Las grandes compañías norteamericanas, responsables en gran parte de la caótica situación económica, en la que se halla inmerso la mayor parte del orbe terrestre, han conseguido en base a invertir grandes cantidades, que el sueño del gran cambio que Obama, anunciaba en su campaña electoral, haya quedado en solo eso, un sueño; cuando ya se ha hecho pública la desactivación total de la reforma sanitaria en USA, y la puesta en práctica de medidas de claro corte neoliberal, para sacar el país de la crisis. A pesar del reciente grito de Obama, como advertencia a la banca: “Si quieren guerra la tendrán”
Parece ser que la pérdida del escaño del fallecido Edward Kennedy, en el estado de Massachusetts ha sido el elemento determinante en este cambio, cuando todos los asesores del presidente, le han indicado la necesidad de un golpe de timón a su política, si pretende que el partido demócrata, siga ganando elecciones.
¿Que ha pasado para que en menos de un año se haya producido este giro tan radical en el pueblo estadounidense, de un apoyo incondicional al primer presidente negro, a un rechazo descomunal a su política?
Sencillamente pienso que ha sido cuando los más grandes poderes del país, petroleros, aseguradores, bancos, etc, han visto peligrar la oportunidad de volver a los niveles de grandes beneficios, en base a la especulación pura y dura, y para ello no han dudado en emplear toda su capacidad de influencia en medios de comunicación, para montar una campaña de desprestigio al gran cambio que se pretendía poner en marcha, campaña que parece ser ha calado en la opinión pública norteamericana que acaba dando la espalda a este, necesario e imprescindible cambio, que la economía mundial del siglo XXI precisa.
Por otra parte, creo que nadie en este planeta ha sido capaz de decir la verdad, en el sentido que los grandes cambios, en las estructuras económicas, siempre requieren de grandes sacrificios, y que si en verdad pretendemos un mundo con más justicia social y con igualdad de oportunidades para todos debemos empezar controlando al sector financiero, impidiéndole asumir riesgos excesivos, así como favorezcan la especulación sin control ninguno, que ha llegado a considerarse, como un valor esencial del capitalismo.
Ya se que no resulta popular, ni favorece ganar elecciones, el eslogan “Churchilliano” “Sangre Sudor y lágrimas”; y también que el valor del sacrificio, ha dejado de tener consideración en la moderna y opulenta sociedad denominada occidental, pero créanme amigos, la historia va a ocuparse de demostrar que únicamente, los que habrán sido capaces de luchar denodadamente contra la adversidad y con claridad de ideas avanzar hacia el progreso solidario, huyendo de la falsa promesa de una rápida recuperación, que al final resulta es solo para unos pocos, alcanzaran la meta de una sociedad más justa, donde todos vivamos mejor.
Obama a cedido, y su “Yes We Can” se ha desinflado, con la aquiescencia de una buena parte del pueblo estadounidense, que se ha dejado seducir por los cantos de sirena de los más importantes lobbies, que como se está demostrando, siguen repartiendo pingües ganancias, entre una selecta minoría de altos ejecutivos, a pesar que para obtenerlas haya sido preciso exprimir el bolsillo de los contribuyentes, siguiendo la máxima neoliberal de socializar las pérdidas, y privatizar los beneficios. La cesión de Obama, ha condenado al pueblo estadounidense, y como no vigilemos al resto del planeta, a vivir durante unos años más la agonía de un sistema, una agonía, que resulta más y más dolorosa, a medida que el tiempo avanza, y las antiguas estructuras se desmoronan víctimas de la insolidaridad y el egoísmo, de un tercio de la humanidad, que explota hasta la saciedad a los dos tercios restantes, desde el siglo XVIII, cuando el capitalismo inició su andadura.
Parece ser que la pérdida del escaño del fallecido Edward Kennedy, en el estado de Massachusetts ha sido el elemento determinante en este cambio, cuando todos los asesores del presidente, le han indicado la necesidad de un golpe de timón a su política, si pretende que el partido demócrata, siga ganando elecciones.
¿Que ha pasado para que en menos de un año se haya producido este giro tan radical en el pueblo estadounidense, de un apoyo incondicional al primer presidente negro, a un rechazo descomunal a su política?
Sencillamente pienso que ha sido cuando los más grandes poderes del país, petroleros, aseguradores, bancos, etc, han visto peligrar la oportunidad de volver a los niveles de grandes beneficios, en base a la especulación pura y dura, y para ello no han dudado en emplear toda su capacidad de influencia en medios de comunicación, para montar una campaña de desprestigio al gran cambio que se pretendía poner en marcha, campaña que parece ser ha calado en la opinión pública norteamericana que acaba dando la espalda a este, necesario e imprescindible cambio, que la economía mundial del siglo XXI precisa.
Por otra parte, creo que nadie en este planeta ha sido capaz de decir la verdad, en el sentido que los grandes cambios, en las estructuras económicas, siempre requieren de grandes sacrificios, y que si en verdad pretendemos un mundo con más justicia social y con igualdad de oportunidades para todos debemos empezar controlando al sector financiero, impidiéndole asumir riesgos excesivos, así como favorezcan la especulación sin control ninguno, que ha llegado a considerarse, como un valor esencial del capitalismo.
Ya se que no resulta popular, ni favorece ganar elecciones, el eslogan “Churchilliano” “Sangre Sudor y lágrimas”; y también que el valor del sacrificio, ha dejado de tener consideración en la moderna y opulenta sociedad denominada occidental, pero créanme amigos, la historia va a ocuparse de demostrar que únicamente, los que habrán sido capaces de luchar denodadamente contra la adversidad y con claridad de ideas avanzar hacia el progreso solidario, huyendo de la falsa promesa de una rápida recuperación, que al final resulta es solo para unos pocos, alcanzaran la meta de una sociedad más justa, donde todos vivamos mejor.
Obama a cedido, y su “Yes We Can” se ha desinflado, con la aquiescencia de una buena parte del pueblo estadounidense, que se ha dejado seducir por los cantos de sirena de los más importantes lobbies, que como se está demostrando, siguen repartiendo pingües ganancias, entre una selecta minoría de altos ejecutivos, a pesar que para obtenerlas haya sido preciso exprimir el bolsillo de los contribuyentes, siguiendo la máxima neoliberal de socializar las pérdidas, y privatizar los beneficios. La cesión de Obama, ha condenado al pueblo estadounidense, y como no vigilemos al resto del planeta, a vivir durante unos años más la agonía de un sistema, una agonía, que resulta más y más dolorosa, a medida que el tiempo avanza, y las antiguas estructuras se desmoronan víctimas de la insolidaridad y el egoísmo, de un tercio de la humanidad, que explota hasta la saciedad a los dos tercios restantes, desde el siglo XVIII, cuando el capitalismo inició su andadura.
Lo tremendo que los propios intereses creados controlan la reacción al desastre econòmico y sobre todo social que generan.
ResponderEliminarPor eso ZAPATERO NO CEDAS-como decimos los argentinos-NI UN TRANCO DE POLLO.