Quizás porque el televisivo debate Rubalcaba Rajoy del pasado lunes día 7 ha representado un cierto punto de inflexión, o porque los acontecimientos en Europa estos últimos días, (Grecia e Italia), han removido conciencias. A mi modo de ver, lo cierto es que del desinterés generalizado, del dar el resultado ya dictado por anticipado, y concentrar las dudas entre si Rajoy obtendría o no la mayoría absoluta, hemos pasado a un, queda partido por jugar y las sorpresa aún puede darse.
Si bien una buena parte de los medios de comunicación dieron a Rajoy como ganador del debate por la mínima, la percepción de muchos ciudadanos de a pié, entre los que me incluyo, fue precisamente la contraria, Rubalcaba goleó a un Rajoy que en ningún momento fue capaz de salir de su área.
Leyendo para no equivocarse, el candidato de la derecha no supo en ningún momento impedir que el socialista colocara su mensaje de un concreto programa que nos ha de permitir salir incluso más fortalecidos de la crisis económica.
Doce millones de personas vieron el cara cara, que estoy seguro convendrán conmigo, en que la imagen de Rajoy en algunos momentos resultaba patética, en particular cuando el socialista ponía en evidencia la in concreción de sus propuestas y ponía sobre la mesa la realidad de su significado. Rebaja en las prestaciones de desempleo, desmontaje del sistema público de sanidad y educación desde las administraciones autonómicas competentes en la materia, revisión del sistema de pensiones cada dos años, cuestión que lleva implícita una rebaja directa o indirecta de las mismas. Por cierto, después que en el debate Don Mariano se desgañitara, diciendo que el no congelaría las pensiones, dos días más tarde en una entrevista en el diario La Razón, manifestaba que no seria de su agrado, tener que rebajar las pensiones; o sea que de ninguna de las maneras descarta esta posibilidad.
También deberán convenir conmigo, una buena parte de los 12 millones de personas que vieron el debate que en ningún momento se pudo aclarar una sola propuesta concreta del programa popular, a parte de las dos o tres que el candidato Rubalcaba señaló, y donde el candidato popular puso cara de asombro, demostrando fehacientemente que no sabia ni su propio programa y mucho menos el trasfondo de algunas de la inconcretas propuestas. Tan solo la perogrullada que para salir de la crisis es necesaria la creación de empleo y situarnos en posición de crecimiento económico, que además dejó ahí, sin concretar la más mínima razón de cómo pensaba hacerlo, fue la única cosa positiva que puso sobre la mesa.
La audiencia pudo comprobar de primera mano, como la falta de propuestas, o como muchos pensamos, que la impopularidad de las mismas son las que le impiden detallarlas con claridad, condujeron al candidato derechista al terreno de descalificar al adversario, como si fuera el único i directo responsable de la crisis económica en nuestro país, lo que dio oportunidad al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba de situar al Partido Popular, con la promulgación de la ley del suelo en los 8 años de Aznarato, como responsable de la creación de una inmensa burbuja inmobiliaria, el estallido de la cual aumentó en más de dos millones las listas de desempleados en nuestro país; además de poder justificar como muy bien hizo Rubalcaba, las medidas que el actual gobierno socialista se ha visto obligado a tomar.
El pasado fin de semana, o sea cinco días después del debate, las encuestas y los opinadotes mediáticos, siguen pronosticando la victoria del PP por mayoría absoluta, aunque yo, y otros muchos, empezamos a intuir un cierto cambio en las tornas, y que el resultado va a ser muy, pero que muy ajustado, cuando muchos de los llamados indecisos y otros ya decididos, empiezan a darse cuenta que la base que predica Rajoy, que con un simple cambio de caras se restablece la confianza de los mercados, está resultando fallida; pues si en Grecia e Italia, ni con gobiernos no electos, con mandatarios del pleno agrado de los mercados, logran que la prima de riesgo baje lo más mínimo, como va a bajar la prima en España con mariano al frente?
Nada amigos, el próximo domingo, por el bien de España, y de cada uno de la inmensa mayoría de españoles que nos cuesta llegar a fin de mes votemos todos por Alfredo Pérez Rubalcaba, el de las ideas claras y que hasta hoy no nos ha engañado.
Si bien una buena parte de los medios de comunicación dieron a Rajoy como ganador del debate por la mínima, la percepción de muchos ciudadanos de a pié, entre los que me incluyo, fue precisamente la contraria, Rubalcaba goleó a un Rajoy que en ningún momento fue capaz de salir de su área.
Leyendo para no equivocarse, el candidato de la derecha no supo en ningún momento impedir que el socialista colocara su mensaje de un concreto programa que nos ha de permitir salir incluso más fortalecidos de la crisis económica.
Doce millones de personas vieron el cara cara, que estoy seguro convendrán conmigo, en que la imagen de Rajoy en algunos momentos resultaba patética, en particular cuando el socialista ponía en evidencia la in concreción de sus propuestas y ponía sobre la mesa la realidad de su significado. Rebaja en las prestaciones de desempleo, desmontaje del sistema público de sanidad y educación desde las administraciones autonómicas competentes en la materia, revisión del sistema de pensiones cada dos años, cuestión que lleva implícita una rebaja directa o indirecta de las mismas. Por cierto, después que en el debate Don Mariano se desgañitara, diciendo que el no congelaría las pensiones, dos días más tarde en una entrevista en el diario La Razón, manifestaba que no seria de su agrado, tener que rebajar las pensiones; o sea que de ninguna de las maneras descarta esta posibilidad.
También deberán convenir conmigo, una buena parte de los 12 millones de personas que vieron el debate que en ningún momento se pudo aclarar una sola propuesta concreta del programa popular, a parte de las dos o tres que el candidato Rubalcaba señaló, y donde el candidato popular puso cara de asombro, demostrando fehacientemente que no sabia ni su propio programa y mucho menos el trasfondo de algunas de la inconcretas propuestas. Tan solo la perogrullada que para salir de la crisis es necesaria la creación de empleo y situarnos en posición de crecimiento económico, que además dejó ahí, sin concretar la más mínima razón de cómo pensaba hacerlo, fue la única cosa positiva que puso sobre la mesa.
La audiencia pudo comprobar de primera mano, como la falta de propuestas, o como muchos pensamos, que la impopularidad de las mismas son las que le impiden detallarlas con claridad, condujeron al candidato derechista al terreno de descalificar al adversario, como si fuera el único i directo responsable de la crisis económica en nuestro país, lo que dio oportunidad al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba de situar al Partido Popular, con la promulgación de la ley del suelo en los 8 años de Aznarato, como responsable de la creación de una inmensa burbuja inmobiliaria, el estallido de la cual aumentó en más de dos millones las listas de desempleados en nuestro país; además de poder justificar como muy bien hizo Rubalcaba, las medidas que el actual gobierno socialista se ha visto obligado a tomar.
El pasado fin de semana, o sea cinco días después del debate, las encuestas y los opinadotes mediáticos, siguen pronosticando la victoria del PP por mayoría absoluta, aunque yo, y otros muchos, empezamos a intuir un cierto cambio en las tornas, y que el resultado va a ser muy, pero que muy ajustado, cuando muchos de los llamados indecisos y otros ya decididos, empiezan a darse cuenta que la base que predica Rajoy, que con un simple cambio de caras se restablece la confianza de los mercados, está resultando fallida; pues si en Grecia e Italia, ni con gobiernos no electos, con mandatarios del pleno agrado de los mercados, logran que la prima de riesgo baje lo más mínimo, como va a bajar la prima en España con mariano al frente?
Nada amigos, el próximo domingo, por el bien de España, y de cada uno de la inmensa mayoría de españoles que nos cuesta llegar a fin de mes votemos todos por Alfredo Pérez Rubalcaba, el de las ideas claras y que hasta hoy no nos ha engañado.
Intento ser lo más objetiva posible, pero no me queda más remedio que compartir contigo todo lo que dices en tu artículo. No entiendo el resultado de las encuestas cuando la gente de la calle vio lo que vimos los dos. No obstante creo recordar que en el 96 las encuesta le daba al PP 19 puntos por encima del PSOE y luego hubo un empate. yo personalmente no me creo mucho lo de las encuestas. Tendremos que esperar al domingo y espero que los ciegos recuperen su ceguera porque cómo bien dices Rajoy dio una imagen patética por no decir otra cosa.
ResponderEliminarcompletamente de acuerdo. Rajoy resultó patético.
ResponderEliminarDe acuerdo total con Mª Carmen.
ResponderEliminarLo que se vio se vio. Y se escuchó. Lo que digan los voceros a mí no me interesa.
Y lo que no dice el señor Rajoy, menos
Mª Pilar Blanco Unzué
wwwsieteblancos.blogspot.com
Que alegría, yo pensando: pero que es el lo que ha visto España???? lo mismo que yo seguro que no, la prensa ya estaba vendida con anterioridad, ya estaba todo escrito y publicado antes del cara a cara.
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