domingo, 27 de octubre de 2013

EL NACIONALISMO ESPAÑOL




Miren amigos, en estos tiempos convulsos que nos ha tocado vivir, no solo por una crisis económica y del sistema capitalista, que nos ahoga y nos aplasta día a día, sin que por mucho que se nos diga, acabemos de ver el camino que debe conducirnos hacia un final feliz de la misma; si no por el virulento enfrentamiento entre dos concepciones nacionalistas la catalana y la española, que en un afán de ocultar sus propias miserias, las derechas de uno y otro lado han desencadenado, sin calibrar las posibles y trágicas consecuencias que estos conflictos acaban teniendo en las vidas y haciendas de los ciudadanos.

 

Como catalán español, nacido en el año 1946 en pleno periodo duro de la dictadura, y desde una posición de rechazo a cualquier veleidad nacionalista, sea del signo que sea, y de una convicción federalista a prueba de bomba me atrevo a significarles una serie de detalles que sin lugar a dudas, a mi entender, dan cumplida muestra de la imposibilidad de los nacionalismos de convivir entre diferentes.

 

Desde su creación en 1789, y repasen si no me creen la historia, el nacionalismo, ha pervivido hasta nuestros días, gracias a la permanente confrontación con otros nacionalismos, en el más simple y puro afán de mostrar la superioridad de un colectivo, siempre de orden territorial, sobre otros con los que se compite directamente, cuando uno ha sido impuesto sobre otro por la fuerza de las armas, el victimismo ha sido una de las armas que la ha quedado al vencido que conveniente mente aplicada ha sido capaz de mantenerlo en el transcurso de los tiempos.

 

La esencia nacionalista, no se basa en las personas en sí, si no en la pertenencia total a un colectivo, cultural y territorial determinado, al que todos, sin distinción de ideologías deben prestar sumisión entregando para ello la vida si hace falta.

 

En España, el concepto de nacionalismo español, nace a partir de la liberal constitución de Cadiz de 1812, donde por primera vez se estipulaba que la soberanía no residía en la figura del rey, si no en la "Nación Española".  A partir de ahí, y a pesar de los continuos altibajos que siguieron a esta proclamación, en el sentido de retrocesos hacia el "Ancien Regime" el nacionalismo se va abriendo camino, luchado siempre con los demás, Francia en primer lugar, las guerras coloniales, y finalmente con los que hoy se vienen a denominar nacionalismos periféricos de Cataluña, País Vasco y en menor medida Galicia, Canarias y Andalucía.

 

Es del todo incierta la épica que los nacionalistas españoles, se atribuyen como propaganda de sus ideas en el sentido que fueron los Reyes Católicos quienes en con su matrimonio, unificaron territorialmente la península ibérica, conformando la nación española, así como también es totalmente incierto, (y sé que los ultra independentistas van a rasgarse sus vestiduras), que los catalanes en la guerra de secesión, lucharan por la libertad de una nación catalana totalmente inexistente como tal en aquellos tiempos, si no que lo hacían por mantener una dinastía real, en España, que en el período anterior, el reinado de Felipe IV, les había puteado enormemente.

 

En el período más negro de nuestra historia reciente, como es sin lugar a dudas, la guerra civil y la dictadura franquista por cuarenta años, apoyado doctrinariamente en el ultranacionalismo español, con derivas imperialistas; Los nacidos como yo en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo XX, recordarán sin duda el proceso de eliminación sistemática, de toda competencia nacionalista en el interior y la poca o nula voluntad de llegar a acuerdos con los países del entorno, con el fin de preservar al máximo el predominio del nacionalismo español con clara vocación imperialista..

 

Quiero señalar, en referencia a este negro período de nuestra historia, que el nacionalismo español, moderado y democrático, digamos a la europea, que apareció a la muerte del dictador, perdió gran parte de la simpatía y credibilidad que podía tener entre los ciudadanos, al dejar que un régimen fascista se apropiara de sus símbolos, quedando en la memoria de varias generaciones, como signos de una opresión y persecución de libertades. Tanto  es así, que debo confesar, que me sobresalto desagradablemente cada vez que veo la bandera denominada rojigualda aunque no lleve el pájaro en el centro, pues despierta en mi interior recuerdos altamente desagradables de una época que no me gustó vivir de ninguna de las maneras. También asocio automáticamente con el franquismo el llamado himno nacional, pues no puedo evitar un desagradable escalofrío, cada vez que oigo sus notas.

 

Me gustaría ver que el nacionalismo español, al igual que el alemán, francés o cualquier otro de la Europa actual, (ninguno de ellos utiliza símbolos, que fueran representativos en los períodos de ultranacionalismo que tambien vivieron),  es profundamente democrático, pero lamentablemente y no solo por una cuestión de símbolos, si no por las actuaciones en defensa de un pasado poco glorioso, me cuesta cada vez más esfuerzo encontrar  esta vertiente democrática en el nacionalismo español.

 

Dicho esto, espero y deseo que por parte de los nacionalistas catalanes, incluso los que se autodenominan de izquierda y algunos otros que extrañamente siguen militando en él PSC, se me deje de acusar de nacionalista español y por parte de los nacionalistas españoles de nacionalista catalán, cuando mi idea, y mi posición como socialista, es profundamente internacionalista, por lo que la concepción nacionalista, sea del signo que sea, casi podría decir que me repugna "soberanamente". ¿Entendido?

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