lunes, 3 de noviembre de 2014

EL TANCREDISMO COMO FÓRMULA POLÍTICA




En verdad amigos les digo, que si hace 30 años, en los albores de la democracia recuperada alguien me hubiera dicho que llegaríamos a normalizar el tancredismo como fórmula política de gobernar nuestro país hubiera tratado de loco a quien tal pronóstico planteara, y sin embargo hoy me encuentro en España, con un presidente que se limita a ponerse totalmente inmóvil mientras el morlaco de los problemas, embiste a uno y a otro destrozando el país entero sin que nadie apunte siquiera la más mínima solución.

La corrupción que está cercando al Partido Popular por sus cuatro costados, no merece otro comentario del presidente y su equipo de gobierno que rebuscar en las filas de la oposición y sus hasta ayer tradicionales aliados de CiU, toda la porquería que puede en una especie de “y tu más” que acaba por degradar la imagen pública de las instituciones democráticas de nuestro país.

Instituciones que por otro lado, también han visto deteriorar su prestigio y neutralidad, cuando por parte del Partido Popular se han impuesto sus altos cargos la condición de militantes o gente de reconocida afinidad a la derecha conservadora española. Como es el caso del Tribunal Constitucional.

Tampoco se decide mover un músculo Don Mariano, cuando el Tribunal Supremo y el Poder Judicial, toma decisiones a todas luces injustas, apartando jueces que haciendo gala de neutralidad han osado, investigar con cierta celeridad casos de corrupción como el Gürtel o el fraude de Caja Madrid, cuando esto afecta a personajes relevantes relacionados con la cúpula del Partido Popular.

Impertérrito el presidente soporta, quizás por la confianza que le da el apoyo de la judicatura a su formación, graves acusaciones contra su persona de haber cobrado sobresueldos no declarados a la hacienda pública, por valor de 1,5 millones de euros, en los últimos años de su carrera política.

Soporta también sin tomar medida alguna, la funesta gestión de sus ministros y cargos de gobiernos autonómicos de su propio partido, como el reciente del Ébola, donde hoy nadie comprende que Ana Mato ministra de Sanidad y Javier Rodriguez Consejero de Sanidad de la CA de Madrid, sigan en sus puestos después de haber fracasado rotundamente en su gestión.

Su irresponsable actitud ante un problema de secesión territorial como el que se plantea en Cataluña, es quizás donde más se ha puesto de relieve la vocación de Don Tancredo de Mariano Rajoy, pues cree que escondido tras un burladero de papel, espera que el toro mire hacia el lado de la justicia, cuando la verdadera solución todo el mundo sabe que se encuentra en la política. Tan seguro se encuentra detrás del débil burladero que incluso pretende que el TC impugne un referendo que no es tal, sino una especie de manifestación, o concentración, que ni los propios convocantes le dan otro valor que él de una encuesta, pensando que así conseguirá despistar al astado, cuando lo que en realidad conseguirá es que este le pille de lleno.

La tardanza en reaccionar frente a los casos de corrupción que afectan a los más destacados dirigentes del PP, frente a la diligencia que Pedro Sánchez emplea con los suyos, está logrando lo que parecía imposible hace tan solo unos meses y es que los ciudadanos le pierdan todo el respeto y la credibilidad, considerándolo el peor gobernante español de la recuperada democracia. No salvándole ni tan solo, unos cuantos datos macroeconómicos favorables, pues el 90% de los electores tienen serias sospechas que hayan sido manipulados.

En la Plaza ya ha sonado el clarín y el espectáculo de Don Tancredo toca a su fin, las últimas encuestas, relegan al PP a la tercera posición en unas elecciones generales y ya empiezan a escucharse en el partido de la derecha española, voces pidiendo la cabeza de Mariano y el fin del tancredismo que amenaza con acabar con todos ellos. Pues ni las mentiras sobre una recuperación económica que nadie percibe realmente, han podido tapar las vergüenzas de un gobernante, que confía en que el tiempo le arreglará los problemas.

Rajoy y el Partido Popular, son una formación acabada políticamente que teniéndolo todo a favor, por ineficacia, cobardía y mala gestión, en definitiva por no hacer nada, para no equivocarse, le han impedido esquivar las estocadas, dejándolo a  punto para el descabello.

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