De “fuentes bien
informadas”, me aseguran, cuando me dispongo a escribir estas líneas que antes
del 22 de mayo, habrá gobierno en Cataluña, sin embargo, la portada de la
Vanguardia de este mismo día, leo en letras de molde JxCAT PLANTEA OTRO INTENTO
DE INVESTIDURA A DISTANCIA DE PUIGDEMONT; o sea que van a seguir mareando la
perdiz, buscando lo que ya saben imposible; por lo que la pregunta que figura
en el título de este articulo, sigue sin respuesta.
De hecho, las
“fuentes bien informadas” tienen elementos más que suficientes que apoyan su
teoría, pues, las manifestaciones de los líderes de ERC, y algunos otros del
PDECAT, en el sentido que unas nuevas elecciones no les van a ser favorables y
que es más que posible, dado el caso, que el independentismo pierda su mayoría
absoluta. También algunos interpretan la posición de las centrales sindicales
CCOO y UGT, entrando en el grupo Espai Democracia i Convivencia, una especie de
plataforma transversal que impulsa Roger Torrent, con la pretensión de ampliar
la base social independentista, frenando así la más que segura deserción de
algunos decepcionados, como una manera de situarse, próximos al nuevo gobierno
de Cataluña, que de principio no tendría el independentismo como meta a corto
plazo.
Por las razones
expuestas, y quizás por una cierta intuición, dada la experiencia de haber
vivido toda mi vida en Cataluña, yo también acabo creyendo, que habrá un
gobierno autonómico en Cataluña, antes del 22 de mayo, quizás, como fue en el
caso de Puigdemont, el día antes del final de plazo, y que de aquí a entonces,
van a seguir mareando la perdiz con el ánimo de desprestigiar la justicia
española y presumir de astucia los fugados de la justicia.
Lo que sí parece no
va a cambiar, es la división social que existe en Cataluña, pues por lo que
parece, el independentismo, con su estrechez de miras habitual, se va a
conformar con un gobierno junto a los Comuns, que en diputados, le dé una
mayoría absoluta sin depender de la CUP, y en porcentaje le permita superar el
50%, obteniendo la legitimidad de la que hoy carece. Con todo vale decir que se la juegan, pues los
votantes de Podemos, poco van a entender que su partido, está apoyando en
Catalunya un pacto con la derecha nacionalista del PDECAT, herederos de
aquellos corruptos del 3% y siendo un poco sensatos fácilmente se puede intuir
que sin la marca PODEMOS detrás, los Comuns son bien poca cosa, aunque claro,
siempre les quedaría cuatro años, hasta el 2022 por delante, con ellos en el
poder para cambiar los conceptos.
Si esto es tal y como
pienso, podríamos entender la posición de las cúpulas de CCOO y UGT, en su
aproximación al independentismo, como comenté en mi anterior artículo, LA
INEXPLICABLE ACTITUD DE LOS SINDICATOS CCOO Y UGT, hace dos semanas; cuestión a
mi entender que dice bien poco a favor de las centrales obreras en Cataluña,
pues al menos aparentemente les da la razón a sus detractores, que les ven como
organizaciones vendidas al poder y que han obviado los objetivos por los que
fueron creadas.
Estos días se
publican también una serie de datos de tipo económico, que no son precisamente
favorables a la sociedad catalana, como
el continuo goteo de empresas que trasladan su sede social fuera del
territorio catalán que en el primer trimestre del corriente año ya son algo más
de 1.300; el exiguo crecimiento de la economía catalana muy por debajo de la
media española y la constatación de la casi nula inversión empresarial en
nuestro territorio, cuestión de terribles consecuencias a medio y largo plazo.
Pero de esto no se habla en los medios de comunicación catalanes, ni en las
tertulias, y menos en los artículos de opinión de los periódicos catalanes,
ocupadísimos en contarnos las andanzas de los fugados de la justicia y la torpe
gestión que el estado español está haciendo con el tema catalán.
Espero pues y deseo
fervientemente, que antes del 22 de mayo tengamos nuevo gobierno en la
Generalitat de Catalunya, un nuevo gobierno que permita sacarnos de encima el
artículo 155, y nos devuelva a la normalidad, que pueda negociar junto a las
demás autonomías un buen acuerdo financiero, que permita de una vez por todas
el suficiente desahogo, para una gestión normal.
Espero también, que o
bien por la corrupción del partido popular, o por el hartazgo de muchos
españoles, que haya un relevo en el gobierno estatal y una nueva fuerza, con
capacidad de diálogo, pueda sentar las bases para un solución duradera en el
tiempo del problema en Cataluña, cuestión que como se ha demostrado
reiteradamente no pueden llegar a alcanzar, mientras el poder en ambos lados
esté en manos de nacionalistas.
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