Poco a poco y casi sin eco mediático alguno, los últimos campamentos de indignados han ido despareciendo de la toda la geografía hispana, dejando tan solo un recuerdo de amor odio, en función de si el ciudadano es de izquierdas o derechas.
Si es verdad que han conseguido despertar en los líderes socialistas, una cierta preocupación por la actitud que frente a la crisis han tomado y que ha sido bastante coincidente con el neoliberalismo imperante en toda Europa. Nuevos gestos se adivinan en el socialismo español, traducidos en propuestas de aumentar la fiscalidad sobre los directivos bancarios, que hayan o no recibido ayudas públicas, son los máximos responsables del hinchado de la burbuja inmobiliaria cuyo estallido, nos ha procurado los males actuales; propuestas en el sentido que en muchos casos la dación del piso signifique la cancelación de la deuda; o la de subir la cantidad mínima de ingresos para que se pueda proceder a embargos; nos hacen pensar que algo se está moviendo en Ferraz y que las reivindicaciones de los indignados, tan criminalizadas desde la derecha, hasta el punto que en Cataluña les lanzaron encima los antidisturbios, como si de una banda de gamberros se tratara., no han caído en saco roto, pues desde el PSOE parece que con matices se van a enarbolar como bandera.
Las bases del socialismo francés, ya hace un tiempo elaboraron un documento donde se las salidas de la crisis se plantean por el lado izquierdo, documento que debe ser aceptado por el líder, sea quien sea, logre salir triunfante de esta especie de guerra cainita donde se encuentran metidos.
En Italia, la era Berlusconni está tocando a su fin, y con ello las posibilidades de la izquierda de recuperar el gobierno están cada vez más cerca; una izquierda que deberá replantearse firmemente soluciones que le permitan salir del empantano de una deuda pública muy por encima de lo que se podría considerar normal.
Lo malo es que todas estas tímidas esperanzas, no parecen suficientes para levantar el ánimo de una población de jóvenes y adultos, muchos de ellos en posiciones casi desesperadas, casi a punto de caer en la exclusión social; o un colectivo de inmigrantes que hasta hoy han trabajado honradamente y en situación de legalidad, y que ven como por una ley de extranjería excesivamente dura, son despojados de su situación de legalidad por la pérdida del puesto de trabajo, y amenazados por un racismo galopante que desde la derecha más excluyente y retrógrada de Europa se promueve como cortina que oculta los errores que sus fieles adeptos han cometido y que nos han conducido a este desastre.
Somos muchos, por no decir todos que nos gustaría oír por parte de los líderes políticos, sobre todo de izquierdas, que ya hemos tocado fondo con los recortes, que a partir de este punto, las facturas a pagar se cargaran sobre las espaldas de los que más tienen, y que se apuesta por volver al crecimiento económico, potenciado y muy controlado desde el sector público. Que no vamos a privatizar nada más, ni tan solo las loterías del estado, más bien al contrario pondremos las bases para lograr un sector público fuerte, en base a empresas de economía social, donde más que el beneficio económico prevalga la rentabilidad sobre el capital humano.
El primer discurso de Rubalcaba como candidato del PSOE a las próximas elecciones generales, nos abre un hilo de esperanza al confirmar, no solo el giro a la izquierda de la política del PSOE, si no que además hace un guiño a la posibilidad de iniciar dentro del partido, el debate de una propuesta de reforma de la democracia que la haga más actual y participativa.
Ya iba siendo hora que un partido político, cogiera el testigo de la que se ha venido en llamar revolución española de los indignados; ya iba siendo hora que por fin alguien nos devolviera la esperanza de futuro próspero y solidario y no del de la indignidad que predica el Partido Popular, y sus acólitos como el PNV y CiU.
Si es verdad que han conseguido despertar en los líderes socialistas, una cierta preocupación por la actitud que frente a la crisis han tomado y que ha sido bastante coincidente con el neoliberalismo imperante en toda Europa. Nuevos gestos se adivinan en el socialismo español, traducidos en propuestas de aumentar la fiscalidad sobre los directivos bancarios, que hayan o no recibido ayudas públicas, son los máximos responsables del hinchado de la burbuja inmobiliaria cuyo estallido, nos ha procurado los males actuales; propuestas en el sentido que en muchos casos la dación del piso signifique la cancelación de la deuda; o la de subir la cantidad mínima de ingresos para que se pueda proceder a embargos; nos hacen pensar que algo se está moviendo en Ferraz y que las reivindicaciones de los indignados, tan criminalizadas desde la derecha, hasta el punto que en Cataluña les lanzaron encima los antidisturbios, como si de una banda de gamberros se tratara., no han caído en saco roto, pues desde el PSOE parece que con matices se van a enarbolar como bandera.
Las bases del socialismo francés, ya hace un tiempo elaboraron un documento donde se las salidas de la crisis se plantean por el lado izquierdo, documento que debe ser aceptado por el líder, sea quien sea, logre salir triunfante de esta especie de guerra cainita donde se encuentran metidos.
En Italia, la era Berlusconni está tocando a su fin, y con ello las posibilidades de la izquierda de recuperar el gobierno están cada vez más cerca; una izquierda que deberá replantearse firmemente soluciones que le permitan salir del empantano de una deuda pública muy por encima de lo que se podría considerar normal.
Lo malo es que todas estas tímidas esperanzas, no parecen suficientes para levantar el ánimo de una población de jóvenes y adultos, muchos de ellos en posiciones casi desesperadas, casi a punto de caer en la exclusión social; o un colectivo de inmigrantes que hasta hoy han trabajado honradamente y en situación de legalidad, y que ven como por una ley de extranjería excesivamente dura, son despojados de su situación de legalidad por la pérdida del puesto de trabajo, y amenazados por un racismo galopante que desde la derecha más excluyente y retrógrada de Europa se promueve como cortina que oculta los errores que sus fieles adeptos han cometido y que nos han conducido a este desastre.
Somos muchos, por no decir todos que nos gustaría oír por parte de los líderes políticos, sobre todo de izquierdas, que ya hemos tocado fondo con los recortes, que a partir de este punto, las facturas a pagar se cargaran sobre las espaldas de los que más tienen, y que se apuesta por volver al crecimiento económico, potenciado y muy controlado desde el sector público. Que no vamos a privatizar nada más, ni tan solo las loterías del estado, más bien al contrario pondremos las bases para lograr un sector público fuerte, en base a empresas de economía social, donde más que el beneficio económico prevalga la rentabilidad sobre el capital humano.
El primer discurso de Rubalcaba como candidato del PSOE a las próximas elecciones generales, nos abre un hilo de esperanza al confirmar, no solo el giro a la izquierda de la política del PSOE, si no que además hace un guiño a la posibilidad de iniciar dentro del partido, el debate de una propuesta de reforma de la democracia que la haga más actual y participativa.
Ya iba siendo hora que un partido político, cogiera el testigo de la que se ha venido en llamar revolución española de los indignados; ya iba siendo hora que por fin alguien nos devolviera la esperanza de futuro próspero y solidario y no del de la indignidad que predica el Partido Popular, y sus acólitos como el PNV y CiU.
Pensaba hacer un escrito parecido en mi blog. Ahora me faltan las ideas.
ResponderEliminarEstoy con Rubalcaba, e ilusionada de volver a nuestras raíces de izquierdas. No por eso voy a criticar la política de ZP en general, porque cuando no hay problemas gobernar es muy fácil. En los momentos difíciles es cuando hay que demostrarlo, y lo he dicho muchas veces y lo vuelvo a repetir, ZP algún día pasará a la historia como el político que hizo las leyes más progresistas que se han hecho en este país, y más de uno reconocerán que los recortes que ha tenido que hacer (aunque comparto algunos e hubiera hecho otros), ha demostrado ser una persona responsable que por encima de los votos estaba el sacar su país para adelante, como cualquier familia hace con la economía de su casa. Tomamos medidas que no nos gustan pero no tenemos más remedio.
En cuanto a Rubalcaba, me ha encantado volver a oír lo que nos faltaba, un discurso de izquierda, nunca debemos perder el norte, que no se nos olvide somos del partido socialista OBRERO español.