Después que el Banco Central Europeo, tomase la sabia decisión de defender Italia y España de una de las escaramuzas que los llamados mercados vienen provocando estos días en su guerra contra el euro, comprando masivamente bonos de deuda de estos dos países, por el importe jamás alcanzado de 22.000 millones de euros, y después que comenzaran a a circular insistentes rumores sobre una rebaja en la cualificación de la deuda francesa, por parte de estos entes omnipotentes denominados Agencias de Calificación. Don Nicolás llamó con carácter de urgencia a Doña Ángela, buscando el amparo de la única economía europea que parece a salvo, de momento, de los virulentos ataques de esta guerra por el poder mundial que parece no tener fin, por lo menos a la vista. La Grandeur de la France en peligro y con ello el riesgo para el cuello de don Nicolás.
Mientras Doña Ángela se hacia la remolona, los expertos del viejo continente, incluido el gran empresariado alemán, empezaron a opinar públicamente que ya iba siendo hora de parar los pies a los especuladores y que la única manera de conseguirlo era reforzando la Unión Europea, en base a la solidaridad entre países miembros, y se empezó a hablar seriamente de los Eurobonos, como una manera de evitar la especulación sobre la deuda soberana de los países miembros, solución que además obligarla a avanzar hacia un gobierno económico y una política fiscal únicos, para todos los miembros de la llamada zona euro; de hecho una cuestión que ya debería haberse planteado en el mismo momento de la creación de la moneda única.
De golpe y porrazo se hace público un dato que puede poner en cuestión si la política hasta ahora seguida por Doña Ángela es efectiva, cuando resulta que el crecimiento de la economía germana es prácticamente cero, dato que acompañado de la desconfianza creciente en la economía americana, provoca el hundimiento de los mercados de valores de Europa y Estados Unidos.
Doña Ángela deja de remolonear y se entrevista con Don Nicolás, después, claro está, que este se calzara sus zapatos de tacón alto, para estar a la altura de la teutona y de la reunión de urgencia, sale el único acuerdo posible entre dos líderes neoliberales y nacionalistas, que consisten en imponer deberes a todo el mundo, con amenazas de cerrar el grifo a quien no cumpla, rechazar por completo el tema del Eurobono y dar a los expertos y colectivos empresariales el caramelito de prometer un tímido paso hacia un gobierno, económico única en la UE.
Don Nicolás, que ve alejarse el peligro del cambio de calificación de su deuda pública, por cierto al igual que la alemana muy superior en porcentaje sobre el PIB a la Española, vuelve a sentirse líder europeo y Doña Ángela con las medidas propuestas, que repito comprometen a toda la UE menos a Alemania, consigue que la prensa se olvide del terrible dato macroeconómico que cuestiona su política, aunque no lo consigue por parte de los especuladores que siguen con la baja continua en las bolsas, acelerando el paso hacia una recesión en las hasta hoy potencias económicas.
¿Como pueden pretender Doña Ángela y Don Nicolás que creamos en la efectividad de un gobierno económico europeo, que presidirá un personaje no electo como Van Rompuy? ¿Cómo pueden pretender creamos se puede dirigir una compleja economía europea de 25 miembros, 17 de ellos con una moneda única, con distintas valoraciones para la deuda de cada uno de ellos, reuniéndose tan solo dos veces al año? Y lo peor, ¿Como pretenden nos creamos que con ello van a meter en vereda estos especuladores desmadrados?
Los empresarios alemanes y muchos expertos consideran que va a salirles mucho más barato la creación de un Eurobono aunque a ellos les signifique pagar de entrada algo más de intereses, que no seguir con la incertidumbre actual y tener que pagar una y otra vez para el rescate de países en defensa del Euro. Pero ya lo ven amigos, Doña Ángela y Don Nicolás, prefieren jugar con el riesgo de una recesión de grueso calibre que no ceder algo de soberanía y así amigos, es del todo imposible construir la Europa Unida que soñaron los Konrad Adenauer, Henri Spaak, Joseph Bech, Antonio Segni, Christian Pinaud y Joseph Luns, cuando el 25 de marzo de 1957, estampaban su firma en el Tratado de Roma.
Mientras Doña Ángela se hacia la remolona, los expertos del viejo continente, incluido el gran empresariado alemán, empezaron a opinar públicamente que ya iba siendo hora de parar los pies a los especuladores y que la única manera de conseguirlo era reforzando la Unión Europea, en base a la solidaridad entre países miembros, y se empezó a hablar seriamente de los Eurobonos, como una manera de evitar la especulación sobre la deuda soberana de los países miembros, solución que además obligarla a avanzar hacia un gobierno económico y una política fiscal únicos, para todos los miembros de la llamada zona euro; de hecho una cuestión que ya debería haberse planteado en el mismo momento de la creación de la moneda única.
De golpe y porrazo se hace público un dato que puede poner en cuestión si la política hasta ahora seguida por Doña Ángela es efectiva, cuando resulta que el crecimiento de la economía germana es prácticamente cero, dato que acompañado de la desconfianza creciente en la economía americana, provoca el hundimiento de los mercados de valores de Europa y Estados Unidos.
Doña Ángela deja de remolonear y se entrevista con Don Nicolás, después, claro está, que este se calzara sus zapatos de tacón alto, para estar a la altura de la teutona y de la reunión de urgencia, sale el único acuerdo posible entre dos líderes neoliberales y nacionalistas, que consisten en imponer deberes a todo el mundo, con amenazas de cerrar el grifo a quien no cumpla, rechazar por completo el tema del Eurobono y dar a los expertos y colectivos empresariales el caramelito de prometer un tímido paso hacia un gobierno, económico única en la UE.
Don Nicolás, que ve alejarse el peligro del cambio de calificación de su deuda pública, por cierto al igual que la alemana muy superior en porcentaje sobre el PIB a la Española, vuelve a sentirse líder europeo y Doña Ángela con las medidas propuestas, que repito comprometen a toda la UE menos a Alemania, consigue que la prensa se olvide del terrible dato macroeconómico que cuestiona su política, aunque no lo consigue por parte de los especuladores que siguen con la baja continua en las bolsas, acelerando el paso hacia una recesión en las hasta hoy potencias económicas.
¿Como pueden pretender Doña Ángela y Don Nicolás que creamos en la efectividad de un gobierno económico europeo, que presidirá un personaje no electo como Van Rompuy? ¿Cómo pueden pretender creamos se puede dirigir una compleja economía europea de 25 miembros, 17 de ellos con una moneda única, con distintas valoraciones para la deuda de cada uno de ellos, reuniéndose tan solo dos veces al año? Y lo peor, ¿Como pretenden nos creamos que con ello van a meter en vereda estos especuladores desmadrados?
Los empresarios alemanes y muchos expertos consideran que va a salirles mucho más barato la creación de un Eurobono aunque a ellos les signifique pagar de entrada algo más de intereses, que no seguir con la incertidumbre actual y tener que pagar una y otra vez para el rescate de países en defensa del Euro. Pero ya lo ven amigos, Doña Ángela y Don Nicolás, prefieren jugar con el riesgo de una recesión de grueso calibre que no ceder algo de soberanía y así amigos, es del todo imposible construir la Europa Unida que soñaron los Konrad Adenauer, Henri Spaak, Joseph Bech, Antonio Segni, Christian Pinaud y Joseph Luns, cuando el 25 de marzo de 1957, estampaban su firma en el Tratado de Roma.
Si soy sincera me pierdo mucho en los temas de macroeconomía, pero lo que es evidente que los demás miembros parecen marionetas de estos dos ( que sólo les faltaron comerse la boca con tal de llegar a buen puerto, digo a a buen pacto) , y no reaccionan o al menos es la sensación que a mí me da. Yo sí creo en Europa unida, pero con dirigentes como estos, la UE se puede ir cuando menos lo esperemos a la mier...
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