Resulta asombroso que pese a los esfuerzos inimaginables
que los USA han hecho para derrocar el gobierno que preside Nicolas Maduro en
Venezuela, no hayan conseguido otro resultado que consolidarle en el poder,
mientras que la figura de Juan Guaidó, el personaje que bajo el patrocinio y
financiación de Donald Trump, estaba destinado a substituirle, se está
deteriorando por momentos, cuando los venezolanos primero y todo aquel considerado
racional en el resto del mundo, entienden que sería salir del fuego para caer
en las brasas.
Es verdad que para un europeo como yo, es muy difícil
entender la particular idiosincrasia del sistema de partidos políticos en
América Latina, totalmente distinta de
la que impera en el viejo continente, aún así y a riesgo de equivocarme, por lo
que ruego que si me lee alguien de la comunidad latino americana, disculpe mis
errores y tenga a bien en mandarme comentarios corrigiéndolos, en la seguridad
que serán bien atendidos.
Cuando Hugo Chávez accede al poder en Venezuela, el país en manos de la derecha, con una
desigualdad social altísima, mientras el gobierno pretendía “privatizar” la
gran y casi única fuente de ingresos del
país, como la extracción y venta de petróleo; es recibido como el gran
salvador, por las clases trabajadoras. Fiel a sus principios izquierdistas,
Hugo Chávez aprovecha la coyuntura de un alto precio del oro negro, y por tanto
de unos extraordinarios beneficios de la estatal Petróleos de Venezuela, para financiar
subvenciones a los más desfavorecidos en el intento de corregir la desigualdad
social existente. Pese a sus buenas
intenciones Chávez comete un gran fallo, como es el no aprovechar la favorable
circunstancia de extraordinarios beneficios en el sector petróleo, para
diversificar sus fuentes de ingresos, evitando así la exclusiva dependencia de
un solo sector.
Cuando la situación del mercado se invierte en el mundo y
los precios del petróleo bajan en picado Hugo se encuentra cara a cara con el
problema y aunque persiste en repartir los escasos beneficios, estos no
alcanzan ni mucho menos para mantener el ritmo de la época anterior, por lo que
la deuda pública aumenta y la inflación se dispara. Las sanciones con que
Estados Unidos pretende ahogar el sistema venezolano agravan la situación
produciéndose una situación de desabastecimiento y de emigración de la
población en busca de supervivencia. Con todo Chávez mantiene su especial
carisma entre la población circunstancia que le permite seguir contando con el
apoyo de gran parte de los ciudadanos, más humildes, que pese a todo le siguen
votando en todas las elecciones.
Una cruel enfermedad de se lleva por delante al amado líder
en unos momentos especialmente delicados, le sucede Nicolás Maduro, alguien que
copia sus métodos y sigue fiel a sus ideas, pero que ya no es lo mismo; la
situación económica sigue deteriorándose al no cambiar la situación de precios
bajos del petróleo y Estados Unidos aumentando su presión hasta límites
insospechados.
Muchos venezolanos empiezan a dudar de la capacidad de
Maduro para sacar el país del atolladero y
en unas elecciones parlamentarias marcadas por una abstención notable,
gana contra todo pronóstico la derecha que encabeza Juan Guaidó, convirtiéndose
en presidente de la Asamblea Nacional, el parlamento venezolano.
La reacción de Maduro fue la menos acertada, y a mi
entender totalmente contraria a lo que hubiera hecho Hugo Chávez de encontrarse
en la misma situación, como hubiera sido la de convocar elecciones
presidenciales anticipadas para que el pueblo le ratificara su confianza lo que
le hubiera permitido poner en crisis a la Asamblea de Juan Guaidó. En lugar de esto
Maduro monta una Asamblea Constituyente con poderes por encima de la Asamblea
Nacional en una especie de trampantojo legal, que nadie con dos dedos de frente
puede entender y aprobar La reacción de los USA de Donald Trump, fue promover
una especie de golpe de estado, tomando a Juan Guiadó como cabecilla que se
autoproclamó jefe del estado, golpe que fracasó rotundamente, a pesar de las
presiones de Estados unidos para que Guaidó fuera reconocido como jefe estado,
por la comunidad internacional.
La mayoría de países no aprueban los métodos poco democráticos
de Maduro, al igual que muchos venezolanos, sin embargo en la memoria de muchos
de ellos sigue habiendo la actuación de la derecha, antes del Chavismo que
condenó a buena parte de la población a la miseria más extrema y Juan Guiadó no
da otra imagen que esta por lo que a falta de una oferta mejor, ya están bien
con las privaciones de Maduro, que seguro son menos que las que pasarían con
Guaidó. El ejemplo de los sucedido en Bolivia y lo que hay montado en Chile,
acaban por convencer a cualquiera que en Latinoamerica la solución de ninguna
manera está en la derecha.
Por cierto, después que el PP, VOX y C’s hayan criticado
hasta la saciedad la actuación de Pedro Sánchez y su gobierno, respecto de Venezuela,
sobre todo por lo que respecta a la entrevista que el ministro Ábalos sostuvo
en Barajas con la ministra venezolana Delcy
Rodriguez; sale a la luz que VOX el partido de extrema derecha recibió fondos
en dinero negro de la oposición derechista venezolana, cuestión que ha hecho
que el tema de Delcy Rodriguez se haya apagado instantáneamente. Es que en este
país, la derecha debería callarse y reformarse mucho, pues por mucho que quiera
disimularlo y presentarse como adalid de la regeneración siempre acaban
enlodados en el lodo de la corrupción
Yo lo que sé es que a un tío mío le pusieron un marcapasos extraído de un cadáver y al tiempo falleció. Qué yo son 6 los miembros de mi familia que han emigrado. Qué si no fuera por los 40 euros al mes que enviamos a una tía, habría fallecido de hambre, pues con los 40 mil bolívares de pensión de maestra sólo da para un paquete de espaguetis. Yo sólo sé, que que parte de mi familia, que vive en la capital, a ñlad seis de la tarde deben estar en casa, pues viven en la segunda ciudad más violenta del mundo. Quién de Europa apoye a ése régimen,que se vaya para allá y deje sus euros aquí. En dos semanas, que nos cuente si sigue pensando lo mismo. Es fácil, ve la tele, los políticos gordos, la población flaca
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