sábado, 8 de agosto de 2020

LA ECONOMÍA SOCIAL UNA SOLUCIÓN AL PARO

 

En 1982  cuando el PSOE ganó por mayoría absoluta las elecciones y debió encarar la necesaria renovación de  la economía del país, con el fin de adaptarla a las nuevas circunstancias como era la entrada en lo que entonces se llamaba Mercado Común Europeo, entidad que evolucionaría con el tiempo hasta convertirse en la actual Unión Europea; reconvirtiendo industrias que resultaban obsoleta y cerrando otras que no podían readaptarse a la nueva situación, provocando con ello un aumento significativo del número de parados y después de haber hablado con las grandes organizaciones patronales y sindicales para consensuar con los empresarios y trabajadores el plan de reconversión y viendo que quizás iba más lento de lo esperado y que algunos emprendedores parecían asustados ante el reto planteado, y se seguían cerrando empresas. Plantearon con los sindicatos, aunque vale decir que fue UGT quien comulgó más con la idea de potenciar la Economía Social, o sea que ante empresas que planteaban el cierre, fomentar que los trabajadores se constituían en cooperativa o Sociedad Anónima Laboral (SAL) y se hacían cargo de la administración de la empresa para sacarla del atolladero, con el objetivo fundamental de conservar o ampliar si fuera posible los puestos de trabajo. En algunos casos de SAL se reservaba hasta el 49% del capital, para que siguiera en manos de los antiguos accionistas u otros nuevos sin la condición de ser trabajadores de la empresa, quedando el 51% repartido a partes iguales entre los trabajadores. En algunos otros casos, el 100% del capital quedaba en manos de los trabajadores y las sucesivas ampliaciones de capital, que se debieran hacer por el progreso de la empresa no podían ser subscritas por nadie que no fuera trabajador.

La fórmula resultó bastante exitosa, a mi entender por doble partida, la primera porqué se evitó el cierre o la deslocalización de empresas, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo y por otra lado que alertó al sector empresarial, en el sentido que si ellos abandonaban el recambio quedaba garantizado sin necesidad de recurrir a la inversión extranjera. Por lo que a muchos de ellos se les quitaron las ganas de especular con los terrenos que ocupaban las fábricas.

Hoy amigos, después de esta terrible Pandemia del Covid 19, por el parón que se ha producido y la necesidad  que España ya tenía de cambiar su modelo económico desde unas bases inestables y poco seguras como el turismo o la construcción, a otras mucho más sólidas como podían ser la producción de bienes y servicios de cara a las nuevas tecnologías y los nuevos retos ecológicos que se plantean en este siglo XXI. Estamos en una situación parecida a la que estábamos hablando, también entonces teníamos la necesidad de cambiar un modelo productivo, propio de la dictadura, a uno completamente nuevo que nuestra incorporación al entonces llamado Mercado Común Europeo requería, tal y como ya hemos dicho al principio de este post

Algunas de las industrias que se han visto obligadas a cerrar por el tema del Corona Virus, con toda seguridad no van a volver a abrir y un sector importantísimo como es el turístico, que representa el 12% de nuestro PIB, es del todo imposible se recupere de manera inmediata si no que no lo hará hasta bastante tiempo después que se haya encontrado una vacuna y se distribuya por todo el mundo proscribiendo esta mortal enfermedad. El panorama no es pues muy alentador sino todo lo contrario y se me ocurre que el tema de la economía social, podría ser de nuevo una buena fórmula, para minimizar, al menos en parte el problema del paro que va afectar a numerosas familias. Porqué amigos, aunque tengamos un gobierno de izquierdas y que se preocupa y va a seguir preocupando para que todo aquel que se quede sin trabajo pueda cobrar subvenciones que le permitan una vida con un mínimo de dignidad, esto no es algo que se pueda mantener en el tiempo sino que debemos ser capaces de poner lo más rápidamente el país en marcha con el fin que volvamos a generar la riqueza necesaria, que adecuada y justamente repartida nos pueda permitir volver a la senda del progreso y el bienestar social.

Apelo en primer lugar a las organizaciones sindicales que estudien el tema y se pongan manos a la obra, pues hoy al igual que entonces deben ser estas las impulsoras del tema; en segundo lugar al Gobierno Español y a Pedro Sánchez en particular que vean a la economía social como una de las maneras de liberar el sector económico de la dictadura de los mercados, situándolo como una de las bases de un nuevo orden económico mundial, federal y más democrático; y en tercer lugar apelo a los 17 gobiernos autonómicos que dejen de mirarse el ombligo y abandonen el provincianismo y acaben de caer en la cuenta que son base fundamental del gobierno de algo mucho más grande que su territorio, algo que hoy se llama España pero que en un futuro no muy lejano se llamará Europa y seguramente nuestros nietos alcanzará al planeta entero.

1 comentario:

  1. Estimado Cosme . Pues si lo han de " solucionar " los sindicatos , estamos apañados

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