La perdida de las elecciones catalanas por parte del Partido Socialista, está desencadenando una serie de movimientos, que a mi corto entender resultan preocupantes, pues ponen en peligro la consideración de fuerza de izquierda más relevante que hasta ahora ha representado el PSC en Cataluña, además de la única capaz de aglutinar en su seno distintas sensibilidades, en cuanto a la configuración del estado, con la elevación del federalismo como meta suprema, garante de la solidaridad entre Cataluña y los otros pueblos de España.
Hoy el sector denominado catalanista del PSC se muestra especialmente crítico, no solo con el gobierno tripartito del que ellos han formado parte de forma relevante, si no que también con el aparato del partido al que acusan de seguidísimo del PSOE, e insisten en la reclamación de volver al grupo parlamentario propio en el Congreso de los diputados. Por otra parte, uno de los miembros más destacados de este grupo, Ferran Mascarell, ha causado baja en la formación socialista para acudir presto a la llamada del nuevo Presidente de la Generalitat, el convergente Artur Mas, que ha visto en ello una gran ocasión para clavar una nueva puya al acérrimo rival político, instando a su desunión e incrementando su debilidad.
Por otra parte, algunos militantes y ex militantes, presos de un curioso furor ácrata, se lanzan a la yugular del aparato del partido desde plataformas de Internet, proclamando unas reformas que se me antojan de cariz asambleario e instando a la revolución interna, particularizando en el PSC, auque para disimular generalicen en todas las formaciones políticas.
Mientras tanto desde la derecha en el gobierno, se está procediendo al desmontaje de todo aquello que ha funcionado del anterior ejecutivo izquierdista, con el fin seguramente que dentro de poco se olvide que un día, la sanidad, la enseñanza, y algunos aspectos de la movilidad, funcionaron correctamente en nuestro país. Con la excusa de la crisis económica, no se va a construir ni un solo hospital público más en nuestra comunidad, cuestión que no será óbice para que se impulsen conciertos con los hospitales privados; ello provocará sin ningún lugar a dudas, un deterioro de la sanidad pública, que será aprovechado por las mutuas privadas para vender sus pólizas, resultando al final una privatización del sector, por el deterioro del sector público.
En la enseñanza va a suceder tres cuartos de lo mismo, desde el nuevo gobierno, se está proclamando la insostenibilidad económica del sistema público de enseñanza, que en los últimos siete años de gobierno de izquierdas ha progresado enormemente, con la puesta en servicio de nuevos centros y la reestructuración de calendarios y normativas, para mejorar la calidad de la enseñanza pública, hechos que han sido recompensados, en el último informe PISA, con una más que buena calificación. Pero la Sra. Irene Rigau, flamante consejera de educación, ya ha anunciado, la supresión de la sexta hora, el nuevo calendario escolar, y una serie de recortes presupuestarios que impedirán no solo la construcción de nuevos centros, sino gran parte de la dotación en equipamientos de los centros ya existentes; eso si, para compensar no pone reparo alguno en ampliar los conciertos con la enseñanza privada incluso la de carácter confesional, abriendo la puerta de la subvención a las escuelas que segregan a los alumnos por sexo.
De hecho no nos tiene que extrañar, ni tampoco podemos decir que nos hayan engañado, pues el personal de CiU, desde el final de sus veintitrés años de su anterior mandato, y durante la campaña electoral de las recientes elecciones, no ha hecho otra cosa que proclamar su ultraliberalismo, y si una mayoría de catalanes les han votado, será porque piensan que de esta forma sacaran más provecho; aunque todos aquellos que tenemos arraigados en nuestro fuero interno, los valores de la solidaridad, el compartir y de transformación de la sociedad, actuando codo con codo los unos con los otros, o sea los valores del socialismo, nos preocupa la marcha atrás que ello representa y ya estamos haciendo cábalas para ver de paliar, desde nuestra posición, los daños al estado del bienestar que los próximos años se van a producir en nuestro país.
Es de vital importancia, para España y para Cataluña, que en las próximas elecciones municipales y autonómicas, se contenga el avance del neoliberalismo, pues por duras que parezcan las medidas que se adoptan desde la izquierda, más lo son las de la derecha como en Cataluña tenemos la ocasión de comprobar.
¿Se acuerdan Vds. aquello de las barbas del vecino? Pues en Cataluña ya nos las están afeitando y con inusitada celeridad.
Hoy el sector denominado catalanista del PSC se muestra especialmente crítico, no solo con el gobierno tripartito del que ellos han formado parte de forma relevante, si no que también con el aparato del partido al que acusan de seguidísimo del PSOE, e insisten en la reclamación de volver al grupo parlamentario propio en el Congreso de los diputados. Por otra parte, uno de los miembros más destacados de este grupo, Ferran Mascarell, ha causado baja en la formación socialista para acudir presto a la llamada del nuevo Presidente de la Generalitat, el convergente Artur Mas, que ha visto en ello una gran ocasión para clavar una nueva puya al acérrimo rival político, instando a su desunión e incrementando su debilidad.
Por otra parte, algunos militantes y ex militantes, presos de un curioso furor ácrata, se lanzan a la yugular del aparato del partido desde plataformas de Internet, proclamando unas reformas que se me antojan de cariz asambleario e instando a la revolución interna, particularizando en el PSC, auque para disimular generalicen en todas las formaciones políticas.
Mientras tanto desde la derecha en el gobierno, se está procediendo al desmontaje de todo aquello que ha funcionado del anterior ejecutivo izquierdista, con el fin seguramente que dentro de poco se olvide que un día, la sanidad, la enseñanza, y algunos aspectos de la movilidad, funcionaron correctamente en nuestro país. Con la excusa de la crisis económica, no se va a construir ni un solo hospital público más en nuestra comunidad, cuestión que no será óbice para que se impulsen conciertos con los hospitales privados; ello provocará sin ningún lugar a dudas, un deterioro de la sanidad pública, que será aprovechado por las mutuas privadas para vender sus pólizas, resultando al final una privatización del sector, por el deterioro del sector público.
En la enseñanza va a suceder tres cuartos de lo mismo, desde el nuevo gobierno, se está proclamando la insostenibilidad económica del sistema público de enseñanza, que en los últimos siete años de gobierno de izquierdas ha progresado enormemente, con la puesta en servicio de nuevos centros y la reestructuración de calendarios y normativas, para mejorar la calidad de la enseñanza pública, hechos que han sido recompensados, en el último informe PISA, con una más que buena calificación. Pero la Sra. Irene Rigau, flamante consejera de educación, ya ha anunciado, la supresión de la sexta hora, el nuevo calendario escolar, y una serie de recortes presupuestarios que impedirán no solo la construcción de nuevos centros, sino gran parte de la dotación en equipamientos de los centros ya existentes; eso si, para compensar no pone reparo alguno en ampliar los conciertos con la enseñanza privada incluso la de carácter confesional, abriendo la puerta de la subvención a las escuelas que segregan a los alumnos por sexo.
De hecho no nos tiene que extrañar, ni tampoco podemos decir que nos hayan engañado, pues el personal de CiU, desde el final de sus veintitrés años de su anterior mandato, y durante la campaña electoral de las recientes elecciones, no ha hecho otra cosa que proclamar su ultraliberalismo, y si una mayoría de catalanes les han votado, será porque piensan que de esta forma sacaran más provecho; aunque todos aquellos que tenemos arraigados en nuestro fuero interno, los valores de la solidaridad, el compartir y de transformación de la sociedad, actuando codo con codo los unos con los otros, o sea los valores del socialismo, nos preocupa la marcha atrás que ello representa y ya estamos haciendo cábalas para ver de paliar, desde nuestra posición, los daños al estado del bienestar que los próximos años se van a producir en nuestro país.
Es de vital importancia, para España y para Cataluña, que en las próximas elecciones municipales y autonómicas, se contenga el avance del neoliberalismo, pues por duras que parezcan las medidas que se adoptan desde la izquierda, más lo son las de la derecha como en Cataluña tenemos la ocasión de comprobar.
¿Se acuerdan Vds. aquello de las barbas del vecino? Pues en Cataluña ya nos las están afeitando y con inusitada celeridad.
Solo hay que ver lo que está sucediendo en Murcia, donde la derecha más retrograda da muestras de lo que nos espera si siguen ganando elecciones, tanto autonomicas, municipales como nacionales, hay que despertar y dejar de lado el egoismo y la critica destuctiva. Un saludo y la cabeza bien alta y el corazón en la izquierda.
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