domingo, 11 de octubre de 2020

LA OPERACIÓN KITCHEN UN ATENTADO A LA DEMOCRÁCIA

 


Empiezo a horrorizarme, ya que nunca creí que en este país hubiera alguien capaz de atentar tan gravemente contra la democracia, como la gente del partido Popular que para mantenerse por siempre en el poder ha urdido una maquiavélica organización al más puro estilo mafioso.

 

El siniestro comisario Villarejo, jefe de una llamada policía patriótica, que para garantizarse su seguridad, ha coleccionado grabaciones de todo tipo comprometedoras para gran parte de la clase dirigente de las altas instituciones del estado, resulta ser uno de los principales protagonistas de la trama junto con el ministro del interior de aquella época, Jorge Fernández Díaz, e incluso Maria Dolores de Cospedal y su marido  Ignacio López del Hierro, parecen ser, según las informaciones que van saliendo día a día, los principales nombres del más alto punto de esta truculenta trama.

 

Al procurar la calidad de investigado a Jorge Fernández Díaz,  por parte del Juez Manuel Garcia Castellón, por cierto un juez perteneciente a la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura; y visto los antecedentes de otros imputados en diversas causa de corrupción del Partido Popular estos últimos años, desaparecidos en extrañas circunstancias, como Miguel Blesa,  Rita Barberá y otros; en las redes sociales de estos últimos días han saltado multitud de flash invitando a apostar porqué medio se va a impedir el juicio a este personaje, si con un infarto, con un suicidio, o una misteriosa desaparición.

 

Volviendo al tema de la Kitchen, a mi, como a muchos otros españoles de a pié, se nos  induce pensar, viendo la gravedad del asunto, que se hace necesario actuar con la mayor prontitud y diligencia para depurar cualquier tipo de responsabilidades políticas y penales de todos y cada uno de los implicados en esta trama, si en verdad se quiere defender el sistema democrático por el que nos regimos desde 1978 pues lo hecho por estos personajes compromete muy seriamente la credibilidad del Partido Popular la segunda fuerza política actual, y que pretende volver a gobernar España en un futuro.

 

Este tema se me antoja más comprometedor para la estabilidad democrática del Estado, que el tema del separatismo en Cataluña que ya fue juzgado y condenado hace poco tiempo, pues del mismo modo que en aquel caso, los sediciosos pretendían unilateralmente romper la unidad territorial de nuestro país, contraviniendo la Constitución y el Estatuto de Autonomía, Aquí se ha pretendido comprometer muy seriamente el prestigio de todas las instituciones empezando por el poder judicial, el ejecutivo e incluso amordazar al legislativo, o sea cargarse de echo el sistema democrático, para substituirlo por otro con apariencia de democracia pero que en realidad no lo sería, Algo parecido a lo que intuimos pretende Donald Trump en USA , Vladimir Putin en Rusia, Kazinsky en Polonia, etc. etc.

 

Resulta lamentable también el papel de Pablo Casado, líder actual del Partido Popular, sobre este tema, pues en lugar de ofrecerse a hacer limpieza general, ha empezado por negarse a asumir responsabilidad alguna y defender a capa y espada a todos los imputados. Además de negarse a pactar con el gobierno, la renovación del Consejo General del Poder Judicial, hoy totalmente desprestigiado por sus connivencias manifiestas con el partido derechista y permitir que, por primera vez desde el advenimiento de la democracia, se sanee esta institución que aún sigue contaminada por tics propios de la dictadura franquista y que hace gala, sin vergüenza ninguna, de un corporativismo totalmente incompatible con una democracia que se precie.

 

La llamada operación Kitchen y todo lo que a través de ella se está poniendo de manifiesto a todos aquellos que nos preocupa la realidad actual de nuestro país, nos hace temer un peligroso aumento de los ultra-derechistas de VOX que exhiben pureza ideológica, aunque los que vivimos los tiempos de la dictadura ya sabemos de qué pie cojean y cual resulta la perversa realidad en cuanto llegan al poder; posibilidad más que cierta  por el trasvase de votantes del Partido Popular, decepcionados al comprobar el grado de corrupción que enloda este partido.

 

También se pone de manifiesto con la investigación un entramado de carácter puramente mafioso, del que no son ajenos ni algunos altos mandos de la Policía, de la Fiscalía y del Poder Judicial, cuestión que aclara la negativa del Partido Popular a renovar los, caducados por más de dos años cargos del Consejo General del Poder Judicial y la prisa que se dan estos por nombrar jueces de su cuerda para cubrir todas las vacantes.

 

Recientemente se ha hecho pública la sentencia exculpatoria en el caso de la fraudulenta salida a Bolsa de Bankia, que en su día presentó una cuenta de resultados positiva con más de 300 millones de beneficios, cuando en realidad tenía más 3.000 millones de pérdidas; entidad que poco tiempo después precisó de una inyección de 22.000 millones de euros del erario público español para salvarse de la quiebra; resulta curiosísimo  que ante tal estafa, los jueces dictaminen que no hay responsables a no ser que tengamos en cuenta que todos los directivos habían sido altos cargos del Partido Popular y en particular el que era presidente de la entidad Don Rodrigo Rato Figueredo, ex ministro de hacienda durante el Aznarato.

 

No podemos seguir así de ninguna de las maneras, este país debe reconstruir el sector del centro derecha, desde el borrón y cuenta nueva. Nadie de los que destacaron u hoy destacan en el Partido Popular, puede seguir un minuto más en política y nuevos liderazgos, desde el prisma de la moderación y de convencimientos democráticos, deben surgir en este país, para representar en las cámaras al liberalismo democrático que durante los últimos 80 años ha contribuido muy mucho a la reconstrucción y pujanza europea, en colaboración más o menos estrecha con la socialdemocracia.

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