El pasado 17 de
agosto a las 17 horas, tuvo lugar uno de los episodios más bárbaros sucedidos
en Cataluña, en toda su historia reciente, cuando unos iluminados jóvenes
musulmanes cometiendo pecado de
soberbia, se emularon a dioses supremos, dueños de la vida y la muerte de la
humanidad.
Unos jóvenes con el
cerebro lavado, que improvisaron un plan B, cuando la fatalidad o la poca
destreza se llevaron por delante la vida del imán que les dirigía, en una
urbanización del meridional pueblo de Alcanar.
16 vidas segadas sin
racionalidad ninguna, más de 100 heridos que se han librado por muy poco, y a
los que les van a quedar secuelas, por lo menos de orden psicológico.
Si bien los cuerpos y
fuerzas de seguridad, del estado y los propios de la autonomía y localidad,
actuaron, con diligencia y alta efectividad tras el atentado, deteniendo o
abatiendo cuando no había más remedio a los autores del mismo. Con
posterioridad se han puesto de relieve, algunas dudas respecto de la
prevención, sobretodo en el momento en que un periódico de gran tirada en
Cataluña, publico un documento donde se demostraba que la CIA, había advertido
hace un tiempo a los Mossos, y Cuerpos de Seguridad del Estado, de la cierta
posibilidad de un atentado en la Ramblas de la Ciudad Condal. La gestión
posterior por parte del Gobierno de la Generalitat, negando esta evidencia e
intentando minusvalorarla, no ha hecho más que perjudicar la imagen ya muy
deteriorada de un Gobierno, como el catalán y de unos partidos, como los
independentistas, que el sábado siguiente al atentado, no supieron estar a la
altura en una manifestación de duelo y repulsa que la ciudadanía había
convocado, intentando aprovechar el acto para su reivindicación de
independencia.
Por otro lado,
agradezco a algunos medios de comunicación, que con posterioridad al atentado,
han entrevistado a la gente de Ripoll, vecinos de los terroristas y que habían
convivido con ellos, cuestión que nos ha permitido, empezar a comprender la
complejidad de este modalidad terrorista como es el islamismo radical y la
depurada técnica que utilizan para captar adeptos sin despertar sospecha alguna
en el entorno más cercano. No apruebo
sin embargo el tratamiento que estos mismos medios hicieron el mismo día del
atentado y en los inmediatos posteriores, en los buscando el sensacionalismo,
desinformaban más que lo contrario, excitando las más bajas pasiones, con el
peligro de fomentar el racismo y la islam-fobia.
De barbaries como la
vivida el pasado 17 de Agosto, es necesario no quedarse en la simple lamentación
si no sacar conclusiones que nos sirvan de prevención para futuros casos y
replantearse que hemos hecho mal, que malas políticas hemos aplicado y como
debemos enfocar el futuro, para evitar que a jóvenes como los de Ripoll les puedan lavar el cerebro e inducirles al
suicidio llevándose por delante las idas de muchos inocentes.
Debemos en primer
lugar plantearnos políticas de integración de los inmigrantes, que sean
efectivas. Debemos superar el concepto tribal, de grupo, nacional por decirlo
sin ambages, y empezarlos a mirar, como miembros de nuestra misma clase social
de asalariados, de gente que luchan como nosotros por mejorar el nivel de vida
y a los que el enemigo común, las clases adineradas, aprovechan su debilidad
para debilitarnos a todos.
Debemos tomarnos muy
en serio la lucha antiterrorista, dejando ya de pensar que lo podemos vencer
con medios tradicionales, cuando esto requiere una nueva concepción de una
guerra, que ya no se libra en unos frentes determinados si no en todas partes; que
no dispone de un cuartel de mando centralizado y todopoderoso, si no que los
comandos tienen autonomía y capacidad de decisión propia. Que poco pueden hacer
aquí los ejércitos convencionales y las policías, y muy mucho los servicios
secretos y de espionaje. También que poco podemos hacer los países a nivel
individual, sino que requiere de una muy grande cooperación internacional, por
tratarse de un guerra planteada a nivel global.
Aunque decir esto en
Cataluña, en su Diada Nacional, en unos momentos en que parece nos hayamos
vuelto locos todos y que una fiebre nacionalista nos ha invadido hasta el punto
de saltarnos todas la leyes y normas, que nos importa un bledo quedar fuera de
la UE y deber atender los problemas por nuestra cuenta y riesgo, suene muy
extraño, y sobre todo después que el pasado 26 de agosto, los sectores
nacionalistas de uno y otro bando aprovecharon una manifestación que debía ser
de duelo por las víctimas y demostración de unidad, para demostrar que el
terrorismo no va a poder con nosotros; para anteponer sus reivindicaciones, con
banderas esteladas los unos y con banderas Españolas los otros, avergonzando a
la mayoría que habíamos asistido. Creo es muy necesario proclamar, que también
por esta razón es imprescindible que el día 1 de octubre, aunque se pongan las
urnas de tapadillo, no vayamos nadie a votar, para no legitimar el gran
disparate que se puede cometer y que nos dejará a los catalanes con el culo al
aire, incluso ante un terrorismo de carácter global.
¿ Plan B ? si en realidad fue un plan B ¿ como es que la CIA en fechas anteriores ya lo sabia , ¿ no sera que lo de las Ramblas era UNA PARTE del plan A ? Si los del NO , no van a votar ganaran los del SI . Saludos
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