Bien, ya hemos pasado la
Navidad, superado la fatídica fecha del 21 de diciembre, de 2012, donde los
Mayas nos anunciaban el fin de los tiempos, y entrado en el 2013, un año que
los profetas actuales nos anuncian de grandes penurias, recortes; donde todo lo
que podemos esperar es dolor y crujir de dientes. Pero todos seguimos ahí y
esto es lo importante y con moral de victoria, pues es bien seguro que todos
los que hasta hoy nos han venido diciendo, que no hay otro remedio, que los
pobres no tenemos derechos si no obligaciones, que si queremos que los ricos
salgan de la crisis que ellos mismos han creado y les ha representado una
pequeña merma en sus suculentos beneficios, vuelvan a nadar en la abundancia,
nosotros debemos renunciar a una sanidad y educación, publicas e incluso a unas
pensiones dignas para los que ya estamos en la llamada tercera edad. De nada
valen ya los esfuerzos colectivos, y solo el individualismo, con la
competitividad más salvaje, van a ser el motor del progreso de unos pocos
privilegiados que van a seguir cuidando muy bien de sus privilegios.
Todo en nombre de un
nacionalismo extremista que parece estar extendiéndose por todo el orbe, salvo
raras excepciones. Despedimos el pasado año, con la noticia de que en Japón y
en buena parte de los países denominados tigres asiáticos, la extrema derecha
identitaria, ocupa posiciones de poder, luego de haber sido votado
democráticamente, como si de golpe y porrazo en estos lares se hubiera
despertado un atávico sentimiento tribal que les induce a pensar en solucionar
sus cuitas, combatiendo al vecino.
En todas partes vuelven a
sonar los discursos patrióticos, donde se ensalzan las virtudes locales y se
denuestan la de los vecinos; donde quien los pronuncia ensalza a los suyos, y
culpa al de fuera de todos sus males, mandando al cuerno en poco tiempo los
esfuerzos de tantos y tantos, que a lo largo de más de 80 años, han luchado por
superar las diferencias, invitando a los pueblos distintos a compartir
esfuerzos para superar las dificultades. Cuestión a todas luces muy
comprometida para los que nos consideramos de izquierdas y que esto de la
cuestión nacional lo tenemos superado por principios y no nos consideramos
pertenecientes a ninguna tribu, si no a la humanidad entera.
Pido fervientemente a todos,
que cerremos los oídos a estos discursos que más que patrióticos yo los
califico de patrioteros, que en verdad, como podemos contemplar en diversas
etapas de la historia, nunca nos han conducido al bienestar general, si no a
graves confrontaciones, donde unos pocos espabilados, han hecho suculentos
negocios a costa de las desgracias de muchos.
Como muchos de Vds. saben
yo he nacido y vivo en Cataluña, un lugar en el noreste de la península
Ibérica, donde un derecha nacionalista, hasta hoy pretendidamente moderada,
necesita esconder el fracaso en su gestión de la crisis y nos lanza a una
confrontación con nuestros hermanos del resto de España, a quienes acusa de
expoliadores y vividores sin escrúpulos. Cuenta para ello con un aliado
impagable, como un Gobierno de carácter ultranacionalista español en la
poltrona de la Moncloa, al que le viene como anillo al dedo, desviar la
atención de la gente con confrontaciones de carácter nacionalista, que oculten
la privatización y desmontaje de todos los servicios públicos, que desde 1982,
se habían construido bajo el genérico nombre de Estado del Bienestar, que
sibilinamente y con la excusa de una dicen imprescindible austeridad están
llevando a cabo.
Temo muy mucho, que bajo
estas premisas y con los patrioteros discursos que se oyen hoy día por la
calle, todo acabe a garrotazos, pues según parece a los políticos
nacionalistas, bien poco les importa el bienestar de sus ciudadanos, con tal
que estos no metan sus narices en sus tejemanejes de corte neoliberal.
Confío en gran manera en el
PSC, el Partido de los Socialistas de Cataluña, que si bien empieza el año en
horas bajas i después de haber tenido el pasado noviembre su peor resultado
histórico en unas elecciones autonómicas; creo sigue siendo la única fuerza capaz
de enderezar la situación desde la sensatez, y la búsqueda de la armonía, con
el conjunto de los españoles, mediante una más que imprescindible reforma
constitucional para avanzar hacia una España de carácter federal, donde los
diferentes pueblos y culturas que la constituyen puedan encontrar su perfecto
encaje, sin necesidad de anacrónicos patrioterismos.
Opino, que los votantes potenciales del PSOE en Cataluña son la mayor parte de los que no se acercan a las urnas en elecciones. La razón es clara, el PSC no los representa. Sin ir mas lejos recordar lo dicho por Pere Navarro con respecto a la consulta soberanista. Acaba de decir que en todas las ocasiones que deba votar el PSC, se abstendrá. Un partido que no vota en contra de una acción ilegal propuesta por otro partido, no me merece ninguna confianza y menos aun respeto. Pero no hago únicamente al PSC responsable de la posible consulta y sus consecuencias. Para mi el mayor responsable es el PSOE. Que para calentar el asiento de la Moncloa ha pactado hasta con los diablos del nazionalismo independentista. De ahí que el PSOE no ha tenido nunca un discurso único. Como consecuencia de ello están los cada vez peores resultados en todas las elecciones en los últimos tiempos. Esta debacle, que un simple ciudadano como yo, he visto y denunciado en multitud de ocasiones en foros y blogs afines al PSOE; ¿como es que los miembros del partido no lo han querido ver?. ¿ Ud. cree que en las Comunidades Autónomas distintas a la catalana van apoyar a un PSOE con un líder perteneciente al PSC ?. Yo por supuesto que no lo haré.
ResponderEliminarAndrex Ramos