domingo, 18 de noviembre de 2018

LA INEVITABLE III GUERRA MUNDIAL


No sé si es que al hacerme mayor, me vuelvo desconfiado y pesimista, pero en estos últimos tiempos tengo la sensación que el mundo que llamamos civilizado, está preparando de nuevo una gran confrontación que retrase por un tiempo o readapte en beneficio de los de siempre, la gran revolución que algunos llaman digital y que al igual que la que empezó a finales del siglo XVIII y que duró hasta mediados del siglo XX, denominada revolución Industrial, va a cambiar radicalmente nuestra forma de vida y la convivencia con nuestros semejantes.
Es del todo cierto e innegable que del avance tecnológico, representado por la digitalización, justo empezamos a intuir sus enormes posibilidades, para mejorar nuestra calidad de vida, la robotización, ya empieza a introducirse en la industria de nuestro país, está cambiando por completo las condiciones de trabajo en la producción de bienes de consumo y que si bien las estadísticas demuestran que ello lejos de suprimir puestos de trabajo los crea, pues los índices de paro, en los países más robotizados del mundo como Japón, son los menores del planeta, aunque para que ello suceda, es conveniente una mejor formación de los trabajadores que les permita acceder a puestos de más alta cualificación, puesto que los de baja son ocupados por maquinas inteligentes. Parece que las élites de ciertos países siguen negando el acceso de las clases populares a la formación, pues temen que si se les desarrolla el conocimiento y el espíritu crítico, les sean más difíciles de dominar y mantenerlos subyugados, aquí habría que situar el gran interés de la derecha de nuestro país, en suprimir la asignatura de Filosofía del temario obligatorio en la enseñanza secundaría, pues a la élite no le interesa de ninguna de las maneras, jóvenes con sentido crítico, que les acaben sacando de su posición de privilegio.
A grandes rasgos, la Revolución Industrial, representó un gran cambio en las estructuras sociales del mundo civilizado, y el poder propiamente dicho, pasó de manos de una aristocracia, que en el “Ancienne Regime” se perpetuaba en base a generaciones de determinadas familias, a manos de una nueva clase social, la burguesía, cuyo único requisito para ser miembro de ella era la capacidad de mantener de una forma u otra determinado estatus económico. Y por otro lado la revolución social, trajo también la creación de una nueva clase social, el proletariado que vinieron a substituir en un principio a los antiguos siervos y que hasta hoy han sido los encargados de mantener la producción de bienes y servicios a cambio de un salario, dejando el beneficio en manos de la burguesía, en la primera etapa de la revolución industrial, la que va hasta mediados del pasado siglo XX. La aparición del socialismo a finales del XIX y primeros del XX, consiguen que el proletariado, obtenga unos de derechos determinados, que vienen a paliar en cierta manera la explotación del hombre por el hombre, base del “Ancien Regim” y que había pervivido después de la revolución industrial aunque la estructura fundamental del capitalismo, ha permanecido inalterada en el transcurso de los tiempos.
Hoy la nueva tecnología digital, y la nueva revolución que a ella va asociada, si parece va a remover los cimientos y esencias del capitalismo, ya que nada parece vaya a permanecer igual, incluidas nuestras formas de vida y las bases últimas de la organización social, como la familia. Pero claro de la misma forma que los asalariados, intuimos el cambio, también lo ven las élites que hoy dirigen el planeta y no parecen muy dispuestas a aceptar los cambios y la justicia social que de ello se deriva, por lo que afecta a sus privilegios y maneras de vivir, y por ello no dudan ni un solo momento en crear el clima adecuado para una nueva gran confrontación a nivel mundial. Observen Vds. que a través de los medios de comunicación se estimula el discurso patriótico y nacionalista al igual que se hizo en los albores del Siglo XX, con lo que acabó degenerando en la I  y II Guerra Mundial, mientras se relegaba e incluso se vilipendiaba a todos aquellos que predicaban el internacionalismo proletario, y la superación del concepto nación como elemento identitario.
También se sitúan a locos visionarios al frente de las potencias más importantes , como fue el caso de Guillermo II en Alemania, primero y Hitler después  y ahora con Donald Trump en los USA, mientras se intenta destruir la UE en base a la fratricida lucha entre nacionalismos que nos va a conducir de nuevo al más grande desastre.
Solo la unión de las clases media y baja, en todos los países del orbe que llamamos civilizado y la negativa a aceptar cualquier discurso patriotero, o populista, puede evitar una gran confrontación de incierto resultado, pero que de todas formas nos va a suponer un retroceso en la civilización por muchos años. Solo la superación del nacionalismo como seña identitaria y su substitución por el concepto de clase social en un ámbito internacional, puede conseguir que las élites no se salgan de nuevo con la suya y la nueva revolución digital, acabe siendo una base para un futuro de progreso y prosperidad en la convivencia y la igualdad entre diferentes.   


1 comentario:

  1. Brillante análisis.lástima que lo leerán muy pocos, porque hoy no hay tiempo para leer artículos de opinión.Nos abastecemos de consignas, insultos,mentiras intencionadas.

    ResponderEliminar