jueves, 31 de julio de 2014

EL CONSERVADURISMO PUEDE MATAR A LA IZQUIERDA



 
Aunque para mí y muchos otros, al menos eso creo, resulte evidente que la humanidad se halla inmersa en una auténtica revolución de ámbito planetario, cuyo  referente más inmediato deberíamos buscarlo en la revolución industrial, de finales del XVIII, y todo el XIX, y que ahora al igual que entonces, nada va a ser lo mismo, incuso las formas de vivir y sobre todo las formas de relacionarnos entre nosotros.

Cuando James Watt, perfecciona la máquina de vapor construida por Newcomen en 1765, añadiéndole un condensador separado, junto con otros detalles, que dio a este ingenió la capacidad de mover otras maquinas, desencadenó la llamada Revolución industrial, que terminó con el trabajo manual en las casas, procurando la creación de fábricas y con ello un cambio radical en la vida de las personas que pasaron de vivir en el seno de una especie de amplia familia, donde patronos y obreros convivían bajo el mismo techo, a tener que desplazarse hasta unas fábricas, y cobrar un salario, no en especies como antes si no en dinero; naciendo así una nueva clase social que hasta entonces no había existido, el Proletariado.

A base de extraordinarios sacrificios, y luchas interminables, el proletariado consiguió, una especie de contrato social, que permitió la convivencia entre clases, a partir de dos conceptos fundamentales, la contribución al bien común en base a unos impuestos progresivos, de quien más gana más paga, y un estado cuya misión principal, era el reparto equitativo de la riqueza generada, en fin esto que en España, tan solo tuvimos ocasión de catar un poco, por haber llegado tarde a la democracia, y cuando algunos han decidido que hay que acabar con ello, lo que llamamos Estado del Bienestar.

Hoy el avance tecnológico y de conocimiento de la humanidad,  en particular en los sistemas de comunicación, está provocando el nacimiento de una nueva gran revolución, que algunos vienen en llamar “digital” y cuya primera gran consecuencia ha sido la globalización de la economía en todo el orbe planetario. Un fenómeno, que va a influir decisivamente, en las vidas de los humanos, que van a cambiar radicalmente, por cuanto va a dejar de ser necesario, que los obreros acudan a las fábricas, pues muchas de las actividades que hoy realizan la van a realizar maquinas robotizadas y comandadas si es necesario des del propio domicilio, haciendo imprescindible un reciclaje de los ciudadanos para adaptarse a la nueva realidad laboral.

Si pensamos un poco, veremos que las posibilidades de progreso social que se abren a nuestros ojos con esta nueva revolución son infinitas y bien administradas, nos pueden acercar mucho más a los grandes valores humanistas, de la Libertad, la Igualdad y la Solidaridad, que los grandes movimientos sociales en el siglo XX hicieron.

Sin embargo, de entrada un gran peligro nos acecha, pues el capitalismo depredador que se creó, con la revolución industrial, siempre atento, está buscando y de momento parece que consiguiendo, llevar el agua a su molino, por cuanto aprovecha la crisis económica, para imponer sus tesis, de concentración del beneficio en unas pocas manos, y dejando las migajas para la mayoría de población a la que se intenta someter, en base al miedo o la falta de seguridad.

Observen Vds. como en España por ejemplo, los salarios han caído estrepitosamente, como hoy muchas personas que se encuentran en situación de trabajar, no llegan a final de mes, mientras que unos pocos privilegiados, han visto aumentar exponencialmente el saldo de sus cuentas corrientes. Esto por no hablar de una tasa de paro cercana al 26% y que parece acabará siendo considerada normal. Todo ello además, ha sido fruto de unas medidas tomadas, (Reforma laboral, congelación de salarios, eliminación de convenios, recortes en sanidad, educación, despido de funcionarios públicos, etc), no para solucionar la crisis en sí, si no por una cuestión ideológica de implantar un nuevo sistema donde unos entes no democráticos como son los llamados mercados, ostenten el verdadero poder por encima de la políticos democráticamente elegidos.

Es verdad que a la izquierda europea, la cuestión la ha pillado a contrapié y que en lugar de proceder a un correcto análisis de la situación real y adoptar así las medidas pertinentes de acuerdo con sus principios ideológicos, por una parte se han puesto a practicar políticas de derechas los que detentaban el poder, o elucubrar sobre antiguas premisas como si el mundo no hubiera cambiado los últimos 50 años, los que son carne de oposición. ¿Cómo se puede plantear, como hace IU o Podemos, echar el freno a la globalización? ¿No se dan cuenta que ella forma parte del progreso? De hecho cuando oí por primera vez esta propuesta, por boca de un destacado dirigente de ICVEUiA, me vino a la cabeza aquellos obreros que a primeros del XIX, rompían y saboteaban las maquinas de Vapor de las fábricas pensando, que así conseguirían parar el progreso.

Lo que la izquierda debe plantear en estos momentos, es la democratización de la globalización y no su freno o destrucción y para ello debe aprestarse a luchar con ahínco, planteando un nuevo contrato social, donde la remuneración salarial, la Seguridad Social, y todos los complementos, dejen de ser considerados como un coste directo de la fabricación de un producto y pase a formar parte de la estructura de la empresa, equiparándolos con la retribución del capital. Un nuevo contrato social donde el poder real, deje de estar en las grandes corporaciones y pase a control de la política democrática, donde lo que se recorte sea la desigualdad y no los servicios sociales. Plantear un nuevo sistema económico, del que se destierre la especulación y los beneficios exagerados del sector financiero.

Ahora bien si la izquierda posibilista, en España representada por el PSOE, se abandona en manos de las ideas conservadoras que le retrotraen a situaciones decimonónicas, estamos totalmente perdidos, pues según parece la izquierda utópica ya lleva tiempo instalada allí, negándose a analizar una realidad actual que es muy distinta a la de entonces.

No crean amigos que me he vuelto loco, o que me ha dado un ataque de demagogia, todo lo que les digo en el párrafo anterior es perfectamente posible y estoy seguro que tarde o temprano se acabará imponiendo en el siglo XXI, al igual que el estado del bienestar se impuso en el siglo XX, lo único que desearía sin embargo, es que las clases populares, no tuvieran que luchar, en guerras y conflictos, arriesgando la propia vida,  igual que debieron hacerlo nuestros bisabuelos, abuelos, padres, y nosotros mismos para conseguirlo, en tiempos de la Revolución Industrial.

miércoles, 23 de julio de 2014

LA EUROPA QUE SE MIRA EL OMBLIGO





Al final quizá si deberemos admitir que la UE, ha iniciado un período de autodestrucción, por cuanto sus ciudadanos de pleno derecho, y dentro de los cánones de la democracia representativa, no aciertan a encontrar los liderazgos necesarios, ni personales ni colectivos, que les permitan enderezar de nuevo el rumbo hacia posiciones de progreso y prosperidad.

La victoria del Partido Popular Europeo, en las últimas elecciones, junto al notable aumento del voto a los partidos populistas y antieuropeos, nos da a entender que la senda hacía una nueva concepción de la organización social, superando el concepto de estado nación, manteniendo la base democrática, que guió a los padres de la UE, es abandonada por los ciudadanos, para regresar a las viejas fórmulas, sin querer ver que el mundo ha cambiado desde 1990, y que va a ser imposible el progreso, y la justicia social en un mundo globalizado económicamente pero políticamente fragmentado, bajo los principios de estúpidos nacionalismos.

No dudo que en la posición adoptada por los europeos de hoy, influya muy mucho la crisis económica que nos aplasta a todos, pues es bien sabido, que en situaciones de pánico, los individuos, tienden a buscar la protección de la tribu, del clan, etc. aunque ello signifique cerrar las puertas a la innovación y a buscar las armas con que competir con quien intenta someternos, en el viejo polvorín de nuestros abuelos. Con esto nos encontramos, los ciudadanos que no tenemos casi posibilidades frente a un adversario, dotado de misiles inteligentes y de largo alcance, frente a trabucos y mosquetones, que es lo único que hemos logrado conseguir bajo el jergón del abuelo.

Ronald Reegan y Margaret Tatcher, a finales de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado, perfectamente asesorados por los miembros de la escuela económica de Chicago, optaron por impulsar la integración económica mundial, lo que conocemos como globalización, conservando el concepto de Estado Nación, por lo que según el trilema de Rodrik que les expliqué en el anterior articulo en este mismo blog, se perjudicaba la democracia.  No quiero decir con esto que la globalización fuera un invento de los Chicago boys o de los mandatarios antes citados; si no que seguramente, el avance tecnológico, sobre todo en la comunicación, ha sido el factor determinante que haya permitido, a los inversores actuar en todo el orbe planetario, en lugar del pequeño espacio de los estados nación, De lo que si son responsables los impulsores de la revolución neocon, es escoger esta opción del trilema, en lugar de apostar por la globalización y la democracia aunque fuera en detrimento de los estados nación.

El avance y consolidación de una firme voluntad de consolidación de la UE, como fue la puesta en marcha del Euro como moneda, fuerte y potente, fue vista desde quién se creía única potencia económica y centro del gran imperio capitalista que la globalización procuraba como un serio competidor, además de una China, que empezaba a despertar de un larguísimo letargo de atraso ancestral. Observen Vds. como desde un inicio el euro recibe continuos ataques por parte de la órbita del dólar, dispuestos a defender con uñas y dientes su exclusividad como moneda para las transacciones petrolíferas y la de las reservas de divisas en los países del orbe. Cuando China, decide repartir sus reservas entre dólares y euros, los ataques se multiplican hasta el punto de conseguir, trasladar una crisis inmobiliaria y financiera que se había generado en USA, a buena parte de los países de la zona euro, La cuestión fue relativamente sencilla de realizar, cuando algunos países del sur europeo, se pusieron en manos de asesores norteamericanos, como en Grecia, a quien maquillaron sus cuentas, para que pudiera acceder al euro sin problemas, engañando al BCE, o en España durante el Aznarato, en los que se montó una burbuja inmobiliaria, peor de la que ellos tenían en su país, también en Italia, con un político como Berlusconi, en Portugal con la derecha en el poder y en Irlanda idem de idem.

El estallido de la serie de burbujas, es la gran advertencia a los países claves en la dirección de la UE, cuyos ciudadanos además han optado por gobiernos de derechas, que cortan de raíz cualquier avance en la integración europea, e imponen la austeridad como único medio para contener el ataque que amenaza con la destrucción no solo de lo conseguido hasta el momento si no que puede ir mucho más allá. Se abandona, al menos de momento, la opción de una UE de corte federal y nos ponemos a mirarnos el ombligo esperando que el tiempo amaine a ver si conseguimos salvar los muebles.

Nada les importa a la derecha alemana, sueca, danesa, etc, lo que les suceda a los países del sur, con tal que ellos puedan amortizar los capitales invertidos en ellos, están convencidos que podrán seguir como comensales del César norteamericano que seguirá al frente, Aunque eso sí, se plantean tener cerca de casa una mano de obra barata, muy barata, sin derechos sociales, con el fin de repartirse el mercado mundial entre tres. USA, China, y ellos. ¿Va a seguir el Euro como moneda de referencia en un futuro, en igualdad de condiciones del dólar? Seguramente no, porqué mientras Europa sigue mirándose el ombligo, los demás USA y China, swe están quedando con la parte más importante del pastel.

La socialdemocracia europea, sigue aletargada, en Francia por ejemplo, Hollande que en su campaña electoral se envolvió con la bandera francesa haciendo gala de un nacionalismo exacerbado e impropio de alguien que se denomina socialista está fracasando rotundamente por cuando esta posición le ha lanzado a los brazo de Angela Merkel y su paro al proceso de construcción der la UE. En Alemania, tampoco aprenden la lección que le supuso al SPD una bajada electoral de campeonato, tras coaligarse con Merkel una nacionalista de campeonato, en la primera legislatura, que repiten en esta tercera la misma experiencia. Y no solo esto, si no que en los órganos rectores de la UE, repiten en cierta forma esta misma historia, tan solo contestada por el socialismo español, votando en contra de la elección de Junker, como presidente de la comisión.

Solo la opción federal, es la que puede garantizar  la democratización del proceso de globalización tal y como planteó muy bien Dani Rodrik en su famoso trilema. Solo cuando Europa deje de mirarse el ombligo emprenderemos de nuevo la senda del progreso, pues  es solamente desde la unión de esfuerzos que conseguiremos que la política recupere de nuevo el poder real, hoy en manos de unos imperialistas dictadores, que nadie elige, y que llamamos mercados.

martes, 15 de julio de 2014

UN TRILEMA A RESOLVER Y MUY PRONTO




Nadie con dos dedos de frente cuestiona hoy que el mundo se encuentra en una encrucijada, consecuencia directa de una revolución, que alguien ha convenido en denominar digital, para distinguirla de la acaecida en los siglos XVIII y XIX que  se llamó Industrial; si bien en algunos círculos intelectuales también he oído llamarla tercera revolución industrial. Pero cuando casi todos creen que en la encrucijada solo podemos optar por dos caminos, el economista norteamericano Dani Rodrik, nos lo pone más difícil cuando nos demuestra que no son dos las opciones si no tres.

Dani Rodrik parte de la base que en la economía actual hay tres conceptos fundamentales, Integración económica internacional, también llamada Globalización, El Estado Nación y la Democracia; estos conceptos situados en los vértices de un triangulo determinan tres caminos posibles que serian los lados del triangulo, pues la historia se ha encargado de demostrar la imposibilidad que estos tres conceptos, puedan prosperar juntos si no solo de dos en dos.

Desde 1944 y hasta hoy hemos funcionado por la opción que se pacto en los acuerdos de Breton Woods, por los que se estableció el nacimiento del FMI y el Banco Mundial; y en los que se optó promocionar los Estados Nación y la Democracia, en detrimento de la Internacionalización, que en aquellos tiempos se la acusaba de ser el trasfondo de los dos grandes conflictos mundiales que habían asolado desde la segunda década del siglo XX.

En la década de los noventa, con la revolución neocon impulsada por Ronald Reegan y Margaret Tatcher, los poderosos del planeta, ven la posibilidad de ampliar sus beneficios en base a internacionalizar la economía, suprimiendo controles, aunque manteniendo el concepto de Estado Nación, si bien degradando la democracia, como hemos tenido ocasión de comprobar en Grecia e Italia en estos últimos tiempos donde se han puestos gobiernos sin pasar por las urnas; es lo que algunos denominan dictadura de los mercados.

Otros intentamos proponer circular por el otro lado del triangulo, el que favorece el La Internacionalización de la economía  y la democracia más absoluta aunque esto signifique un detrimento del Estado Nación, usando el federalismo como la fórmula de funcionamiento.

Las tres opciones siguen sobre la mesa, y el trilema sigue sin resolverse y sin que salvo pequeñas excepciones, como los cambios de gobierno en Grecia e Italia, nadie haya conseguido imponer un determinado camino a todo el orbe planetario.

En nuestro país, la derecha reaccionaria del Partido Popular en el gobierno y de los partidos nacionalistas periféricos como el de Artur Mas en Cataluña, han optado por la dictadura de los mercados, o sea, avanzar hacia la internacionalización manteniendo el Estado Nación, obsérvese además que  en el caso de Cataluña, se pretende empequeñecer los estados nación en base a la creación de otros nuevos, cuestión que si analizamos en profundidad, nos hará ver con claridad que lo que se pretende es restar fuerzas a la democracia permitiendo el avance de la que hemos llamado dictadura de los mercados, También actúan así la derecha, civilizada europea, como la que representan Cameron y Merkel, que se muestran muy dispuestos a impedir cualquier avance en la integración europea que vaya más allá de una simple unión mercantil que poco o nada se distinga de la globalización a nivel planetario que se está impulsando. Actitud muy parecida a la de los populismos de extrema derecha emergentes en Francia, Holanda, Reino Unido y en buena parte de la Europa oriental, que pretenden cargarse una UE que avanza hacia una integración política, con el fin de mantener casi sin democracia unos estados nación dentro del proceso de globalización.

La izquierda a la izquierda del PSOE, IU e ICVEUiA, o los del reciente Podemos, intentan poner puertas al campo echando el freno a la globalización, por lo que pretenden quedarse como hasta ahora, potenciando el Estado Nación y la Democrácia, A mi esta postura me recuerda a la de los obreros de finales del XVIII y primeros del XIX, que destrozaban las máquinas de vapor en el desesperado y vano intento de parar una revolución industrial que es habría de procurar un mejor nivel de vida aunque radicalmente distinto al que estaban acostumbrados, en pocos años.

Finalmente la socialdemocracia en España y Europa, es la única, salvo raras excepciones como la ambigüedad del PS francés, que apuesta claramente por una UE de corte federal, donde los estados nación que la componen vayan perdiendo peso individual, en el concierto planetario de la globalización económica, deviniendo como una potencia en igualdad de condiciones que los EEUA, China, Rusia, etc.

Amigos el trilema sigue ahí y nosotros los ciudadanos seguimos teniendo, de momento, el poder decisorio en nuestras manos, que el mundo avance por la imparable globalización que las nuevas tecnologías permiten y conservemos la democracia o sea el poder de decisión por sufragio universal directo y secreto, ampliándola sobre unas bases de participación ciudadana, u opte por otros caminos, como el de quedarnos como estamos, negando el progreso, o librarnos a la dictadura de unos tecnócratas que no miran por el interés común si no en su propio beneficio.

domingo, 6 de julio de 2014

¿SABEMOS LO QUE QUEREMOS?




Como observador que soy de la realidad actual, debo manifestar mi asombro y perplejidad ante el comportamiento de mis congéneres, en Cataluña y España, en esta época de cambios profundos que nos ha tocado vivir.

 

Digo esto después de haber leído en el País del día 26 de junio, que medio centenar de pacientes, junto con trabajadores y vecinos, han impedido el cierre de 206 camas, este verano, del hospital público de Bellvitge, que el departamento correspondiente de la Generalitat de Catalunya había previsto, con el fin de paliar el déficit generado en 2013 y que representa un total de 11 millones de Euros.

 

Estos ciudadanos, se han hartado de unas políticas de neoliberalismo salvaje, que están destruyendo todo un sistema de sanidad pública de altísima calidad que habíamos conseguido hasta el 2010 y que el gobierno derechista del estado, muy bien avenido  por cierto con la derecha nacionalista catalana en asuntos de recortes, está intentando desmontar. Estos ciudadanos demuestran que saben muy bien lo que quieren y que no se dejan engañar por cantos de sirena de algunos interesados que agazapados detrás de falsas utopías secesionistas, o de inmovilismos constitucionales intentan crear un conflicto en la sociedad catalana con el fin de desvíar la atención colectiva en pro de lograr sus perversos propósitos.

 

También las movidas en Madrid por la sanidad pública y en Baleares por la enseñanza, demuestran que buena parte de la población si sabe lo que quiere y cuáles son sus verdaderos intereses; cosa que en Cataluña, salvo algún caso como el que antes he expuesto no parece suceder; por cuanto las mayorías o bien se queden encerradas en casa o bien se movilizan para reivindicar una utópica independencia cuyo primer adalid el presidente Artur Más, es uno de los máximos responsables de la destrucción del estado del bienestar en el país, con el apoyo de ERC que parece haber perdido las pocas referencias a la ideología izquierdista que le quedaban.

 

¿Sabemos en verdad lo que queremos los catalanes?

 

Me resulta curioso, que desde hace tiempo no se publiquen en Cataluña estudios de opinión sobre los problemas o preocupaciones prioritarias de sus ciudadanos, y los subvencionados medios de comunicación nos presenten día a día el tema de la independencia como el único y exclusivo debate que hoy existe en la sociedad catalana. Estoy cada día más convencido que esta interesada desinformación se promueva con la perversa intención que los partidos de la izquierda y las organizaciones ciudadanas, no atinen a apuntar a los objetivos concretos y acaben sucumbiendo al estéril debate identitario, como le ha ocurrido al PSC, bajo el liderazgo de Pere Navarro, que con la mejor voluntad de evitar rupturas, ha acabado personalmente hundido, tras las deslealtades de aquellos que siguen hoy intentando dividir la formación tras el infructífero debate soberanista.

 

El fracaso electoral de este partido en las elecciones Europeas, ha comportado la dimisión de su primer secretario y la convocatoria de unas elecciones por la vía de urgencia, a la primera secretaría que al igual que los hermanos del PSOE, se efectúa en base a un militante un voto y ello ha abierto en el socialismo catalán la gran esperanza de un renacer y readecuación a la lucha por los verdaderos intereses ciudadanos, desde la perspectiva de solucionar los problemas con la participación de los propios interesados. No quiero decir con ello que me declare partidario de la anarquista democracia directa, si no de una evolución de la pura democracia representativa a una democracia participativa; un concepto que les prometo aclararé en un próximo articulo.

 

Es tanto el revuelo que la convocatoria del congreso extraordinario en el PSC y la elección de su secretario general por el sistema directo, (un militante un voto), que a los del grupo de los denominados críticos, les ha pillado con el pié cambiado, y lo que tenía que ser una escisión en toda regla está evolucionando a la salida de unos pocos “figuras” siendo muy pocos los que les siguen, como se demostró el pasado sábado con la asamblea de la corriente interna Avancem, en que solo el su líder Joan Ignasi Elena, y creo que dos militantes más, se dieron de baja del Partido, sin devolver el acta de diputado, y convirtiéndose en un tránsfuga sin escrúpulos. Hace poco una convención del otro grupo, que han constituido el Fórum Cívic ya han manifestado su intención de no darse de baja del partido, aunque  sus líderes proponen la solemne estupidez de facultarse para poder presentar listas electorales en las elecciones municipales independientemente de las que presente el PSC.

 

Quiero señalar con todo ello, que el pueblo catalán empieza a demostrar que sabe muy bien lo que quiere y que la cuestión del Soberanismo empieza a desinflarse, por cuanto los ciudadanos se huelen el percal con que desde el gobierno de la derecha nacionalista le intenta despistar los objetivos; lo del Hospital de Bellvitge, es solo el comienzo, en septiembre con el comienzo del curso escolar y la aplicación de la ley Wert, que doña Irene Rigau consejera de Educación en la Generalitat de Catalunya , se ha aprestado a introducir con especial presteza salvo, la cuestión del catalán, también será motivo de lucha de maestros y padres y madres de alumnos.