Parece que una parte de nuestros políticos, intelectuales
y o pensadores , no quieren darse cuenta, que la base de cualquier estado de
derecho, como son los Partidos Políticos deben ir adaptándose a la nueva realidad
que en esta época convulsa la sociedad en general va experimentando día a día.
Cuando Mariano Rajoy decía aquella sentencia: “Lo que funciona no hay que
tocarlo”, es la más grande perogrullada que se ha dicho jamás y demuestra con
claridad la poca visión política del personaje que con su actitud dejo pudrir
el tema del secesionismo en Cataluña, por ejemplo. Todo lo que tenga que ver
con la sociedad debe ser susceptible de transformarse para seguir siendo útil y
acorde con la misma y los partidos políticos no son la excepción.
Si bien este planteamiento debería resultar natural en la izquierda y en la
derecha liberal y todo el mundo asocia el progreso en estas formaciones del
espectro político, deberíamos entender que el llamado conservadurismo, o sea el
sector de la derecha que sigue predominando en el llamado mundo occidental,
debe también renovarse y adaptarse a la nueva realidad si pretende subsistir en
el tiempo. Dado que en España, y desde
los tiempos del Cánovas del Castillo, el conservadurismo siempre ha ido de la
mano del liberalismo, incluso en los duros años de la dictadura franquista,
sorprende que hoy tengamos un partido como el PP, totalmente desconectado de la
realidad, enfangado en la corrupción y sin rumbo ni claridad de ideas en sus dirigentes
que le saquen del empantanamiento en que se encuentra y por encima de todo
totalmente fuera de la órbita del social liberalismo europeo, de Ángela Merkel,
Emmanuel Macrón, etc.
Es verdad que en nuestro país, y hace bien poco, la socialdemocracia,
eminentemente representada por el PSOE, había caído también en esta desconexión
de la realidad, sus dirigentes se aburguesaron y el llamado aparato dirigente
del partido iniciaron un período de connivencia con el liberalismo de corte
europeo que condujo a la frustración de gran parte de la militancia y la
pérdida de confianza de la misma en la capacidad de la organización para
transformar la injusta realidad en la que el neoliberalismo económico, nos
intentaba imponer. Fue necesaria una gran revolución interna en los años 2015,
2016 y 2017, encarnada en la figura de Pedro Sánchez Pérez Castejón, que
arrinconó al viejo aparato y sus caducas ideas y devolvió la ilusión y
esperanza a las bases que vieron retornar la gran voluntad transformadora de la
sociedad que el PSOE siempre había tenido.
Algunos dirán que el PP, también ha
cambiado las caras de sus dirigentes y ha apostado por líderes jóvenes y que en
apariencia al menos ha dado un giro en sus políticas caducas. Sin embargo el
público apoyo de José María Aznar a Pablo Casado, en las pasadas elecciones del
28 de Abril y las continuas manifestaciones públicas de Mariano Rajoy, en apoyo
del actual dirigente, son una muestra más que palpable, que bien poco ha
cambiado en este Partido y que siguen en la inopia, predicando un neoliberalismo
ultraconservador, que ya no es aceptado ni por la gran mayoría de los pequeños
y medianos empresarios, cuando se dan cuenta que no les favorece en lo más mínimo
a sus intereses.
La cerrazón de los Populares en la cuestión territorial, refugiándose en el
ultranacionalismo español más anacrónico, es otra evidencia de la desconexión
de este grupo con la realidad de nuestro país. Su negativa a aceptar el
federalismo, como una solución justa y equitativa les está llevando a persistir
en la división de la sociedad catalana, dando aire continuamente al
independentismo y manteniendo la traumática rotura que este ha causado a toda
la sociedad catalana.
Su poca credibilidad ante el tema de la corrupción, por cuanto este partido
sigue amparando a sus corruptos y tapando en cuanto puede sus miserias, Cuando
le siguen estallado casos, como el de la nueva presidenta de la Comunidad de
Madrid y les siguen sentando en el banquillo a sus antiguos dirigentes a los
que siguen dando pábulo y consideración, como Esperanza Aguirre, nos ponen de
manifiesto la necesidad de una gran revolución interna que les sanee, les de un
nuevo ideario, conforme a las nuevas realidades de la sociedad español, que ya
ha dejado de ser esta sociedad rural y poco ilustrada, de los principios de la
democracia, para convertirse en una sociedad en consonancia con el siglo XXI.
Espero que esta revolución suceda lo más pronto posible y que en estos
momentos, en que el bipartidismo parece que va a imponerse de nuevo en nuestro
país, el partido liberal conservador, consiga su aggiornamento del mismo modo
que lo hizo la socialdemocracia y se pueda emprender de nuevo una etapa de
progreso y justicia social en la llamada revolución digital en la que estamos
todos inmersos.
Estimado Cosme . No coincido una vez mas con usted , Nada tiene que ver el PP con el , ni con Angela Merkel , ni con nada e tenga que ver con cualquier partido , de derechas , conservador o como usted quiera llamarles , ¿ porque ? pues la sencilla razón de que España NO SE PARECE EN NADA a ningún pais de nuestro entorno ¿ porque ¿ pues fácil , porque en España ha habido una guerra CIVIL y 40 años de DICTADURA y además una Transición de la que quizás en otra ocasión podamos hablar . Todo esto NO ha pasado en ningún otro pais Europeo y el PP , antes Alianza Popular es consecuencia de todas estas cosas y si no fíjese en VOX que no es otra cosa que una parte del PP. VOX no se parece a ningún otro partido de extrema derecha de Europa . Tampoco coincido con lo de que el bipartidismo vaya a IMPONERSE de nuevo . Por lo tanto le recomiendo que se busque un buen SILLON porque SU espera será MUY larga . Un cordial saludo
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