Dicen que las protestas convocadas a través de la redes sociales en toda España, y que fundamentalmente en la Puerta del Sol de Madrid, han descolocado a la clase política española, muy poco acostumbrada a que la sociedad civil haga público su enfado y les conteste echándoles en cara su mala actuación, pero sin hacer propuesta concreta ninguna, dando a mi entender una muestra extraordinaria de cordura al no ser ellos los entendidos y por tanto capaces de encontrar la solución al problema.
Los promotores, de la gran marcha del pasado 15 de mayo, Fabio Gándara y Jon Aguirre, son los primeros sorprendidos que la ciudadanía siguiera en días posteriores con la protesta, acampando el la Puerta del Sol madrileña, la Plaza de Cataluña en Barcelona, etc. etc., además que lo que según ellos solo pretendía ser un toque de atención a la clase política de nuestro país, para que bajaran del pedestal donde parecen situados, y se dignaran a escuchar a los ciudadanos, se convierta en una llamada a la abstención y una deriva hacia posiciones propias de un ácrata antisistema.
Personalmente, y aunque defensor a ultranza del sistema democrático, respeto en sobremanera a todos aquellos que no creen en él, o los puristas que se pasan por el otro lado, siempre y cuando no empleen medios violentos o coactivos para tratar de imponer sus ideas, y por lo que debo decir que los jóvenes concentrados, me merecen el mayor de mis respetos, aunque en el tema de predicar la abstención discrepo absolutamente pues por razones de experiencia se me antoja, que cuando los votantes de izquierda se abstienen, la victoria de la derecha es del todo inevitable. Repasen Vds. la historia y verán, que en las elecciones municipales de 1931, los anarquistas de CNT, que entonces venían a ser los antisistema actuales, consideraron necesario ir a votar, por lo que la victoria se inclinó por aplastante mayoría a favor de los partidos republicanos de izquierdas que consiguieron cambiar el régimen político con la proclamación de la II República española, y la incorporación de España, al concierto de naciones democráticas europeas. En las elecciones de 1934, la CNT, predicó la abstención y ello comportó la asunción del poder de la CEDA, y el inicio del desmantelamiento de todos los avances conseguidos en el trienio izquierdista.
En mi corto entender, pienso y estoy convencido que la democracia representativa, que tenemos en nuestro país, debe evolucionar hacia formas participativas, mucho más avanzadas que la simple votación cada cuatro años, que se deben buscar fórmulas y organismos que permitan a los ciudadanos, manifestar su opinión de cómo deben ser los presupuestos y que prioridades debe atender el estado por encima de otras; y que en las administraciones más cercanas al ciudadano, como son los ayuntamientos y comunidades autónomas, es donde se debe hacer más patente esta innovación. Sin embargo y aquí mi discrepancia con los que predican la abstención, este ideal solo se puede conseguir desde las formaciones de la izquierda sensata, aquella que es capaz de analizar la situación y tomar la oportunas decisiones que conduzca, a una perfección en el sistema, en base a articular la participación del ciudadano.
Volviendo al tema de la abstención en las elecciones, podría resultar extraño, que distinguidos personajes de la derecha corrupta española, como Carlos Fabra, apoyen decididamente la protesta, como si la cosa no fuera con ellos, cuando su especial manera de hacer política y manejar los asuntos judiciales, hasta conseguir una especie de impunidad, no fueran uno de los motivos del hartazgo que se manifiestas estos días por las plazas de España. Solo se puede entender, en base a la constatación que la abstención que predican los insurrectos, poco afecta al electorado del PP, pues si bien entre los concentrados se presume de variedad ideológica, estoy casi seguro, de pocos votantes del Partido Popular encontrar entre sus filas. Conscientes de ello los líderes derechistas, ven como un valor la abstención en la seguridad que va a perjudicar más al PSOE que a otra cosa.
Hasta aquí esta nota de urgencia, les prometo amigos, que en un próximo articulo, con más calma, analizaremos el tema en mayor profundidad, sobre todo, la polémica decisión de la Junta Electoral.
Los promotores, de la gran marcha del pasado 15 de mayo, Fabio Gándara y Jon Aguirre, son los primeros sorprendidos que la ciudadanía siguiera en días posteriores con la protesta, acampando el la Puerta del Sol madrileña, la Plaza de Cataluña en Barcelona, etc. etc., además que lo que según ellos solo pretendía ser un toque de atención a la clase política de nuestro país, para que bajaran del pedestal donde parecen situados, y se dignaran a escuchar a los ciudadanos, se convierta en una llamada a la abstención y una deriva hacia posiciones propias de un ácrata antisistema.
Personalmente, y aunque defensor a ultranza del sistema democrático, respeto en sobremanera a todos aquellos que no creen en él, o los puristas que se pasan por el otro lado, siempre y cuando no empleen medios violentos o coactivos para tratar de imponer sus ideas, y por lo que debo decir que los jóvenes concentrados, me merecen el mayor de mis respetos, aunque en el tema de predicar la abstención discrepo absolutamente pues por razones de experiencia se me antoja, que cuando los votantes de izquierda se abstienen, la victoria de la derecha es del todo inevitable. Repasen Vds. la historia y verán, que en las elecciones municipales de 1931, los anarquistas de CNT, que entonces venían a ser los antisistema actuales, consideraron necesario ir a votar, por lo que la victoria se inclinó por aplastante mayoría a favor de los partidos republicanos de izquierdas que consiguieron cambiar el régimen político con la proclamación de la II República española, y la incorporación de España, al concierto de naciones democráticas europeas. En las elecciones de 1934, la CNT, predicó la abstención y ello comportó la asunción del poder de la CEDA, y el inicio del desmantelamiento de todos los avances conseguidos en el trienio izquierdista.
En mi corto entender, pienso y estoy convencido que la democracia representativa, que tenemos en nuestro país, debe evolucionar hacia formas participativas, mucho más avanzadas que la simple votación cada cuatro años, que se deben buscar fórmulas y organismos que permitan a los ciudadanos, manifestar su opinión de cómo deben ser los presupuestos y que prioridades debe atender el estado por encima de otras; y que en las administraciones más cercanas al ciudadano, como son los ayuntamientos y comunidades autónomas, es donde se debe hacer más patente esta innovación. Sin embargo y aquí mi discrepancia con los que predican la abstención, este ideal solo se puede conseguir desde las formaciones de la izquierda sensata, aquella que es capaz de analizar la situación y tomar la oportunas decisiones que conduzca, a una perfección en el sistema, en base a articular la participación del ciudadano.
Volviendo al tema de la abstención en las elecciones, podría resultar extraño, que distinguidos personajes de la derecha corrupta española, como Carlos Fabra, apoyen decididamente la protesta, como si la cosa no fuera con ellos, cuando su especial manera de hacer política y manejar los asuntos judiciales, hasta conseguir una especie de impunidad, no fueran uno de los motivos del hartazgo que se manifiestas estos días por las plazas de España. Solo se puede entender, en base a la constatación que la abstención que predican los insurrectos, poco afecta al electorado del PP, pues si bien entre los concentrados se presume de variedad ideológica, estoy casi seguro, de pocos votantes del Partido Popular encontrar entre sus filas. Conscientes de ello los líderes derechistas, ven como un valor la abstención en la seguridad que va a perjudicar más al PSOE que a otra cosa.
Hasta aquí esta nota de urgencia, les prometo amigos, que en un próximo articulo, con más calma, analizaremos el tema en mayor profundidad, sobre todo, la polémica decisión de la Junta Electoral.
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