domingo, 16 de junio de 2019

EL MIEDO ES EL IMPULSOR DE LA EXTREMA DERECHA



¿Se han preguntado Vds, porqué en momentos determinados de la historia el populismo de extrema derecha adquiere carta de naturaleza y llega a imponerse sobre las demás ideologías basadas en los valores de libertad convivencia, solidaridad e igualdad? Yo me he hecho esta pregunta un montón de veces, quizás, porque nací en tiempos de la post guerra civil española, bajo un régimen fascista de ultraderecha, como fue el franquismo y haber tenido la suerte de que cayeran en mis manos libros, y escritos de destacados socialistas y liberales que me abrieron los ojos a un mundo totalmente distinto del oficial, donde los valores humanistas eran los principios fundamentales.

Con el tiempo entendí que la tolerancia y el compartir son virtudes que nos permiten construir un futuro de progreso y de bienestar, y cuando en 1978 en España empezamos a vislumbrar la democracia, vi la posibilidad de construir el mundo y la sociedad que había intuido en mis lecturas.

Es por ello que 40 años después, cuando en España, Europa y América, vuelven a sonar los discursos de la intransigencia, el racismo y la confrontación y desde la democracia acceden al poder personajes como Donald Trump en Estados Unidos, Viktor Orbán en Hungria, Matteo Salvini en Italia, Andrej Duda en Polonia, etc. que amparándose en un ultranacionalismo, cierran sus fronteras a los que huyen de las guerras y utilizan el tema de la inmigración como pantalla donde esconder sus responsabilidades en los males afligidos a sus conciudadanos.

Volviendo a la pregunta del inicio de este articulo, y repasando lo que sucedió en Europa a principios del siglo XX, nos daremos cuenta que el nacimiento de una nueva clase social, el proletariado, y más que el hecho en sí, cuando esta empieza a organizarse, política y socialmente y a manifestar una clara vocación internacionalista, las élites empiezan a temer seriamente por sus privilegios y no dudan ni por un momento en recurrir a la causa nacionalista, para anteponer el sentimiento tribal y de pertenencia a un país o nación determinada por razón de nacimiento, antes que la idea de pertenencia a una clase social determinada, en confrontación con la clase dominante, léase lucha de clases, consiguiera un nuevo orden en el mundo que acabara con la situación de privilegio de algunos. Ello condujo a dos guerras mundiales con sus terribles consecuencias de todos conocidas. El terror vivido consiguió aplacar el afán revolucionario de las clases bajas, manteniendo los privilegios de la élites y la desigualdad en la sociedades. Nadie cuestionó el nacionalismo como forma de organización social, garantizando la división de la clase obrera

Sin embargo el horror consecuente de la II Guerra Mundial, hizo ver incluso a los más poderosos la necesidad de construir unas sociedades más igualitarias que las que había habido hasta entonces, pues se dieron cuenta que no podían seguir con la tan gran desigualdad que había existido en la Europa del XIX. El pacto de las élites con la socialdemocracia europea, que ya había abandonado, (al menos dejó de plantearlo oficialmente el internacionalismo).

Incluso en España donde el fascismo no había sido derrotado y en una versión muy sui generis que hoy llamaos franquismo se mantenía en el poder, no tuvo más remedio que incorporar parte de las medidas para reducir  la desigualdad social. Es así que se crea el Seguro Obligatorio de Enfermedad, antecedente de lo que será la actual Seguridad Social y se estipula un sistema de pensiones para los jubilados.

Mientras avanza la reconstrucción del viejo continente, gracias al denominado Plan Marshall Algunos dirigentes en Francia, Alemania, Italia, Belgica y Paises Bajos, con el fin de evitar que en un futuro las élites mundiales optaran por una nueva gran conflagración y que ella tuviera como escenario Europa, empezaron a intuir la idea de una Unión Europea, que hiciera inviable una III Guerra Mundial en Europa, una gran idea que hasta hoy, aunque a veces tropezando ha conseguido avanzar.

Sin embargo en la década de los 80 del pasado siglo XX, la llegada al poder de Ronald Reegan en Estados Unidos y Margaret Tatcher en El Reino Unido, ponen en marcha la llamada revolución neo conservadora, que no es otra cosa que el abandono de las ideas socialdemócratas i el regreso al capitalismo primigenio, totalmente desregulado y generador de la desigualdad. Así mismo, la idea de la Unión Europea, empieza a ser vista desde los USA como una potencia competidora en lugar del aliado natural.

A cuarenta años del inicio de esta revolución neocon, las consecuencias se ven en todo el planeta, la desregulación financiera que ha comportado nos ha conducido a una de las peores crisis económicas que nunca se había conocido y los recortes sociales han destrozado buena parte del llamado estado del bienestar que en Europa se había conseguido. Se ponen en crisis el propia existencia de la UE, El Reino Unido la abandona, mientras Donald Trump se frota las manos, pensando que ha conseguido cargarse a un competidor. La desigualdad campa de nuevo por todo el viejo continente y en terror a perder lo conseguido se apodera de muchos de sus ciudadanos, que presos del pánico, buscan en la “tribu” (léase nación), amparo y protección y aquí es donde la ultraderecha tiene el campo abonado, aprovechando que el miedo no deja razonar con equidad,  consiguen dominar a grandes masas de población mientras siguen protegiendo a las élites que han provocado el follón.

No nos dejemos engañar, los populismos de ultraderecha, nunca han solucionado nada sino todo lo contrario, las mayorías ciudadanas siempre han salido perjudicadas y mucho, después de gobiernos autoritarios de tipo fascista como el que tuvimos en España desde 1939 hasta 1978, o los que hubo en Chile (Pinochet) Argentina (Videla) y el resto de Latinoamérica. No podemos pretender solucionar problemas del siglo XXI, con remedios del siglo XIX.

6 comentarios:

  1. Aunque son unas conclusiones razonables, tendríamos que añadir al menos aquí en España, que a las elites dominantes no les hace falta aún el extremo para seguir su plan, solo les basta con una constitución reformada cuando les dé las gana y aplicada a su manera. A continuación te pongo el texto de un amigo en el cual queda mas resumida esta cuestión…
    “El PPSOE es un tinglado que ha venido entreteniendo a la población del país en el que interviene como tándem del engaño colectivo por décadas. Básicamente sigue funcionando como gran entretenedor con sus movimientos de espejo. Lo primero que hace el PSOE al alcanzar alcaldías y consistorios municipales es negar la verdad suprimiendo las pancartas que piden la libertad de los presos políticos. PSOE ha sido y es una tragedia para el movimiento social y el movimiento obrero. Ha venido a destruir el concepto de socialismo”.

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    1. Le ruego Jesús que se abstenga de equiparar al PP con el PSOE, en comentarios a mis artículos. He autorizado la publicación de su comentario por ser la primera vez pero le advierto que no voy a tolerarlo mas

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  2. Jesús Paniagua Comino . Vengo diciendo desde hace mucho tiempo que el PSOE ha sido desde siempre y también ahora , el partido del si pero no , del ni frio ni caliente , el de no se pero podría ser , pero me ha gustado mucho esa parte de la frase de su amigo que dice " El PSOE es un triangulo que ha venido entreteniendo a la población del país en el que interviene como tándem del engaño colectivo por décadas " GENIAL

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  3. Cosme ,solo un apunte , el proletariado existe como tal MUCHO ANTES del siglo XX . Saludos

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    1. Muchas gracias por la observación, pero me refería al proletariado organizado cosa que sucedió a finales del XIX y primeros del XX

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    2. Y si efectivamente el PSOE sin ser perfecto NO es comparable ni de lejos al PP . Un saludo

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