La derecha de este país, sabe muy bien que si
el Gobierno de Coalición que preside Pedro Sánchez consigue aprobar los
presupuestos, como así ha sido, esta legislatura va a llegar al final hasta el año 2023 y que
además es muy probable que entonces revalide una mayoría parlamentaria
suficiente para seguir, por lo menos cuatro años más.
Es por ello, que ha puesto toda la carne en el
asador buscando la división y el descrédito de este gobierno intentando
convencer a las fuerzas que le dieron soporte para su investidura para que
ahora se lo nieguen, dejando el país en una incertidumbre e impidiendo que se
pueda relanzar la economía, e incluso que los fondos europeos para la
reconstrucción, los famosos 140.000 millones de euros, no consigan llegar a
buen puerto, sin que ellos les puedan meter mano.
Para ello no han dudado en exacerbar los más
primarios instintos, removiendo el pasado violento y del dolor causado por una
organización terrorista ETA, hoy afortunadamente disuelta. Me ha dolido
profundamente las palabras de Pablo Casado y sus compinches que contraviniendo
las resoluciones de las más altas magistraturas, que en su día legalizaron la
formación Bildu, negar-les el pan y la sal y acusándoles de mantener en su seno
a criminales y de pretender destruir el actual sistema democrático; por cuanto
ellos pactan con VOX, una organización que manifiesta un día si y el otro
también su pretensión de acabar con el sistema democrático actual, para
instaurar de nuevo un sistema autocrático del mismo corte que fue la dictadura
de Franco.
El respeto a la libertad de pensamiento, exige
al sistema democrático, tolerar incluso las ideas de aquellos que pretenden
acabar con él, como ya sucedió en la alemana república del Weimar cuando Hitler
y el nazismo consiguieron una victoria electoral, y con la inestimable
colaboración de la Democrácia Cristiana, consiguieron aprobar en el Parlamento,
el 24 de marzo de 1933 la "habilitante", por la que todo el poder legislativo
pasaba a depender exclusivamente de Hitler, quebrado así la separación de
poderes propia de la democracia y
abriendo el camino a la dictadura de la Alemania Nazi.
Un régimen de libertades que se precie, no debe
coartar ninguna línea de pensamiento, aunque si puede perseguir y sancionar las
acciones de aquellos que pretendan terminar con ella, siempre y cuando una
mayoría suficiente de los ciudadanos siga fiel al régimen de libertades y esté
dispuesto a defenderlas. Es por ello que generalmente y salvo el caso alemán
anteriormente citado, todos los regímenes dictatoriales se imponen por golpes
de estado, porque difícilmente, se puede conseguir, democráticamente hablando, una mayoría
dispuesta a renunciar a un régimen de libertades y al estado de derecho.
Si Bildu, es un partido político, legalizado
por las más alta magistraturas del estado, debe entenderse que se trata de una
formación que nada tiene que ver con banda terrorista alguna, y que los
principios que lo inspiran, son respetuosos con los del estado de derecho, que
nos ampara a todos; de lo contrario, al igual que en su día sucedió con Herri
Batasuna, no hubiera sido permitida su legalización y en consecuencia, no
podría presentarse a las elecciones. ¿A que viene pues declarar casi inmoral
llegar a acuerdos y pactos con ellos?; por lo demás cuando lo dicen unos que
han pactado gobiernos autonómicos con VOX que al fin y al cabo son los
herederos del franquismo más anacrónico y que se niegan a condenar casi 500.000
asesinatos, por la represión de la dictadura de los años 1939 a 1975. Es
aquello de la paja en ojo ajeno y la viga en el propio.
Cosme como que ¿ A que viene declarar casi inmoral llegar a acuerdos y pactos con ellos ? Pues esta mal claro que el agua . saludos
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