A primeros del mes de Julio, como cada año, asistí a las jornadas de la
Universitat Progresista Catalana d’Estiu (UPEC); en una de las mesas
de debate, la que llevaba por título, Dibujando Futuros Imperfectos, El Doctor
en Ciencias de la Comunicación y Consejero de Cultura y Medios de Comunicación
de la Generalitat de Cataluña, en el periodo del segundo tripartito entre 2006
i el 2010, y militante de Esquerra Republicana de Cataluña Joan Manuel Treserras, me sorprendió al describir
la afirmación que esta formación viene haciendo, en el sentido que existen en
Cataluña dos clases de independentismo, uno con base nacionalista y otro, que
según él sería el de ERC, que no se basa en el Nacionalismo si no en el
Republicanismo.
Digo que me sorprendió pues si bien yo había oído afirmaciones de este
calibre en boca de Rufián o Tardá, siempre había pensado que se trataba de
expresiones banales sin base argumental alguna, sin embargo al oírlas de boca
de tan ilustre personaje y por lo demás a uno de los que yo tenía en máxima
consideración a pesar de discrepar de sus ideas, la sorpresa fue mayúscula en
cuanto durante su argumentación, no supo defender con claridad el tema y se
embarulló en un camino del que no supo salir hasta el punto que el moderador de
la mesa le tuvo que llamar la atención porqué se pasaba del plazo de tiempo
concedido y el público acogía sus últimas consideraciones, con contundentes
signos de desaprobación.
Y es que amigos, cuando alguien te dice que con la independencia no se
pretende configurar un nuevo estado nación si no la construcción de una
República, y con ello provocar la rebelión de los demás pueblos de España,
a uno se queda completamente anonadado, pues no sabe si le están tomando el
pelo o es que la situación del partido que promueve esta idea es tan
desesperada que no le importa recurrir al absurdo con tal de mantener su
posición. Al día siguiente y en otra mesa Con el título Las Izquierdas en un
País Extraño, el Ínclito Gabriel Rufian y la diputada al Parlament de Cataluña
por la CUP María Sirvent, vinieran a decir algo parecido, me sentí obligado a
poner en conocimiento de Vds. mis reflexiones sobre este tema.
De primero me vino a la cabeza que el nacionalismo es incompatible con el
internacionalismo propio de la izquierda, por lo que un partido de izquierdas y
nacionalista es del todo imposible.
También que el ideal supremo de todo buen nacionalista, es conseguir la
plena independencia de su territorio, desde la totalidad de la soberanía sobre
el mismo.
Recordé también que en su fundación ERC en 1931, fue el resultado de la
unión de tres formaciones políticas, El Partit Republicá Català que lideraba
Lluis Companys, Estat Català de Francesc Macià, y el Grupo l’Opinió de Joan Lluhí.
Y que el dominante Estat Catalá, fue el partido de los celebres Hermanos Badia,
que pretendieron instaurar una especie de milicias fascistoides en Cataluña.
Bajo estas tres premisas, me hice una composición del tema no sé si
ajustada a la realidad, pero a todas luces creíble, del porque de la invención
del “independentismo no nacionalista” por parte de los dirigentes actuales de
ERC.
Es evidente que ERC hoy ha evolucionado mucho desde su fundación aunque a
mi entender siempre ha conservado esta gran contradicción de pretender ser de
izquierdas y nacionalista a la vez. Tan Solo en tiempos en que fue secretario
general Josep Lluis Carod Rovira, se priorizó la parte digamos social de la
ideología del partido sobre el objetivo independentista, lo que permitió la
configuración junto con el PSC e ICVEUiA de dos tripartitos gobernando la
Generalitat de Catalunya entre los años 2003 y 2010, bajo el liderazgo del PSC.
La defenestración de Carod que acabó dándose de baja del partido, por parte del
sector más independentista, dio un giro de 180º a esta formación que priorizó
la cuestión territorial por encima de la cuestión social en las políticas de
partido.
Por otro lado el auge de la extrema derecha ultranacionalista en Europa y
la irrupción de VOX en el Parlamento Español, con la consecuencia del aumento
del nacionalismo español en la derecha tradicional de PP y Ciudadanos, ha
puesto de manifiesto la gran contradicción de ERC como partido que intenta
combinar lo imposible, el nacionalismo con ser un partido de izquierdas. El
firme avance del federalismo en la izquierda catalana y española, también
contribuye a poner de manifiesto esta flagrante contradicción en que se
encuentra inmersa ERC, por lo que ante la desesperación de buscar una salida a
sus dirigentes no se les ha ocurrido otra cosa que la perogrullada del “independentismo
no nacionalista” con la que intentan seguir manteniendo el engaño a esta parte
de la población fanatizada que les sigue a pies juntillas.
Otra prueba de la derechización de ERC, aparte del seguidismo que viene
haciendo a todo lo que ordena Puigdemont desde Waterloo, la propuesta de la
llamada Ley Aragonés que ha sido tumbada en el Parlamento Catalán, en la que se
abría de par en par las puertas a la privatización de los servicios esenciales
de Sanidad y Educación públicas.
Que no se anden con eufemismos, por favor, que reconozcan que el
nacionalismo catalán forma parte de su seña de identidad y que aunque en sus
siglas figure el nombre de Esquerra, se trata de un simbolismo como la independencia que declararon.
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