lunes, 31 de agosto de 2009

OLÉ POR CELESTINO


El ministro de Trabajo Celestino Corbacho la semana pasada, manifestaba su extrañeza que a los grandes ejecutivos del sector financiero de nuestro país, la mayoría con contratos blindados que suponen a casi todos ellos, una garantía de por vida en caso de perder el trabajo, y que no cejan en su demanda del abaratamiento de la indemnizaciones por despidos de todos aquellos trabajadores que no se encuentran en su situación, en reconocer que su gestión ha sido, además de otros factores, también causa de la actual crisis económica en la que estamos inmersos.
Desde mi ignorancia tanto en cuestiones económicas como laborales, (mis conocimientos se limitan a la información que obtengo de los periódicos y de una cierta capacidad para razonar y sacar conclusiones), quiero manifestar mi total apoyo a las consideraciones efectuadas por el ministro, pues a mi modo de ver, y como casi siempre en esta crisis, se intenta que los errores de unos pocos los paguemos a escote entre todos y esto a mi modo de ver es una gran injusticia que no debemos permitir de ninguna manera y mucho menos un gobierno ideológicamente de izquierdas.
Después que el llamado dialogo social haya pasado a mejor vida, por obra y gracia de unos dirigentes patronales del todo reaccionarios, y que los mandamases del sector financiero de nuestro país, no solo no hayan sabido agradecer los esfuerzos que entre todos hemos hecho para salvarles la cara, evitándoles el golpe, seguramente mortal, que se hubieran pegado muchos de ellos, si el gobierno Zapatero les hubiera dejado en la caída libre en que ellos mismos se habían situado; creo llegado el momento de hacer un paso decisivo para la reconstrucción de un sector público potente en nuestro país, un sector publico no solo de servicios, si no de producción de bienes, un sector público gestionado con alta profesionalidad y capaz de arriesgar en inversiones de tecnología punta y altamente competitivo con el sector privado. Un sector público que acabe con los mercados especulativos, responsables en gran parte del crack en que nos han metido todos estos personajes a los que Corbacho se refiere en sus declaraciones, cuyo egoísmo les sigue teniendo vendados los ojos y solo esperan que todo vuelva a ser como antes en unos mercados dominados por la corrupción.
Porque no lo duden amigos, el sector financiero español, desde antes del comienzo de la debacle económica, ya venia ocultando sus miserias con un stock de activos inmobiliarios, acumulado cuando sus clientes del sector ladrillo dejaron de pagar las cuotas de sus créditos, acortando con esta estratagema su listado de morosos.
Convertir en dinero estos activos, no es cuestión sencilla, en unos momentos donde vender un piso es casi una hazaña y por otro lado, para las entidades financieras es cuestión casi imprescindible para obtener la liquidez necesaria que les permita entrar otra vez en la dinámica de la concesión de créditos a las empresas y al consumo.
No nos debería extrañar que las entidades financieras al igual que una parte de la patronal, opten por una salida en falso de esta crisis, una salida que les permita pasar el muerto del stock antes mencionado a otros, con el fin que en la siguiente gran caída, no les pille a contrapié como ha sucedido esta vez.
El trabajo del gobierno socialista, debe ser fundamentalmente impedir que estos personajes se salgan con la suya, pues una salida en falso, sin afrontar ahora de cara el problema real y el cambio de bases que la economía española necesita, la subsiguiente caída podría resultar del todo desastrosa para las clases populares españolas.
Los bancos y cajas de ahorros de nuestro país, a parte de fusiones y otras estrategias, deberán convertir en dinero sus activos inmobiliarios, con substanciales pérdidas de beneficios, como contrapartida a los ejercicios en que las ganancias han sido en extremo exageradas, motivo, en gran parte, según advierte el ministro Celestino Corbacho, de la situación en que nos encontramos.
Vuelvo a felicitar al Sr. Ministro por la valentía y claridad de ideas que demuestra con sus declaraciones, aunque le invitaría a ir un poco más allá y pedirle use su influencia en el actual ejecutivo, para que de acuerdo con los sindicatos mayoritarios se trace un nuevo plan de creación de una banca pública, base de un nuevo sector público industrial que como he dicho antes, compita y controle al sector privado, que al menos en nuestro país ha demostrado ser totalmente incapaz de llevar las riendas económicas de una manera profesional y democrática.

lunes, 24 de agosto de 2009

QUIZÁS HA LLEGADO LA HORA AMIGOS




Los períodos de crisis deben ser aprovechados, según los expertos, para introducir todos aquellos cambios, destinados a garantizar la supervivencia del propio sistema, corrigiendo los errores del pasado que casi siempre son los únicos responsables del desaguisado.
Al actual periodo de crisis, la humanidad ha llegado partiendo del momento en que a unos pocos muy ricos, les pareció que empezaban a ser demasiados, los que ansiaban y procuraban alcanzar su privilegiada posición.

Cuentan que en 1929, el patriarca de los Kennedy, el padre de John, Robert, Ted, etc. tomó un taxi en la ciudad de Nueva York y el taxista al reconocerlo, como uno de los magnates que operaban en la bolsa, le pidió consejo para la inversión en bolsa de unos ahorros de los que disponía. El prócer sin ocultar un rictus de preocupación le contestó: Si un taxista como Vd., puede tener acceso al mercado de valores, es que el sistema necesita un cambio profundo. Al día siguiente Kennedy vendió todas las acciones de que disponía y unos meses más tarde sucedió el crack de Wall Street, de 1929, que algunos entendidos comparan con el que sucedió el pasado año.

La depresión consiguiente a la caída de la bolsa, degeneró diez años más tarde en la II Guerra Mundial y la ruina total de las naciones europeas. Solo el trabajo solidario de todos los ciudadanos, acompañado de unas políticas económicas de un claro corte socialdemócrata, fueron capaces de reemprender una nueva era de progreso y justicia social en el viejo continente, sin olvidar las inversiones, del todo interesadas, de Estados Unidos, a través del Plan Marshall, que a parte de sentar las bases para la recuperación de los aliados europeos incluida la parte occidental de Alemania, contribuyeron también decisivamente, en levantar la economía del gigante americano.

Pero cuarenta años después de acabado el conflicto, cuando todas las economías del llamado mundo occidental, están en pleno apogeo, a alguien se le ocurre que empieza a ser peligrosa, la riqueza equitativamente repartida, de los países europeos y las grandes fortunas del mundo, comienzan a intuir un peligro para su estatus de privilegio. Es así que a través de Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Tatcher, en el Reino Unido, se empieza la llamada revolución conservadora, con el único fin de desmantelar el sistema de reparto de la riqueza que se practicaba en los principales países europeos, lo que hemos conocido con el nombre de “estado del bienestar”. Desde los grandes medios de comunicación se denuestan todas las filosofías socialdemócratas y después de relegar al olvido las teorías de John Maynard Keynes; la ultraliberal Escuela Económica de Chicago, impone sus doctrinas, acabando con el papel principal que el estado y la recaudación de impuestos en la marcha económica del mundo civilizado. De hecho volvimos a la situación anterior a 1929 y claro está, el repetir los errores de entonces fatalmente nos debía conducir de nuevo a un estrepitoso fracaso.

A la vista de cómo se han desarrollado los acontecimientos, intuyo que todo ha formado parte de una estrategia muy bien planificada, encaminada a proteger los intereses de los poderosos del planeta, a los que con toda seguridad no ha afectado lo mas mínimo, los vaivenes del mercado de valores, y que en estos precisos momentos, están en situación de stand by, dispuestos a reemprender su acaparamiento de beneficios, en cuanto la situación lo permita.
En 1929, el Sr. Kennedy retiró sus fondos a tiempo y no perdió nada, cosa que no sucedió con el taxista que si perdió sus modestos ahorros y tuvo que trabajar hasta la muerte para sobrevivir.
¿No creen que quizás ha llegado la hora de promover el cambio real y en profundidad en toda la estructura del sistema para que no vuelva a suceder que unos cuantos poderosos, sigan apropiándose de los recursos de todos?
¿No les parece que en el siglo XXI ya es hora que se superen las diferencias sociales y que es del todo intolerable que un tercio de la humanidad se muera de hambre, mientras que unos pocos siguen acaparando?
Es seguro que conseguir un cambio como el que propongo, requerirá de un período largo de continuos sacrificios a la sociedad, un largo periodo donde además habrá que soportar los engañosos cantos de sirena de los poderosos que no cejaran en hacernos atractivo aquello de cambiar algunos accesorios para que lo fundamental siga igual.Pensemos, sin embargo en ello, a lo mejor llegamos a la conclusión que un cambio en profundidad nos conviene, no solo a nosotros sino a nuestros descendientes.

lunes, 17 de agosto de 2009

LOS SILENCIOS


Se dice que muchas veces, los silencios son elocuentes, y no se si este es el caso pero en todo el guirigay que la derecha ha montado este verano, según parece para tapar o distraer la atención del estallido de una cadena de casos de corrupción, donde se encuentran implicados algunos de sus altos cargos, echo en falta la opinión y las declaraciones de otras formaciones políticas fuera del PSOE y el interesado Partido Popular.


En ningún periódico, en ninguna radio ni en ninguna cadena de televisión, he podido escuchar a Gaspar Llamazares o a su compañero catalán Joan Herrera, hablar sobre el tema, así como tampoco al PNV, CiU, CC, y todas las demás siglas que completan el hemiciclo de las Cortes Españolas.

Comprendo que estemos en plena canícula, no solo meteorológica si no también vacacional, y que a nadie, y menos a nuestros ilustres padres de la patria, le gusta interrumpir su período anual de descanso, para meterse en discusiones entre los dos grandes, pensando y quizás con razón, que poca rentabilidad electoral les reportará y que a lo mejor, según como se desarrollen los acontecimientos les puede caer un marrón que les perjudique gravemente en su cartera de votantes. Sin embargo, lo que se ha dicho estos días por parte del primer partido de la oposición, se trata de gravísimas acusaciones, que ponen en entredicho, no solo al gobierno actual, si no al propio sistema democrático emanado de la Constitución de 1978; pues ya me dirán Vds. que si se pueden efectuar escuchas telefónicas ilegales, porque los organismos encargados, policía y servicios secretos, no lo hacen por una orden judicial si no que atienden al primer espabilado con un mínimo de influencia que lo pide, no es más que una demostración palpable que el sistema tiene graves agujeros, por donde el cáncer de la corrupción se infiltra y lo corroe por dentro.

¿No merece una acusación tan grave, que los señores Mas, Duran, Urkullu, etc, se desperecen un poco y nos digan que piensan de este asunto?


En otras ocasiones y recuerdo el verano pasado, por ejemplo que el Sr. Duran y el Sr. Artur Mas, no cejaban un día tras otro desde sus lugares de veraneo o desde la propia ciudad de Barcelona, de atosigar-nos con el asunto de la financiación, cuando paso la fecha del 9 de agosto, prevista en el Estatut de Autonomía y no se vislumbraba una solución al tema inmediata. También Urkullu del PNV y el que por entonces ejercía de lehendakari, Juan José Ibarretxe, salían un día si y otro también en todos los periódicos del país, con discursos y declaraciones sobre cuestiones territoriales.


¿Qué pasa ahora? ¿Por qué no hablan los otrora tan locuaces?

Por lo que respecta a la izquierda o sea a Llamazares y compañía, supongo se debe al bajón electoral que de un tiempo vienen sufriendo y quizás piensan es mejor no destacar demasiado por aquello de “madrecita, madrecita, que me quede como estoy”.

En lo que se refiere a la derecha, fundamentalmente nacionalistas periféricos, como PNV y CiU ambos en el banco de la oposición en los respectivos parlamentos autonómicos, tratando de hincar el diente al gobierno que presiden socialistas, tampoco se han atrevido a opinar de este asunto; en el caso de los catalanes, casi podría afirmar que han recibido una tremenda decepción, cuando se las prometían muy felices, con las predicciones de una victoria electoral del Partido Popular, en España y su mantenimiento o ligero aumento en las elecciones autonómicas del próximo año, que les permita conformar una mayoría suficiente para desplazar a las fuerzas que componen el actual gobierno de izquierdas en Cataluña. Los casos de corrupción que implican a miembros del Partido Popular por un lado y la estrategia equivocada que utiliza de lanzar ataques contra el PSOE, sin fundamento ninguno, les han dejado sin palabras, pues si por un lado dan soporte al PP, entrarían en contradicción con su práctica habitual, basta recordar que cuando gobernaban en Cataluña, Jordi Pujol, no permitía, la permanencia en el cargo, a partir del momento que se levantaba la más mínima sospecha, como fue el Caso de Josep María Culell, dimitido de su cargo en el govern, por sospechas de un tinglado inmobiliario, del que fue declarado inocente un tiempo más tarde. Por otro si se alineasen al lado del PSOE, imposibilitarían la reedición de un nuevo Pacto del Majestic que les permitiera recuperar el poder en Cataluña a cambio de apoyar ellos un año más tarde, la entronización de Rajoy en la Moncloa; única solución que les queda, fuera de alcanzar la mayoría absoluta, cuando sus previsiones de rompimiento del actual gobierno catalán y convocatoria de elecciones anticipadas, por el tema de la financiación autonómica se han ido al traste, después que se haya conseguido un muy buen acuerdo de aplicación en todas las comunidades autónomas incluida Cataluña.

Que hay silencios harto elocuentes, es una verdad como un templo, y que en este caso, al menos por lo que afecta a Cataluña el silencio de CiU, sobre este asunto, es harto significativo, ¿no creen?

lunes, 10 de agosto de 2009

LA MUJER DEL CESAR


La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, sobre el llamado caso Camps, ha sembrado más dudas que no ha despejado incógnitas y a pesar del gran triunfalismo del interfecto Presidente de la Generalitat Valenciana y del líder de la derecha española, el inefable Mariano Rajoy, con el aplauso incondicional de la “inmensa alcaldesa” de la ciudad del Turia Doña Rita Barberá, que le ha lanzado a celebrar el fin de la, según sus propias palabras, persecución inquisitorial a la que el gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero ha sometido al Partido Popular, estos últimos seis meses.

No pongo en duda la imparcialidad del tribunal, aunque si debo decir que el mismo no ha puesto nada de su parte, en aparentar esta imparcialidad, cuando uno de los jueces, presidente del mencionado tribunal, no se ha abstenido en la votación de un caso cuyo imputado es íntimo amigo, como es publica y notoria la relación de amistad entre Francisco Camps i el Juez Juan Luis de la Rúa.

Lo primero que me vino a la cabeza, en cuanto supe de la decisión, fue el interés de Don Mariano y todos sus acólitos, un tiempo atrás, en apoyar la causa de recusación contra el magistrado del Tribunal Constitucional Pablo Pérez Tremps, por el hecho de haber elaborado un informe, sobre el estatuto de autonomía de Cataluña, hecho que podía hacer dudar de su imparcialidad en el tema. En aquellos días, oyendo las referencias de Rajoy y otros lideres derechistas, la derecha española, se presentaba como el adalid de la transparencia y de la ecuanimidad judicial, o sea aquello de demostrar que la mujer del Cesar era de lo más honrado y honesto. Resulta si más no curioso el cambio, pues en el caso que nos ocupa, a D. Mariano parece no importarle un bledo la apariencia de la mujer del Cesar pues el da por supuesto la integridad total del juez de la Rúa, al que de ninguna manera debe haber influido la pública amistad con el imputado. Como he dicho antes no quiero dudar de la capacidad de este juez de separar su sentimiento de amistad a la hora de tomar la grave decisión que ha tomado, pero si me extraña en gran manera que esta presunción de honradez no la tuvieran con Don Pablo Pérez Tremps. Quizás sea un tema de afinidad ideológica y las persones de ideología neoliberal-conservadora, por el solo hecho de ser-lo están ya libres de toda sospecha, no así los de ideologías afines a la socialdemocracia, que automáticamente resultan sospechosos.

Tengo entendido que existe una figura jurídica que en el caso de los magistrados les obliga a demostrar su total imparcialidad, no solamente con hechos si no de apariencia, cuestión esta que de ser cierta se ha obviado totalmente en este caso.

Otro aspecto que cabe deducir de esta, si más no, polémica decisión judicial, es el de las responsabilidades políticas que deberían derivarse lógicamente de este caso, pues el auto reconoce que Francisco Camps recibió regalos de unos miembros de una trama corrupta conocida como el caso Gürtel, cuestión que el ha negado repetidas veces públicamente y en distintas instancias.¿Es pues de recibo, que la representación del estado en la Comunidad Valenciana, como es la presidencia del gobierno autonómico, pueda estar ocupada por alguien que no duda en mentir delante de su Parlamento y de las instancias judiciales? ¿No debería ser cesado de inmediato este personaje independientemente de si recibir estos regalos constituye o no un delito? ¿Qué confianza podrán tener los valencianos, en Francisco Camps, cuando ha afirmado sin pestañear Yo me pago mis trajes, y ahora resulta que su amigo el propio juez de la Rúa, deja sentado todo lo0 contrario?

Don Mariano, se permitió el lujo de hacer chascarrillos al conocer la noticia y decir que había triunfado la justicia, cuando a mí y pienso que a muchos españoles, pensamos que la decisión del TSJV ha supuesto un duro golpe para la confianza que debería inspirar la institución judicial, además de otro a la lucha anticorrupción en este país, donde parece ser que si cuentas con padrinos puedes hacer lo que té venga en gana.

En este caso, la mujer del Cesar no solamente no ha demostrado su honradez si no que ha dejado graves indicios sin aclarar de su falta de honradez.

lunes, 3 de agosto de 2009

EL EMPRESARIADO ESPAÑOL




¿Que es un empresario? Zoilo Pallares, Diego Romero y Manuel Herrera, autores del libro «Hacer Empresa: Un Reto», definen al empresario como "una persona, entidad o grupo de personas que independientemente o asociadas, por voluntad propia y motivaciones individuales (dichas motivaciones pueden ir desde la satisfacción de hacer las cosas por si mismas, hasta alcanzar cierto tipo de poder o distinción social), decide asumir un riesgo en la realización de una actividad económica determinada y en la cual aspiran a tener éxito"


He escogido esta definición entre muchas otras que se pueden encontrar, por el hecho que al no hablar de beneficio económico, al menos directamente, se ajusta muy bien a mi criterio de lo que habían sido a partir de la revolución industrial, aquellas persones que supieron aprovechar las circunstancias que ofrecían las nuevas tecnologías, para crear nuevas fuentes de riqueza.


En los pretéritos tiempos del siglo XIX, cuando el fenómeno de la industrialización, asomaba en algunas regiones de España, como Cataluña, Euskadi, Valencia, Asturias, etc. y la sociedad se reorganizaba en base a dos grandes grupos sociales, el proletariado y la burguesía y el sistema capitalista se abría paso en nuestro país, las inversiones consideradas sólidas, se efectuaban para obtener una rentabilidad a largo plazo, y consistían fundamentalmente en la creación de una fábrica o unidad de producción de bienes o servicios, que tardaba un tiempo en consolidar-se. O sea y dicho en palabras llanas, se trataba de poner un duro, para recoger siete pesetas, al cabo de dos o tres años.


Hay que decir también, que ya en aquella época, y quizás como consecuencia inevitable del propio sistema capitalista, se puso en marcha el mercado de valores, donde se procuraba la financiación de las empresas, en base a la compra venta de acciones de grandes compañías, abriendo paso a unas fuertes rentabilidades o perdidas, según fuera el caso, de los capitales invertidos, es decir la especulación; en palabras llanas como en el caso anterior, poner un duro hoy, para recoger mañana 15 pesetas.


Si embargo, en aquellos tiempos remotos, el juego de la bolsa y la especulación consiguiente, representaba un pequeño porcentaje sobre el total de la economía, situación que hoy, por obra y gracia de unos cuantos años de neoliberalismo dejado de la mano de Dios, se ha invertido completamente, hasta el punto de hacerse necesario improvisar grandes burbujas especulativas en sectores como la vivienda o las nuevas tecnologías, a fin de procurar aparentes beneficios en unos muchos, para garantizar reales ganancias a unos pocos privilegiados.
Las burbujas han estallado y nos han sumido a todos en una crisis de dimensión internacional, que en nuestro país, según los expertos tiene mal pronóstico, por el hecho de la gran dependencia del sector inmobiliario.


El gobierno socialista que preside José Luis Rodriguez Zapatero, empieza hablar, a mi entender con muy buen criterio, de la necesidad de encontrar un nuevo sistema económico, con unas bases mucho mas sólidas, que no el que hasta ahora hemos venido manteniendo. Para ello, ha intentado poner de acuerdo a todos los sectores principales interesados, como los sindicatos y el empresariado, al fin de conseguir de unos y otros los sacrificios imprescindibles para el asentamiento de las bases de nuestro futuro económico inmediato. En este lance, el fracaso a sido rotundo, por una total falta de visión de los líderes de nuestra clase empresarial, que parecen no darse cuenta de la necesidad de cambiar los esquemas, y siguen empecinados en construir sobre las antiguas cimentaciones, confiando en la recuperación de la especulación, inmobiliaria como base del sistema económico nacional.


¿Existen verdaderos empresarios en nuestro país?


Si analizamos las actuaciones y declaraciones de la cúpula de la CEOE, casi deberíamos concluir que no, que nos encontramos delante de un grupo de patanes, chisgarabís, nuevos ricos, con el único afán en la vida de ver crecer su cuenta corriente sin importarles lo más mínimo como. Pero esta conclusión resulta del todo errónea, pues la existencia de una base industrial, formada por pequeñas y medianas empresas en muchos puntos del país, así como cooperativas, fundamentalmente en el País Vasco y sociedades anónimas laborales, surgidas en el período de crisis de los años 70 en España; nos demuestran que la verdadera clase empresarial española, si está dispuesta a algo mas que la pura obtención de beneficios, algo más que procure por el crecimiento del país en general y de toda su sociedad. Gente dispuesta a obtener rentabilidades a largo plazo, aunque consolidadas, por el esfuerzo personal del empresario y el colectivo de las plantillas de trabajadores.


Estos días vivimos, la ruptura del llamado dialogo social, como hemos dicho antes, por la intransigencia y cortedad de miras de los líderes patronales y en verdad hay que decir que se trata de un escollo en el camino de la recuperación, aunque no dudo que esta base empresarial que hemos mencionado, sabrá imponerse y substituir o meter en vereda a sus líderes, no solo por su bien si no por el de todo el país.