En los círculos
políticos, este año 2015, nadie habla de vacaciones, parece ser como sí les
hubieran entrado unas ansias locas de trabajar, como si en ello les fuera la
vida. Rajoy y sus adláteres en el gobierno, parece que pretenden aprobar más
leyes de aquí a Noviembre que en todo el resto de la legislatura, en un afán de
dejarlo todo atado y bien atado, por si el pueblo que es muy voluble, opta por
mandarlos una buena temporada a la oposición.
Como contrapartida,
en el PSOE tampoco se descansa, pues deben planificar el sistema de derogación
de estas leyes y algunas otras ya aprobadas, en el mínimo espacio de tiempo
posible si el pueblo español, tiene a bien en concederles cuatro años en el
gobierno del estado, en las próximas elecciones en Noviembre o Diciembre.
En Cataluña, tampoco
está el horno para bollos y los independentistas, afilan sus estrategias, para
conseguir el 27 S, una mayoría
suficiente, o sea no muy ajustada, para que les permita contravenir todo el
orden establecido, erogándose el mandato popular. Alicia Sánchez Camacho pide
el relevo y Xavier Garcia Albiol, defenestrado alcalde de Badalona por un pacto
de izquierdas, ya se ve investido por el sagrado dedo Mariano, y aspirando a
presidir la Generalitat de Cataluña, cuestión que aunque suene a broma, es bien
posible, si se decide aplicar el 155 de la Carta Magna, interviniendo la
autonomía Catalana y el Estado en sus atribuciones lo nombra presidente.
Pablo Iglesias cierra
la organización interna de su formación, y se empieza a mojar en algunos
asuntos, dejando a un lado su tradicional indefinición, como por ejemplo, cuando
ha dicho que no considera sean solo los catalanes quienes deban decidir el tema
de su relación con España; con todo a los de Podemos, les sigue faltando tiempo
para conseguir subir de nuevo en las encuestas, por lo que ya se ha ordenado
suspender las vacaciones y seguir en la brega sin descanso.
Ni tan solo al Rey
Felipe VI, se le oye hablar de Marivent, o de competir en regatas de vela, sus
tensas relaciones con Artur Mas y el proyecto independentista de este, no le
deja conciliar el sueño, pues de su posición sobre la cuestión, en caso de
consumarse el órdago planteado, puede depender su futuro como monarca.
Es una lástima que
nuestros próceres renuncien al descanso anual, por cuanto este verano al calor
asfixiante, deberemos sumarle el agobiante discurso triunfalista, en parte de
Mariano, o terrorífico y agorero en otra, por si la izquierda acaba recuperando
el poder. Un discurso que muy pocos creen en su parte triunfalista, pues la
pobreza sigue lacerando a un 25 % de la sociedad, que tampoco va a poder
permitirse vacaciones pues en ello va su supervivencia.
No me negarán amigos
que resulta lamentable que en pleno siglo XXI, estemos hablando de estas
cuestiones, sin embargo forman parte de nuestra realidad cotidiana y lo más
lamentable sin embargo resulta, que ni tan solo vemos perspectivas viables de
solución a corto o medio plazo, pues el discurso: que no existe alternativa, se
ha ido consolidando día a día en nuestras mentes, hasta el punto de encender el
conformismo en algunos o la llama de la revolución en otros.
¿Seremos capaces de
rebelarnos contra la desmoralización y el sometimiento? Quizás, en este otoño
que se adivina caliente, las izquierdas entenderán que están en el mismo bando
y que el enemigo no está al lado si no enfrente y que solo desde la base social
se puede cambiar el statu-quo.
Amigos, no vamos
hacer vacaciones, pero propongámonos rentabilizar nuestro tiempo, no dejándonos
engañar por nadie, y empezando a asumir responsabilidades cada uno de nosotros
en pro de la libertad, la igualdad y la solidaridad, los grandes valores
humanistas que en este siglo XXI, deberán ser bandera en todo el planeta.