lunes, 5 de octubre de 2009

LA IZQUIERDA EN LA UE


En los gobiernos de los países miembros de la Europa de los veinticinco, domina el color azul, representativo del neoconservadurismo y neoliberalismo, frente al rojo de socialistas y socialdemócratas que imperaba hace unos pocos años. Una cuestión que debería hacer reflexionar a todos aquellos que estamos convencidos, que solamente desde unas políticas de corte socialdemócrata, nos será posible, salir con éxito de la crisis económica en la que nos encontramos inmersos.


A mi entender, hay dos maneras de salir de este marasmo, la primera, la predican neoliberales i neoconservadores, basada en los principios de la libertad ilimitada de los mercados, la propiedad privada y la no intervención de los estados, a excepción de los períodos agudos de la crisis, como el que nos encontramos, donde esta institución debe ser la encargada de recoger el esfuerzo colectivo de todos los ciudadanos, para evitar la quiebra de las grandes instituciones financieras y de producción, con el fin que pasada la gran marea, se pueda volver a la situación anterior de total libertad de mercado y un estado reducido a la mínima expresión.


La segunda manera, pienso y creo que una buena parte de los que compartimos el pensamiento de izquierdas, que para no repetir nunca más una experiencia como la que hemos vivido, hay que potenciar el estado como institución garante de la buena marcha económica, evitando de los excesos de unos y otros, manteniendo el principio de un reparto justo y equitativo de la riqueza que entre todos generamos.


Sentadas estas premisas, debemos preguntarnos, ¿Porque la izquierda Europea, no ha sido capaz de transmitir este mensaje y por el contario donde gobernaba se dejó arrastrar por la corriente neocon, impulsada por los Estados Unidos de George W. Bush?


Debemos admitir, que el sistema neoliberal, consiguió en un principio una cierta apariencia, aunque falsa, de prosperidad, los índices de ocupación subieron vertiginosamente, a costa de bajas salariales, y precarias condiciones laborales; las posibilidades de enriquecimiento rápido se vieron multiplicadas, cuando los mercados financieros se convierten en especulación pura y dura, y una buena parte de las clases populares, ven en ellos la posibilidad de dar una rentabilidad a los ahorros. Todo ello además dentro de un clima de paz social, en los principales países, después que las organizaciones sindicales quedaran extremadamente maltrechas de su enfrentamiento con los promotores de la gran revolución neoconservadora.


La caída de los conservadores en Gran Bretaña en 1997, abre paso a un partido laborista capitaneado por Toni Blair, que bajo los principios de la Tercera Via, no hace otra cosa que intentar lavar la cara al neoconservadurismo que acababa de caer. No olvidemos que empezó su mandato, recortando las ayudas a las madres solteras y promoviendo una serie de medidas tendentes a rebajar los derechos de discapacitados a percibir subsidios.


En las elecciones del 2005 en Alemania, el SPD Socialdemócrata, al perder 4 escaños en el parlamento, y la victoria electoral, por escaso margen de la conservadora CPU Democracia Cristiana que preside Angela Merkel, provoca la curiosa situación de una alianza para gobernar entre los dos grandes partidos, totalmente opuestos ideológicamente, cediendo la SPD en sus planteamientos en pro de la Democracia Cristiana que es quien ostenta la cancillería. En este caso se cumplió no se rompió una regla, vigente desde que la Revolución Francesa enterró a “l’Ancien Regime” i es que los pactos derecha izquierda no tienen nunca una larga duración. Tras las elecciones celebradas recientemente, las franjas rojas con que se marcaba Alemania en el mapa de la UE los últimos cuatro años, han desaparecido por completo, quedando solo un azul más intenso que nunca.

¿Significa esto que los Europeos han dejado de fundamentarse en los valores de la socialdemocracia, y se entregan en cuerpo y alma al ultraliberalismo individualista? No lo creo, pues se demuestra que los gobiernos derechistas, tiene grandes dificultades en aplicar sus recetas neoliberales, siendo contestadas puntualmente en la calle, bajo el liderazgo de las organizaciones sindicales y secundadas por una mayoría del electorado que después les otorga el voto en la urnas; cuestión que me lleva a la conclusión de atribuir el fenómeno, a una dejación de principios en las formaciones políticas de la izquierda, el comportamiento electoral de los europeos, que acaban considerando que unos i otros aplican las mismas políticas una vez llegan al gobierno y que si esto ha de ser así, siempre será mejor que sea la derecha la que aplique las políticas de derecha que no la izquierda.


En España, la circunstancia es algo diferente por el hecho que la derecha, sigue en el monte donde se situó, en tiempos de D. Antonio Canovas del Castillo, como se encargó de demostrar, “el héroe de Perejil”, en particular en los últimos cuatro años de gobierno, por lo que el PSOE de Zapatero, no se ve tan amenazado como sus homólogos de Inglaterra y Alemania; ahora bien tiene en su contra, una cierta indefinición en la transmisión del mensaje, que a mi entender en estos momentos debería claro y rotundo. Indefinición justificada quizás por la falta de apoyos parlamentarios estables, que le llevan a una negociación permanente con unos partidos minoritarios, tanto a la derecha como a la izquierda del arco parlamentario, que solo buscan aprovecharse de la debilidad, en su propio provecho, como muy bien se ha encargado de decirnos últimamente el Sr. Joan Ridao de Esquerra Republicana de Cataluña, condicionando el apoyo a los presupuestos de su formación al traspaso de la gestión del aeropuerto del Prat al gobierno de Cataluña; metiéndose de lleno en el puro mercantilismo que hasta ahora parecía en exclusiva de Convergencia i Unió.Con todo, creo que la Izquierda moderada europea, englobada en el Partido Socialista Europeo, debe iniciar rápidamente una gran reflexión sobre su actuación y determinar un regreso a los valores tradicionales, traduciéndolos en unas políticas concretas aplicables a la realidad del siglo XXI, perfectamente diferenciadas de la derecha neocon y que le sirvan para asumir el liderazgo en una Europa, que sin ninguna duda saldrá reforzada del período negro que está padeciendo.

1 comentario: