lunes, 15 de diciembre de 2014

LA REVOLUCIÓN AÚN SIN NOMBRE




Los que siguen habitualmente mis escritos, saben a ciencia cierta que yo soy de los convencido que estamos inmersos en un proceso revolucionario a escala mundial, al que todavía nadie le ha puesto nombre oficialmente, pero que algunos han convenido en llamar revolución digital, por emulación, con el anterior gran proceso revolucionario de finales del siglo XVIII, todo el XIX y una parte del XX, que se llamó, revolución industrial.

No es mi intención, emular uno y otro proceso, pues las circunstancias son del todo distintas y aunque en algunas ocasiones parece que la historia se repite, contemplados a distancia, se observan que la humanidad, o al menos hasta ahora una buena parte de ella, ha acabado progresando enormemente, cuestión totalmente incompatible con aquella lampedusiana idea que la revolución lo cambia todo para que nada cambie.

Si bien la organización social que desde la edad media había funcionado en una base económica basada en la agricultura y la artesanía, y con una estructura de gobierno, evolucionada del federalismo, donde los dirigentes se escogían entre los aristócratas; a finales del XVIII y por el hecho que la aparición de nuevas tecnologías, léase la máquina de vapor, y que la pequeña y mediana burguesía, vio en ellas la posibilidad de ganar más dinero, cambiando la organización social, en base a la creación de un concepto hasta entonces inexistente como eran las fábricas, no dudo en promover en uno de los países más avanzados de la Europa de entonces, Francia, una revolución que determinase el inicio de una nueva estructura social y donde se arrebatara el poder a la aristocracia, para ejercerlo ella directamente y conforme a sus intereses, en base a los principios de libertad igualdad y fraternidad, y estructurando la sociedad en base al concepto de estado-nacion. Proceso que se extendió por todo el orbe terminando con un sistema colonial e imperialista.

En la época actual, i después que el horror de la primera y segunda guerras mundiales, significaran a mi entender el colapso del sistema, que no fueron otras cosas que consecuencia inevitable del vano intento de unos poderosos de poner palos en las ruedas del progreso, surge de nuevo la necesidad de un nuevo salto evolutivo en la organización social, pues las nuevas tecnologías derivadas del gran cambio en las comunicaciones que determinó internet, así lo permiten y aunque como hace 250 años, surjan algunos, con ideas regresivas y en base al miedo a la novedad, que intentan revertir la situación para conservar ciertos privilegios, están condenados al fracaso más absoluto, pues como se ha demostrado en toda la historia el progreso social resulta imparable.

No soy capaz de prever el sentido de los cambios, ni creo yo que nadie pueda hacerlo con detalle suficiente, pero si estoy convencido que antes de cien años, el poder habrá cambiado de manos, y que instituciones como las religiones, incluida la iglesia católica, habrán sido reducidas a reliquias de un pasado, que jamás va a regresar; que el concepto de estado-nación como lo hemos conocido va a desaparecer de la faz de la tierra, substituido por estructuras supranacionales, potentes y capaces de establecer nuevas reglas y normas para la convivencia. Que el concepto de familia, tal i como lo entendemos hoy en día habrá pasado a la historia, y el trabajo en fábricas y oficinas va ser solo historias que los abuelo, (los niños de hoy), cuenten a sus nietos. También estoy seguro, que en un primer tiempo alguien dirá aquello que antes se vivía mejor, pero todos los estudios y las mayorías van a considerar que se ha progresado muchísimo.

Claro que también las cosas pueden torcerse, y que en lugar, de mantener los grandes valores esenciales de la libertad, la igualdad y la solidaridad, algunos de los que actualmente tienen el verdadero poder intenten de conservarlo en base a una dictadura planetaria, más o menos disimulada, intentando dominar en exclusiva estas grandes estructuras supra estatales. Cuestión que haría necesaria una sublevación de los oprimidos para restablecer una democracia de carácter social e igualitaria. Vaya una lucha de clases, con todas las de la ley

Bien amigos, dejo aquí mis elucubraciones y aprovecho la ocasión para desearles a todos una feliz Navidad y un próspero año nuevo.

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