Mis peores temores han acabado por convertirse en realidad, cuando por la
crisis económica y el terror a la miseria que se impulsa desde la derecha
nacionalista en toda Europa, y los proyectos de entidades internacionalistas
como la UE están en horas bajas, por cuanto sus líderes actuales responden más
a la búsqueda de soluciones en el pasado que en el futuro; los sentimientos de
el nacionalismo a ultranza, vuelven a primer plano en todo el viejo continente
y muchos ciudadanos empiezan a buscar salidas, además de en radicalismos
estrafalarios populistas, en un regreso al atávico sentido tribal que les
induce a encerrarse en unas limitadas fronteras, buscando en un proteccionismo
resolver sus problemas.
Los poderosos de este planeta, son quienes a través de los medios de
comunicación y de los partidos de derecha en el poder en buena parte de los países
del mundo; mantienen el miedo en el cuerpo de los ciudadanos, como la mejor
arma para tenerlos dominados e impulsarles la necesidad de buscar refugio y
amparo, en lo que antes era la tribu y ahora denominamos nación. Una cuestión
que les favorece especialmente, por cuanto les permite mantener su división en
el tema político, mientras ellos a través de la llamada globalización
económica, acumulan suficiente poder, para seguir con su explotación de
recursos y personas, al margen de limitaciones y regulaciones.
Solo la ideología izquierdista les pone de manifiesto sus miserias y es la
única que partiendo de su premisa internacionalista, les combate el miedo
ciudadanos y la tendencia a encerrarse en si mismo. Es por ello que ya desde
hace unos años, sobre todo cuando Ronald Reegan y Margaret Tatcher iniciaron su
contrarrevolución neoconservadora, uno de los principales objetivos ha sido
destruir y aniquilar el pensamiento de izquierda, en particular la expresión
moderada del mismo, cuya aplicación en Europa después de la II Guerra Mundial,
cosechaba grandes frutos.
Fue la visión internacionalista de dos grandes socialistas españoles, el
catalán Joan Raventós y el Andaluz Felipe Gonzalez, que les hizo comprender la
necesidad de unir esfuerzos y configurar una Formación Socialista de ámbito
Español, con voluntad de influir y promover, la unión del socialismo europeo.
Para ello uno y otro, apartaron de la mesa de discusión, el mínimo atisbo de
nacionalismo, buscando solo lo que unía, y apartando lo que separaba.
Hasta hoy, casi cuarenta años después, esta unión ha sido como el muro
inexpugnable contra el que se han estrellado todos los ataque del nacionalismo
españolista y catalán, y quedado como ejemplo de la unión dentro de la
diversidad; digo hasta hoy, porque la votación dispar dentro del grupo
socialista en el Congreso de los diputados, no es un hecho baladí, sin
importancia ninguna, pues puede significar que de una o otra forma, el
nacionalismo, ha empezado a mellar en socialismo español, poniendo en grave
riesgo su unidad, cuestión que hace frotarse las manos a CiU, ERC y PP, además
de otros minoritarios, que creen por primera vez en toda la historia, haber
abierto brecha en este sólido muro.
Desde el PSC se intenta justificar el despropósito como un acto de
coherencia, con un programa electoral, en el que ya equivocadamente se
introdujo el concepto de Derecho a Decidir, con la suficiente ambigüedad para
dar pábulo a diferentes interpretaciones, y desde el PSOE, la minoría
españolista recalcitrante, se ha apresurado a apelar a la ruptura, en una
muestra más de ceguera política ante la realidad actual. Unos y otros, han
aprovechado la ocasión para cargar contra sus enemigos internos en una clara
voluntad de librar feroz batalla por la posición dominante, amparados en el
manto de la disputa territorial.
Con todo
creo firmemente en el buen criterio de las mayorías, en las bases del PSOE y
PSC y de sus líderes actuales que les va a obligar en brevísimo plazo, a
sentarse para recomponer todo lo que se ha descompuesto estos días, y renovar
el compromiso que Raventós y Gonzalez hicieron en su tiempo, con el fin de volver
a una época donde los socialistas, desde posiciones de gobierno, vuelvan a ser
los protagonistas en la gestión de esta España del Siglo XXI, y su encarrilada
por las nuevas sendas del progreso.
Estoy regresando a ser un niño, como aquel que le pregunta algo a su padre y después de que este le conteste, siempre vuelve a preguntar ¿y porque?
ResponderEliminarMi frase favorita es la que dice que cuanto más sabemos, más nos damos cuenta de lo que ignoramos.
Por eso en mi todo son preguntas. ¿Por qué queremos de reinos como en los siglos XIV o XV? ¿Para que nos sirve la CEE, si promovemos la división de los pueblos? ¿Qué tiene de malo copiar el sistema geopolítico de EEUU para Europa? Me dicen que no es conveniente pero las respuestas que me dan unos y otros, de momento no me convencen y cada día que pasa se ve un futuro social más oscuro.