La abstención ha sido la gran ganadora en las elecciones Europeas del pasado día 7 de junio y esta es cuestión, que a todos los ciudadanos, no solo a los políticos, nos debería de preocupar muchísimo; pues al fin i al cabo no es nada mas que la constatación del poco o nulo interés que el proyecto de Unión Europea despierta en la ciudadanía en general i en particular a los de ideología izquierdista.
¿Es que hemos dejado de creer en una Europa, como potencia mundial? ¿Es que la idea nacionalista de cerrazón en el propio caparazón no nos deja ver un horizonte amplio?
Los grandes titulares, achacan la abstención y el fracaso de la izquierda en estos comicios, a la crisis económica; aunque yo opino que poca influencia ha tenido en este asunto, al no recibir castigo alguno ninguna de las grandes formaciones derechistas que presiden los principales gobiernos, como el presidido por Ángela Merkel, en Alemania, o Nicolás Sarkozy en Francia siendo al fin i al cabo los responsables directos de la gestión, y pese verse algunos de ellos inmersos en diversos escándalos, como el caso del primer ministro italiano, Silvio Berlusconni.
La izquierda europea en general, inmersa en una crisis identitaria, en el caso de Francia i Alemania, y dubitativa en la defensa de un ideal federalista europeo, en los demás casos, no ha sabido transmitir al electorado el concepto de la Europa Unida, económica, política y socialmente cuestión que sin ningún genero de duda, ha acabado por provocar que el euro escepticismo, intrínseco, en la derecha, acabe por imponerse.
¿Que sucederá a partir de este momento?; solo el tiempo lo dirá, aunque es de preveer, una paralización de todos los proyectos de avance hacia la unión política, como podía ser el tratado de Lisboa, un frenazo a la ampliación y un giro neoliberal en las medidas para intentar superar la crisis económica, como la que fue rechazada hace poco de las 65 horas de trabajo semanales.
Los europeistas convencidos, deberían iniciar una profunda reflexión, i ponerse a trabajar, para difundir el mensaje de la necesidad de una Europa social, una Europa, que solo será posible desde concepciones de izquierda, capaces de renunciar al menor atisbo de nacionalismo, abrazando incondicionalmente la idea federalista, como gran solución europea.
¿Es que hemos dejado de creer en una Europa, como potencia mundial? ¿Es que la idea nacionalista de cerrazón en el propio caparazón no nos deja ver un horizonte amplio?
Los grandes titulares, achacan la abstención y el fracaso de la izquierda en estos comicios, a la crisis económica; aunque yo opino que poca influencia ha tenido en este asunto, al no recibir castigo alguno ninguna de las grandes formaciones derechistas que presiden los principales gobiernos, como el presidido por Ángela Merkel, en Alemania, o Nicolás Sarkozy en Francia siendo al fin i al cabo los responsables directos de la gestión, y pese verse algunos de ellos inmersos en diversos escándalos, como el caso del primer ministro italiano, Silvio Berlusconni.
La izquierda europea en general, inmersa en una crisis identitaria, en el caso de Francia i Alemania, y dubitativa en la defensa de un ideal federalista europeo, en los demás casos, no ha sabido transmitir al electorado el concepto de la Europa Unida, económica, política y socialmente cuestión que sin ningún genero de duda, ha acabado por provocar que el euro escepticismo, intrínseco, en la derecha, acabe por imponerse.
¿Que sucederá a partir de este momento?; solo el tiempo lo dirá, aunque es de preveer, una paralización de todos los proyectos de avance hacia la unión política, como podía ser el tratado de Lisboa, un frenazo a la ampliación y un giro neoliberal en las medidas para intentar superar la crisis económica, como la que fue rechazada hace poco de las 65 horas de trabajo semanales.
Los europeistas convencidos, deberían iniciar una profunda reflexión, i ponerse a trabajar, para difundir el mensaje de la necesidad de una Europa social, una Europa, que solo será posible desde concepciones de izquierda, capaces de renunciar al menor atisbo de nacionalismo, abrazando incondicionalmente la idea federalista, como gran solución europea.
Hace tiempo que muchos reflexionamos sobre la claridad ideológica de lo que representa el socialismo en europa y en el mundo. En mi opinión somos geniales describiendo los problemas pero luego lo edulcoramos demasiado y no se palpan las diferencias entre derechas e izquierda democrática. Ahí esta uno de los problemas.
ResponderEliminarCordialmente
La idea de Europa está moribunda desde el fracaso del intento por dotarla de una constitución. ¿Quién se la leyó cuando vino el referedum? Era un plastazo tremendo que creaba una burocracia aún más intrincada que la actual. Los ciudadanos no ven la posibilidad de poner o quitar gobiernos con las elecciones europeas, por lo que no provocan interés, al no sentirse decisorios. Además los partidos, todos, se han encargado de dirimir sus fuerzas con mensajes nacionales, no europeos. Y las campañas electorales han sido horrorosas.
ResponderEliminarAnte tu pregunta ¿Hemos dejado de creer en una Europa como potencia mundial? Aquí creo que no es que pensemos mal, poco o nada, simplemente no sabemos qué es lo que significa en realidad Europa ni el compromiso de Europa con nosotros ni el de nosotros con ella.
ResponderEliminarSobre la pregunta acerca del nacionalismo: pues más de lo mismo, no entendemos Europa y los nacionalismos afloran siempre cuando hay desinformación, se piensan que votar en unas Europeas es un deshonor o una contrariedad hacia su bandera.
Resumiendo: desinformación y creo que los responsables políticos europeos deberán acercarnos el proyecto europeísta y ayudar a los que se han abstenido de votar a dar respuesta a tres preguntas que entiendo que son los 3 grandes pilares para que la gente comience a preocuparse: ¿qué es Europa? ¿para qué sirve? y ¿en qué nos beneficia?
Un fuerte abrazo