El pasado domingo 25
de mayo los ciudadanos que conformamos la UE, fuimos convocados a las urnas,
para elegir nuestros representantes en el Parlamento de Estrasburgo.
Tradicionalmente a estas elecciones, por parte de la población, se les da una
importancia relativa, a mi entender porque una gran mayoría no siente como
propias las instituciones como el Parlamento de Estrasburgo, pero en esta
ocasión además, la derecha reaccionaria que gobierna nuestro país, junto con el
PNV Vasco y CiU + ERC en Catalunya, se dedicaron a desvirtuarlas más si cabe,
con la perversa intención de utilizarlas, como una especie de macro encuesta a
nivel del estado, que les facilitara una idea de cómo se comportará el
electorado en los comicios municipales y autonómicos, y generales que se
convocarán el próximo año.
Sea lo que sea, la
cuestión es que la abstención ha sido casi récord, y que en Catalunya la mayor
participación que en anteriores convocatorias del mismo tipo, se haya traducido
exclusivamente en un mayor voto hacia ERC. No hace más que reafirmar lo dicho
en el párrafo anterior.
La cruda realidad de
los resultados para los grandes partidos españoles, es en verdad preocupante,
pues su bajada en apoyo popular tanto del PP como del PSOE, podríamos
calificarla, cuando menos de espectacular. Pues no me negaran Vds, que el
partido ganador, el PP, haya obtenido solo un 26’06% en unos comicios donde
solo ha participado un 45,84% del censo, cuestión que significa un mísero
11,95% de apoyo directo de los electores
y que el segundo partido, el PSOE, con un 23% de los votos tenga un 10,54% de
apoyo, es para hacérselo mirar. Por otro lado, gran parte del voto perdido por
los grandes partidos haya ido a parar a
formaciones de reciente creación y con ideología mucho más radical, tal como
Podemos por la banda izquierda, y UPyD, por la banda derecha, solo debe leerse
en el sentido de la decepción, que tanto PP y PSOE han procurado en la base
electoral estos últimos años.
En Cataluña las cosas
no son muy distintas y aunque aquí, se haya registrado un aumento en la
participación, movido por el carácter plebiscitario, que tanto CiU como ERC han
pretendido dar a estos comicios y de hecho han recogido buenos frutos, pues
todos aquellos que en 2009 se abstuvieron y ahora ha ido a votar lo han hecho
por ERC, por lo que esta formación ha ganado las elecciones y el vencedor
tradicional, el PSC, ha sido relegado al tercer lugar.
Ya la misma noche
electoral, un sinfín de lecturas, tantas como formaciones del espectro, sobre
los resultados se hicieron públicas, y la mayoría, a mi entender completamente
desviadas, por el hecho de mirar solo por sus intereses más primarios. La
realidad sin embargo es solo una y todos aquellos que pretendan ocultarla o
maquillarla, solo conseguirán incrementar la desconfianza de los electores. La
verdad es que tanto el PP como el PSOE han sufrido un tremendo varapalo, por no
haber atendido las señales que los ciudadanos les iban mandando mediante los
resultados de las encuestas y sondeos y que ellos han sido incapaces de
interpretar, o han pensado que no convenía a sus intereses personales y ha
preferido seguir con las equivocadas políticas de perjuicio a los ciudadanos,
el PP desde el Gobierno y el PSOE, no
haciendo los cambios imprescindibles en sus dirigentes y programas que ya se
les exigieron en la derrota de hace tres años. Parece ser que desde el Partido
Popular, se está esperando una cierto repunte en los datos económicos que hagan
cambiar la percepción de la gente de estar deslizándose por la pendiente hacía
el desastre actual, por una sensación de ver la luz al final del túnel, que les
permita concebir una cierta sensación de esperanza y no duden amigos, que en
este año y medio que queda hasta las elecciones generales, van a poner toda la
carne del engaño en el asador, y no se sorprendan si se maquillan datos
contables, como en su día hizo la derecha griega, o se rebajan las cifras del
paro, cambiando el sistema de recuento como ya hizo Aznar con lo del PIB. Vaya
que como siempre están convencidos que si pueden manipular al ciudadano y
hacerle tragar gato por liebre.
Por el lado del PSOE,
parece que la lectura de los resultados y su interpretación se ha hecho más
correctamente, con la renuncia del secretario general y por demás, una militancia que se ha
mostrado más atenta, por cuanto han exigido dejarse de monsergas, exigiebndo la
elección directa del nuevo secretario general, (un militante un voto) y no
hacerlo como pretendía, el staff y la vieja guardia, mediante un congreso y con
delegados, siempre susceptible de ser o al menos parecer, objeto de
manipulación. Habrá que esperar como se desenvuelve el tema y si nadie de las
viejas glorias socialistas, intenta torcer lo que la base ha decidido, estoy
casi seguro que en noviembre de 2015, el Palacio de la Moncloa volverá a ser
ocupado por un socialista. En caso contrario, si alguien piensa en saltarse, o
tan solo inducir la voluntad de los militantes de base, con el fin de mantener
o sacar alguna prebenda, malos augurios, por muchos años para este partido.
Para terminar
quisiera romper una lanza a favor del bipartidismo, que ha ayudado muy mucho a
consolidar la democracia en nuestro país, permitiendo unos gobiernos fuertes
que no han debido sufrir demasiado por el tema de los pactos y que casi siempre
les han permitido agotar las legislaturas.
Quizás si que sea verdad que ahora entramos en una nueva era y que el
bipartidismo se ve como algo obsoleto, pero en ningún caso esto debe significar
que las formaciones políticas que hasta hoy lo han protagonizado deban
desaparecer pues a mi entender, el PSOE, como opción de la izquierda
posibilista sigue siendo muy pero que muy necesaria; y el PP, como fuerza de un
centro derecha moderado, sigue teniendo un papel notable en nuestra sociedad.
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