sábado, 25 de julio de 2020

NUEVAS BASES ECONÓMICAS PARA ESPAÑA

Dicen los sabios que de las crisis se sale más fortalecido, pero en el caso de España no siempre es así; y puede servir de ejemplo, la crisis del 2008, gestionada por un gobierno de derechas, totalmente incapaz de promover las reformas necesarias, para salir del atolladero de una economía basada en la especulación pura y dura. Como era el caso del ladrillo, productor de la mayor burbuja que nunca se haya visto en nuestro país, y cuyo estallido, nos hundió a la mayoría de los españoles en la miseria más absoluta, mientras el gobierno, se preocupaba solamente de rescatar a la banca, dejando a su suerte a las clases medias y bajas
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Muerto el dictador y cuando España se incorpora de pleno derecho a la comunidad internacional, con su entrada en el entonces denominado Mercado Común Europeo, allá por los años 80 del pasado siglo XX, hubo de adaptar una economía de subsistencia, podríamos decir que había caracterizado el período autárquico, a una economía competitiva con el resto del mundo, cerrando una serie de industrias poco competitivas, abriendo las puertas a la inversión extranjera y estableciendo como base, la industria turística y la construcción, por un lado y dejando que la banca absorbiera, el sector servicios esenciales, gas, electricidad, agua, telefonía, etc. Cuando Felipe González presidente socialdemócrata entonces, empezó a derivar hacia una especie de socio liberalismo, empujado por la llamada revolución neocon que Margaret Tatcher y Ronald Reegan impulsaban por todo el orbe democrático a principios del los 90 de la pasada centuria.

En el 2008 se puso de manifiesto el fracaso de la revolución neocon, en todo el planeta, la desigualdad se incrementó hasta límites insospechados y los índices de pobreza superaron el 25% no solo en España, sino en la mayoría de las democracias europeas y americanas, sin olvidar a los países africanos, que lo vieron sumados a la miseria que provocaban conflictos bélicos por el dominio de la explotación de recursos naturales. La suma de todo ello provocó el movimiento migratorio más grande en más de 100 años. Ademas que un mercado sin control alguno ensalzó la especulación pura y dura a los más altos altares del panorama económico neoliberal, creando burbujas, (recuerden las hipotecas sub prime, la quiebra de Lehman Brothers, las estafas piramidales, etc), que, con su estallido, arruinaban a mucha gente especialmente a los más débiles del escalafón social.

El gran valor de la solidaridad humana fue desprestigiado por unos medios de comunicación totalmente al servicio de las clases pudientes, del mismo modo que se sacralizó el individualismo hasta aceptar como valor indiscutible la capacidad de hundir a otro, para progresar tu. Ello trajo consigo el desvirtuar el papel de los sindicatos, situándolos al borde de la desaparición; cuando históricamente, estas entidades, han sido ejemplo de la consecución de derechos para la clase obrera, a través del esfuerzo colectivo de los propios obreros.

Hoy en España, después que la derecha se haya radicalizado por un lado, en forma de un partido de carácter ultra derechista como VOX y que la que debería representar una posición moderada, el PP, se encuentre hasta las cejas en el lodo de la corrupción, la mayoría de ciudadanos han sabido ver en un renovado PSOE la posición centrada a través de la cual, y canalizando los esfuerzos colectivos, se puedan encontrar la salida al laberinto en que nos hemos metido como sociedad.

En España no podemos seguir dependiendo económicamente de dos factores tan inestables y de empleo precario, como son el Turismo 15% de nuestro PIB, y de la construcción 14%, mientras que la industria solo representa el 5%.

En la España del siglo XXI, no podemos dejar escapar la gran oportunidad que nos brinda nuestra especial situación geográfica y climática, para liderar el gran cambio de la economía a nivel planetario, para evitar las catastróficas consecuencias de un cambio climático que se nos echa encima. Cuesta entender que habiendo en España el mayor número de horas de insolación anuales de toda la UE seamos el último país, en el desarrollo de las tecnologías en energía solar y no solamente esto, si no que durante el último gobierno del PP se atrevieron a poner un impuesto a los que utilizaban la energía solar. Cuesta entender que el empresario español, ante la ley que en 2040 se prohibirá la circulación de vehículos de combustión, lo que significará la renovación total del parque automovilístico existente hoy en día en el plazo de 20 años, no estén invirtiendo como locos en la producción de vehículos eléctricos, sus accesorios, sus estaciones de recarga, etc. etc.

Todo ello me hace suponer que la clase empresarial española, sigue siendo la del anacronismo aquel de que “inventen ellos” cuestión que de antaño nos ha procurado la miseria como país y el subdesarrollo. El empresario español sigue con la mentalidad especuladora de poner un euro aquí para recoger mañana mismo 20, y esto de las inversiones a medio y largo plazo les cae muy gordo.

Con todo estoy convencido que no debemos dejar pasar la oportunidad que nos brinda el acuerdo al que ha llegado el Consejo Europeo, por el que España va a conseguir 72.000 millones de euros a fondo perdido, y hasta 140.000 en créditos de bajo interés, para cambiar nuestras tradicionales be inestables bases económicas, (el turismo, la construcción y el negocio especulativo), por otras más estables y seguras como una industria moderna, capaz de generar empleo estable, capaz de atender la nuevas necesidades de la sociedad mundial del siglo XXI.

Espero que el actual gobierno progresista que preside Pedro Sánchez sea capaz de darle la vuelta al tema y conseguir meter a la clase empresarial española en la vereda de una nueva forma de pensar tal y como requiere la nueva economía social en el siglo XXI..



sábado, 18 de julio de 2020

LO QUE LA PANDEMIA HA PUESTO EN EVIDENCIA


El planeta Tierra entero está viviendo una pandemia de estas que hacen época, en verdad les digo que nunca imaginé que en mi vida, viviría algo así; En España dos meses confinado todo el mundo en sus casas, y luego un desconfinamiento gradual, que nos ha conducido, dicen a una “nueva normalidad” en la que deberemos circular con mascarilla por las calles, guardar unas distancias de seguridad, lavarnos las manos cada dos por tres y mantener las distancias con nuestros congéneres, con el fin de evitar un más que probable rebrote, que vuelva a llevarse al otro mundo a una buena parte de nuestra especie.

En la UE, donde después de la II guerra mundial, se optó por la socialdemocracia como base para la reconstrucción, un sistema que distribuía la riqueza generada mediante la potenciación de un sector público lo suficientemente potente, en convivencia y armonía con un sector privado, y aunque desde la década de los noventa del pasado siglo XX, se hubiera desmantelado una buena parte de los servicios público, en seguimiento de la doctrina neoconservadora que desde la Escuela Económica de Chicago Milton Freedman impulsó junto con Ronald Reegan y Margaret Tatcher que lo expandieron por el mundo civilizado; nos pilló la pandemia con la suficiente fuerza y disciplina en los ciudadanos, y dentro de lo que cabe hemos superado el primer embate con menores efectos colaterales como otros países externos a la UE, como el Reino Unido,y donde el neoliberalismo campa a sus anchas. el número de fallecidos en relación con la población ha sido extremadamente superior a los demás. La pandemia de Corona Virus ha puesto en evidencia a todos los europeos en general dos cosas, la primera el gran fracaso de las políticas neoliberales de la llamada revolución neocon, y en segundo lugar que individualmente o en base a pequeñas colectividades como pueden ser los estados nación, es del todo imposible afrontar con eficiencia no solo la crisis sanitaría global que el Covid 19 nos ha deparado, si no la recuperación económica del desastre que esta ha producido.

De los desastrosos efectos de poner unas políticas individualistas en frente a un problema global como es el Covid 19 y de intentar anteponer la economía a la salud de los humanos, tenemos buenos ejemplos en Suecia, Estados Unidos, Brasil y el Reino Unido que en el momento de escribir estas líneas están batiendo records de muertos y contagiados ampliamente, temiéndose incluso que el tema degenere en graves conflictos sociales.

Aunque en el momento e publicar este articulo, en bruselas se está negociando el plan económico para la reconstrucción de la economía europea y tres paise, Holanda Austria y Suecia se opongan a las ayudas a fondo perdido y pretenden volver a las andadas de la crisis del 2008, produciendo enormes desigualdades y obligando a países como Italia y España a endeudarse en sobre manera. Estooy mas que seguro que el buen criterio del eje franco alemán dispuesto a una mayor integración y solidaridad europea, va a imponerse, pues lo cotrario seria el principio del fin del sueño de constituir democráticamente un ente supranacional capaz de competir de tu a tu con las grandes potencias, de Estados Unidos China o incluso Rusia.

Respecto a Latinoamérica, y desde mis convicciones de socialdemócrata, creo que la pandemia está poniendo de manifiesto el fracaso, tanto del neoliberalismo extremo en los países con gobiernos de derecha como de las políticas de la izquierda radical y populista, o de la ambigüedad entre ambas como es el caso del peronismo en la Argentina.

No quiero hablar de China, Corea del Norte, Vietnam , Rusia ni de cualquier otro país fuera de la órbita de regímenes democráticos, pues la escasa transparencia de los datos que facilitan y el oscurantismo general, propio de las autocracias, hacen dificil evaluar si han resultado efectivos o no en este tema.

En Latinoamérica, la epidemia, en el momento de escribir estas líneas, sigue en expansión y la cifra de contagiados y defunciones crece a un ritmo alarmante en Brasil, donde el gobierno ultraderechista, no está haciendo nada para intentar contenerla, a la espera que los supervivientes queden inmunizados y se acabe el problema, en Argentina, el peronista Alberto Fernandez, optó por el confinamiento total de la población y está logrando unos resultados más que aceptables en cierta manera algo mejor que en Chile, donde el derechista moderado Piñera, con un confinamiento a medias, no acaba de conseguir aplanar la famosa curva.

Todo ello demuestra que tal y como ya hicieron los chinos en el mes de enero cuando en la ciudad de Wuhan se empezó a extender el virus, el confinamiento total, ha sido la única solución para controlar el virus, mientras no exista vacuna o remedio eficaz y específico contra el. Covid 19

En resumen, lo que ha puesto en evidencia la pandemia es que el sistema sanitario público en aquellos países donde existe y el confinamiento de la población son las estrategias más efectivas y que el sistema sanitario basado en la privatización esta resultando un tremendo fracaso.

Les guste o no a los necon de turno, en el caso que nos ocupa se demuestra que el pensamiento socialdemócrata, es el único que está en condiciones de avanzar a las poblaciones del planeta en justicia social e igualdad de derechos, ante los nuevos retos que este siglo XXI nos plantea.


sábado, 11 de julio de 2020

LA GLOBALIZACIÓN VINO PARA QUEDARSE

De la misma forma que algunos, afortunadamente muy pocos, creen que después del COVID-19 el mundo volverá a ser como antes, o sea como si no hubiera pasado nada, hay otros, particularmente en la banda derecha del espectro electoral español, que parecen haber optado claramente por mantener el actual estatus, confiando que el elemento perturbador del mismo como es la Globalización, vaya a desaparecer de golpe y porrazo.

El planteamiento no deja de tener extraordinarios visos de mala intención, por parte de los pensadores neoliberales, pues en realidad lo que pretenden es que las élites sean quienes se aprovechen de las ventajas de la globalización negándosela al resto de humanos, con el fin de mantener el tradicional dominio de los ricos sobre los pobres y seguir aprovechándose de ellos para su beneficio. He aquí que desde la derecha se fomente el nacionalismo más acérrimo, regional o de los estados, que se predique en contra de las organizaciones supranacionales como la UE y se vuelvan a exaltar los valores patrios, acentuando las diferencias culturales, de raza o de religión, priorizando la lengua propia como seña de identidad.

Lean con detenimiento los discursos de Donald Trump y aunque por ciertas expresiones, como “América first” o algunas disposiciones como la del auto proteccionismo poniendo aranceles a las importaciones, pudieran hacer pensar que está en contra de la globalización y aboga por mantener el espíritu del Estado Nación, nada más lejos de la realidad, sino que pretende evitar que se configuren en el mundo estructuras supranacionales como la UE, con suficiente poder y tamaño para marcarle la pauta a las grandes corporaciones norteamericanas que hoy día dominan gran parte del planeta. ¿Verdad que nunca le han oído decir a Trump, nada que pueda ni siquiera parecer una crítica a las grandes empresas multinacionales americanas? Pues eso.

Por otro lado, los movimientos ultraderechistas que están surgiendo en los países Europeos, de un marcado carácter anti europeísta, Como El Frente Nacional en Francia, el Fidesz en Hungría, Alternativa para Alemania, Demócratas de Suecia, Partido por la Libertad de Holanda, la Liga Norte de Italia, el Partido por la Libertad de Austria, Partido Popular de Suiza, el Frente Nos en Argentina, Vox en España y el Movimiento identitario, asentado ya, aunque de forma muy minoritaria en varios países de Europa y América; coordinados entre si a través de Steve Bannon, este ex asesor de Donald Trump que intenta aunar esfuerzos para imponer a la extrema derecha ultranacionalista y el supremacismo blanco en Europa y América Latina, permitiendo así que quien imponga las reglas no sea la democracia si no las grandes corporaciones americanas.

Si pensamos un poco nos daremos cuenta rápidamente que se trata, en un medio y largo plazo, de cargarse el sistema democrático, y substituirlo por un nuevo imperialismo, no de corte político como había sido en el siglo XIX, si no de tipo económico, donde el poder real resida en las grandes élites del planeta que tengan sometidos al resto de los habitantes planetarios, Esta vez no va a ser el imperio Alemán, expandiéndose por Europa, ni el Imperio Otomano traspasando las fronteras turcas hasta dominar prácticamente el norte de África y el oriente próximo. Ni mucho menos el imperio colonial Británico, expandido por los cinco continentes. Esta vez ni tan solo vamos a saber el nombre del emperador que nos tiene sometidos, ni tampoco el de sus ministros y colaboradores. Quizás tan solo conozcamos el del sátrapa encargado de controlar y administrar nuestro territorio más próximo, porqué quienes de verdad van a ostentar el poder, en esta situación ni tan solo necesitan territorio ni capital alguna.

Ahora bien amigos, no quiero ser catastrofista, si bien lo que he dicho puede ser muy posible, aún estamos a tiempo de evitarlo; reforcemos y potenciemos los entes supranacionales como la UE, en Latinoamérica, constituyan también su ente supranacional, juntando esfuerzos y recursos para alcanzar el capital necesario que les permita competir con las grandes multinacionales norteamericanas. Apoyemos y ayudemos a consolidar regímenes democráticos en el continente asiático y ayudémosles a encontrar vías de unión entre ellos; Quitemos a África de las manos de los salvajes especuladores de materias primas que los explotan, y fomentemos su democratización.

Sé que es un objetivo extraordinariamente difícil y que el camino no va a estar exento de dificultades sin embargo desde la claridad de ideas de todos y cada uno de nosotros se puede conseguir en un futuro no muy lejano. Es un trabajo colectivo, cada uno desde su parcela debemos de tener muy claro que en el próximo futuro que ya tenemos encima, solo desde la democracia podemos garantizar una sociedad libre, plural y próspera, donde nadie se quede atrás; pero para ello debemos empezar reconociendo a la globalización no como algo nefasto sino beneficioso para todos, siempre y cuando podamos participar todos sin exclusión ninguna de los beneficios que puede procurar. Pero tengamos siempre presente que la Globalización está aquí y se va quedar para siempre, o sea que no la dejemos en manos de unos pocos sino que aprovechémonos todos de sus ventajas.


sábado, 4 de julio de 2020

EL VALOR DE LO PÚBLICO

A la hora de la verdad, cuando le hemos vista las orejas al lobo, en forma de virus coronado, todos sin excepción, de la extrema derecha a la extrema izquierda, hemos celebrado que durante los 8 años de Aznar y los 7 de Rajoy, el neoliberalismo no consiguieran desmantelar por completo la Sanidad Pública Universal y Gratuita, que en 1984 siendo ministro de Sanidad Ernest LLuch, los españoles conseguimos. Ínclitos personajes del Partido Popular, como Esperanza Aguirre, que contrajeron el Covid 19, han pedido asistencia a la Sanidad Pública, para recuperarse, por cuanto los adalides de la privatización de los servicios públicos, a la hora de defender su vida no se fían de los que ellos han promocionado.

La Sanidad Pública en esta pandemia lo ha dado todo y más, sus trabajadores se han volcado hasta lo imposible por atender una avalancha de contagiados con los escasos medios de que disponen después de 7 años de gobierno derechista dedicado en cuerpo y alma a desmembrar todo aquello que es de todos para regalárselo a unos desalmados que solo buscan hacer negocio, eso si a cambio de suculentas comisiones.

Lo que ha sucedido con los geriátricos, mayoritariamente en manos privadas y casi sin control ninguno, por parte de los gobiernos autonómicos encargados de ello ha sido un desastre mayúsculo incluidos los que han estado administrados por órdenes religiosas que en Madrid, abandonaron a su suerte a los residentes, cuando se vieron desbordados, encontrándose la UME que había ido a desinfectar, un dantesco espectáculo en que en una misma habitación compartía un anciano enfermo con otro ya cadáver. Por cierto este hecho fue silenciado inmediatamente por parte de los medios de comunicación, (el poder de la iglesia sigue teniendo su fuerza en este nuestro país)

Supongo que después de lo que nos ha pasado, los españoles hayamos aprendido que no se debe hacer negocio con la sanidad pública, ni con la educación pública, ni con los servicios a nuestros mayores, pues solo desde el estamento público se puede garantizar una máxima calidad y una gestión democrática de los mismos; por cuanto esto son sus principales objetivos en lugar del beneficio económico, que rige estos mismos servicios cuando están en manos privadas.

Esta Pandemia debería significar un cambio de era y el fin, por evidente fracaso, de la llamada contrarrevolución neoconservadora que en los años 90 del pasado siglo XX e impulsada por Margaret Tathcher y Ronald Reegan, siguiendo los dictados de la escuela económica de Chicago de Milton Freeman y hasta hoy, en base a un dominio casi absoluto de los medios de comunicación, han conseguido el desprestigio de todo aquello que sonara a público en beneficio de lo privado y de una des-regulación total del sistema de libre mercado para mayor gloria y beneficio de las grandes élites planetarias. Han conseguido casi suprimir la clase media dividiendo el mundo entre los que viven en la opulencia o en la miseria más absoluta, casi en cierta manera podríamos decir nos han conducido a la mayoría de los habitantes del planeta de nuevo a la esclavitud.

Han intentado desprestigiar el valor de lo social, reduciendo al nivel de caridad el valor supremo de la solidaridad, fomentando el individualismo y la competitividad sin regla ninguna entre los seres humanos e intentando pervertir el sistema democrático con el fin que el mismo les garantice que sean ellos o sus representantes directos quienes ocupen el poder de forma permanente.

En nuestro país, España, estos días estamos viviendo un claro ejemplo de lo dicho anteriormente, aunque también del punto débil de la estrategia de los poderosos, vean Vds: Cuando las élites consiguen dominar a los grandes partidos de la democracia española, El PP y el PSOE, primero financiando otros partidos del mismo sesgo ideológico, Ciudadanos y Vox por la derecha y Podemos por la Izquierda, consiguen que los aparatos de ambas formaciones se plieguen y obedezcan sus dictados; Si embargo no pensaron en que apareciese en el PSOE un líder con ideas propias y convencido de los valores principales no solo del socialismo sino de la democracia de verdad, Pedro Sánchez. Rápidamente ponen en marcha su maquinaria con el pilotaje de Felipe González y consiguen desbancarle de la Secretaria General entronizando de nuevo a Mariano Rajoy del PP en el poder. Lo que no contaban ellos es con dos cosas, la primera, que buena parte de la militancia socialista española, es gente de sólidas convicciones y curtida por amargas decepciones que el propio aparato del partido les había provocado y la segunda que el partido representante por excelencia de la derecha, el PP no solo no había hecho tabla rasa con la corrupción sino que esta seguía campando por sus filas con total impunidad y que buena parte del pueblo español ya no estaba dispuesto a tolerar más. Fruto de todo ello es que la militancia casi al unísono se enfrenta al aparato del PSOE, y lo hunde por completo restituyendo a Pedro Sánchez en la secretaria general y remozando toda la organización. No solo esto sino que además, le instan a una moción de censura que gana, convirtiendose en presidente del gobierno, cuestión que es refrendada pocos meses después al convocar unas elecciones generales que le dan una amplia victoria, aunque no una mayoría absoluta.

Hoy en el mundo y con la pandemia haciendo estragos, se está poniendo en evidencia el discurso neoconservador por cuanto los países con potentes sistemas sanitarios públicos como es el caso de los países del norte de Europa junto a Portugal, están capeando el temporal con mucho más éxito y menos daños colaterales que USA, el Reino Unido, Francia e Italia que optaron por el desmantelamiento de lo público a favor de lo privado.