Empiezo a escribir
esta nota, justo cinco días antes de terminar el fatídico año 2014, año en el
que por un lado, el gobierno de la derecha más cavernícola de Europa, pretende
seguir engañando a los ciudadanos, con una especie de milagrosa recuperación
económica, imperceptible por los trabajadores y la clase media, y por otro a
estos mismos se nos despierta de nuevo la esperanza, con un PSOE totalmente
renovado, que reconociendo errores del pasado, elabora un programa coherente en
el que se habla de blindar constitucionalmente los derechos sociales
adquiridos, con esfuerzo y tenacidad, en el período constitucional y de estado
de derecho que empezó en 1978.
Pienso que ahora
cuando se abre la esperanza en un 2015, donde unas elecciones municipales y
autonómicas pueden, no solo cambiar substancialmente el mapa político en España
y acabar precipitando el fin de una desgraciada legislatura, con mayoría
absoluta del Partido Popular; es un buen momento para la reflexión sobre los
errores que la socialdemocracia, cometió en nuestro país, y que nos han
desembocado a la situación actual, con el fin de enmendarlos y no repetirlos.
El socialismo
democrático, llamado comúnmente socialdemocracia, intenta desde su origen,
congeniar la existencia de un sector público potente, con una sector privado,
sometido a unas reglas de corte democrático, privando siempre el interés
colectivo sobre el interés particular. Desde el final de la segunda guerra
mundial y hasta la caída del muro de de Berlín, en la Europa democrática, la
estrategia había funcionado con notable éxito, consiguiendo un alto nivel de
vida de la colectividad que modernamente hemos convenido en llamar estado del
bienestar. Por razón del período de cruel dictadura al que España se vio
sometida entre 1939 y 1978, en nuestro país, el estado del bienestar no se
comienza a construir efectivamente hasta la llegada del PSOE al poder en 1982,
cuando se empieza de verdad a establecerse una sanidad y una educación públicas
de alta calidad.
A partir de la década
de los noventa, con la llamada revolución neocon que lideran Ronald Reegan y
Margaret Tatcher, se revierte un gran cambio en Europa y el mundo entero,
denominado globalización del capital, por el que unos pocos privilegiados,
consiguen mediante la especulación a gran escala, una acumulación de dinero
tal, que les permite disponer de la voluntad de los gobiernos, endeudados con
ellos, hasta el extremo de acabar con todas las regulaciones y conseguir
imponer por la fuerza su voluntad soberana sobre las vidas y haciendas de los
ciudadanos, dejando el poder democrático en una simple anécdota.
En la España de la
segunda mitad de los 13 años de gobierno de Felipe González, se empieza a notar
lo que no se hizo, en los primeros años, pues, si bien se afrontó con decisión,
una imprescindible reconversión de una economía obsoleta, propia de un período
autárquico, en una adecuada a los nuevos tiempos dentro de un entonces Mercado
Común Europeo, no fuimos capaces de rematarla con éxito, al no encontrar una
base sólida donde basarla, y permitir que se iniciara el camino de las burbujas
especulativas, particularmente en el sector inmobiliario, con la poca visión
además de no blindar el estado del bienestar en una reforma constitucional, con
el fin de conseguir, que la crisis consecuente con el fin de la especulación no
la tuvieran que soportar exclusivamente los trabajadores.
A continuación Aznar,
como consecuencia de su ideología no hace otra cosa que incrementar el camino
especulativo, vendiéndolo como logro económico, cuando todo el mundo sabe que
es pan para hoy y hambre para mañana. El gobierno de J.L. Rodriquez Zapatero,
quizás por no tener mayoría estable y depender en muchos casos de CiU, se
muestra totalmente incapaz de dar el vuelco necesario y al asomar la crisis
mundial en el 2007, pone de manifiesto con especial virulencia todas sus
miserias y la de los anteriores.
Mariano Rajoy, es
caso aparte, pues no solo no ha sabido establecer una nueva base económica, que
relance el país por la senda del progreso, en unos momentos en que todo se ha
derrumbado sino que pretende seguir
engañando al ciudadano, manteniendo la especulación como base.
Pedro Sánchez, cara
visible de un PSOE totalmente renovado, a reconocido una buena parte de los
errores cometidos por la socialdemocracia española, en los períodos que ha
gobernado y con las propuestas que hace parece dispuesto a enmendar muchos
ellos y esto es en verdad amigos lo que me hace albergar esperanzas que el año
2015, sea en verdad el año, en que una nueva era de prosperidad y justicia social,
va a establecerse en España por un largo período de tiempo.
Piensen Vds. que una
amplia victoria de la izquierda con el PSOE en cabeza en las próximas
municipales y autonómicas, podría incluso dar por finiquitada la legislatura de
Mariano Rajoy y un adelanto electoral; en este país es posible, recuerden Vds.
que el resultado de las elecciones municipales de 1931 determinaron el exilio
del rey Alfonso XIII y la proclamación de la II República.
No quiero terminar
sin desearles a Vds. una feliz entrada de año y que 2015 les depare toda suerte
de venturas i renueve sus ilusiones.