Llevo unos días, leyendo en la prensa derechista catalana, los más diversos y variados artículos, que con un furor más o menos contenido se lanzan a la yugular del gobierno autonómico catalán, presidido por el socialista José Montilla, con el concurso de tres fuerzas de la izquierda, como Iniciativa per Catalunya, Esquerra Republicana de Catalunya y el Partit dels Socialistes de Catalunya.
Estos medios, se dedican a magnificar los errores, que los hay, obviando los numerosísimos aciertos que en los siete años, transcurridos desde el 2002, cuando el resultado electoral permitió, por primera vez en la joven historia de nuestra autonomía, desbancar a Convergencia i Unió, el partido de la derecha nacionalista catalana, del poder que había ostentado por veintitrés años consecutivos.
Desde la perspectiva de los siete años del actual gobierno, y en particular los cuatro últimos, en que se ha contado con la presidencia de José Montilla, debo decir, sin ningún miedo a equivocarme, que se han conseguido despejar un montón de incógnitas, y evidenciar estereotipos, respecto de la relación Cataluña España, que en los veintitrés años de presidencia nacionalista, habían adquirido categoría de institucionales.
Observen Vds. que hoy nadie habla de mercantilismo en las relaciones entre los gobiernos autónomo catalán y del estado, tal y como era habitual e incluso promulgado en las campañas electorales, en los años de Jordi Pujol; donde se pedía el voto para que CiU fuera decisiva en España, insinuando que en caso de lograrlo, exprimirían al gobierno estatal, a favor de nuestra autonomía. Aunque al gran gurú de CiU, siempre le salió mal este negocio, por el hecho de la necesidad perentoria que CiU tenía de los partidos gobernantes del estado español, que no al revés, recuerden amigos, el llamado Pacto del Majestic, entre Pujol i Aznar, que sirvió tan solo para que el PP de Cataluña, apoyara manteniendo a Pujol y su sucesor Artur Mas al frente del gobierno Catalán, durante la última legislatura convergente, el primero como presidente y el segundo como “Conseller en Cap” a cambio tan solo de no presentar ninguna reforma estatutaria, cuando desde el aparato propagandístico de la derecha nacionalista, se vendía el pacto como la gran claudicación de Aznar a las exigencias catalanas.
Con el gobierno de izquierdas que preside José Montilla, sin ningún tipo de histrionismo, ni extorsión se ha conseguido, con la aplicación del nuevo Estatuto de Autonomía, la más alta cota de autogobierno que Cataluña a tenido en toda su historia, un sistema de financiación adecuado y perdurable en el tiempo, además de normalizar las relaciones institucionales Cataluña-España, situándolas en el clima de colaboración necesario para la construcción i progreso de este gran país, España, del que todos formamos parte, en lugar de la amenaza y el regateo, al que nos sometía CiU
La tarea de Montilla en estos tres años i pico, no ha sido nada fácil, en particular por los ataques de una derecha nacionalista catalana, en el sentido de que el PSC, no ha usado el voto de sus 25 diputados en el Congreso, como extorsión al PSOE; y los de la rancia derecha españolista que ha recurrido el estatuto a un Tribunal Constitucional, al que no ha dudado en quitar credibilidad, impidiendo su renovación, a fin de no perder su cota de influencia.
Aun así, el actual gobierno presidido por el socialista José Montilla, capea, el temporal de una crisis económica especialmente virulenta en una región como la nuestra; consiguiendo evitar el cierre de empresas, como Nissan por ejemplo y consensuando con los agentes sociales, medidas destinadas a fortalecer la economía, para salir lo más pronto posible del marasmo en que nos encontramos.
No duden amigos ni por un momento que si Montilla, repite como Presidente de la Generalitat los próximos 4 años, y José Luis Rodriguez Zapatero, sigue en el gobierno de España a partir del 2012, el avance de España, en los nuevos derroteros económicos planteados después de la crisis será altamente espectacular, pues es cuando la relación de confianza y no de chantaje, entre España y Cataluña, va a empezar a dar sus frutos, que sin dudarlo van a ser muy abundantes para todos.
Estos medios, se dedican a magnificar los errores, que los hay, obviando los numerosísimos aciertos que en los siete años, transcurridos desde el 2002, cuando el resultado electoral permitió, por primera vez en la joven historia de nuestra autonomía, desbancar a Convergencia i Unió, el partido de la derecha nacionalista catalana, del poder que había ostentado por veintitrés años consecutivos.
Desde la perspectiva de los siete años del actual gobierno, y en particular los cuatro últimos, en que se ha contado con la presidencia de José Montilla, debo decir, sin ningún miedo a equivocarme, que se han conseguido despejar un montón de incógnitas, y evidenciar estereotipos, respecto de la relación Cataluña España, que en los veintitrés años de presidencia nacionalista, habían adquirido categoría de institucionales.
Observen Vds. que hoy nadie habla de mercantilismo en las relaciones entre los gobiernos autónomo catalán y del estado, tal y como era habitual e incluso promulgado en las campañas electorales, en los años de Jordi Pujol; donde se pedía el voto para que CiU fuera decisiva en España, insinuando que en caso de lograrlo, exprimirían al gobierno estatal, a favor de nuestra autonomía. Aunque al gran gurú de CiU, siempre le salió mal este negocio, por el hecho de la necesidad perentoria que CiU tenía de los partidos gobernantes del estado español, que no al revés, recuerden amigos, el llamado Pacto del Majestic, entre Pujol i Aznar, que sirvió tan solo para que el PP de Cataluña, apoyara manteniendo a Pujol y su sucesor Artur Mas al frente del gobierno Catalán, durante la última legislatura convergente, el primero como presidente y el segundo como “Conseller en Cap” a cambio tan solo de no presentar ninguna reforma estatutaria, cuando desde el aparato propagandístico de la derecha nacionalista, se vendía el pacto como la gran claudicación de Aznar a las exigencias catalanas.
Con el gobierno de izquierdas que preside José Montilla, sin ningún tipo de histrionismo, ni extorsión se ha conseguido, con la aplicación del nuevo Estatuto de Autonomía, la más alta cota de autogobierno que Cataluña a tenido en toda su historia, un sistema de financiación adecuado y perdurable en el tiempo, además de normalizar las relaciones institucionales Cataluña-España, situándolas en el clima de colaboración necesario para la construcción i progreso de este gran país, España, del que todos formamos parte, en lugar de la amenaza y el regateo, al que nos sometía CiU
La tarea de Montilla en estos tres años i pico, no ha sido nada fácil, en particular por los ataques de una derecha nacionalista catalana, en el sentido de que el PSC, no ha usado el voto de sus 25 diputados en el Congreso, como extorsión al PSOE; y los de la rancia derecha españolista que ha recurrido el estatuto a un Tribunal Constitucional, al que no ha dudado en quitar credibilidad, impidiendo su renovación, a fin de no perder su cota de influencia.
Aun así, el actual gobierno presidido por el socialista José Montilla, capea, el temporal de una crisis económica especialmente virulenta en una región como la nuestra; consiguiendo evitar el cierre de empresas, como Nissan por ejemplo y consensuando con los agentes sociales, medidas destinadas a fortalecer la economía, para salir lo más pronto posible del marasmo en que nos encontramos.
No duden amigos ni por un momento que si Montilla, repite como Presidente de la Generalitat los próximos 4 años, y José Luis Rodriguez Zapatero, sigue en el gobierno de España a partir del 2012, el avance de España, en los nuevos derroteros económicos planteados después de la crisis será altamente espectacular, pues es cuando la relación de confianza y no de chantaje, entre España y Cataluña, va a empezar a dar sus frutos, que sin dudarlo van a ser muy abundantes para todos.