martes, 20 de agosto de 2013

MAS Y RAJOY DOS CAMINOS PARALELOS


 
Artur Mas, en las elecciones de 2010, cuando cual mesías salvador del pueblo de Cataluña, ganó las elecciones substituyendo a un tripartito, liderado por el PSC, completamente desgastado, por una crisis económica galopante y unas contradicciones internas, debido a los problemas de identidad de una ERC, que se debatía por aquel entonces, si su prioridad era la cuestión social o la identitaria; tan solo cumplió uno de sus compromisos electorales, como fue el de la supresión del impuesto de sucesiones que el tripartito había reformado, dejándolo solo efectivo para el caso de los grandes patrimonios; medida de la que a Artur Mas, le procuró el aplauso de las pocas grandes fortunas catalanas y el rechazo unánime de gran parte de la población que veía como los ingresos que la Generalitat dejaba de percibir por este concepto, repercutían directamente en la Sanidad Pública, en la Enseñanza Pública y en las becas comedor. La salida a Mas, le viene de la mano de diversas organizaciones afines a ERC y de esta propia organización que con el relevo de liderazgo resuelve sus dudas apostando claramente por la vertiente nacionalista independentista, cuyo máximo exponente es el actual líder Oriol Junqueras.  

La magna manifestación del 11 de setiembre de 2011, en la que CDC no regateó ningún esfuerzo propagandístico para que fuera un éxito, Nunca habíamos visto un despliegue de medios en la Tv autonómica y en una serie de diarios afines como la Vanguardia promover una manifestación de claro signo independentista, como entonces; fue la luz que vió la cúpula convergente, a la que el desprestigio que les procuraban los recortes se unía la inmersión en el lodo de la corrupción derivada de los casos Palau (Millet) e ITV (Oriol Pujol), para disimular sus vergüenzas, exacerbando el patrioterismo de un pueblo catalán agobiado y apesadumbrado por el peso de una crisis que devenía insoportable.

Tan convencido está Artur Mas, de su papel mesiánico y de haber encontrado la manera de engañar al pueblo, que después de despachar en una breve reunión de dos horas con Mariano Rajoy, el tema del Pacto Fiscal, convoca nuevas elecciones autonómicas cuando no ha cumplido aún el ecuador de la legislatura, con la pretensión que una mayoría absoluta al igual de la que goza el presidente español, le permita. Aquí empero comete su gran error, pues los catalanes se huelen el engaño y reducen la representación de CiU en el parlamento de Cataluña en más de 15 escaños, en beneficio de ERC; echando por tierra, los proyectos del President. A partir de este punto, empieza una especie de "Sálvese quien pueda" mediático, intentado esconder todas las miserias Convergentes detrás del patrioterismo y a fe mía que lo consiguen, pues hoy en Cataluña, ya nadie habla del caso Millet ni de la corrupción convergente si no de la gran cadena humana, que atravesará Catalunya el próximo 11 de setiembre y nos confrontarnos unos con otros, por la cuestión de la consulta y la independencia, hasta el punto que dentro del principal partido de la oposición el PSC, parece no hay manera de alcanzar una posición unitaria.

Mariano Rajoy que vive una situación parecida, tanto a lo que a corrupción se refiere con los llamados casos Bárcenas y Gürtel, como por el desgaste que sufre por sus incumplimientos del programa electoral, quizás viendo el éxito de su homólogo catalán, pretende también, excitando los ánimos patrioteros, obtener semejante resultado, así tenemos que en el manido tema de Gibraltar y la defensa de los intereses de unos pescadores, le permite no solo ocupar portadas que antes llenaba Bárcenas, si no cargar contra los gobiernos socialistas, echándoles la culpa del conflicto, al considerar una cesión indebida las políticas del mismo que supusieron la reapertura de la verja, cerrada en el franquismo por los mismos motivos que hoy inducen a Rajoy a esconder tras el patrioterismo sus miserias. Por lo demás, siempre le queda en la recámara, la cuestión catalana y Dios no quiera que acabe pasando a mayores, pues de estos patrioteros, como con los de antaño, uno ya no se fía un pelo, pues no dudan en enfrentar a quien sea, hasta las últimas consecuencias, con tal de salvar su propio pellejo.

Españoles, no permitamos que Rajoy agazapado detrás de Gibraltar y Cataluña consiga lo que ha conseguido Artur Mas, que hoy nadie hable de sus graves pecados. Pongámoslos de relieve cada día por todos los medios a nuestro alcance y presionemos con todas nuestras fuerzas hasta hacerle tambalear y caer del pedestal donde se encuentra instalado.

miércoles, 31 de julio de 2013

DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS




No sé si estarán Vds. de acuerdo, amigos lectores, que las responsabilidades políticas y las responsabilidades penales, no deben confundirse de ninguna de las maneras, pues conlleva el riesgo de judicializar el sistema a la vez que se deteriora la democracia en sí, al atribuir a uno de los tres poderes que configuran el estado de derecho un valor sobre los demás, cuando la gracia está en el perfecto equilibrio entre los tres sin que ninguno asuma funciones que no le corresponden.

De hecho seria lo que perfectamente define el proverbio, "la mujer del Cesar no solo debe ser honrada sino que debe aparentarlo" o sea que si la mujer del César cometía adulterio, podía ser penalizada judicialmente, aparte de asumir las consecuencias de su acción; pero si no hubiese cometido falta ninguna, pero hubiera dejado entender que si la había cometido, o que podía cometerla, no podría ser perseguida penalmente pero si debería asumir las consecuencias de no poder seguir ostentando el cargo, pues las sospechas que recaerían sobre ella, dañarían firmemente la institución pública que representa.

Cuando estoy escribiendo estas líneas, el miércoles día 31 de julio de 2013, el presidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas, ha asestado un golpe terrible a la credibilidad del gobierno autonómico, en su comparecencia parlamentaria sobre el llamado caso Palau, al trasladar la asunción de responsabilidades políticas por el caso de la financiación ilegal del partido Convergencia Democrática de Cataluña, a la resolución judicial del proceso que se va a iniciar próximamente, además de constreñirlas al cargo de tesorero, después que el juez instructor haya concluido que existen graves indicios de donaciones irregulares, a través de la Fundación Palau de la Música y la Fundación Trias Fargas (hoy Catdem), procedentes de grandes empresas constructoras que obtenían suculentos contratos de obras públicas de la Generalitat de Cataluña.

Porque amigos, aquí no se trata de la figura de la imputación, que los convergentes y peperos estos últimos tiempos se han dedicado a devaluar ante la opinión pública, si no que tras cuatro años de exhaustiva instrucción, por parte de un juez, se ha llegado a la conclusión de que es procedente una acusación formal y en toda regla, por financiación irregular de CDC.

Es cierto que aquí no se ha demostrado fehacientemente aún que la mujer del César se haya acostado con otro, pero sí que hay serias y fundamentadas dudas que su comportamiento no haya sido honesto. Sería por tanto el momento de actuar y que los responsables del partido, sanearan sus filas, quitando de en medio todos los sospechosos no solo de haber metido mano en la caja si no de haberlo consentido; y cuando digo quitar de en medio no me refiero solo a las responsabilidades internas si no a las institucionales si fuera conveniente.

La justicia en nuestro país es lenta, quizás demasiado y ello debería ser motivo para que la asunción de responsabilidades políticas, fuera mucho más diligente de lo que está siendo con esta calaña de políticos que nos gobierna.

Observen amigos, las diferencias entre unos y otros partidos, mientras en la UDC, de Duran i Lleida, después de una sentencia de culpabilidad en firme, eso sí pactada para evitar la cárcel, y en CDC en la espera de esta misma sentencia definitiva, se sigue amparando a los responsables de la corrupción, sin asumir las responsabilidades políticas en el PSOE, Pepiño Blanco, anunciaba el cese de todos sus cargos si se abría un juicio oral, como hoy se hace en CDC; y Griñan sin ni siquiera estar imputado en el caso de los ERES, deja el cargo de Presidente andaluz, en favor de una renovación total del gobierno, que deje fuera a cualquiera con alguna sombra de imputación. Eso si amigos es asumir responsabilidades políticas, y luchar por el prestigio de las instituciones democráticas.

Mañana día 1 de Agosto, comparecerá en el Parlamento, obligado por las presiones internas y externas, aunque él diga que es a petición propia, Don Mariano Rajoy Brey, por el caso de corrupción más grande que se ha visto en nuestro país, desde los tiempos autárquicos de Franco; y mucho nos tememos que se pretenda saldar igual que la comparecencia de Artur Mas, tirando balones fuera, cuestión que sería del todo lamentable y altamente peligrosa en una ciudadanía, crispada y harta de engaños, mentiras e incumplimientos de programa, que los dos años del gobierno de la derecha ultraconservadora, nos ha deparado, conduciéndonos sin lugar a dudas a un desastre de lo más absoluto. Es del todo necesario que este hombre de la cara sin falsedad de ningún tipo que deje de buscar subterfugios ni practicar la técnica del avestruz y que después, presente su dimisión irrevocable y abra un proceso electoral para que la renovación y el saneamiento puedan entrar definitivamente en nuestra democrácia.

sábado, 15 de junio de 2013

VUELVEN LOS VIEJOS FANTASMAS


Dios mío, Canovas ha vuelto, exclamé en cuanto leí la información sobre las declaraciones de Jose Maria Aznar en el prime time de Antena 3 hace unos días. Sus recetas al más puro estilo neocon y la prepotencia de su tono, me hicieron revivir, todo lo que uno ha leído sobre el estadista que abortó la gran revolución liberal que se produjo en España a mediados del siglo XIX.

 

Un Aznar, acosado por la corrupción en su partido, un Aznar que ve amenazado su prestigio personal y el de su familia, quiso presentarse como el nuevo mesías que ha de venir a redimir la derecha española hoy en manos de un Rajoy totalmente desnortado e incapaz de actuar por iniciativa propia, en un tiempo donde lo que el país necesita es precisamente claridad de ideas, visión de futuro, unos objetivos concretos y un liderazgo potente.

 

En el siglo XIX, salvando las distancias, se producía en España una situación parecida a la actual. La revolución industrial, imponía de facto un cambio radical en los usos y costumbres de los ciudadanos, la monarquía de Isabel II, el último vestigio de la estructura del “Ancien Regime”, agonizaba en un mar de corrupción generalizada en nuestro país y la lucha entre conservadores y liberales, adquiría carácter incluso sangriento. Un pronunciamiento militar,  seguido de un período de inestabilidad total, donde se ensaya, un monarquía distinta a la borbónica una república federal que acaba en  unitaria, en medio de una sublevación cantonal, (Viva Cartagena!), y una incipiente organización obrera de carácter anarquista.  Se abre paso un mesiánico personaje, Don Antonio Canovas del Castillo, que desde una oposición netamente conservadora, es capaz de adivinar las coincidencias con el liberalismo moderado e incorporar en su formación política, parte de los principios de esta facción, sin perder sin embargo las esencias conservadoras: Familia,  Propiedad y  Religión.

 

No me extraña lo más mínimo que la aparición estos días del controvertido presidente de la FAES, en la escena política española, criticando a su sucesor en el cargo, coincida con la presentación de las biografías editadas por FAES de Don Antonio Canovas del Castillo, Silvela y ……….   Pues son estos personajes, los que han inspirado la actuación de la derecha en los largos períodos donde esta ha ocupado el poder en nuestro país en los últimos 150 años; incluido el periodo de la dictadura, donde el ideario Canovista guió una buena parte del pensamiento de los ministros del Opus Dei, que también rindieron homenaje y publicaron y difundieron sus escritos desde los estamentos oficiales dedicados a la cultura y la propaganda, en plena dictadura.

 

Canovas, como impulsor de la Restauración Borbónica fue el contrarrevolucionario que abortó la gran Revolución burguesa española, conocida con el nombre de la Gloriosa, y apartó a nuestro país de la modernidad, utilizando la estrategia de readaptar unos cuantos valores del liberalismo, dando así un aspecto de “defender la “revolución dentro de un orden”.
 

De echo es lo mismo que está haciendo su discípulo actual más aventajado Don José Maria Aznar que partiendo de su básica formación fascista, pretende regresar a la simple y pura explotación de las mayorías por parte de una élites minoritarias, camuflándolo con la pátina de defensa de la libertad y el esfuerzo individual, los valores tradicionales de la familia, la religión y la sagrada unidad pátria.

 

Recuerden Vds. que lo de Canovas, desembocó en el llamado caciquismo, un régimen de corrupción generalizada; la entrega de la educación en régimen casi monopolista a la Iglesia Católica; y la cerrazón del país a las influencias extranjeras, lo que propició el hartazgo ciudadano y la dictadura de Primo de Rivera; además de situar a la derecha española, incluso la de nuestros días, totalmente en el anacronismo más reaccionario.

 

Los españoles del siglo XXI, deberíamos de una vez por todas sacudirnos los viejos fantasmas canovistas, relegarlos al cementerio de la historia; quizás esto serviría para que la derecha española reaccionara e hiciera su imprescindible aggiornamento, abortado en su inicio por Cánovas; y situarse de verdad en el siglo XXI.

lunes, 20 de mayo de 2013

RAJOY NOS TIENE ENTRE LA ESPADA Y LA PARED


Si amigos, el tiempo pasa y la implacable maquinaria destructiva del estado del bienestar que pilota Mariano, auxiliado por la derecha reaccionaria europea que capitanea Ángela Merkel, está causando estragos, algunos ya irrecuperables en el llamado estado del bienestar, que los españoles llevamos construyendo desde 1982.

Nadie podía imaginar, hace tan solo un año y medio, que una de las mejores y más eficientes sanidad pública del planeta pudiera desmontarse y ser entregada a las mutuas privadas, deteriorando irremisiblemente la calidad y desposeyendo del derecho a la misma a los ciudadanos sin recursos.

Nadie, en su sano juicio podía imaginar, el impulso a una ley de educación que va acabar con el sistema público en menos que canta un gallo y que además le devuelve a la iglesia toda la capacidad de gestión e imposición de criterios sobre los contenidos, al igual que sucedió en los tiempos del nacional catolicismo.

Si a todo esto le añadimos un índice de paro del 27% y que se prevé suba aún más este año 2013, por la gran facilidad que le da una Reforma Laboral aprobada nada más entrar en el gobierno y un recorte en la protección social del parado, que se viene procurando con la excusa que desincentivan la búsqueda de empleo; ¿hay alguien que me pueda contradecir en el sentido que a los españoles nos han puesto entre la espada y la pared?

Mientras tanto la izquierda parece totalmente ida, unos, los radicales, refugiados en la burbuja de un idealismo utópico, impulsan puntuales y meritorias acciones, como las del SAT con Sanchez Gordillo a la cabeza o las de PAH de Ada Colau; otros desde flirteos anarquizantes, como el 15 M pretenden soliviantar a los ciudadanos, sin una real perspectiva de un futuro de progreso. Finalmente el resto de la izquierda la que situaríamos en el sector digamos moderado, después de la debacle electoral sufrida, parece metida en una especie de aislamiento, desde donde yerran en el diagnóstico de la realidad, pervirtiendo el consecuente debate.

Cuando uno se encuentra entre la espada y la pared, debe ser muy hábil e imaginativo para evitar ser mortalmente herido; en las películas sobre el tema el héroe, aprovechaba una pequeña distracción del enemigo, algunas veces provocada por el mismo, para zafarse de la fatal acometida, consiguiendo además la desmoralización del enemigo que acababa cometiendo un error que le resultaba fatal.

En el momento de escribir este artículo, leo en los periódicos que el PSOE, por boca de su Secretario General Alfredo Pérez Rubalcaba, propone un paquete de medidas para conseguir sacar el país de la crisis, un programa que ha remitido al presidente Rajoy y que este como es su costumbre ha desoído totalmente; me dicen que desde el PSOE se planea  un pacto con sindicatos y patronal, que permita forzar al gobierno a aplicar las medidas propuestas, cuestión que me parece excelente y aunque dudo que se encuentre respaldo en el sector empresarial un pacto de esta naturaleza con los sindicatos, ya seria de suficiente calado que quizás nos quite la amenaza constante de la estocada final, con que nos amenaza el gobierno.

Ahora bien le recuerdo a Alfredo que la situación es desesperada y que el truco para salir airoso debe ser rápido y eficiente y el conseguir aliados imprescindible, por lo que no se descuide ni encierre las propuestas en el cajón, pues nuestra vida va en ello.

lunes, 13 de mayo de 2013

¿QUE HACE FALTA PARA QUE NOS REBELEMOS?


 
Dos millones de familias sin ingresos de ningún tipo por estar todos sus miembros en paro; seis millones doscientos mil parados, con casi nula posibilidad de encontrar un trabajo antes de agotar la percepción de la mísera prestación. Un 27 % de la población activa del país abocado a la miseria más absoluta; junto con unas previsiones para el 2013 y el 2014 que la cosa va seguir a un ritmo parecido, es la triste realidad con la que los españoles nos enfrentamos cada mañana cuando nos levantamos de la cama sin que un gobierno, que elegimos hace tan solo año y medio por mayoría absoluta ofrezca la más mínima solución coherente, si no que se limita a esperar acontecimientos, que otros determinan, en la confianza que una especie de milagro invierta esta situación.
 
Las declaraciones de Rajoy el pasado lunes 29 de Abril, son altamente preocupantes, pues denotan una total falta de análisis riguroso de la situación además de la muestra indeleble de la firme voluntad de persistir en el error de las medidas tomadas, e insistencia en las estrategias de la mentira y el esconderse, convencidos que la mayoría de ciudadanos son imbéciles y con cualquier abalorio de tres al cuarto, se les puede comprar la voluntad. Nos dice el máximo mandatario que la tendencia de destrucción de empleo se está invirtiendo y que aunque el paro en cuestión de 1,5 años, que son los que el está en el poder, a aumentado en casi un millón de personas, no se puede responsabilizar a la Reforma Laboral que el propugnó y consiguió imponer contra viento y marea, si no a la famosa “herencia recibida”; según el, tampoco tiene nada que ver con este asunto el hecho de haber incumplido totalmente su programa electoral, ni tan siquiera que esto sea una muestra del engaño a que nos sometió para ganar unas elecciones que de haber dicho la verdad no hubiera ganado, o al menos, no con mayoría absoluta.
 
Por otro lado, la institución que hasta hoy se nos había vendido como la garante de nuestra democracia, la Monarquía, nos muestra sin pudor sus más abyectas miserias, que incluyen incluso el robo y despilfarro del dinero público o sea de todos los españoles, en franca connivencia con unos altos cargos gubernamentales del Partido Popular, totalmente indignos de los puestos que han ocupado.
 
Frente a este guirigay, ni jueces ni gobernantes parecen interesados en aclarar la situación y hacer justicia, si no que en una muestra inaceptable de corporativismo, no hacen más que autoprotegerse unos a otros en base a triquiñuelas legales de dudosa ética democrática.
 
Vista ya la imposibilidad, que desde el gobierno, ni desde el poder judicial, se impulsen la imprescindible regeneración, y perdida ya la esperanza que desde la UE, se procure por este saneamiento si no que más bien parecen instar a lo contrario; a los ciudadanos solo nos queda el camino de la rebelión “ordenada” o sea retomar el poder de verdad, no desde la anarquía y el caos, si no en base a un ideario y unas estrategias, basadas en los grandes valores humanistas de la libertad, igualdad y fraternidad.
 
Más en lugar de esto, el pueblo español parece desorientado, e incluso quienes deberían liderar esta rebelión ordenada; los partidos de izquierda, no parecen estar por la labor enfrascándose en estériles debates internos que bien poco tienen a ver con los verdaderos objetivos a conseguir y adoptando posturas, en cierta manera parecidas a las del gobierno, en base a dejar pasar el tiempo. ¿Por qué no decimos Basta de una vez? ¿Por qué no nos negamos a seguir colaborando? ¿Por qué no hemos estallado ya?
 
Se dice que la economía sumergida está salvando de la desesperación a gran parte de la población, aunque yo más bien creo que han sido los muchos años de adoctrinamiento en el egoísmo individualista, aquello que induce hoy a nuestros jóvenes a luchar entre si por un mendrugo en lugar de juntar esfuerzos para poder repartir pan tierno para todos.
 
El tiempo se está agotando, como indican con toda claridad los sondeos donde la desafección ciudadana hacia la política se esta convirtiendo en la prioridad de muchos, en particular de nuestros jóvenes; y la izquierda tradicional junto con las organizaciones sindicales están a un tris de perder toda posibilidad de liderar el gran cambio que se avecina en la sociedad mundial

lunes, 22 de abril de 2013

BASES PARA SALIR DE LA CRISIS, NUEVA CLASE EMPRESARIAL


Por lo que parece no han sido suficientes 34 años de democracia, para que la clase empresarial española se sacuda los lastres del período autárquico y  emule a sus compadres europeos.
 
Lejos de buscar una rentabilidad a medio y largo plazo, en base a nuevas tecnologías y las nuevas necesidades de la humanidad, quizás amparados la patética máxima de Unamuno, “que inventen ellos” no solo no supo encontrar en los años 80 del pasado siglo XX un nuevo modelo económico estable, en la apertura de nuestro país al mundo, si no que buscó refugio en la falsedad de la especulación fundamentalmente inmobiliaria.
 
Hoy día cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria nos ha dejado con el culo al aire; nuestros empresarios dando muestras de una ceguera paradigmática; reclaman la reducción de salarios y el desmantelamiento del llamado estado  del bienestar, como la única solución para conseguir la mejora de la productividad de nuestras empresas. Pero yo me pregunto, ¿De que empresas mejoraremos la productividad? ¿De las de capital extranjero que hoy día se deslocalizan? o ¿Piensan en unas condiciones laborales, como las del sudeste asiático, India o China para ser competitivos?
 
La inversión extranjera en los años 80 y primeros de los 90 del pasado siglo XX vino a paliar en cierta manera, la poca preparación de los jóvenes emprendedores españoles de entonces, que por haber sido educados en su mayoría, en las precarias condiciones del franquismo, no acertaban a encontrar salida a la imprescindible modernización de las viejas y obsoletas industrias. Solución que a muchos de los que nos gusta pensar y meditar sobre la realidad de cada momento, se nos antojaba del todo provisional; hasta el momento en que nuestros jóvenes estuvieran lo suficientemente preparados para relanzar la actividad propia del país, en base a los inversores nacionales, capaces de competir en un mercado mundial.
 
La realidad actual, es que gracias al muy buen criterio del gobierno socialista presidido por Felipe González, con potentes inversiones en la educación pública, hemos conseguido una generación de jóvenes perfectamente preparados, para relanzar nuestra industria y producir bienes y servicios de alta competitividad en el mundo, pero chocamos de nuevo con una clase empresarial y financiera totalmente anclada en un pasado y a la que lo único que se le ha ocurrido, es mandar a esta generación tan preparada a trabajar en el extranjero; mientras ellos se sientan a esperar que escampe y puedan volver a nuevas burbujas especulativas.
 
¿Podemos confiar de verdad que esta gente va a poner el país a trabajar? Seguro que no, pues ya es esta la segunda vez en democracia que nos están demostrando seguir anclados en un pasado que nunca más va a volver. ¿Qué deberá pues hacer un gobierno de izquierdas, sobre este tema? Sencillamente cambiar el concepto de empresa como ente generador de beneficios para unos pocos, a ente cuyo primer objetivo sea el sostenimiento y rentabilidad del capital humano que interviene en los procesos que la empresa genere; o sea lo que venimos en llamar economía social, cooperativas, SAL y similares, puede ser, junto con un potente sector público, la base de una nueva empresa, no obsesionada en ganar dinero con el mínimo esfuerzo, si no consiguiendo rentabilidades de tipo distinto al económico, que deberán quedar en un segundo lugar.
 
No duden amigos, ni por un momento, que no solo en España si no en todo el mundo, la salida de la crisis está directamente relacionada con una renovación total de ideas y estructuras económicas, que deberán ser indefectiblemente distintas a las que se han demostrado totalmente fracasadas y que desde el siglo XIX hasta hoy han sido norma. Sin embargo y volviendo al caso concreto de España, sorprende la ofuscación de la que hacen gala los representantes institucionales de nuestros empresarios, que persisten en las decimonónicas soluciones del trabajo insuficientemente remunerado y la desprotección social, cuando está suficientemente demostrado ya desde los albores del pasado siglo XX, que unos salarios insuficientes para adquirir excedentes, retraen el consumo de la ciudadanía, cuestión a todas luces imprescindible para una economía mínimamente saneada.
 
A título de conclusión, deberíamos convenir en la necesidad de un giro de 180º en nuestra clase empresarial, eliminando de ella todo lo que hace referencia a la especulación y el beneficio a corto plazo y potenciando a todos aquellos inversores, pocos por desgracia, que han sabido invertir con la intención de obtener el beneficio a medio y largo plazo y sabido repartir la riqueza generada entre sus empleados.

domingo, 7 de abril de 2013

PONGAMOS EL PAÍS A TRABAJAR


Los españoles llevamos casi cinco años durmiendo en el pajar, atontados por las promesas reiteradamente incumplidas, de una derecha reaccionaria, y anonadados ante una izquierda enfrascada en lamerse sus heridas después de la pérdida de confianza de un electorado, que les ha abandonado en cuanto han olido su desorientación ideológica.
 
Problemas antiguos y específicos de nuestro país, que ya se intuían en los albores de nuestra democracia, hoy cobran una dimensión estratosférica, por cuanto en los treinta y cuatro años que llevamos de estado de derecho, no hemos sido capaces de solucionar, si no ni tan solo de disimular, o como se decía antaño de poner paños calientes.
 
El título del presente articulo  “Pongamos el país a trabajar”, viene del recuerdo de una expresión que un joven Felipe González, que a primeros de los años 80 del pasado siglo, cuando ya intuía, una posibilidad real de alcanzar el poder, fustigaba al entonces gobernante Adolfo Suárez, con la necesidad de sacar el país adelante mediante el trabajo y la cooperación de todos los ciudadanos.
 
Bien es cierto que aquellos eran tiempos muy duros, nuestro país, que salía de un estado de autarquía y aislamiento internacional, se encontró de golpe y porrazo con una especie de “aggiornamiento” que le obligaba en pocos años a meterse de lleno en una Europa que llevaba años de progreso y estado del bienestar; Sin ningún genero de dudas, en 1982 con el PSOE en el gobierno respaldado por una mayoría absoluta, emprendió el camino de poner el país a trabajar y en la dirección correcta, castigando y reprimiendo las prácticas empresariales poco ortodoxas como las del inefable Jose Maria Ruiz Mateos; saneando un sector público, librándolo de las empresas con pérdidas y no imprescindibles para el servicio público, la mayoría de ellas procedentes de la nacionalización de empresas en pérdidas de los amigos del dictador como el caso de Calzados Segarra de la Vall de Uxo; abriendo paso a la inversión industrial extranjera, y potenciando la exportación de los productos españoles y así hasta un largo etcétera que consiguió poner el país a trabajar en un sentido de modernidad.
 
Sin embargo toda aquella extraordinaria movida chocó con un obstáculo, en un principio impredecible como es la falta de una auténtica clase empresarial, en el buen y actual sentido de la palabra; que aprovechó la circunstancia de la inversión extranjera, para vender sus fábricas y dedicar el capital obtenido a la especulación pura y dura, que como todos sabemos no crea ningún tipo de riqueza. Los años del aznarato, no hicieron más que sacralizar las prácticas especulativas; con la famosa ley del suelo por la que se declaraba, salvo raras excepciones, urbanizable todo el territorio nacional.
 
De hecho deberíamos convenir que a Felipe le falló saber encontrar un nuevo modelo donde basar la economía del país, un nuevo modelo que viniera a substituir todas aquellas grandes industrias como los Altos Hornos, la Siderurgia y muchos otros, que se vio obligado a desmantelar ante la imposibilidad de conseguir rentabilizarlos en el corto y medio plazo; además, quien dentro de España, debería haberle ayudado en fijar el nuevo rumbo, poco tenia de inversor serio y solo estaba preocupado por encontrar rentabilidad en el corto plazo.
 
Hoy además de la crisis internacional que sin ninguna duda nos afecta, en España está apareciendo de nuevo el gran tema no resuelto entonces; pues tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, nadie sabe a ciencia cierta dirigirnos hacia un nuevo modelo económico que vuelva a poner el país a trabajar, y otra vez también ahora, la llamada clase empresarial nos decepciona por su manifiesta incompetencia, que solo ha sabido esconder tras la especulación inmobiliaria o financiera, y pretende retrocedernos en derechos y libertades hasta el siglo XIX en aras de una mal entendida competitividad; vean las declaraciones de Juan Rosell presidente de la CEOE, pidiendo más rebajas en los salarios.
 
Hoy más que nunca es necesario poner el país a trabajar, pues nadie con dos dedos de frente puede entender que nos sacaran de la crisis, fomentando el desempleo, suprimiendo prestaciones y bajando los salarios, tal y como predican los adoradores de la Austeridad.