La destitución de Cayetana Alvarez de Toledo, y sus declaraciones inmediatamente después de su cese, donde carga sin contemplación ninguna contra Pablo Casado, hace suponer a muchos politólogos y tertulianos incluidos Inda y Maruhenda, que las presiones de algunos barones como Nuñez Feijoo, se han impuesto en la cúpula Popular y obligado a Pablo Casado a regresar a posiciones mas moderadas y alejadas de la radicalidad que hasta hoy había caracterizado su política.
De hecho los éxitos del gobierno progresista de coalición ante la gestión de la pandémia, y las medidas de carácter social emprendidas para superar la crisis económica consecuencia de la crisis santuariana, está dando unos excelentes resultados al PSOE, en las encuestas, mientras que la derecha va retrocediendo.
Todo ello induce a pensar que el máximo dirigente del PP ha comprendido que todos sus intentos de promover la rotura de la coalición y de desprestigiar al propio Pedro Sánchez en los foros europeos, le está resultando un fracaso tras otro y más si atendemos a la gestión de la pandémia, cuando el mismo a pasado de pedir el fin del mando único y devolver la gestión a los gobiernos autonómicos a reclamar de nuevo, se vuelva a restablecer, en particular cuando ha visto que la intención de Pedro Sánchez es un avance del Estado autonómico a una estructura federal, mediante la co-gobernanza, puesta de manifiesto en las constantes reuniones del gobierno central y los presidentes autonómicos para aunar criterios, son un éxito sin precedentes.
En el Sancta Santorum del PP, la FAES, donde se maquinan las estrategias de la derecha española, son estrictos seguidores de la máxima lampedusiana de “cambiar todo para que nada cambie”, tanto es así que a mi se me antoja, que la destitución de Cayetana, no es más que una operación de maquillaje, para sacar al partido representante por excelencia de la derecha española del “No a todo” y permitir algunas negociaciones y pactos con el gobierno de cuestiones ya insostenibles como es el tema del poder judicial, que les permita seguir manteniendo su control, al menos en parte, evitando una regeneración total del mismo.
No esperemos pues ningún giro radical en el Partido Popular, al menos de momento, mientras Aznar desde su fortaleza, (FAES), siga rigiendo los destinos no solo del PP si no incluso de VOX. He leído en el Blog “Metiendo Bulla” la opinión de Jose Luis López Bulla, antiguo secretario General de CCOO que consideraría incomprensible que Pablo Casado hubiese dado el paso de destituir a Cayetana sin haber consultado con su mentor Aznar: Por todo ello cabe deducir que no debemos esperar cambio alguno importante en la derecha española, que solo se produciría en el caso de que Aznar dejara FAES, que Casado dejara el PP y que una nueva corriente dispuesta a pactos de estado con el Partido Socialista, tomara las riendas de la derecha española.
En cierta manera es lo que cierta parte del sector derechista de la sociedad española, pretendió con la creación de Ciudadanos, sin embargo Albert Rivera, lo malogró cuando abandonó la fórmula de partido bisagra para entregarse en cuerpo y alma al radicalismo más absoluto de FAES y el Partido Popular.
Hoy por hoy, las encuestas no auguran progreso alguno para la derecha de este país, ningún sondeo electoral le da posibilidad alguna de alzarse con la victoria ni tan siquiera uniendo esfuerzos con C’s, y Vox., más bien al contrario, cada vez siguen bajando sus posibilidades. Convendrán Vds. conmigo que para el país esto no es precisamente bueno, pues, significa que una parte importante del electorado como son las clases alta y media alta, se quedan sin referente político, pudiéndose dar la circunstancia que en caso que la izquierda se radicalizara puedan refugiarse en la extrema derecha ultranacionalista como mal menor, al igual que sucedió en 1936. Peligro que de momento no está cercano ni mucho menos, pues en la izquierda domina el factor de moderación que representa el PSOE lo que para las clases sociales antes mencionadas es garantía suficiente de estabilidad y progreso frente a un grandísimo período de inestabilidad y confrontación que garantizan el radicalismo de la derecha extrema Si Ciudadanos es capaz, con sus 10 diputados, de variar el rumbo inicial de entrega al PP, y junto con el PNV, constituir el núcleo de la derecha moderada, al que se podrían unir amplios sectores de la derecha catalana no independentista, que sin duda alguna se van a poner de manifiesto en las elecciones autonómicas que se han de convocar en Cataluña, más pronto que tarde, y con ello se garantiza una legislatura larga y estable, és más que problable, caiga el sector duro del Partido Popular y con ello se permita afrontar los grandes temas de estado que precisan de una actualización como son los temas del poder judicial y la reforma constitucional.
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