lunes, 19 de abril de 2010

LAS DOS GOTAS QUE COLMAN EL VASO


Los enemigos de la democracia en nuestro país, todos aquellos que nunca han querido ni quieren romper con nuestro próximo pasado y que gracias al pacífico espíritu de la mayoría del pueblo español, que huye del enfrentamiento violento como si de la peste se tratara; han conseguido copar el tercer poder del estado, el judicial; en base a un corporativismo casi delictivo, les ha permitido en parte, hacer válida aquella proposición de Lampedusa en el Gatopardo: de “cambiar algo, para que nada cambie”.

El penoso espectáculo del tribunal supremo estos días, con los procesos al juez Garzón, fundamentalmente porqué osó meter mano en el tema, según parece para ellos tabú, de investigar los crímenes del franquismo, es la primera gota que ha empezado a derramar el vaso del desprestigio de nuestro sistema democrático, que a ojos de los ciudadanos, se revela muy poco efectivo a la hora de tomar serias medidas para autoprotegerse.

La segunda gota, la ha derramado el Tribunal Constitucional, un organismo si bien formado por jueces, no se puede considerar perteneciente al poder judicial, si no que depende pura y simplemente del poder legislativo, (el parlamento) que es el encargado de proceder en los plazos predeterminados a su renovación.

Siete de sus doce miembros, deberían haber cesado, entre ellos la presidenta y ser substituidos hace más de dos años, ni siquiera a otro que falleció se le ha encontrado recambio. En esta situación totalmente paradójica en cualquier democracia que se precie, el altísimo tribunal, se ha mostrado totalmente incapaz después de cuatro años de deliberaciones y cinco proyectos de sentencia presentados; de acordar la constitucionalidad de una ley orgánica y fundamental, como el nuevo estatuto de autonomía de Cataluña; aprobado previamente por dos parlamentos, el autonómico y el central, después de haber superado los perceptivos trámites de las comisiones de constitucionalidad del Parlament de Catalunya, del Congreso de los Diputados y del Senado, y ser ratificado en referéndum por una mayoría del pueblo de Cataluña.

Dos vasos derramados, que representan un grave quebranto en la confianza que los ciudadanos deben tener en las instituciones del régimen de libertades por el que nos regimos todos los españoles y un triunfo para todos aquellos que no se han sentido nunca cómodos en un estado de derecho, pues han visto reducidos extraordinariamente los privilegios que gozaron en tiempos autárquicos.

La enésima sandez de Don Mariano, la estamos escuchando estos días, cuando nos dice que la renovación ahora, del Tribunal Constitucional que lleva ya tres años de retraso, seria como lanzar un torpedo a la línea de flotación de la institución, cuando la verdad es que su continuado bloqueo a la renovación, con el fin de no perder cuota de poder, y la presentación por parte del Partido Popular, del recurso en contra del estatuto de Cataluña, ha abierto innumerables vías de agua en el casco de una institución a la que le costará ímprobos esfuerzos, recuperar la imprescindible confianza de los ciudadanos. Después del bochornoso espectáculo que en los últimos meses han dado filtrando las sentencias antes de tiempo y mostrando sin pudor alguno, la alineación de algunos de sus miembros, con las tesis más reaccionarias del abanico ideológico.

¿No son andanadas en la línea de flotación del sistema judicial las que lanza mariano y sus muchachos, cuando amparan y cubren las fechorías de Carlos Fabra, Francisco Camps, etc. en connivencia con algunos destacados miembros del poder judicial?

Creo llegado el momento de decir basta, el vaso de la paciencia de los auténticos demócratas ya rebosa por los cuatro costados y al igual que en unos momentos determinados se consiguió depurar un cuerpo tan vinculado a la dictadura, como era el ejercito y las fuerzas de orden público, hoy por pura y simple higiene y a fin de defender el estado de las libertades, debemos sin demora proceder al saneamiento del estamento judicial, antes que sea demasiado tarde y la falta total de confianza, acabe por hundir el sistema, para regocijo de muchos de los que rodean a Don Mariano.

1 comentario:

  1. Estic totalment d'acord amb tu, Enric. M'ha semblat un article brillant.

    La societat civil s'hauria de mobilitzar urgentment contra aquesta descarada manipulació de la justicia perque estan trencant la (poca/molta) confiança que encara teniem dipositada en ells.

    Salut!
    Fran Gómez
    1er Secretari
    JSC Badalona

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