La
pandemia de Covid-19, ha puesto en evidencia una serie de fallos de nuestra
organización social que sin duda ninguna debemos enmendar lo más rápidamente
posible si queremos garantizarnos un mundo mejor y sin amenazas a nuestra
supervivencia.
En
primer lugar, tenemos el liberalismo salvaje y el populismo desmadrado, que se
ha demostrado totalmente incapaz de solucionar con efectividad el sufrimiento
personal e incluso la economía de los países bajo su mando, como ya hemos
puesto de manifiesto en otros artículos de este mismo blog.
También
vale la pena señalar, que ha puesto en evidencia a todos aquellos que hasta hoy
denostaban del sector público en especial de la sanidad, en pro de una
privatización de este, cuando se ha demostrado que solo los países con una
sanidad pública potente han podido atajar la propagación de la pandemia y
doblegar con eficacia las sucesivas oleadas que la Covid-19 ha procurado, aun
sin vacunas.
Hoy
quiero hacer hincapié en el tema de la Unión Europea y las ventajas que su
existencia ha conseguido para todos los países que a ella pertenecemos, en
referencia a esta maldita pandemia del Covid-19; No solo el fondo de rescate,
los 140.000 millones de euros que le corresponden a España, para a fin de construir
un nuevo sistema económico propio de los nuevos tiempos que corren y que nos
garantice un futuro esperanzador, con puestos de trabajo estables y fuera del
campo especulativo; sino que debemos considerar las ventajas que han
representado la negociación colectiva del ente supranacional en el tema de las
vacunas. ¿Alguien se imagina que nos hubiera pasado a un país como España, si
una multinacional farmacéutica como Astrazeneca, que ha intentado coaccionar a
la propia UE, hubiera negociado con nosotros directamente? Podríamos afirmar
que además de pagar un precio muy superior al que pagamos ahora, casi seguro
nos hubiéramos quedado sin vacunas, por la competencia con otros países
europeos con más alto poder adquisitivo. Y hablando de Astrazeneca, creo que la
delictiva posición de esta compañía sueco británica, priorizando su beneficio
por encima de los compromisos previamente adquiridos con la UE, que les pagó
por anticipado, las vacunas a fin que tuvieran financiación suficiente para
desarrollar el proyecto, nos ha de servir como una nueva lección que la
pandemia Covid 19 nos proporciona y que a nivel europeo, debemos empezar a
corregir, nuestras políticas en exceso liberales en lo que se refiere a los
servicios esenciales.
¿Podemos
confiar en la industria privada, la investigación desarrollo y fabricación de
unas vacunas que deviene como única solución a una pandemia de carácter
mundial?, ¿Es licito que el resultado de unas investigaciones financiadas en su
mayoría con dinero público, proporcionen suculentos beneficios a unos
accionistas, sin escrúpulos? ¿No se debería haber intervenido la empresa
Astrazeneca, después de su impresentable y egoísta planteamiento? ¿Les parece
lícito especular con las vacunas anti Covid-19?
Intenten amigos responder a estas preguntas y
quizás entendamos la necesidad de un nuevo planteamiento económico de cara a
nuestro futuro inmediato, un nuevo planteamiento que deje de considerar el
beneficio como lo único importante y que devuelva a las empresas el carácter
social que nunca debieron perder. Un cambio radical donde de una vez por todas
se deje de valorar y envidiar al que más tiene para dar consideración y
encumbrar socialmente al que más vale y al que más beneficio social ha
procurado.
Soy consciente que lo que planteo puede parecer
utópico, pero si Vds. lo piensan un poco verán que no es tan imposible como de
entrada parece. Lo único que a veces la humanidad necesita pasar por
desagradables experiencias para darse cuenta de que estaban equivocados de
entrada, como lo que sucedió con Trump en Estados Unidos. Allí hace 4 años, encumbraron
a un personaje como Donald Trump, valorando-le que hubiera sido capaz de
acumular una gran fortuna, sin importarles que la hubiera conseguido engañando
a unos y a otros, además de estafar a toda la colectividad no pagando
impuestos, o pagando mucho menos de lo que le correspondería. Cuatro años de
mentiras continuas y echando por los suelos la buena imagen del país, además de
hundirlo en la catástrofe sanitaria por un negacionismo estúpido, de la peor pandemia
de estos últimos tiempos. La mayoría de los estadounidenses se dieron cuenta de
su error, y fueron a votar en masa para enmendarlo en pasado noviembre y por lo
que parece el demócrata Joe Biden ha emprendido el camino totalmente contrario
que había tomado su antecesor, y regresando a la única senda que puede
proporcionar progreso y justicia social.
En España contamos con la gran visión de futuro
de Pedro Sánchez y su equipo y una oposición cada vez menos creíble como la que
representa el Partido Popular, al que la corrupción según parece endémica, ya
le está corroyendo hasta los cimientos y una extrema derecha que al fallarle
sus principal apoyo como era Steve Bannon y el régimen de Donald Trump, no
encuentra suposición en el tablero político, por lo que la esperanza de un gran
cambio en la sociedad se hace totalmente posible a corto plazo.
Estimado Cosme , para algunos no era necesario ninguna lección del Covid ya veníamos " enseñados de casa " de la realidad española , pero desgraciadamente habrá muchos otros que no aprenderán la realidad de este pais ni con 40 Covids . saludos
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