Los períodos de crisis deben ser aprovechados, según los expertos, para introducir todos aquellos cambios, destinados a garantizar la supervivencia del propio sistema, corrigiendo los errores del pasado que casi siempre son los únicos responsables del desaguisado.
Al actual periodo de crisis, la humanidad ha llegado partiendo del momento en que a unos pocos muy ricos, les pareció que empezaban a ser demasiados, los que ansiaban y procuraban alcanzar su privilegiada posición.
Al actual periodo de crisis, la humanidad ha llegado partiendo del momento en que a unos pocos muy ricos, les pareció que empezaban a ser demasiados, los que ansiaban y procuraban alcanzar su privilegiada posición.
Cuentan que en 1929, el patriarca de los Kennedy, el padre de John, Robert, Ted, etc. tomó un taxi en la ciudad de Nueva York y el taxista al reconocerlo, como uno de los magnates que operaban en la bolsa, le pidió consejo para la inversión en bolsa de unos ahorros de los que disponía. El prócer sin ocultar un rictus de preocupación le contestó: Si un taxista como Vd., puede tener acceso al mercado de valores, es que el sistema necesita un cambio profundo. Al día siguiente Kennedy vendió todas las acciones de que disponía y unos meses más tarde sucedió el crack de Wall Street, de 1929, que algunos entendidos comparan con el que sucedió el pasado año.
La depresión consiguiente a la caída de la bolsa, degeneró diez años más tarde en la II Guerra Mundial y la ruina total de las naciones europeas. Solo el trabajo solidario de todos los ciudadanos, acompañado de unas políticas económicas de un claro corte socialdemócrata, fueron capaces de reemprender una nueva era de progreso y justicia social en el viejo continente, sin olvidar las inversiones, del todo interesadas, de Estados Unidos, a través del Plan Marshall, que a parte de sentar las bases para la recuperación de los aliados europeos incluida la parte occidental de Alemania, contribuyeron también decisivamente, en levantar la economía del gigante americano.
Pero cuarenta años después de acabado el conflicto, cuando todas las economías del llamado mundo occidental, están en pleno apogeo, a alguien se le ocurre que empieza a ser peligrosa, la riqueza equitativamente repartida, de los países europeos y las grandes fortunas del mundo, comienzan a intuir un peligro para su estatus de privilegio. Es así que a través de Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Tatcher, en el Reino Unido, se empieza la llamada revolución conservadora, con el único fin de desmantelar el sistema de reparto de la riqueza que se practicaba en los principales países europeos, lo que hemos conocido con el nombre de “estado del bienestar”. Desde los grandes medios de comunicación se denuestan todas las filosofías socialdemócratas y después de relegar al olvido las teorías de John Maynard Keynes; la ultraliberal Escuela Económica de Chicago, impone sus doctrinas, acabando con el papel principal que el estado y la recaudación de impuestos en la marcha económica del mundo civilizado. De hecho volvimos a la situación anterior a 1929 y claro está, el repetir los errores de entonces fatalmente nos debía conducir de nuevo a un estrepitoso fracaso.
A la vista de cómo se han desarrollado los acontecimientos, intuyo que todo ha formado parte de una estrategia muy bien planificada, encaminada a proteger los intereses de los poderosos del planeta, a los que con toda seguridad no ha afectado lo mas mínimo, los vaivenes del mercado de valores, y que en estos precisos momentos, están en situación de stand by, dispuestos a reemprender su acaparamiento de beneficios, en cuanto la situación lo permita.
En 1929, el Sr. Kennedy retiró sus fondos a tiempo y no perdió nada, cosa que no sucedió con el taxista que si perdió sus modestos ahorros y tuvo que trabajar hasta la muerte para sobrevivir.
¿No creen que quizás ha llegado la hora de promover el cambio real y en profundidad en toda la estructura del sistema para que no vuelva a suceder que unos cuantos poderosos, sigan apropiándose de los recursos de todos?
¿No les parece que en el siglo XXI ya es hora que se superen las diferencias sociales y que es del todo intolerable que un tercio de la humanidad se muera de hambre, mientras que unos pocos siguen acaparando?
Es seguro que conseguir un cambio como el que propongo, requerirá de un período largo de continuos sacrificios a la sociedad, un largo periodo donde además habrá que soportar los engañosos cantos de sirena de los poderosos que no cejaran en hacernos atractivo aquello de cambiar algunos accesorios para que lo fundamental siga igual.Pensemos, sin embargo en ello, a lo mejor llegamos a la conclusión que un cambio en profundidad nos conviene, no solo a nosotros sino a nuestros descendientes.
Hola, buenas tardes:
ResponderEliminarEspero y deseo que se pase del debate mediático y, se pase a la faena. Queda claro, que las políticas económicas no son neutras. es decir o son liberales o socialistas.
J. Blanco a título personal ha dado el "golpe". Pienso que quién tenía que haber iniciado el debate somos los socialistas en el último congreso y eso quedó en "tiempo muerto". Vamos que no tocaba. O si me permites al Comité federal. Ya veremos en que queda todo esto. En cualquier caso, tenemos el camino abierto para que los que desde hace años (Huelga general del 14 de diciembre de 1988), venimos señalando que se están haciendo rebajas fiscales sin pensar en cuanto Estado de Bienestar queremos y sí más en políticas electorales cortaplacistas.
Veremos si se hace una REFORMA FISCAL PROGRESIVA. ¡Ojalá!
Un abrazo