Hay cosas que me
superan y en verdad les digo que el pacto que las directivas de los principales
sindicatos CCOO y UGT, han hecho con el President del Parlament Roger Torrent,
adhiriéndose al “Espai Democràcia i
Convivencia", que este señor impulsa para intentar dar
una última oportunidad al independentismo y al que ha conseguido añadir a los
ambiguos Comuns, la
marca catalana de Podemos, es una de ellas.
Yo que siempre había
estado convencido, que tanto CCOO como UGT, eran sindicatos de clase,
defensores de los derechos de los trabajadores, ahora me doy cuenta que se han
dejado infiltrar por elementos nacionalistas, al menos en Cataluña, que les han
desviado totalmente de sus principios fundamentales y que pretenden manejarlos
a su antojo. Lo que me extraña, es que en los comités nacionales de estas
centrales sindicales no haya estallado la revolución que impida a las
organizaciones en Cataluña seguir con un disparate que les puede costar su
desaparición como entidad. Me informan que en ambas centrales, el número de
bajas, empieza a ser importante, bajas que a todas luces van a ser de difícil
recuperación, por el hecho que ha venido a representar la excusa perfecta a
unos militantes que ya llevan tiempo aguantando errores inexplicables en la
dirección de las centrales, en la autonomía catalana.
Es bien claro que las
grandes centrales sindicales, UGT y CCOO, al igual que la izquierda
democrática, en los últimos años han acumulado errores de bulto, que les han
llevado a un aparente aburguesamiento y a olvidarse de la necesidad imperiosa
de seguir analizando la realidad día a día, con el fin de adaptar las
estrategias a las nuevas condiciones de la lucha de clases, (que por cierto,
por mucho que se empeñen desde la derecha en decir que es cosa del pasado,
sigue siendo una realidad). Quizás cuando la derecha con el fin de paliar el
desastre de final de la segunda guerra mundial en Europa y emprender la
reconstrucción, se decidió a colaborar con la socialdemocracia, en la
consecución del “Estado del Bienestar”, hizo creer a algunos que ya se habían
conseguido los objetivos y que las clases trabajadoras, o sea los asalariados
europeos ya tenían el futuro asegurado y podían abandonar cualquier tipo de
lucha, para dedicarse a disfrutar de lo conseguido; y desde esta posición, les
pasó desapercibida la contrarrevolución neoconservadora iniciada por Ronald
Reegan y Margaret Tatcher, por la que la derecha, volvía a sacar sus garras ,
para recuperar lo que habían cedido en los últimos años y volver a una sociedad
completamente desigual que es lo que más favorece a sus intereses.
A sindicatos y
partidos políticos la contrarrevolución les pilló con la guardia bajada y cuando como consecuencia de ella estalla la
crisis económica en 2007, no acertan a la claridad de ideas necesaria para
proponer soluciones verdaderamente de izquierdas para salir del marasmo, hasta
el punto que los acontecimientos les desbordan, con la consecuente pérdida de
credibilidad electoral los partidos y un goteo de bajas en la militancia en los
sindicatos.
Quizás sea por esta
posición de debilidad sindical en España, que el movimiento independentista, en
particular desde ERC, ven su oportunidad para infiltrarse en él y usarlos como
herramienta para sus fines nacionalistas y disgregadores de la sociedad
catalana, tanto es así, que en caso de UGT consiguen incluso la Secretaria
General, (Camil Ros, es un destacado militante de ERC); con todo, este sector
en el mundo sindical y por lo que respecta a las Federaciones Catalanas de CCOO
y UGT, la proporción de independentistas, o quizás mejor decir de votantes de
partidos independentistas, es tan solo del 25%, cuestión que ha obligado a las
direcciones de ambos sindicatos, a
firmar el apoyo a la iniciativa de Roger Torrent, sin consultar ni tan solo a
los primeros secretarios de las federaciones comarcales, por miedo a que les
fuera vetada..
Espero y deseo, que
el 75% de la militancia sepa reaccionar y que pare la sangría de bajas, que en
un principio ha provocado la decisión de sus líderes y reconduzcan la situación
en el más breve plazo posible, cambiando las cúpulas si es necesario.
Espero y deseo, que
el resto de sindicalistas de fuera de Cataluña, ayuden a esta mayoría de
militantes en su cometido, y aunque en el caso de UGT, su secretario general
Jose Maria Alvarez, (muy cercano a las posiciones del PDECAT), haya defendido
públicamente la decisión, insten a regresar a las posiciones transversales de
defensa de los intereses de clase.
En fin, espero y
deseo, que lo ocurrido estos días en Cataluña, sirva de revulsivo y estímulo a
CCOO y UGT, para que de una vez se replanteen, su papel, en la sociedad
cambiante del siglo XXI, y sepan adecuar sus estrategias a las nuevas
condiciones, sin olvidar a quien deben defender, que no son otros que los
intereses de todos los asalariados independientemente de las creencias ideológicas
de cada uno.
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