundo pueden garantizarse unos cuantos años más de paz y progreso, sin embargo si seguimos como hasta ahora, o lo que es peor, que  tal y como vaticinan las encuestas, las formaciones populistas de extrema derecha constituyan un grupo considerable, preparémonos para que en poco tiempo se eche el cierre a este gran proyecto, y el mundo se quede en la incertidumbre de si hará falta una nueva hecatombe para que la humanidad del futuro, si es que hay futuro después de una III Guerra Mundial, avance un paso.

domingo, 9 de febrero de 2014

CATALUÑA NO ES ESCOCIA NI ESPAÑA GRAN BRETAÑA




Desde el nacionalismo catalán, y con el fin de de buscar soportes internacionales a sus posiciones independentistas intentan, emular, el proceso que se ha iniciado en Escocia, con el que pretenden llevar a cabo en Cataluña, sin atender a la distinta realidad de uno y otro país ni al modo de llevar a cabo el procedimiento, pues desde las postrimerías del siglo XIX, cuando el nacionalismo catalán comienza su singladura bajo el lema de la “Renaixença”, se hace desde una posición de enfrentamiento con España, que a su vez y desde una posición también ultranacionalista, responde con particular agresividad, sin intentar nunca comprender si existe algo de razón en los planteamientos del otro bando. Es aquello de los separatistas y separadores, que siempre ha impedido cualquier posibilidad de dialogo y búsqueda de soluciones comunes.

En el caso escocés, si bien existe un nacionalismo claro representado por el partido que preside Alex Salmond, no encuentra rival en el otro lado, pues nunca se ha pretendido, que Gran Bretaña sea una entidad nacional, si no una especie de conglomerado de entidades nacionales, como Gales, Inglaterra, Irlanda del Norte y la propia Escocia, como si ha sido el caso de España, donde desde el absolutista Felipe V en siglo XVIII, se ha pretendido crear una entidad dominante, la castellana, que anulase todas las demás que configuran el mosaico de la hispana tierra.

También debemos considerar que el nacionalismo escocés resulta especialmente peculiar, pues la independencia que predican es si más no algo light, pues no quieren abandonar la libra esterlina ni tampoco la jefatura del estado que representa la monarquía británica y con todo las encuestas más optimistas solo les dan un 27% de apoyo a las tesis independentistas frente un 44% que se opone totalmente. Cuando en Cataluña, con un nacionalismo totalmente rompedor que poco o nada quiere saber con el resto de España, todas las encuestas vaticinan en estos momentos un claro empate técnico, alrededor del 45%% de partidarios y opositores a la independencia.

Si bien con todo lo expuesto, y mucho más que podríamos poner sobre la mesa hurgando en las páginas de la historia,  debemos considerar que Cataluña y Escocia se parecen lo mismo que un huevo y una castaña; también podemos afirmar que España y la Gran Bretaña, son entes completamente distintos y que en algunos períodos histórico se han encontrado en polos diametralmente opuestos.

Cuando en 1707, se crea el Reino Unido de la Gran Bretaña, entre Inglaterra, Gales y Escocia, al que más tarde, en 1800, se añadiría Irlanda, todos ellos disponían de régimen parlamentarios, cuyas instituciones se encargaron de ratificar los acuerdos. En la misma época, en España, concretamente en 1714, finalizada la guerra de sucesión, se unificaban los reinos que la componían,  con la inauguración de la época borbónica, que prosiguió con el absolutismo que ya practicaba la dinastía anterior los Austrias, respetando tan solo las singularidades en forma de fueros, de los reinos de Navarra y el País Vasco, que le permanecieron fieles, e imponiendo las leyes y usos de la nación castellana a Cataluña, por haberle traicionado al tomar partido por la casa de Austria en la guerra antes mencionada. Como se ve la diferencia entre España y Gran Bretaña, es abismal, pues del mismo modo que por el tratado de unión en Gran Bretaña, no se pretende crear un nuevo ente nacional, que substituya las entidades nacionales que lo componen, aquí, se pretende asimilar todas las naciones en una sola, la mayoritaria, que venía a ser la castellana.

De todo ello cabe deducir, que él origen la gran disparidad, entre los procesos reivindicativos de independencia de Escocia y Cataluña, hay que buscarlas en las diferencias históricas que hemos expuesto y particularmente en el hecho que nunca se pretendido constituir una gran Bretaña como nación y sin embargo si se viene haciendo en España desde hace trescientos años; así es fácilmente entendido, que En el Reino Unido no se ponga inconveniente en realizar una consulta en Escocia, e incluso el primer ministro británico, el conservador David Cameron haga campaña a favor del no desde un punto de vista positivo, mostrando las ventajas a los escoceses de seguir unidos bajo la bandera de la Unión Jack, y aquí en España, se pongan todo tipo trabas incluso constitucionales, y el presidente del Gobierno el ultra conservador Mariano Rajoy pretenda solventar el tema desde la negatividad, cerrándose al dialogo y lanzando terribles amenazas para llevar un proceso semejante. Buena prueba de lo mal que se plantea el tema es que trescientos años más tarde, se hable aún, por parte del ultra nacionalismo español, de españolizar niños catalanes, y se pongan trabas al desarrollo de las lenguas vernáculas distintas al castellano, en lugar de asumirlas como una fuente de riqueza cultural para España..

Resumiendo amigos, por todo lo expuesto hasta aquí debemos deducir, que hoy tal y como están las cosas, y desde la visión nacionalista que tanto en Cataluña como en España imperan, deviene imposible una segregación territorial de manera pacífica, al no encontrar sustento jurídico ninguno que pueda ampararla, la Constitución de 1978 sigue señalando como fundamental el hecho nacional español, y acepta el estado autonómico prácticamente como una mera descentralización administrativa. Pensar en esta legislatura, en una reforma en profundidad de la constitución que venga a poner remedio a este estado de cosas, es totalmente imposible mientras el nacionalismo siga campando en la Moncloa y con mayoría absoluta; porque amigos, Cataluña no es Escocia ni España es Gran Bretaña, como reza el título de este articulo, pero también debemos decir que a pesar de militar en el mismo partido a nivel europeo, Rajoy no es Cameron, ni por asomo!!!

Por otro lado está la visión federalista, que a mi entender es el camino hacía un perfecto encaje de los distintos pueblos que componen España, en un marco donde todos se sientan cómodos y aporten sus valores en una causa común, pero esto será objeto de otro artículo, pues ya está bien de rollo por hoy.

domingo, 2 de febrero de 2014

NEGRURA EN EL HORIZONTE


 
El gobierno Rajoy, está llevando a España a una situación del todo insostenible y aunque cada vez somos más los que intuimos todo obedece a una estrategia perfectamente planificada y orquestada en los cuarteles del ultra-capitalismo internacional, para el desprestigio de la política, con el fin que la sociedad misma, acabe entregando el timón a los más poderosos dinerariamente hablando.

Si amigos, cuando al final de la segunda guerra mundial, desde las grandes potencias se comprendió, que no se podía ahogar la devastada Europa, Alemania incluida, sin el riesgo de repetir de nuevo a los pocos años una nueva confrontación bélica, consecuencia de la inquietud ciudadana fruto de la miseria en que se viviría, y en base a las doctrinas Keynesianas se vio imprescindible potenciar el esfuerzo colectivo con un reparto de la riqueza generada mediante la recaudación de impuestos, lo que convinimos en llamar Estado del Bienestar; los poderosos del planeta, no cejaron en su lucha, por arrebatar el poder a la política, para asumirlo ellos, de facto sin importarles un bledo que el valor de la democracia quedara tocado de muerte.

Durante años y a la sombra, los poderes fácticos han ido acumulando dinero y poder, con el terrible engaño de la especulación de todo tipo, hinchando burbujas, que antes de reventar ya habían conseguido trasvasar grandes cantidades de dinero de los bolsillos de los más humildes, al de las grandes fortunas planetarias, de tal manera que tras el estallido quienes quedaban perjudicados, eran solo aquellos que habían invertido los ahorros de toda subida, esperando garantizarse una vejez tranquila. Observen amigos, quienes son los grandes afectados de las preferentes; gente humilde a quien unos perversos banqueros engañaron malévolamente, sin embargo no encuentran a ningún banquero entre ellos, ni el Sr. Botín, ni el Sr. Gonzalez, del BBVA ni Isidro Fainé, ni tan solo Miguel Blesa; ni tampoco a ninguno de las grandes fortunas de este país, figurando en las listas de afectados, como por ejemplo el tercer hombre más rico del mundo Amancio Ortega. Observen también quienes han sido los perjudicados por el estallido de la burbuja inmobiliaria, una serie de ciudadanos de pié, de condición humilde, que al quedarse sin trabajo no pueden pagar la hipoteca de un piso que en realidad no vale ni la mitad del preció que lo compraron, viéndose abocados al desahucio, y a seguir con gran parte de la deuda sobre sus espaldas y sin embargo, ningún banquero, ni ningún promotor, han sido ni encarcelados ni castigados de forma alguna, más bien todo lo contrario, a los primeros se les ha rescatado con dinero público y a los segundos sin ninguna prevención se les ha admitido la dación en pago     ¿No les parece que estos hechos confirman la teoría antes expuesta?

A partir de los años 90, con Ronal Reegan y Margaret Tatcher y su reacción, que no revolución, neocon, llega la posibilidad que el mundo financiero privado entre de lleno en el mercado de la deuda pública, provocando una nueva burbuja y someter a su voluntad a los gobiernos elegidos democráticamente, el estallido de la cual  no solo ha granjeado y sigue granjeando pingues beneficios a un selecto club de unos pocos afortunados hijos de la gran chingada, en forma de altos intereses usurarios, si no que a costa de los presupuestos públicos que son recortados despiadadamente por gobiernos que les han jurado fidelidad incondicional, como el de Mariano Rajoy en España, Angela Merkel en Alemania, vienen a descargar un nuevo leñazo sobre las espaldas de los sufridos ciudadanos.

El problema, sin embargo surge a partir del momento, en que el desprestigio de la política promovido por la derecha reaccionaria aún a costa de su hundimiento como partido, empieza a calar en la sociedad, como es el caso de España, donde un Partido Popular que parece caminar a su autodestrucción, mientras que el electorado se pasa o bien hacia formaciones de mensaje muy radical a derecha y a izquierda, o mayoritariamente al hastío, que acaba traduciéndose en una abstención masiva en todos los comicios, confirmando que el insistente mensaje de desprestigio a la clase política y consecuentemente a la democracia lanzado desde estos entes llamados mercados, ha acabado calando muy profundamente en nuestra sociedad.

Todo ello nos indica que las previsiones de futuro en la democracia europea, no son muy halagüeñas  y tampoco en España, pues todo parece indicar que a nuestros conciudadanos, en particularmente la gente joven, le importa tres cominos el sistema de libertades y el estado derecho, quizás por el hecho que no han debido nunca luchar para obtenerlo, o bien que piensan que ya es algo irreversible y que no requiere de su participación. El 25 de mayo tendremos ocasión de comprobarlo; la convocatoria de elecciones al Parlamento de Estrasburgo, debería despertar en todos los países miembros de la UE, y especialmente el nuestro, un deseo irrefrenable de cambio de mayorías, del centro derecha que lo ha dominado los últimos años, a una izquierda de carácter moderado, capaz de aportar nuevas soluciones, destinadas a un reparto más justo de la riqueza generada, en los territorios de la UE, y que alejen de ella el fantasma de la especulación que tanto daño ha causado. Por otra parte, ¿seremos los españoles capaces de hacer oídos sordos a esta derecha que en España, nos incita a abstener-nos dando muy poco valor a la UE, o en Catalunya que la derecha nacionalista de Artur Mas i la pseudo izquierda de Junqueras, pretendían convertirlas en una especie de encuesta independentista?.

¿De verdad creen Vds, que es igual que la comisión, el órgano de gobierno de la UE, sea presidido por Durao Barroso, que por el socialdemócrata alemán Martin Shultz? Yo estoy convencido que no, que con un socialdemócrata como Shultz al frete del gobierno europeo, y una mayoría del mismo signo en Estrasburgo otro gallo nos cantaría, además que la política de austeridad homicida que nos han impuesto hoy en día, daría un giro de 180º impulsando en los países de la Europa Meridional, un nuevo sistema económico que nos permita reemprender la senda del progreso sin caer en burbujas de ningún tipo.

Volviendo a nuestro país, los españoles hemos descubierto asombrados, que quienes creíamos que no robarían pos ser ricos, son quienes han metido más hondo la mano en la caja y que además, la corrupción no es solo de unos pocos miembros, que pueden ser expulsados y condenados, si no que se encuentra arraigada, en la institución de tal forma, que desde el poder que ostentan se amparan unos a otros, Matas, Urdangarin, la Infanta, Del Nido, etc.etc.

Sin embargo, cuando desde todas las encuesta se pronostica una altísima abstención en las convocatorias electorales y que el hundimiento del PP lo aprovechan unos partidos de corte radical, como UPyD, que al final acaba siempre votando lo que propone la derecha, o IU que se encuentra desnortada y sin saber adónde va. ¿El panorama no parece muy halagüeño, no creen?