domingo, 24 de enero de 2021

NO TODOS LOS QUE GRITAN LIBERTAD LA QUIEREN REALMENTE

 


Los gritos de ¡¡¡Libertad!!!que estos días oímos por las calles, en boca de militantes de VOX y del PP, en contra de la ley Celaa, me duelen en el alma, por aquello que veo con claridad meridiana, que pretenden engañarnos como a chinos.

Me he leído la ley Celaa, de arriba abajo y no he sabido encontrar por ningún lado, todo aquello que proclaman los dirigentes de la derecha más cavernícola de Europa, como es la española. En ninguna parte se dice, que queda abolida la enseñanza concertada ni que  se coarte la libertad de los padres de elegir enseñanza para sus hijos. Lo que si se dice y a mi entender con muy buen criterio, que se va a primar una enseñanza laica, libre y racional, en la enseñanza pública dejando la religión para el ámbito privado y fuera del horario escolar.

 Recuerdo muy bien que a principios de la democracia, allá por el año 1978, que los legisladores consideraron necesario establecer el concierto con algunas escuelas privadas, para paliar la falta de medios de una enseñanza pública, casi inexistente después de la dictadura de Franco. E incapaz por aquel entonces de atender a la mayoría de los escolarizados de nuestro país. De ninguna manera se hablaba entonces del concierto como forma que los padres pudieran tener la libertad de escoger, un ideario determinado para la enseñanza de sus hijos; sino que todos lo entendimos como una fórmula provisional que finiquitaría, en cuanto la infraestructura y calidad de la enseñanza pública fuera capaz de atender a una gran mayoría de ciudadanos. Fue más tarde que empezó la Iglesia católica a imbuir la idea de libertad ideológica con la tolerancia primero de los gobiernos socialistas de felipe González y después con la adhesión inquebrantable durante el Aznarato  y el Rajoyazo.

 No me negarán Vds. que resulta especialmente chocante cuando todos estos que ahora gritan en favor de la libertad ideológica en la enseñanza, sean los mismo que pusieron en grito en el cielo, cuando el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, estableció la obligatoriedad en la enseñanza pública y concertada de una asignatura denominada Educación para la Ciudadanía, pues decían que pretendía “adoctrinar” a los jóvenes españoles, ¿No es adoctrinamiento una escuela concertada donde priman los intereses de una determinada clase social o directamente prima la ideología cristiana?

Desde un prisma totalmente racionalista deberíamos admitir que la enseñanza que el estado debe garantizar a la ciudadanía ha de estar basada no en criterios ideológicos sino  en conceptos científicos y que la verdadera libertad de enseñanza consiste precisamente en esto y no en escoger escuela en función de creencias que deberían formar parte exclusivamente del ámbito familiar de cada uno. Con ello no estoy diciendo que deba prohibirse la enseñanza religiosa si no que esta debe ser apartada del sistema público de enseñanza y restringirlo al apartado de extraescolares, fuera de los recintos docentes. Si que es necesario enseñar a nuestros jóvenes unos principios éticos que conforman las bases esenciales de nuestra convivencia y si bien algunos de ellos pueden estar inspirados en tradiciones judeocristianas de nuestra cultura, están lo suficientemente arraigados para que los consideremos externos a cualquier creencia.

 La verdadera libertad de enseñanza, es la que dota al alumno de un real espíritu crítico que le permite razonar y descubrir por si mismo el camino hacia donde quiere encaminarse, todo lo demás son paparruchadas de charlatanes predicadores que lo que pretenden en el fondo es esclavizar el pensamiento, en base a una doctrina y apelando a la fe ciega  que lo único que favorece es a determinados líderes, que acaban viviendo muy bien a espaldas de sus seguidores.

 Como he dicho al principio el tema de la escuela concertada fue en un inicio una solución puramente provisional con el fin de dar tiempo a crear una infraestructura de enseñanza pública, capaz de satisfacer la demanda de plazas de una mayoría de la población y aunque la derecha con la iglesia católica apoyando, hayan querido presentar la opción ideológica como un modelo de libertad educativa debemos regresar a la idea original y ir decayendo poco a poco la financiación a la concertada a medida que un aumento de la inversión en la pública vaya asentándose en la sociedad.

 Uno de los modelos educativos que en Europa se ponen como ejemplo a seguir, es el de Finlandia, donde la enseñanza pública tiene capacidad para atender al 100% de los alumnos y no existe el modelo de escuela concertada. Si se trata de un modelo de éxito, ¿porqué no lo imitamos aquí? La ley Celaa, no pretende eliminar el concierto, por el simple hecho que los recortes en la enseñanza pública, con motivo de la crisis económica del 2007, han dejado a esta sin posibilidad de atender el 100% de la población escolar, aunque si pretende corregir que los términos de la inversión pública en educación se inviertan, para evitar que se siga deteriorando la enseñanza pública en favor de la concertada.

 No nos dejemos engañar más por estos predicadores de tres al cuarto, que lo único que pretenden, es cargar sobre las espaldas de los más desfavorecidos, los costes de la crisis económica, tal y como hicieron en el 2007. La actual generación de los españoles, es ya una de las mejor preparadas para no picar los perversos anzuelos, que el llamado Trío de Colón, nos tira uno tras otro para ver si picamos y nos dejamos engatusar para que renunciemos a uno de los bienes más preciados que hemos conquistado como es el de la verdadera Libertad.

 

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