domingo, 21 de febrero de 2016

DEBILIDADES EUROPEAS, EL BREXIT


En estos tiempos los españoles, enfrascados como estamos en la formación de un nuevo gobierno, que se pretende de cambio substancial respecto del de los últimos cuatro años; nos olvidamos de una cuestión importante, como són los síntomas de agotamiento que está dando el actual liderazgo de este ente supranacional, en el que depositamos todas nuestras esperanzas, hace tan solo 30 años, el uno de enero de 1986.

Digo esto por cuanto en estos últimos tiempos, no solo se ha detenido el progresivo avance hacía una mayor integración, si no que los actuales mandatarios se muestran incapaces de imponerse a los desafíos que desde dentro y fuera de sus fronteras, les están efectuando todos aquellos temerosos que una nueva potencia económica y democrática se consolide, descabalgándoles de su situación de privilegio en el poder económico planetario.

La negociación que ha planteado el premier británico David Cameron, en la que a cambio de su posición ante el referéndum que el mismo ha planteado, donde los británicos decidirán sobre la salida de su país o no de la UE, obteniendo condiciones si cabe más excepcionales de las que ya disponía hasta ahora, es el signo más evidente de una debilidad que de ninguna de las maneras puede conducir a nada bueno.

Por otro lado está el tema de los refugiados, una catástrofe humanitaria sin paliativos, ante la cual, el gobierno actual de la UE se muestra totalmente incapaz de gestionar adecuadamente y que provoca la toma de decisiones unilaterales, la mayoría de las veces muy poco acordes con los principios humanitarios, que están procurando graves perjuicios a la propia UE, y sus derechos conseguidos hasta ahora, como la libertad de circulación de personas por el territorio de la unión.

Todo ello me induce a pensar que de no mediar de nuevo el espíritu de los fundadores, nosotros mismos los europeos amparándonos en un nacionalismo trasnochado la estamos condenando a su desaparición, para el goce de unos cuantos privilegiados del planeta, que sin moverse de sus despachos en la City de Londres o en Wall Street de Nueva York, ven desaparecer algo que fuera de las leyes injustas que ellos imponen, podría representarles una peligrosísima competencia.

¿Dónde reside el espíritu de los fundadores que invocábamos en el párrafo anterior? pues en la socialdemocracia, que es la praxis que permitió al viejo continente superar  el trauma del desastre de la II guerra Mundial, y renacer cual ave Fénix de sus propias cenizas. Si bien en el Parlamento europeo la mayoría la conforman neoliberales y conservadores, en los 19 pases que conforman la zona euro, hoy la presencia socialdemócrata es notable, pues en 8 de ellos gobierna esta ideología en exclusiva, Austria, Eslovaquia, Eslovenia, Francia, Grecia, Italia, Malta y Portugal; en otros 4 la socialdemocracia está presente en el gobierno en coalición con otras fuerzas, Alemania, Bélgica, Estonia  e Irlanda; y por el contrario solo tiene a 6 países, Luxemburgo donde gobierna la democracia Cristiana, Países Bajos, al frente de los cuales se halla un partido netamente liberal, y luego Chipre, Finlandia y Letonia, donde la ultraderecha nacionalista ocupa el poder. En el más que probable caso que en España, Pedro Sánchez sea investido presidente, con el apoyo de la izquierda más radical de Podemos, serian 13 contra 7 por lo que, ¿No les parece a Vds. factible, que a partir de la zona euro, se pueda invertir la tendencia que se ha emprendido y cuyo ejemplo es la cesión a Cameron?

La mayoría de países integrantes de la zona euro son los más capaces de optar por el camino federal, y crear  el núcleo que a medio y largo plazo, haga evidente a los que hoy están fuera buscando la falsa protección en el nacionalismo recalcitrante, del error que cometen y que el futuro se encuentra en una organización federal, donde se respeta el derecho a la diferencia, sin diferencias de derechos y los grandes valores humanistas, Libertad, Igualdad y Solidaridad,  son reglas básicas.

domingo, 14 de febrero de 2016

LA UE DEBE TRANSFORMARSE PARA RESISTIR


Al principio de la crisis económica, allá por el año 2008, cuando un derechista como Sarkozy, predicaba la necesidad de refundar el capitalismo, restableciendo o creando nuevos controles sobre los llamados mercados financieros. En el viejo continente comenzaba el clamor de muchas voces pidiendo “mas Europa”, como fórmula para avanzar en la solución de la crisis, en base a aunar esfuerzos, mancomunando la deuda y hacer frente al tremendo ataque que los llamados mercados, habían emprendido contra el intento que una nueva potencia, viniera a truncar el “stablishmen”, compitiendo en igualdad de condiciones con los más grandes del planeta.

Si amigos, aunque algunos se empeñen en negarlo, desde USA, hasta el 2001, poseedores de la única moneda para efectuar transacciones internacionales, en particular del comercio del petróleo, empezó a ver peligrar su hegemonía cuando el Euro, a partir del uno de enero del año en cuestión, se fue introduciendo en los mercados internacionales siendo, no solo aceptada por los grandes operadores del sector petrolífero, sino que también como diversificación de riesgo en los países emergentes como China, poseedores de una enorme liquidez en divisa americana; es pues así que sin dudarlo ni un momento y aprovechando la confusión creada, se lanzaron al ataque en los puntos débiles de una Europa a medio hacer, Grecia, Portugal, Irlanda, España, Italia; aprovechando la poca solidez de unas economías basadas exclusivamente en la especulación, e incapaces por el momento de generar verdadera riqueza.

Hoy vemos con asombro, que las voces de aquellos que con acierto veían en el avance hacía una mayor integración de los 29 miembros de la UE, incluso con serios progresos hacia una estructura federal, han sido acalladas o quizás mejor decir desoídas, hasta el punto que por algunos lares en el sector oriental, el ultranacionalismo de la derecha extrema se ha impuesto, ocupando gobiernos, como el caso de Polonia, Hungría, Dinamarca; el renacimiento de partidos neonazis, como en Alemania, Francia, Grecia, el Reino Unido, Suecia, Holanda, Bélgica, etc. etc. que están obteniendo por primera vez desde el final de la II Guerra Mundial escaños en los respectivos parlamentos, mientras que las democracias cristianas de estos mismos países, giran peligrosamente hacia la derecha impulsando un cierto euroescepticismo con el fin de no perder cuota de votantes nacionalistas, ideológicamente hablando.

Solo en los países del sector Mediterráneo, incluyendo entre ellos a Portugal, quizás hartos de unas políticas de austeridad y entendiendo un futuro de la UE, como potencia económica cierta en el nuevo modelo planetario que se avecina, optan por gobiernos de izquierdas a los que además de unas nuevas políticas nacionales que tengan como objetivo un reparto justo de la riqueza generada y una restitución de los derechos sociales que les han sido arrebatados en los últimos años, se va exigir un avance decidido en la construcción de una Europa claramente Federal, que esté en condiciones de plantar cara y competir con todas las demás potencias, en un mundo que nuca más va a ser bipolar, como en la segunda mitad del pasado siglo XX, si no multipolar.

Solo la izquierda socialdemócrata, como ya se demostró en acabar la segunda guerra mundial, es capaz de avanzar significativamente hacia unos verdaderos Estados Unidos de Europa, bajo un sistema de organización federal, donde se respeten las diferencias, manteniendo una igualdad en los derechos de todos los ciudadanos; donde de una vez por todas superemos la egoísta idea del nacionalismo disgregador y confrontador, para aceptar una continua colaboración hacia un mismo objetivo, bajo los principios del dialogo la negociación y el pacto continuados, sin confrontación ninguna. Un lugar donde sepamos ver lo que nos favorece, aceptando sin recelo ninguno a estos miles de refugiados que hoy están llamando a nuestras puertas pidiendo asilo, y entendamos que es mucho más, que los inconvenientes fácilmente superables que ello nos puede conllevar.

Por lo dicho hasta ahora, cabe ver la gran importancia de la transformación para el futuro inmediato de la UE, que Pedro Sánchez consiga formar un gobierno de izquierdas en España, la cuarta economía de la zona euro, pues junto con la segunda economía, Francia con François  Hollande un socialdemócrata al frente; la tercera Italia con un izquierdista moderado como Mateo Renzi, a la cabeza. Y teniendo en cuenta que en la primera economía, Alemania, los socialdemócratas, forman parte del gobierno, aunque en coalición con la neoliberal CDU. Es bien fácil comprender que avanzar en una Unión de tipo federal, resulta fácilmente factible; y les prometo amigos, que ante esto, incluso los más euroescépticos, como parece ser los británicos, no les va a quedar más remedio que reconocer que es por ahí, el único camino a un futuro de paz y progreso para todos los europeos.

Pensemos en ello amigos e intentemos luchar por un mundo mejor para nuestros hijos y nietos que el que a nosotros nos ha tocado vivir. 

domingo, 7 de febrero de 2016

NACIONALISMO Y SOCIALISMO CONCEPTOS INCOMPATIBLES


 
Los que siguen habitualmente mis escritos, ya saben que considero el nacionalismo como una teoría caduca, que si bien en el pasado siglo XIX, sirvió como base de la organización territorial a la Revolución Industrial, permitiendo que esta se desarrollase hasta su punto más álgido; hoy, cuando la sociedad ha iniciado una nueva Revolución, la que se denomina Digital, demanda nuevas formas de organización, que no pueden tener satisfacción desde el nacionalismo, si no que requieren de otras formas, que permitan profundizar en la democracia y permitir una participación de los ciudadanos, mucho más efectiva que la de votar simplemente cada cuatro años.

Es aquí donde entra en acción el Federalismo, un concepto que durante el siglo XX, ha ido evolucionando desde los principios anarquistas  donde nació en el XIX, hacía fórmulas prácticas que casan perfectamente con los principios básicos del socialismo democrático, que día a día está adquiriendo carta de naturaleza en el convulso mundo actual, como la gran solución a los graves problemas de crisis económica y de valores a los que nos enfrentamos.

Sin embargo, la idea nacionalista, muy arraigada en nuestra sociedad en particular desde 1914 cuando la burguesía planetaria decidió resolver una crisis sistémica del capitalismo, en base a una gran confrontación armada; proclamando el patriotismo como el máximo exponente del valor humano, mandando a miles de jóvenes y no tan jóvenes a una muerte segura en las trincheras, que en suelo europeo se excavaron con prontitud y no dudando en asesinar a aquellos socialistas que alzaban su voz en contra de tamaña barbaridad, como fue el caso de Jean Jaurés.

Hoy, cuando una nueva crisis sistémica, azota con crueldad a los más débiles de la escala social y de nuevo la clase de los privilegiados, resistiéndose a reconocer sus errores, pelea con distintas artimañas en defensa de su estatus, renaciendo en Europa el viejo discurso nacionalista, que pide el cierre de fronteras, como autoprotección frente a un problema con los refugiados siros, afganos, etc. que el propio sistema ha creado, y no sabe cómo resolver de forma adecuada y justa, el socialismo democrático, sufre en sus carnes de nuevo la división entre aquellos que abandonado el internacionalismo que les es propio, se refugian en el pensamiento nacionalista, no dudando incluso en tener la desfachatez, de promover alianzas entre socialistas y nacionalistas de la derecha más rancia.

En verdad les digo amigos, que sin presumir de claridad de ideas, si debo decirles que me siento altamente indignado, cuando oigo las manifestaciones de algunos líderes socialistas españoles de la vieja escuela, como Felipe González, abogando porque el PSOE se abstenga y permita un gobierno del Partido Popular encabezado por Mariano Rajoy, u otros que parecen renacidos zombies como Barrionuevo o Leguina, en el mismo sentido. O incluso a los del nuevo cuño como la joven presidenta de la Comunidad Autonoma andaluza, a la que le oigo demasiadas veces pronunciar la expresión “Unidad de España”, que me retrotrae a mi juventud, en los tiempos de la ultranacionalista dictadura de Franco, cuando esta expresión formaba parte de la cotidianidad.  En cuanto a esto, agradezco a Pedro Sánchez, la utilización de la expresión “Integridad de España”, que sin las connotaciones anteriormente expuestas, expresa mucho mejor el pensamiento que en este sentido compartimos la gran mayoría de los socialistas españoles.

Creo que en beneficio de todos, sería altamente conveniente que el PSOE se sacudiese de encima el nacionalismo que parece, algunos de sus miembros siguen teniendo demasiado interiorizado, del mismo modo que el PSC en Cataluña ha sabido hacerlo aún a costa de sufrir traumáticas escisiones de las que empieza a recuperarse, y debería hacerlo, porqué en un mundo globalizado, si pretendemos siga siendo democrático, solo es posible en base a una organización puramente federal, de gobiernos multinivel con competencias exclusivas y claramente definidas.

Recuerden amigos el trilema de Rodrik donde claramente se percibe, como el mantenimiento del Estado Nación, y la Globalización tiene como consecuencia la pérdida de la Democracia, pues tiene como base una situación de tipo imperialista, o la denominada dictadura de los mercados O que el mantenimiento de la situación del pasado siglo XX, después de la segunda guerra mundial de compatibilizar la Democracia con el Estado Nación,  imposibilita de todas maneras la Globalización, como se fijó en los acuerdo Bretton Woods, en 1944 y que permitieron, la recuperación europea, en base al predominio de una potencia en el mundo llamado occidental como los EEUU, (la moneda de referencia en el mundo occidental fue desde entonces el dólar).

Hoy, cuando se apuesta por un mundo multipolar, cuando la globalización es un hecho y empezamos a ver como imprescindible, organizarnos en entes supraestatales como la UE, con el fin de repartir mejor la riqueza generada y evitar el dominio de potencia alguna. O sea mantener la democracia en una economía globalizada, nos encontramos que solo las estructura federales con los gobiernos multinivel, o sea en detraimiento y menos empoderamiento del estado nación, es la única forma en que podremos lograrlo, siendo el único camino a un futuro más justo socialmente hablando.

Por todo lo expuesto hasta aquí, y otras experiencias históricas que no explico a fin de no hacer demasiado farragoso este apunte, cabe deducir lo que se refleja en el título de este artículo, la total y absoluta incompatibilidad del nacionalismo con el socialismo, por lo que ojo al parche, Susana Díaz, Felipe González y compañía.

domingo, 31 de enero de 2016

QUE PASA POR LA CABEZA DE FELIPE GONZÁLEZ


 
Me resulta muy, pero que muy difícil comprender los mensajes que Felipe González está lanzando a la palestra estos últimos tiempos, unos mensajes que a primera vista parecen más propios de un neoconservador, que no de alguien que en los años 80 lideró la transformación de la sociedad española, adaptándola a la progresividad europea, situando el país en el mapa de la Europa moderna y todo en tan solo trece años.

Pienso que como a muchos, la edad, (73 años, en Marzo 74), le ha hecho perder el vigor revolucionario, que le inspiró en los años mozos, y la experiencia le hace buscar la estabilidad del conservadurismo, aun así, me cuesta pensar que de aquellas esperanzas transformadoras de la sociedad no haya quedado nada.

También he intentado pensar, que Felipe desde la experiencia acumulada de tantos años en el candelero mundial y siendo persona reconocida en los grandes foros mundiales, vea con preocupación a un PSOE, poco preparado para afrontar los retos que se le ponen delante y teme que un fracaso en la gestión lleve este partido a un pozo muy hondo donde tenga pocas probabilidades de salir en mucho tiempo; y de aquí, proponer que se deje gobernar al PP, para que el fracaso de gestión caiga sobre la derecha de este país. A esta razón podría añadirse también los resultados del Socialismo español en la elecciones del pasado 20D, no precisamente muy favorables que digamos y que hacen necesarios apoyos de otros partidos, con los que el PSOE, no comulga ideológicamente hablando, precisamente.

Aun así, yo sin la información que seguramente dispone el ex mandatario y con nula experiencia de gobierno, aparte de 10 años como presidente de la escalera de mi casa, mi análisis de la realidad actual en España, pasa por entenderla, casi peor que la del año 1982, por cuanto el electorado de entonces veía en el PSOE, la única posibilidad de cambio, de salir de las garras de una derecha que había gobernado de forma dictatorial por 40 años, y en su descomposición final, fenecido el dictador, se mostraba incapaz de solucionar los graves problemas económicos derivados de la imprescindible transición de una economía autárquica a una economía democrática e integrada en la Comunidad Económica Europea.

Hoy si bien el principal objetivo sea también salir de las garras de una derecha, que ha recortado derechos sociales, que nos ha conducido a un régimen de precariedad e inseguridad laboral, sin precedentes, con la excusa de una crisis económica de carácter planetario; el PSOE, no es percibido como la única salida, si no que otras formaciones a derecha e izquierda vienen a disputarle la hegemonía que hace 33 años gozaba en exclusiva.

Una correcta lectura de los resultados del 20D nos presentan claramente este cambio en la sociedad española, donde la ciudadanía en su conjunto ha indicado claramente que no confía en una sola formación si no que pide a unos y otros que se entiendan, pacten y formen gobiernos de coalición, donde unos y otros se vigilen y se controlen para que no se caiga en el despotismo de la corrupción como ha venido siendo con la mayoría absoluta del PP estos cuatro años; o en gobiernos autonómicos o locales en manos de la derecha y alguno del socialismo desde hace más tiempo.

Lamentablemente parece que en el PSOE, se va a revivir, lo del Congreso de Suresnes, donde distintas visiones de la realidad, daban como consecuencia propuestas distintas, aunque en el fondo la cuestión esencial residía en la negativa de una generación a ceder el poder a otra más joven que representaba entonces Felipe González. ¿Va a suceder lo mismo, con Pedro Sánchez? La propuesta que ha triunfado en el Comité Federal, del sábado 30 de Enero, de celebrar un Congreso el 21 y 22 de Mayo, en que la vieja guardia piensa plantear el recambio de Pedro Sánchez, puede ser la repetición del Congreso de Suresnes antes mencionado, solo que al venir precedidos por unas primarias, en que la militancia impondrá su decisiva voz, espero y deseo sirvan de una vez por todas, para acallar estas voces que se oyen hoy en día y que parecen salidas de ultratumba, como la de Corcuera, Leguina, Alfonso Guerra, etc. etc. que siguen rezumando el rancio nacionalismo español, sin enterarse que los tiempos han cambiado y que el federalismo es lo que impera en la izquierda que pretende ser razonable, por la necesidad de negociación y pacto constante que le es intrínseca. Ah y que nadie se lleve a engaño, aunque la vieja guardia promocione a Susana Díaz como relevo, sigue siendo la visión retrograda del pasado la que imperaría, pues ¿No les huele a Vds. un poco a rancio, la continuas menciones de Susana, sobre la Unidad de España? Pero este és otro tema del que les voy hablar en mi próximo articulo.

Espero además, que Pedro Sánchez, tenga en acierto en el planteo de los pactos, y que Podemos, sepa dejar de montar el numerito, y ponerse a trabajar seriamente, todo ello con el fin que no coincidan en el tiempo con unas nuevas elecciones, con el congreso que se ha planteado y que Felipe González, recupere la cordura revolucionaria o guarde sus opiniones en el baúl de los recuerdos, pues en estos momentos hacen más daño que otra cosa.

lunes, 25 de enero de 2016

NO SERÁN ESTOS LOS ÚLTIMOS SOBRESALTOS




La pasada semana, en particular desde el jueves día 27, la ciudadanía española ha recibido un tremendo zarandeo, primero cuando los de Podemos se descolgaron con propuestas que hasta el día de ayer parecían imposibles, como la de proponer un gobierno de coalición con el PSOE,  y  segundo por la renuncia de Mariano a someterse por ahora a un proceso de investidura al no contar con los apoyos necesarios para ganarla.

Algunos ven en la jugada una maniobra al estilo pinza entre el PP y PODEMOS, con el fin de procurar su principal objetivo, como es descolocar PSOE y en particular a su líder actual Pedro Sánchez Pérez-Castejón, previendo contar además con la valiosa ayuda de los barones socialistas, que algunas veces últimamente han contribuido, a mi entender de forma inconsciente, a dar carnaza a todos aquellos que desde los medios de comunicación, vienen buscando la liquidación del máximo representante de la socialdemocracia española.

Es verdad que Pablo Iglesias es un líder mediático, por lo que sus golpes de efecto buscan siempre resonancia al máximo nivel, además de ocultar cuestiones que le pueden perjudicar de una u otra forma, como el tema poco claro de las aportaciones del teocrático estado iraní a la financiación de su formación, o de sus productoras televisivas. Sin embargo debemos reconocer que el tipo es habilidoso, para desenvolverse como pez en el agua en este medio, en particular en la cadena de TV La Sexta, que ya desde hace un tiempo le viene elevando a los altares, sacralizando su discurso y dándole preciados minutos televisivos en horas de máxima audiencia.

Pasados unos días y asentada ya la sorpresa, viene la hora de la reflexión y uno, que ya empieza a tener algo de experiencia y no se deja llevar por los primeros impulsos, ve que la oferta de Podemos, no es más que un gran bluf mediático llevado además con muy poca habilidad, y que no ha conseguido lo que se proponía de colocar el balón en el tejado socialista, con el fin de crear en el ciudadano la sensación de que el culpable de no tener un gobierno capaz de cambiar la cosas es del PSOE y no de PODEMOS, como todo el mundo sigue pensando hoy en día, al poner este partido condiciones del todo imposibles de aceptar, de corte puramente nacionalista como lo del referéndum en Cataluña, por parte de una formación que hace bandera del federalismo como la gran opción para solucionar el problema territorial i de decadencia democrática  en España, como es el PSOE

Pero además, todo esto viene al unísono con unos augurios catastróficos en la economía mundial, donde la locomotora china, empieza a perder fuelle, el precio del crudo está por los suelos, y los grandes gurús económicos reunidos en Davos, nos pronostican una nueva y catastrófica recesión tal y como la que se produzco en 2008.

Esto además, pilla a la UE con los deberes sin hacer, pues ¿Donde está la refundación del capitalismo que se predicaba en 2008? ¿Dónde está el nuevo orden económico que debía ejercer un control democrático sobre el sector financiero? ¿Dónde está las nuevas formas de producción basadas en el respeto al medio ambiente?

La derecha mayoritaria en el Parlamento Europeo, que los ciudadanos ratificamos en 2014, nos ha vuelto a llevar por el camino del desastre, al que inefablemente conducen todas las soluciones neoliberales, promotoras de desigualdad y pobreza para una gran cantidad de personas. Sin contar además con la incapacidad manifiesta de esta misma derecha de atender con diligencia, el espantoso drama humano de los refugiados fruto de unos conflictos, que el propio neoliberalismo ha ocasionado en una extensa parte del planeta.

Desde luego, no ganamos para sustos, y lo malo es que no parece que vayan acabar aquí, pues, y en lo que se refiere a España, parece que el asunto va para largo, y en el planeta, tampoco se ve en nadie la intención de ejercer control alguno al sector financiero, pero si seguir permitiendo que el poder real lo ostenten unos cuantos millonarios, que además se permiten el lujo de disponer de las vidas y haciendas de todos los demás.

En algunos de mis anteriores escritos, he manifestado mi temor a que la gran crisis económica planetaria, que empezó en 2008, acabe con un conflicto a escala mundial, hoy lamentablemente a la vista de los acontecimientos temo mucho más que este sea inevitable, pues parece que los pocos poderosos de nuestro mundo, siguen pensando como sus ancestros, que hay que destruirlo todo para ganar dinero y seguir aumentando su poder en la reconstrucción.

¿Nos daremos cuenta algún día de la necesidad de impedir esta barbarie?

domingo, 17 de enero de 2016

PODEMOS DEBERÁ TOMAR UNA DECISIÓN


El tiempo corre deprisa y los acontecimientos se precipitan en este país de forma incluso sorprendente, como ha sido el caso de la investidura el pasado domingo día 10 del presidente Carles Puigdemon, cuando todo indicaba que se iba a unas nuevas elecciones, mediante un pacto-suicida de la CUP, donde incluso se da opción de normalidad democrática a un flagrante caso de transfuguismo.
 
Nadie en su sano juicio puede dudar que la resurrección del proceso independentista, que parecía muerto y enterrado hace tan solo una semana, se debe a la debilidad de un gobierno en funciones, en España, por lo demás desprestigiado por la estrategia inmovilista que durante 4 fatídicos años en que ha gozado  de mayoría absoluta ha venido practicando en referencia al desafío de la derecha nacionalista catalana; y por descontado a la certeza de un gran fracaso electoral de CDC en caso de unas nuevas elecciones en marzo.
 
Pienso que a Artur Mas y su partido CDC, con la aquiescencia de ERC, de buen principio, les hubiera ido de maravilla enterrar el proceso independentista definitivamente, responsabilizando a unos antisistema como la CUP, del fracaso; de hecho era la salida al callejón sin idem donde se encuentran Sin embargo, la negativa de ERC a seguir con la coalición con CDC, por cuanto las encuestas reflejaban el lastre del la derecha nacionalista y las mejores expectativas para la formación de Oriol Junqueras si se presentaba en solitario, y la circunstancia anteriormente citada de una aparente debilidad del gobierno de España. Obligó a CDC a comprar la voluntad de la CUP y resucitar el proceso independentista, fabuloso parapeto tras el que esconder las propias miserias.
 
Estoy convencido que a pesar de la parafernalia, indepe que pudimos ver el domingo en el Parlament y el gesto poco amistoso del Rey de España, de negarse a recibir a la Presidenta Forcadell para que le comunicara oficialmente la elección de Carles Puigdemon como 130 presidente de la Generalitat de Catalunya. El llamado “Proces”, no avanzará lo más mínimo, salvo unos gestos sin importancia, de manera que no obligue al gobierno del estado, en funciones o oficial a intervenir de manera drástica, pues en realidad ni a CDC ni a ERC, les interesa otra cosa que conservar la posición de poder.
 
Sea como sea, la cuestión es considerar si debe eternizarse el problema, y aunque como muchas veces ha sucedido en la historia de este país, solo se trate de aletargarlo un tiempo esperando que resurja de nuevo según el interés de algunos, para mantenerse o conquistar posiciones de poder.
 
Hoy con las circunstancias  que se dan de aritmética electoral, parece que solo un gobierno en España que abomine en verdad del nacionalismo y asuma la concepción federal de la estructura territorial, va a ser capaz de darle la vuelta casi definitiva a esta situación, sin esperar que de nuevo surja el problema dentro de un tiempo. Este gobierno tendría un líder nato, el PSOE, la única formación que de hace ya un tiempo abandonó cualquier veleidad nacionalista, ni española ni periférica, y se ha entregado en cuerpo y alma a la causa federalista, sin embargo al necesitar apoyos; deberá convencer en primer lugar a sus más afines ideológicamente hablando como son los de PODEMOS, que en estos momentos, se debaten en el confusionismo del llamado derecho a decidir y siguen proponiendo un referéndum de autodeterminación para Cataluña, una cuestión a todas luces divisoria de la sociedad, comprobable en todos los lugares donde se ha efectuado y que además, al PSC le produjo fatales consecuencias, no solo electorales si no de escisiones en su militancia. También deberá convencer a la nueva derecha representada por C’s aunque en este caso no parece muy disparatado pensar que a pesar de su anti nacionalismo catalán, que inspiró su fundación y que puede llevar a algunos a situarlos en la órbita de ultranacionalismo español, parece ser que estarían muy dispuestos a aceptar buena parte de los principios federalistas al entenderlo como una solución definitiva al soberanismo catalán, o de otras partes de España.
 
Sin embargo para proceder a una reforma constitucional de este tipo, se precisan los dos tercios del Congreso de los Diputados, 234 escaños, por lo que se mire como se mire, siempre se necesita el concurso del PP.  Alguien podría intentar pensar que esto es un escollo insalvable, sin embargo estos días hemos asistido a la renuncia del Partido Popular, a presentar candidato a la presidencia del Congreso, cuando vio que un pacto PSOE, Podemos Ciudadanos, podía desplazarle de una situación de privilegio, en el gobierno del Parlamento español. Por lo que no debemos descartar toda posibilidad, si los político de izquierda de nuestro país son suficientemente hábiles para crear las condiciones necesarias.
 
Después de esta exposición, si debo concluir que todo gira alrededor de la decisión que tome PODEMOS, si acepta un verdadero Pacto de Izquierdas, en base a una Reforma Constitucional en un sentido Federal, o prefiere seguir manteniéndose en la postura de ambigüedad y hace bandera de su anti socialismo, cuestión que se mire por donde se mire acabará entregando el poder a la derecha nacionalista, catalana (JxS) en un lado y españolista (PP) en el otro; porque el tema de ir a unas nuevas elecciones cada vez se aleja más, por el hecho que en segunda votación con la mayoría simple, el Partido Popular tendría bastante, o sea que si unos se abstienen y otros votan a su propio candidato, los 122 diputados del PP le pueden dar la gobernabilidad.
 
Piénselo bien Don Pablo Iglesias, el electorado español le puede pasar una carísima factura si deja pasar la oportunidad y nos condena a 4 años más de gobierno de derechas en nuestro país.

lunes, 4 de enero de 2016

PORQUÉ NO ES BUENO UN REFERENDUM EN CATALUÑA




Cuando menos lo esperábamos, cuando empieza a apuntar el fin de una era de nacionalismo creciente en España,  el español gobernando con mayoría absoluta desde la Moncloa y el catalán desde la radicalidad independentista, cuando ya ni en Cataluña, nadie habla del derecho a decidir ni de referéndums; sale don Pablo Iglesias, en su desmesurado afán de destruir al PSOE, situando la celebración de un referéndum secesionista en Cataluña, como objetivo sine qua non, para iniciar cualquier tipo de conversaciones encaminadas a constituir un gobierno de izquierdas en nuestro país.

Ya sabíamos desde antes de las elecciones del 20D, que el principal objetivo de Podemos es antes destruir el PSOE, que no el partido Popular, pues, están convencidos que solo destruyendo a su competencia directa en el campo de la izquierda, podrán ellos ejercer un dominio absoluto, aunque para ello deban aliarse circunstancialmente con la derecha más abyecta, como la que señorea en este país, o con los intereses del nacionalismo catalán, también de corte neoliberal, como el que hasta hoy representaba la CDC de Artur Mas, Pujol y compañía, i que posiblemente sea substituida por una ERC, que ya lleva un tiempo sin atender a la primera letra de sus siglas.

El hecho de proclamar, conjuntamente con los ex comunistas catalanes, como condición irrenunciable la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, me obliga a reflexionar de nuevo sobre la gran carga de negatividad que este hecho, por muy democrático que parezca, conlleva implícito para la sociedad a la que afecta.

En primer lugar, recordar las experiencias de otros países que si han celebrado este tipo de consulta, como es el caso de la provincia francófona de Quebec en el Canadá que lo ha celebrado en dos ocasiones, con resultado de victoria del NO a la secesión, o la más reciente de Escocia en el Reino Unido, con idéntico resultado. En ambos casos la fractura social es bien evidente, y el debate lejos de aplacarse se sigue avivando día tras días, y la reclamación de una nueva consulta por parte de los que la perdieron sigue más vigente que nunca. ¿Nos podemos permitir en España, enquistar un problema de esta manera? ¿Se puede permitir Cataluña, una sociedad completamente divida, en posiciones casi irreconciliables como ha sucedido en otras partes?

Por otra parte y en lo que se refiere a España, una consulta de este tipo queda totalmente fuera de la actual Constitución, por lo que mientras no se modifique la carta magna; en este sentido su promoción en el punto actual deviene una ilegalidad flagrante. Ahora bien quizás, es que Don Pablo Iglesias Turion, actual líder de Podemos, pretenda que el referéndum se convoque a largo plazo, una vez modificada la Constitución Española, con la introducción de un punto y modificación de otros, que reconozcan el derecho de las actuales regiones y nacionalidades a la secesión, cuestión por otra parte, que no figura en ninguna otra constitución democrática, de cualquier democracia que se precie.

También me gustaría recordar, que el Partido de los Socialistas de Catalunya (PSC-PSOE), de principio, y en un intento de evitar una escisión en sus filas, que por cierto acabó produciéndose, también defendía esta opción, con resultado de un fracaso absoluto en el apoyo ciudadano a esta formación.

Abundando en este tema, debo recordarle al Sr. Pablo Iglesias que cualquier modificación de la Constitución requiere por lo menos del asenso de los 2/3 del Congreso de los Diputados, y una simple ojeada a los resultados de las elecciones del pasado 20D, nos permite ver con claridad que se necesita un acuerdo de una parte al menos de los diputados del Partido Popular y  todos los demás, para que se pueda llevar a cabo. ¿Se ve Pablo iglesias, capaz de convencer al ultranacionalismo español, que le vote una modificación semejante?

Claro que siempre queda el recurso, de esperar a unas nuevas elecciones y que la aritmética electoral sea distinta, aunque la experiencia me dice, que aunque Podemos sobrepasara al PSOE y aún en el improbable caso que ganara las elecciones, siempre necesitaría diputados de la derecha nacionalista española, (PP o C’s), para conseguir reformar la constitución. Por todo ello deduzco que este apoyo a un referéndum en el que él anuncia haría campaña por el NO, me suena más bien a engaño, o si no a media verdad.

¿No creen Vds. mucho mejor la propuesta socialista de reforma constitucional en un sentido federal? Al menos es la que puede tener un cierto de viso de hacerse realidad; por cuanto después de meditarlo un poco, creo que se podría convencer hasta a buena parte del Partido Popular, cuando algunos de sus compañeros de ideología en Europa, son claramente federalistas, como Merkel, por poner un ejemplo.