domingo, 23 de mayo de 2021

LA AUTONOMIA DOS TERCIOS DEL CAMINO HACIA UNA ESPAÑA FEDERAL

 


Dos condiciones resultaban imprescindibles para dar credibilidad a la transición democrática de España en 1976; La primera la legalización del Partido Comunista de España y la segunda el reconocimiento en la constitución de los hechos diferenciales del Pais Vasco Cataluña y Galicia. Para la primera condición solo hizo falta un decreto del gobierno que por entonces presidía Adolfo Suárez el 9 de abril de 1977 en plena Semana Santa que pilló a toda la derechona más rancia con el pie cambiado entre procesión y procesión, por lo que el tema se solventó con inusitada rapidez, aunque eso sí, en cuanto acabó la penitencial semana, las acusaciones de traición a Adolfo Suárez retronaron por toda la piel de toro.

 La segunda condición requirió de más esfuerzo e imaginación en una sociedad donde la extrema derecha heredera del franquismo aún disponía de mucha influencia en los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, Recordemos que en aquel mismo año 1977, en concreto el 24 de Enero, un comando ultra penetró en la sede de abogados laboralistas de Atocha y provocó una matanza, piensen también que el célebre policía y torturador apodado Billy el Niño, fallecido recientemente, en aquellos días seguía en activo en las dependencias de la dirección general de seguridad, además que la Junta de jefes del estado mayor del ejército estaba configurada por generales que habían participado en la guerra civil española y se sentían vencedores de la misma y desde las páginas del diario el Alcázar lanzaban veladas amenazas de golpes de Estado. Por otro lado, la derecha que pocos años después acabaría desbancando a Suarez y se situaría como representación genuina del liberalismo y el conservadurismo al más puro estilo Canovista, Alianza Popular, antecedente de lo que hoy es el Partido Popular, se negó a votar a favor del proyecto de constitución precisamente por su título octavo que definía el estado autonómico y en la campaña del referéndum consiguiente del 6 de diciembre de 1978 se alineo con los que pedían la abstención.

 Por todo ello los redactores de la Constitución, no se atrevieron a proponer una perfecta estructura federal de España, sino que debieron conformarse con llegar a algo más de la mitad del camino con un estado autonómico, con la esperanza que cuando las condiciones democráticas se normalizaran una reforma constitucional acabara el trabajo.

 Hoy a punto de cumplirse 44 años de los hechos aquí relatados, por primera vez en nuestra democracia un presidente, Pedro Sánchez, con una visión claramente federalista de lo que debería ser el estado español, en unos momentos altamente difíciles con una pandemia global que causa estragos en todo el planeta, ha aprovechado la oportunidad para gestionar el tema aprovechando lo que dé federal tiene el estado autonómico, sin quitar competencias a nadie y fomentando el dialogo la negociación y el pacto mediante el Consejo interterritorial de Sanidad y la Conferencia de Presidentes autonómicos que nunca se había reunido tantas veces como estos últimos tiempos además de ser extraordinariamente escrupuloso en mantener las competencias de las comunidades autónomas facilitándoles con la proclamación del estado de alarma el amparo jurídico necesario para que las puedan ejercer sin restricción alguna.

 Con todo hemos podido comprobar la mala fe y manifiesta deslealtad de algunos gobiernos autonómicos en manos del Partido Popular, que parece intentan que fracase este modelo de gestión y no dudan en actuar incluso en contra de los verdaderos intereses ciudadanos; como es el caso de Madrid, donde en lugar de facilitar ayudas económicas al sector de la hostelería el máximo afectado, rebajan las restricciones, sanitarias como el toque de queda o los cierres parciales de bares y restaurantes obteniendo como resultado, la más alta cifra de contagios diarios, las UCI casi desbordadas y el número de fallecidos en récord absoluto de todo el país, cifras que a través de ingeniosos sistemas contables se intentan maquillar para que el público no se acabe percatando.

 Pese a todo, los españoles hemos podido comprobar, que el modelo federal, es el más efectivo para gobernar un pueblo diverso como el nuestro y el que mejor garantizará la democracia en el futuro, pues es el único sistema, que permite el respeto de la diversidad sin diferencias de derechos. También nos hemos dado cuenta, que las reformas a efectuar, para convertir España en un Estado Federal aunque si son de calado, no son tantas, como para que representen una dificultad insalvable, Tan solo una Reforma del actual Senado para convertirlo en un cámara de representación territorial, capaz de albergar y coordinar, institucionalmente hablando, a la Conferencia de Presidentes Autonómicos y el Consejo Interterritorial, incluir en la Constitución un listado de las regiones, naciones, provincias, estados,  o la denominación que se acuerde darles, de los componentes de la federación española, junto con una definición clara de las competencias del estado central y de las federaciones y la exigencia por encima de todo de la lealtad federal de todos, con la penalización correspondiente a quien incumpla.

 Fundamentalmente se trataría de terminar con la ambigüedad del estado autonómico, que si bien de él se puede sacar una lectura en el sentido federal, también se le puede dar una lectura centralizadora, según la opinión de la ideología de quien gobierne; se trataría de considerar que son las federaciones quienes ceden parte de su soberanía al estado central y no que es este quien cede competencias a las federaciones  Lo malo amigos, es que la derecha española no ha hecho aún su aggiornamento y sigue anclada en el nacionalismo del siglo XIX y en la admiración del franquismo más acérrimo, cuestión que la aleja totalmente de la derecha moderada europea, que entiende perfectamente que los tiempos han cambiado y que hoy es necesario superar el concepto nación si se quiere ser algo en la nueva sociedad que estamos gestando en este siglo XXI. Pero esto es harina de otro costal, y les prometo que en un próximo articulo lo trataremos.

2 comentarios:

  1. Mi estimado Sr. D. Cosmé

    No comparto su opinión, el dejar al modelo federal la solución de nuestros problemas como si fuera una solución milagrosa me parece excesivo

    El papel lo aguanta todo, si nos dotamos de una constitución federalista no será garantía, por si sola, de nada

    Tenemos una constitución akvualmente de la que podemos decir cualquier cosa menos que se cumpla en su forma y en su fondo

    No funciona adecuadamente la separación de poderes, la Justicia necesita una reforma urgente e importante, la justicia fiscal esta pendiente, la acción política honrada y eficaz es un camino por el que se ha transitado poco, sigo o lo dejo en un etcétera?

    Que funcione bien la Constitución que tenemos y luego ya pensaremos en otras cosas

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  2. Un estado federal comporta doble perdida de soberanía , hacia arriba y hacia abajo

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