lunes, 26 de octubre de 2009

LA NUEVA LEY DE SALUD SEXUAL


Después de la magna manifestación del pasado día 17 de octubre, convocada desde los púlpitos y la sedes del Partido Popular, aunque sin la asistencia de clérigos por designio expreso de la autoridad Vaticana y con la ausencia del líder popular Mariano Rajoy, muy ocupado con las manos en el queso, pero con la presencia del inefable Josemari, que estos días parece muy interesado en reincorporarse a la actividad pública en nuestro país, (tiembla Mariano). Superado también el debate sobre las cifras de participantes desde los dos millones que contaron los organizadores hasta los sesenta mil de la empresa con el nuevo sistema informático; creo llegada la hora de reflexionar sobre el que i el como de esta controvertida ley.

Mariano miente cuando dice que el gobierno se ha sacado de la manga esta ley sin responder a ninguna demanda social y que lo hace para tapar sus desatinos en la gestión de la crisis económica y digo que miente, porqué ya desde el mismo momento en que en el año 1985 se aprobó una restrictiva ley abortista, el clamor de los grupos feministas y de mujeres en general de todo el país, en pro de una ampliación de los supuestos, que la adecuara a la realidad social, i despenalizara por completo a las mujeres que se veían en la tesitura de realizarlo.

Miente Mariano, cuando promete anular la disposición si el PP vuelve a gobernar este país, al igual que mintieron los líderes de la derecha reaccionaria española del año 1985, cuando utilizando los mismos argumentos que ahora, indicaban que cuando llegaran al poder, derogarían la normativa y resultó que en 1996 no se atrevieron a fin de no hacer un espantoso ridículo entre la sociedad europea.

Mienten los obispos y clérigos en general, cuando predican que la ley es un instrumento favorecedor de la práctica abortiva, cuando la ley pretende que se mejore la educación sexual y el uso de los métodos contraconceptivos.

Que los religiosos sean contrarios no solo al aborto, si no a cualquier práctica anticonceptiva, no debería extrañarnos cuando son los primeros en negar la liberación de la mujer y su igualdad de derechos a los hombres; cuando siguen con la concepción más machista y retrograda de la sexualidad humana, que les obliga a oponerse incluso a los avances científicos en pro de curar y prevenir las más crueles enfermedades.

Ahora bien, dice muy poco a favor del principal partido de la oposición que secunde tamañas barbaridades, y más si tenemos en cuenta que a la hora de la verdad, deben disimular y desdecirse para no aparecer delante de todo el mundo que siguen anclados en el medioevo.

Señores, esta ley no obliga a nadie a abortar, si no que lo que hace es regular una situación de hecho y despenalizar a todas aquellas mujeres que por causas diversas, como un grave riesgo para su vida, como la malformación del feto, etc. etc. puedan abortar con las debidas condiciones de higiene y sanitarias y sin el riesgo de ser criminalizadas.
Los dirigentes populares, con el indescriptible Josemari a la cabeza, deberían reflexionar sobre los viajes a Londres o Amsterdam, que hacían y hacen buena parte de las mujeres e hijas de sus votantes, antes y después del año 1985, mientras que mujeres de las clases sociales modestas, debían recurrir a clínicas clandestinas y fuera de la más mínima garantía sanitaria.

¿Es a esta situación a la que nos quieren devolver Josemari, Cospedal, Mayor Oreja, Rouco Varela, Cañizares y compañía?

lunes, 19 de octubre de 2009

EL SISTEMA FINANCIERO


La actual crisis económica, si bien tiene un origen y unas causas comunes en todo el orbe planetario, y que no son otras que una pésima gestión de las entidades financieras; sin embargo, en función del país que estemos hablando, unos determinados matices y unas bases económicas claramente diferenciadas, obligan a pensar en soluciones no exactamente iguales para todos.


Si bien las medidas más urgentes, como el poner dinero público a disposición de las entidades financieras para evitar su quiebra y con ello un más que probable desmoronamiento del sistema, con la recesión consecuente, muy prolongada en el tiempo, como fatalmente fue la del crack de 1929, han tenido carácter universal, y contado con el soporte de la mayoría de expertos y políticos de todo el abanico ideológico, circunstancias que las han hecho extremadamente útiles para parar la hemorragia.
Cuando los enfermos han superado su fase más crítica, pero siguen postrados en una camilla de la UVI, la atención de cada paciente debe ser personalizada y de acuerdo con sus más íntimas circunstancias, pues en su recuperación deberá tenerse muy en cuenta, todos los detalles que le han conducido a esta penosa situación.


En el caso concreto de España, la crisis no sobreviene, como en Estados Unidos, por unas hipotecas subprime, aunque algunos españoles hayan visto perjudicados sus ahorros por arriesgadas inversiones de entidades financieras nacionales, si no por el hecho de una burbuja inmobiliaria de desproporcionadas dimensiones, que con su estallido ha descapitalizado a promotores y financieros.


Leopoldo Abadia, el jubilado que nos habló por primera vez de la crisis Ninja, veía, y con razón, como un factor negativo del problema generado en Estados Unidos, la dificultad de medirlo en su totalidad, pues los activos “subprime” estaban mezclados con otros activos sanos de tal manera que casi era imposible determinar cuales eran tóxicos y cuales no. A mi entender una buena parte de este problema es el que nos está sucediendo hoy día en nuestro país, no por el hecho de una morosidad en el pago de hipotecas, que si bien hay que decir que ha aumentado, sigue estando en unos índices bajísimos; porque el problema, no son los ciudadanos que hayan comprado un piso y ahora no pueda pagar la hipoteca, pues la mayoría acaban haciendo un esfuerzo y solicitando la ayuda familiar, para conservar su techo si no que los bancos y las cajas, han debido quedar-se con una serie de viviendas, terminadas o a medio construir, por los créditos impagados de promotores y constructoras.

Por todos es sabido que la base principal de una entidad financiera es la confianza de sus clientes y que esta confianza sufre una merma directamente proporcional al índice de morosidad; pues es de toda lógica no confiar nuestros ahorros en alguien a quien se puede engañar fácilmente o que asume riesgos imprudentes, por llamarlos de alguna manera. Es así que bancos y en particular las cajas de ahorros, han disfrazado sus índices de morosidad, incorporando como activos, edificios completos o a medio hacer, como liquidación de créditos que de otra manera hubieran resultado impagados, consiguiendo con ello que sea muy difícil evaluar la cuantía exacta del problema.


Pero que sucede con estos activos, las entidades financieras, de momento los contabilizan al precio que tenían antes del estallido de la burbuja, si acaso un pequeño porcentaje por debajo, pero, ¿valen en realidad este precio o habrán de liquidarlos a precio de saldo dentro de un tiempo? Para ganar tiempo y evitar grandes catástrofes como la de Caja Castilla la Mancha, el Banco de España, promueve las fusiones entre entidades a fin de conseguir dimensiones lo suficientemente adecuadas de patrimonios, que les permitan aguantar a la espera que una mejora general de la economía, les permita no tener que liquidar estos activos a precio de saldo.

Hasta hoy se ha dicho que la solidez financiera de las entidades españolas ha permitido que la intervención con dinero público no fuera muy grandes, aunque yo creo que lo único que ha sucedido es que por las especiales características de nuestra economía, basada en la pura y dura especulación del ladrillo, las entidades financieras, han podido esconder por un tiempo sus debilidades, pero que ahora se verán abocadas a mostrarnos sus vergüenzas.


Sentada esta premisa, creo que se hace muy urgente en nuestro país, un mayor control del sistema financiero, un mayor control que evite estas prácticas heterodoxas, que acaban poniendo en peligro los puestos de trabajo de muchos de nuestros compatriotas. Quizás una buena manera sería, la instauración de una nueva Banca Pública, en competencia directa con la Banca Privada, una nueva banca pública que sirviera de soporte e impulso financiero a esta nueva economía sostenible que debemos crear en nuestro país, para salir del marasmo. ¿No se podría empezar por aprovechar la estructura de la Caja Castilla la Mancha, recientemente intervenida por el Banco de España, en lugar de reprivatizarla, como aconseja el neoliberal gobernador Fernández Ordoñez?

lunes, 12 de octubre de 2009


Esta pasada semana, el periódico La Vanguardia y algún que otro, han publicado los resultados de una encuesta donde se indica que en caso de celebrarse hoy las elecciones el PP avanzaría en cuatro puntos al PSOE, quedando en situación de gobernar a falta tan solo un pacto con una casi podríamos decir entregada Convergencia i Unió, que a cambio de ser sostenida en Cataluña si las circunstancias se dieran, no dudaría en entregarse en cuerpo y alma a las huestes de Rajoy, olvidando por completo, el recurso, de inconstitucionalidad del Estatut, de la derecha cavernícola española y las graves ofensas al pueblo de Cataluña emitidas durante el proceso estatutario.

Salvando todas las distancias que una prudencia política aconseja, y dando el justo valor, cuando aún faltan dos años para la celebración de elecciones y que en este tiempo se pueda dar un vuelco total a la situación, si que los dirigentes y militantes socialistas, deberían empezar una cierta reflexión de porqué una buena parte del pueblo español, sigue otorgando la confianza en un Partido inmerso en graves casos de corrupción, y no reconoce el esfuerzo que realiza el actual gobierno Zapatero, en pro de capear una crisis con el mínimo coste social posible, sin reducir un solo ápice ninguna de las medidas de carácter social.

Para empezar, hay que reconocer que el gobierno no ha dado hasta ahora la sensación de actuar con seguridad al hablar de sus medidas contra la crisis económica; la imagen de una continua improvisación e inseguridad, por no seguir un plan previamente meditado y trazado, ha sido la principal responsable de las dudas que se plantean los españoles sobre la capacidad de su gobierno.

También hay que añadir y sin que sirva de justificante, la particular situación de debilidad parlamentaria, y el nulo sentido de estado del principal partido de la oposición, al que solo parece interesar la caída del gobierno, incluso por encima de los intereses nacionales. Esto obliga a intentar sacar adelante los presupuestos del próximo año 2010, pactando con unos pequeños partidos, cuyo único triunfo delante de su electorado, consiste en presumir de haber logrado la claudicación del gobierno a su chantaje.

Particularmente tengo la sensación, que si bien por un lado el gobierno teóricamente está convencido que solo desde medidas de izquierdas podremos salir de la crisis, como lo demuestra el hecho de su intransigencia en reducir el gasto social, desoyendo el clamor de la derecha y del propio Banco de España, por otro no acaba de creérselo y sigue pensando en la recuperación del sector del ladrillo, como motor de la economía nacional. Si no es así, ¿Por qué no habla claro y nos dice con todo lujo de detalles, que medidas se aplican para cambiar el modelo productivo? ¿Por qué, sigue confiando en una clase empresarial que se demostrado del todo incompetente? y finalmente ¿Por qué no empieza a rehacer un sector público potente, en particular en la rama financiera capaz de competir en todos los ámbitos con el sector privado y que garantice el control del mismo?

Estoy convencido que si Zapatero, hablara con claridad a los españoles de una autentico programa de izquierdas y les solicitara los esfuerzos que precisara su puesta en marcha, no dudo ni por un momento que la gran mayoría se pondría de su lado, obligando además a todos los partidos políticos, con la única excepción de las minorías radicales de uno y otro extremo a secundar la idea.

¿No les parece amigos?

lunes, 5 de octubre de 2009

LA IZQUIERDA EN LA UE


En los gobiernos de los países miembros de la Europa de los veinticinco, domina el color azul, representativo del neoconservadurismo y neoliberalismo, frente al rojo de socialistas y socialdemócratas que imperaba hace unos pocos años. Una cuestión que debería hacer reflexionar a todos aquellos que estamos convencidos, que solamente desde unas políticas de corte socialdemócrata, nos será posible, salir con éxito de la crisis económica en la que nos encontramos inmersos.


A mi entender, hay dos maneras de salir de este marasmo, la primera, la predican neoliberales i neoconservadores, basada en los principios de la libertad ilimitada de los mercados, la propiedad privada y la no intervención de los estados, a excepción de los períodos agudos de la crisis, como el que nos encontramos, donde esta institución debe ser la encargada de recoger el esfuerzo colectivo de todos los ciudadanos, para evitar la quiebra de las grandes instituciones financieras y de producción, con el fin que pasada la gran marea, se pueda volver a la situación anterior de total libertad de mercado y un estado reducido a la mínima expresión.


La segunda manera, pienso y creo que una buena parte de los que compartimos el pensamiento de izquierdas, que para no repetir nunca más una experiencia como la que hemos vivido, hay que potenciar el estado como institución garante de la buena marcha económica, evitando de los excesos de unos y otros, manteniendo el principio de un reparto justo y equitativo de la riqueza que entre todos generamos.


Sentadas estas premisas, debemos preguntarnos, ¿Porque la izquierda Europea, no ha sido capaz de transmitir este mensaje y por el contario donde gobernaba se dejó arrastrar por la corriente neocon, impulsada por los Estados Unidos de George W. Bush?


Debemos admitir, que el sistema neoliberal, consiguió en un principio una cierta apariencia, aunque falsa, de prosperidad, los índices de ocupación subieron vertiginosamente, a costa de bajas salariales, y precarias condiciones laborales; las posibilidades de enriquecimiento rápido se vieron multiplicadas, cuando los mercados financieros se convierten en especulación pura y dura, y una buena parte de las clases populares, ven en ellos la posibilidad de dar una rentabilidad a los ahorros. Todo ello además dentro de un clima de paz social, en los principales países, después que las organizaciones sindicales quedaran extremadamente maltrechas de su enfrentamiento con los promotores de la gran revolución neoconservadora.


La caída de los conservadores en Gran Bretaña en 1997, abre paso a un partido laborista capitaneado por Toni Blair, que bajo los principios de la Tercera Via, no hace otra cosa que intentar lavar la cara al neoconservadurismo que acababa de caer. No olvidemos que empezó su mandato, recortando las ayudas a las madres solteras y promoviendo una serie de medidas tendentes a rebajar los derechos de discapacitados a percibir subsidios.


En las elecciones del 2005 en Alemania, el SPD Socialdemócrata, al perder 4 escaños en el parlamento, y la victoria electoral, por escaso margen de la conservadora CPU Democracia Cristiana que preside Angela Merkel, provoca la curiosa situación de una alianza para gobernar entre los dos grandes partidos, totalmente opuestos ideológicamente, cediendo la SPD en sus planteamientos en pro de la Democracia Cristiana que es quien ostenta la cancillería. En este caso se cumplió no se rompió una regla, vigente desde que la Revolución Francesa enterró a “l’Ancien Regime” i es que los pactos derecha izquierda no tienen nunca una larga duración. Tras las elecciones celebradas recientemente, las franjas rojas con que se marcaba Alemania en el mapa de la UE los últimos cuatro años, han desaparecido por completo, quedando solo un azul más intenso que nunca.

¿Significa esto que los Europeos han dejado de fundamentarse en los valores de la socialdemocracia, y se entregan en cuerpo y alma al ultraliberalismo individualista? No lo creo, pues se demuestra que los gobiernos derechistas, tiene grandes dificultades en aplicar sus recetas neoliberales, siendo contestadas puntualmente en la calle, bajo el liderazgo de las organizaciones sindicales y secundadas por una mayoría del electorado que después les otorga el voto en la urnas; cuestión que me lleva a la conclusión de atribuir el fenómeno, a una dejación de principios en las formaciones políticas de la izquierda, el comportamiento electoral de los europeos, que acaban considerando que unos i otros aplican las mismas políticas una vez llegan al gobierno y que si esto ha de ser así, siempre será mejor que sea la derecha la que aplique las políticas de derecha que no la izquierda.


En España, la circunstancia es algo diferente por el hecho que la derecha, sigue en el monte donde se situó, en tiempos de D. Antonio Canovas del Castillo, como se encargó de demostrar, “el héroe de Perejil”, en particular en los últimos cuatro años de gobierno, por lo que el PSOE de Zapatero, no se ve tan amenazado como sus homólogos de Inglaterra y Alemania; ahora bien tiene en su contra, una cierta indefinición en la transmisión del mensaje, que a mi entender en estos momentos debería claro y rotundo. Indefinición justificada quizás por la falta de apoyos parlamentarios estables, que le llevan a una negociación permanente con unos partidos minoritarios, tanto a la derecha como a la izquierda del arco parlamentario, que solo buscan aprovecharse de la debilidad, en su propio provecho, como muy bien se ha encargado de decirnos últimamente el Sr. Joan Ridao de Esquerra Republicana de Cataluña, condicionando el apoyo a los presupuestos de su formación al traspaso de la gestión del aeropuerto del Prat al gobierno de Cataluña; metiéndose de lleno en el puro mercantilismo que hasta ahora parecía en exclusiva de Convergencia i Unió.Con todo, creo que la Izquierda moderada europea, englobada en el Partido Socialista Europeo, debe iniciar rápidamente una gran reflexión sobre su actuación y determinar un regreso a los valores tradicionales, traduciéndolos en unas políticas concretas aplicables a la realidad del siglo XXI, perfectamente diferenciadas de la derecha neocon y que le sirvan para asumir el liderazgo en una Europa, que sin ninguna duda saldrá reforzada del período negro que está padeciendo.