Los
gritos de ¡¡¡Libertad!!!que estos días oímos por las calles, en boca de
militantes de VOX y del PP, en contra de la ley Celaa, me duelen en el alma,
por aquello que veo con claridad meridiana, que pretenden engañarnos como a
chinos.
Me he
leído la ley Celaa, de arriba abajo y no he sabido encontrar por ningún lado,
todo aquello que proclaman los dirigentes de la derecha más cavernícola de
Europa, como es la española. En ninguna parte se dice, que queda abolida la
enseñanza concertada ni que se coarte la
libertad de los padres de elegir enseñanza para sus hijos. Lo que si se dice y
a mi entender con muy buen criterio, que se va a primar una enseñanza laica,
libre y racional, en la enseñanza pública dejando la religión para el ámbito
privado y fuera del horario escolar.
Recuerdo
muy bien que a principios de la democracia, allá por el año 1978, que los
legisladores consideraron necesario establecer el concierto con algunas
escuelas privadas, para paliar la falta de medios de una enseñanza pública,
casi inexistente después de la dictadura de Franco. E incapaz por aquel
entonces de atender a la mayoría de los escolarizados de nuestro país. De
ninguna manera se hablaba entonces del concierto como forma que los padres
pudieran tener la libertad de escoger, un ideario determinado para la enseñanza
de sus hijos; sino que todos lo entendimos como una fórmula provisional que
finiquitaría, en cuanto la infraestructura y calidad de la enseñanza pública
fuera capaz de atender a una gran mayoría de ciudadanos. Fue más tarde que
empezó la Iglesia católica a imbuir la idea de libertad ideológica con la
tolerancia primero de los gobiernos socialistas de felipe González y después
con la adhesión inquebrantable durante el Aznarato y el Rajoyazo.
No me
negarán Vds. que resulta especialmente chocante cuando todos estos que ahora
gritan en favor de la libertad ideológica en la enseñanza, sean los mismo que
pusieron en grito en el cielo, cuando el gobierno socialista de Rodríguez
Zapatero, estableció la obligatoriedad en la enseñanza pública y concertada de
una asignatura denominada Educación para la Ciudadanía, pues decían que
pretendía “adoctrinar” a los jóvenes españoles, ¿No es adoctrinamiento una
escuela concertada donde priman los intereses de una determinada clase social o
directamente prima la ideología cristiana?
Desde
un prisma totalmente racionalista deberíamos admitir que la enseñanza que el
estado debe garantizar a la ciudadanía ha de estar basada no en criterios
ideológicos sino en conceptos
científicos y que la verdadera libertad de enseñanza consiste precisamente en
esto y no en escoger escuela en función de creencias que deberían formar parte
exclusivamente del ámbito familiar de cada uno. Con ello no estoy diciendo que
deba prohibirse la enseñanza religiosa si no que esta debe ser apartada del
sistema público de enseñanza y restringirlo al apartado de extraescolares,
fuera de los recintos docentes. Si que es necesario enseñar a nuestros jóvenes
unos principios éticos que conforman las bases esenciales de nuestra
convivencia y si bien algunos de ellos pueden estar inspirados en tradiciones
judeocristianas de nuestra cultura, están lo suficientemente arraigados para
que los consideremos externos a cualquier creencia.
La
verdadera libertad de enseñanza, es la que dota al alumno de un real espíritu
crítico que le permite razonar y descubrir por si mismo el camino hacia donde
quiere encaminarse, todo lo demás son paparruchadas de charlatanes predicadores
que lo que pretenden en el fondo es esclavizar el pensamiento, en base a una
doctrina y apelando a la fe ciega que lo
único que favorece es a determinados líderes, que acaban viviendo muy bien a espaldas
de sus seguidores.
Como
he dicho al principio el tema de la escuela concertada fue en un inicio una
solución puramente provisional con el fin de dar tiempo a crear una
infraestructura de enseñanza pública, capaz de satisfacer la demanda de plazas
de una mayoría de la población y aunque la derecha con la iglesia católica
apoyando, hayan querido presentar la opción ideológica como un modelo de
libertad educativa debemos regresar a la idea original y ir decayendo poco a
poco la financiación a la concertada a medida que un aumento de la inversión en
la pública vaya asentándose en la sociedad.
Uno
de los modelos educativos que en Europa se ponen como ejemplo a seguir, es el
de Finlandia, donde la enseñanza pública tiene capacidad para atender al 100%
de los alumnos y no existe el modelo de escuela concertada. Si se trata de un
modelo de éxito, ¿porqué no lo imitamos aquí? La ley Celaa, no pretende
eliminar el concierto, por el simple hecho que los recortes en la enseñanza
pública, con motivo de la crisis económica del 2007, han dejado a esta sin
posibilidad de atender el 100% de la población escolar, aunque si pretende
corregir que los términos de la inversión pública en educación se inviertan,
para evitar que se siga deteriorando la enseñanza pública en favor de la
concertada.
No nos
dejemos engañar más por estos predicadores de tres al cuarto, que lo único que
pretenden, es cargar sobre las espaldas de los más desfavorecidos, los costes
de la crisis económica, tal y como hicieron en el 2007. La actual generación de
los españoles, es ya una de las mejor preparadas para no picar los perversos
anzuelos, que el llamado Trío de Colón, nos tira uno tras otro para ver si
picamos y nos dejamos engatusar para que renunciemos a uno de los bienes más
preciados que hemos conquistado como es el de la verdadera Libertad.
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