Ha pasado casi un mes desde la proclamación hecha por Zapatero a los cuatro vientos, que después de ocho años de legislatura, había conseguido llegar a un acuerdo con el partido Popular, para reformar un articulo de la constitución y establecer en la carta magna la obligatoriedad de todas las administraciones públicas de mantener el nivel de déficit dentro de unos parámetros cercanos al 0%.
De entrada el asunto provocó la iras de unos y otros, hasta el punto de provocar una división interna en el socialismo español, principalmente por las formas y también por un contenido no explicado suficientemente, que nos llevó a muchos a entender que a lo que se pretendía poner techo era al gasto, lo que nos llevó a pensar a que Zapatero se había entregado en cuerpo y alma a las doctrinas neoliberales de Doña Ángela, Don Nicolás, Don Mariano y de Don José María, aunque este detrás de la cortina.
Alfredo Perez Rubalcaba, agarró la rueda del timón y con el beneplácito del presidente español, negoció los detalles del acuerdo con el Partido Popular y con posterioridad se encargó de explicarlo con pelos y señales a todo el staff socialista primero, después a toda la militancia y finalmente al resto de formaciones políticas. Por el supimos, que de la propuesta habían sido eliminadas todas las cifras, y que en la ley posterior que se debe desarrollar, se concretaran entorno al 0,4% a alcanzar en el año 2020, dejando la puerta abierta que en casó de catástrofe natural, o crisis económica profunda se podrán rebasar estos límites sin incurrir en incumplimiento legal alguno.
Aquí amigos, empecé a comprender la ventaja que podía representar para los ciudadanos españoles que esta medida, en cierta manera impuesta desde las altas esferas europeas, fuese impulsada desde un gobierno socialista, por la razón como se ha demostrado, que no ha sido tan taxativa como seguro hubiera sido si hubiera sido impulsada por el Partido Popular, que a buen seguro hubiera puesto la cifra del 0,35% de déficit en la carta magna, cuestión que invalidaría las excepciones que ahora si se van a preveer en una ley orgánica; además de hacer particular incidencia sobre el gasto para conseguir el objetivo, tal y como de buen principio se anunció, lo que nos hizo poner a muchos la carne de gallina.
Avala también mi cambio de opinión respecto de esta cuestión, las posiciones de los demás partidos políticos que se negaron a apoyar la propuesta en el congreso, algunos ausentándose de la sala, otros no votando, y otros votando en contra; pues viéndolos en el papel de la triste figura que todos ellos han desempeñado y la pobre argumentación que han dado, creo que el gobierno y en concreto Rubalcaba tienen razón, por encima de todo de no cargarse de golpe un sistema, cuestión que nos haría retroceder muchos años de bienestar y nos situaría en una posición al margen de la UE.
Los de CiU con Duran y Mas a la cabeza, hacen la pataleta al considerar que no les han tenido en cuenta a la hora de negociar, ¿que esperaban unos simples mercantilistas, que desde su victoria en las elecciones en Cataluña, solo han sabido vender sus apoyos o sus abstenciones no por cuestiones de interés de los catalanes si no de su propio partido? El PNV y ERC, descolgándose con el derecho de autodeterminación, han puesto claramente en evidencia su poco interés en la calidad de vida de los ciudadanos, persiguiendo una utopía, en la que muy pocos creen de verdad. Rosa Diez y Coalición Canaria votando en contra han demostrado también su incapacidad y poco sentido de estado, con el afán de desmarcase de las grandes decisiones de este país, para ver si consiguen arañar cuatro votos a los más desinformados. Finalmente IU, ¿como pueden tener el rostro de presentarse acusando al PSOE de colaboración con el neoliberalismo, cuando ellos han dado en bandeja de plata el poder municipal y autonómica a la ultraderecha?
Si amigos, la reforma era necesaria, para que el BCE siga confiando en nuestro país, era urgente realizarla, a fin de seguir contando con el apoyo necesario para combatir la especulación de los mercados, y finalmente porque se si dejaba en manos de un posible futuro gobierno del Partido Popular, o no se hubiera materializado, o en el caso de hacerlo hubiera sido mucho peor.
De entrada el asunto provocó la iras de unos y otros, hasta el punto de provocar una división interna en el socialismo español, principalmente por las formas y también por un contenido no explicado suficientemente, que nos llevó a muchos a entender que a lo que se pretendía poner techo era al gasto, lo que nos llevó a pensar a que Zapatero se había entregado en cuerpo y alma a las doctrinas neoliberales de Doña Ángela, Don Nicolás, Don Mariano y de Don José María, aunque este detrás de la cortina.
Alfredo Perez Rubalcaba, agarró la rueda del timón y con el beneplácito del presidente español, negoció los detalles del acuerdo con el Partido Popular y con posterioridad se encargó de explicarlo con pelos y señales a todo el staff socialista primero, después a toda la militancia y finalmente al resto de formaciones políticas. Por el supimos, que de la propuesta habían sido eliminadas todas las cifras, y que en la ley posterior que se debe desarrollar, se concretaran entorno al 0,4% a alcanzar en el año 2020, dejando la puerta abierta que en casó de catástrofe natural, o crisis económica profunda se podrán rebasar estos límites sin incurrir en incumplimiento legal alguno.
Aquí amigos, empecé a comprender la ventaja que podía representar para los ciudadanos españoles que esta medida, en cierta manera impuesta desde las altas esferas europeas, fuese impulsada desde un gobierno socialista, por la razón como se ha demostrado, que no ha sido tan taxativa como seguro hubiera sido si hubiera sido impulsada por el Partido Popular, que a buen seguro hubiera puesto la cifra del 0,35% de déficit en la carta magna, cuestión que invalidaría las excepciones que ahora si se van a preveer en una ley orgánica; además de hacer particular incidencia sobre el gasto para conseguir el objetivo, tal y como de buen principio se anunció, lo que nos hizo poner a muchos la carne de gallina.
Avala también mi cambio de opinión respecto de esta cuestión, las posiciones de los demás partidos políticos que se negaron a apoyar la propuesta en el congreso, algunos ausentándose de la sala, otros no votando, y otros votando en contra; pues viéndolos en el papel de la triste figura que todos ellos han desempeñado y la pobre argumentación que han dado, creo que el gobierno y en concreto Rubalcaba tienen razón, por encima de todo de no cargarse de golpe un sistema, cuestión que nos haría retroceder muchos años de bienestar y nos situaría en una posición al margen de la UE.
Los de CiU con Duran y Mas a la cabeza, hacen la pataleta al considerar que no les han tenido en cuenta a la hora de negociar, ¿que esperaban unos simples mercantilistas, que desde su victoria en las elecciones en Cataluña, solo han sabido vender sus apoyos o sus abstenciones no por cuestiones de interés de los catalanes si no de su propio partido? El PNV y ERC, descolgándose con el derecho de autodeterminación, han puesto claramente en evidencia su poco interés en la calidad de vida de los ciudadanos, persiguiendo una utopía, en la que muy pocos creen de verdad. Rosa Diez y Coalición Canaria votando en contra han demostrado también su incapacidad y poco sentido de estado, con el afán de desmarcase de las grandes decisiones de este país, para ver si consiguen arañar cuatro votos a los más desinformados. Finalmente IU, ¿como pueden tener el rostro de presentarse acusando al PSOE de colaboración con el neoliberalismo, cuando ellos han dado en bandeja de plata el poder municipal y autonómica a la ultraderecha?
Si amigos, la reforma era necesaria, para que el BCE siga confiando en nuestro país, era urgente realizarla, a fin de seguir contando con el apoyo necesario para combatir la especulación de los mercados, y finalmente porque se si dejaba en manos de un posible futuro gobierno del Partido Popular, o no se hubiera materializado, o en el caso de hacerlo hubiera sido mucho peor.
Yo ya lo dije, Zapatero se va a ir pero demostrándo hasta última hora su responsabilidad aunque le tiren bombas. Para mí este artículo que se ha cambiado en la constitución,es una norma que sigo en mi casa, no vivir por encima de mis posibilidades, así que la hipoteca es la única deuda que tengo y entra dentro del gasto del mes, obligatorio que no sea una doble deuda. ¿Es sencillo no? Vivir y gastar según las posibilidades y saber bien qué es lo prioritario. Está claro que para el PSOE la educación, sanidad pública y la política social: Estado de Bienestar. Para el PP, estas prioridades que son fundamentales para cualquier país , están demostrando que les importa un pito. Un saludo y buen artículo como siempre.
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